Cultores del alma en la Tony Alomá
Por Graciela Guerrero Garay Fotos: De la Autora
La gracia viene de todos lados con una versión moderna de La Lambada. “Nuevas Estrellas” cautiva, porque integran el mensaje grácil de los rostros y el embrujo de la melodía. Una y otra vez las cinturas se enroscan sobre sí mismas. La cultura cubana no emerge desde una escenografía encumbrada. Está aquí esculpida en la sencillez del acto y el coraje talentoso de sus protagonistas.
Los pioneros de preescolar a sexto grados se embelesan, los padres y maestros igual. Las niñas- artistas de la escuela primaria Tony Alomá Serrano, de esta ciudad de Las Tunas, aunque esconden sus identidades tras una misteriosa máscara, están lindas y no son ajenas. Desde el segundo grado la Instructora de Arte Yailenis Suárez creó el grupo y cada día tiene mayor calidad, ingenio y elegancia sobre el pavimento.
Honran la Jornada de la Cultura Cubana y el X Aniversario de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, una fuerte cadena de veintidós quilates que moldea los tiernos y ocultos potenciales artísticos que llevan dentro los escolares tuneros, quienes son atendidos directamente en sus planteles por 949 de ellos, de los 991 graduados de esa especialidad en la provincia.
La magia sigue mientras la tarde cae con los dorados del oriente. Cantan, dramatizan, bailan, como consecuencia del sólido trabajo de encontrar, captar, pulir y sacar a escena a los que muestran aptitud en cualquiera de las manifestaciones y los pioneros, sentados en el amplio pasillo de la escuela, disfrutan y alimentan el espíritu para crecer más plenos y humanos.
Llegan los aplausos después que el Grupo de Teatro Relámpago actúa y se vuelven a oír, minutos más tarde, cuando Yudith Molina Peña, instructora de esta especialidad en la “Tony”, y Yelena Pérez Pérez, su homóloga en la José Mastrapa, unen talentos y regalan sobre el escenario un cuento dramatizado sobre la fantasía de una princesa, quien enseña que los verdaderos valores se llevan por dentro y no en la vanidad del vestir y tener.
El espectáculo cierra con una coreografía de “Nuevas Estrellas”, pero no todo acaba. A casa los corazones regresaron muy llenos de alegría y nuevas historias que contar. Los besos de padres y maestros estimularon a los niños y niñas pioneros que estrenaron sus dones. La luz del arte se fundió con la tarde… una tarde donde no se pudo esconder ni disfrazar la valía de los Instructores ni esa cubanía hermosa que adorna eternamente a la Perla del Caribe.
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