Estos días de mar Las Tunas ofrece
Texto y Fotos Graciela Guerrero Garay
El mar siempre será ese universo infinito vestido de azul, con orlas espumosas que van…vienen... Besan…vuelven. Las Tunas, la conocida y cada vez más renovada ciudad Balcón del Oriente tiene, en su litoral norte, una cadena de ese hermoso regalo natural donde, para muchos, reina Yemayá y el estrés desaparece por arte de magia.
Quizás, por eso, para los tuneros es una de las ofertas más tentadoras que trae el verano, aún cuando llega cada año con temperaturas más calientes y un sol que hace sudar hasta las piedras. Sin embargo, nadie se resiste y salta por encima de cualquier contratiempo y se va allá, al municipio de Puerto Padre, bendecido por las aguas saladas, la arena y el baile de las olas.
Por gracia no le viene el epíteto de la Villa Azul, honores que no pueden quitarle en el sur sus homólogos de Manatí y Amancio, con sus puertos y sus también agradables Bases de campismo Los Pinos y Guayabal, respectivamente. Tampoco es el azar el que permite que exista en el litoral norte de Las Tunas el Hotel Brisas Covarrubias, el más significativo polo turístico de la provincia y en franco desarrollo por sus características peculiares y esconder bajo su seno uno de los fondos coralinos más importantes de Cuba.
Con categoría Cuatro Estrellas y 11 kilómetros de vírgenes playas, finas arenas blancas y un mar inmenso, existe allí un sistema propio de cavernas habitadas por cientos de especies marinas y su paquete está clasificado en el régimen de Todo Incluido, con lobby bar, acuabar, restaurante Buffet, Ranchón de Playa, Ecodisco, piscina, gimnasio, bar, tienda, cancha de tenis, servicio de masajes y deportes náuticos como catamarán, canoa, kayak, bicicletas y buceo, entre otras opciones culturales y específicas para niños, y programas de animación.
A una distancia de 90 kilómetros de esta capital, Las Tunas, y 45 de la ciudad de Puerto Padre, la infraestructura hotelera está en primera línea de playa, marcada por magníficas condiciones morfológicas, una franja de arena de unos ocho metros de ancho y una barrera coralina de coral negro y variedad de esponjas.
Ahora un proceso de nuevas inversiones amplia y aprovecha su genial enclave, donde resaltan las habitaciones con vista al mar y otros atractivos y comodidades que convierten a Brisas Covarrubias en un puente eternamente virgen, ecológico y saludable que Las Tunas ofrece entre los muchos mágicos colores que distinguen a la Mayor de las Antillas.
El litoral norte de la Villa azul es este verano y siempre una orla espumosa que va… vuelve… y regresa con un trazo infinito de ese cielo turquesa que es Cuba y el Caribe.
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