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Si de tarjetas magnéticas se trata… ¡yo quiero la mía!

Si de tarjetas magnéticas se trata… ¡yo quiero la mía!

 

Por Graciela Guerrero Garay         Foto: Tiempo 21

Las Tunas.- Esta renuente. Le parece imposible que pueda aprender los mecanismos del cajero automático, por mucho que su nieto le dice que después de la primera vez es rutina. El viejo Aniceto nunca vio esos “aparatos” y apuesta porque no se le van a meter en cabeza. Sigue lo tradicional, su chequera, un talonario tras otro. Nada de tarjetas magnéticas En tanto, la noticia de las autoridades del Banco Popular de Ahorro (BPA) es notable: más de 50 mil tuneros la usan.

Citado por el portal Tiempo 21, de la radio en Las Tunas, Arnaldo Pérez Batista, subdirector comercial del BPA,  refirió que en ese soporte tienen sus ahorros más de tres mil titulares del territorio y unos 13 mil 822 jubilados cobran sus pensiones, con el consiguiente alivio de no hacer largas colas para gestionar los ingresos.

Sin embargo, todavía un segmento de la  tercera edad se resiste a las facilidades de las tecnologías, en sectores como el bancario en vía de perfeccionar su gestión y ofrecer servicios de competencia a los clientes. Aniceto está entre ellos, aunque vive quejándose de las horas de espera en la sucursal o el Correo.

Los trabajadores y emprendedores son dos grupos sociales que dan fortaleza al uso de las tarjetas magnéticas. En una cifra que asciende a los 16 mil cobran su salario por dicha opción, mientras mil 220 emprendedores efectúan sus movimientos financieros sin necesidad de visitar los bancos, además de tener cuentas fiscales asociadas a este recurso tecnológico.

Aniceto ya “está pensando” algo diferente. Ante el incremento salarial de dos meses atrás tuvo que ir varias veces a las oficinas de la Seguridad Social para obtener la nueva chequera, mientras su vecino solo fue al cajero y extrajo el dinero sin madrugar ni hacer colas.

Empero, no siempre acudir a esos sitios reporta beneficios, pues esta capital cuenta únicamente con seis cajeros y, en fechas de pago, se formas las pequeñas o medianas filas frente a los “aparatos” –como le nombra el viejo Aniceto- y la satisfacción se trunca un poco, más cuando algunos ancianos no acaban de dominar bien los procedimientos y necesitan un tiempo mayor que otros clientes.

Lo cierto es que, con peros y contras, las tarjetas magnéticas superan los aportes que hacen a la economía nacional por concepto de ahorro de papel importado – como en el caso de las chequeras -, y permiten las facilidades de domiciliar nóminas en las empresas, transferencias bancarias, pagar la factura telefónica y de electricidad, entre otras obligaciones que forman el mes a mes de los tuneros.

Aún con sus resabios, ya Aniceto las miras con “otros ojos”. Pueden simular un boom moderno, pero cada día son más los tuneros que dicen en voz alta “yo quiero la mía”. Y el BPA salta obstáculos para ponerse a esa altura.

 

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