Los tuneros buscan las ciudades y los cubanos, La Habana
Por Graciela Guerrero Garay Fotos: De la Autora
Aunque el viejo Ramón González nunca ha querido salir de su conuco en un intrincado paraje de Mejías, en el sureño municipio de Jobabo, no son pocos los tuneros que abandonan el campo y se van a los asentamientos, hecho que marca las tendencias demográficas de Las Tunas para los próximos años y es un fenómeno acuñado hoy y promotor de que esta provincia sea una de las pocas del país con cinco ciudades.
Ver el suceso en cifras, según estudios de la Oficina de Estadísticas e Información (ONEI) en este territorio, no tipifica en muchos casos las motivaciones e individualidades de un proceso que mantiene activas las curvas de análisis poblacionales en Cuba, como sucede con Ramón, quien con más de 85 años, viudo y la mayoría de sus hijos en la zona urbana, se aferra a mirar sus platanales y, de vez en vez, atender en lo que puede sus cosechas.
Historia aparte, la emigración interna en el país induce que a cubanos y cubanas les gusta cambiar de entorno y buscar mejoras de vida relacionadas con el trabajo, los salarios, la superación y formas más plenas de recreación, aspectos recogidos en los informes de la ONEI a partir de los resultados del último Censo de Población y Vivienda realizado en el 2012, el cual arrojó que el 11,2 por ciento de la población son emigrantes interprovinciales.
Muy cerca de la mitad de ellos radican en La Habana – el 46,1 por ciento hombres y el 53,9, mujeres -, provenientes básicamente de las provincias de Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, en tanto los tuneros se mudan igual aunque en los últimos dos años mantienen estable su línea de movimiento; y es mayor la cantidad que lo hace hacia La Habana, Camagüey y Holguín que quienes deciden trasladarse dentro del territorio.
Al detenernos en las estadísticas de este oriental Balcón cubano vale señalar que el envejecimiento, el descenso de la tasa de crecimiento poblacional y la concentración de las personas en las ciudades son las principales tendencias demográficas hasta el 2025, y es de destacar la enorme disminución del incremento del número de habitantes desde hace más de 20 años a pesar de existir en fechas recientes una recuperación de los nacimientos y crecer ese indicador en comparación con 2013, para cerrar el pasado diciembre con 535 mil 28 personas.
Paralelo a estos estudios de la ONEI, el Censo de Población y Viviendas reveló por primera vez en el país la cantidad de cubanos que se desplaza diariamente de sus lugares de origen para trabajar, sin que ello signifique un cambio de residencia habitual. En ese sentido se supo que 473 mil 587 trabajadores, mayoritariamente hombres, se trasladan dentro de sus territorios para ejercer sus desempeños.
Tal movimiento geográfico ocurre con mayor intensidad en La Habana – donde el 33,7 por ciento de los ciudadanos en edad laboral lo hace en un municipio distinto al que pertenece, mientras que en Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo más de mil habitantes se mueven hacia otros lugares y por un tiempo más largo.
Otro elemento interesante es que La Habana califica como la provincia de más grande proporción de residentes nativos, seguida de Mayabeque, Matanzas y Artemisa, a la par que Guantánamo marca la primacía en ser la que conserva la menor cantidad de oriundos y después se ubican Pinar del Río y Cienfuegos.
No hay dudas de que los desplazamientos internos en la Isla ocupan el diarismo de millones de cubanos y cubanas, amén de que otros tantos como Ramón González se afinquen a su pedazo de tierra y no se van “aunque le den candela”, tal como aseguró a esta reportera y una de sus hijas lo presione cada mañana sacarlo del monte por los problemas que tiene de salud.
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