
Texto y Foto Graciela Guerrero Garay
La alegría le danzaba en sus ojos como un baile perfecto. No era para menos: acababa de aprobar el examen de Matemática, luego de que en la primera convocatoria no pudo tocar el sueño de ser Ingeniero Industrial. Ya lo es. Con Ricardo Acosta Gutiérrez cualquier apuesta por el lado bueno se gana.
No puedo negar que lo vi crecer, corretear y jugar desde el tiempo en que las marugas, quizás, le parecían las más fantásticas hadas de un acto de magia. Siempre fue un chico callado, respetuoso, aferrado a encontrar los caminos más rectos y valederos. Sentía orgullo de que estuviera en el grupo de amigos y compañía de mi hijo. Y también de sentir que acá, en Cuba, la familia trasciende más allá de la sangre y apellidos.
Ricardito – para todos los cercanos- quiso ser contador y acabó con excelentes notas su Técnico Medio en Contabilidad, pero llevaba en el alma un poder más grande que los números: la música. Y en mis madrugadas, escribí más de un artículo escuchando su guitarra.
Un día llegó a las puertas de la Escuela Vocacional de Arte (EVA) El Cucalambé y se presentó a los exámenes. Tampoco pudo lograrlo en la primera vez. Esperó el curso próximo y… ¡Aprobó! Ese don que se esconde en las entrañas de quienes traen las musas escondidas, brotó, creció y llegó a ser profesor de ese instrumento en las mismas aulas donde desbordó el encanto del talento, el cual le permitió que lo escogieran para integrar desde sus años de estudiante la primigenia Orquesta de Guitarra Isacc Nicola, de Las Tunas.
- Me gradué en el año 2009, pero entré a esa prestigiosa orquesta en el 2006 como primera guitarra. Los momentos que compartí con este colectivo serán siempre inolvidables para mí. Impartí clases a los alumnos de Nivel Elemental de Guitarra y fui jefe de cátedra de ese instrumento. Sigo en la Isacc Nicola, aunque también soy guitarrista de la agrupación Expresión Latina, de música popular. Es otro formato, pero me siento bien, cuenta con un brillo especial que denuncia su pasión interminable.
Lo miro y siento que ha perdido esa timidez que, en el algún momento de su adolescencia, parecía marcarle el carácter. Ahora, con 26 años recién cumplidos, atesora las experiencias de los tres encuentros de orquestas de guitarras realizados en el territorio, el Festival Plectro Habana 2007 y la Gira Nacional de la Isacc Nicola, que a finales del 2013 corroboró la excelencia de este género aquí y el profesionalismo que distingue al grupo de jóvenes tuneros.
- “Lo que más me gusta hacer es música, pero no opté por seguir esta carrera porque tengo otras inquietudes que no puedo satisfacer en el mundo musical. Me gusta la ingeniería y, en un momento de mi vida, soñé siempre con ser ingeniero. Escogí esta carrera porque es con la que más me identifico por las proyecciones que tiene.
- “No fue realmente una derrota desaprobar la primera convocatoria, al contrario. Yo tenía una meta y debía ir por ella con todo. Me preparé y me sentí satisfecho con el resultado obtenido, ya que las matemáticas que recibí en la escuela de Arte fueron elementales por las características de este centro. Me costó mucho t
... (... continúa)