Crece la mujer cubana en representatividad social
Por Graciela Guerrero Garay
El Día Internacional de la Mujer tendrá en Cuba una razón más para celebrarse con mayor equidad y justicia social a favor de la lucha por la igualdad de géneros y la participación, cada vez creciente, del acceso femenino a altos cargos del poder y el ejercicio profesional.
Esta realidad, patente y tangible desde el triunfo de la Revolución, se demostró sin tapices en la reciente constitución del Parlamento en la Isla, donde las cubanas ocupan el 48,86 por ciento de los escaños de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cifra que supera en 266 la registrada en la nómina del órgano legislativo anterior, el cual se renovó el pasado 24 de febrero.
La presencia femenina en cargos de dirección no queda solamente a este alto nivel de Gobierno, sino que en el Consejo de Estado, electo en esta VIII Legislatura de la ANPP, las mujeres representan el 41,9 por ciento de sus 31 miembros y dos son Vicepresidentas, hecho que destaca la participación social y el prestigio ganado por ellas en el país.
El próximo 8 de Marzo igualmente se espera con la satisfacción de que en 10 provincias de las 15 de la nación, encabezan las máximas direcciones del Gobierno a ese nivel, lo cual toma mayor relevancia si tenemos en cuenta –según datos preliminares del último Censo de Población y Viviendas 2012 – el predominio de la masculinidad como género y la existencia de unos 6 mil 418 asentamientos humanos rurales, de los 7 mil 15 registrados.
Por sí mismas estas estadísticas confirman que la socialización de las cubanas gana un protagonismo cada vez mayor en todas las esferas del desarrollo intelectual, aún cuando todavía asumen los mayores roles en la conducción de la familia, son altos los índices de divorcio y no se puede desclasificar a esta fecha la tendencia machista de la sociedad.
Con todo, las mujeres en la Mayor de las Antillas también alcanzan dignos parámetros entre la fuerza técnica y profesional del país, al superar más del 65 por ciento de inclusión en esta categoría y destacar, además, en oficios exclusivos del hombre hace algunos años atrás.
Este salto cualitativo y cuantitativo convierte al Día Internacional de la Mujer en Cuba en un verdadero terremoto de valores y enterezas a favor de las cubanas, quienes desde 1959 hasta el presente siglo supieron aprovechar las garantías y oportunidades que tienen aquí, donde se desmoronan por sí mismos los castillos sexistas que tratan de marginarla y convertirla en un objeto estéril de los procesos sociales en muchas naciones del mundo.
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