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13 de Agosto: ¡Salud, Comandante!

13 de Agosto: ¡Salud, Comandante!

 

Por Graciela Guerrero Garay

Gracias por existir, Comandante. Usted llevó la estrella de belén a los desposeídos. No importa que muchos nunca quisieron – no quieren – aceptarlo. Parece una misión destinada a los grandes de alma y estatura. No la que medimos en centímetros, sino la que se lleva en el alma y necesita alma para la longitud exacta, allí donde la dimensión humana quizás no tenga nociones aritméticas.

No le endiosamos. Dios puede ser un mito para los descreídos. Sus enseñanzas van más allá de las palabras. Estará siempre, tal como el tiempo que pervive y nada detiene frente a la verdad y la maldad, entre la vida y la muerte. Así de enorme es su vida para pueblos y pueblos. No solo el suyo. Creo es justo eso lo que jamás perdonan quienes intentan desconocer sus virtudes y su universalidad.

Es difícil resumir vocablos y apretar la grandeza y la inmortalidad de sus ideas. No le ensalzamos, reconocemos. No buscamos el pretexto de una fecha, la alabamos, porque,- aunque pudo ser impredecible-, el décimo tercer día del octavo mes de todos los tiempos, traerán la fuerza del valor de sus acciones y la justicia de su obra. No contarán los almanaques ni las desmemorias.

La ancianidad y sus comparecencias temporales tampoco desmeritan el alcance vital de su presencia, tangible en los amaneceres y las sonrisas de muchas generaciones de cubanos y terrícolas a quienes, con sus manos y su pecho, Usted le abrió  caminos, mostró la lucha necesaria, regaló libros, azadas, esperanzas, sueños, metas, certezas, presente y porvenir.

Sabemos no es dado a las lisonjas, pero todavía nadie ha podido esconder el sol. ¡Felicidades, Comandante! Sus huellas jamás serán borradas de la historia. Es aliento en los corazones de los hombres y la tierra. No hay que regalarle adjetivos ni palabras bonitas. Usted es el regalo. Pedestal y empuje. Vaya, pues, el abrazo agradecido y ese honor de tenerle, Comandante.

¡Salud, Fidel, salud!; en un himno vendrá, como el viento, a llenarle de luz sus visionarios ojos este 13 de agosto. ¡Gracias por ser y por estar!

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