Blogia
tugrace

Memorias, Recuerdos... Vivencias

FMC en mi barrio: Imposibles vencidos

FMC en mi barrio: Imposibles vencidos

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: Ángel Antonio Chimeno

Las Tunas.- Es lindo sentir los latidos de mi avenida, las vibras del barrio, la fuerza de mis paisanas. Se olvida todo. Solo ves carmín y los atuendos bonitos en las hileras de sillas desde donde aplaudieron y cantaron. Mucha alegría femenina por esta Circunscripción 123, ubicada en la demarcación del Consejo Popular 18, de esta ciudad capitalina de Puertas Abiertas.

Regocijo y satisfacción por compartir con la Secretaria General de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y miembro del Buró Político, Teresa Amarelle Boué, quien confraternizó sin frisos los encantos de una noche sencilla y de homenaje. Abrazo de creadoras invencibles. Son guerreras, no importa si la trinchera es la casa o el más sofisticado centro de la ciencia.

Agasajo emotivo el de este martes último, a pocas horas de la cita acontecida en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García, donde las tuneras continuaron la fiesta por el 63 Aniversario de la organización, al ganar la emulación nacional y acreditarse las actividades centrales por la fecha. Un compromiso constante, no cuenta si los desafíos son mayores.  

En la ancha Avenida Primero de Enero, compartieron ese cariño con voces altas que une a las 580 mujeres integrantes de las nueve Delegaciones de los Bloques 68 y 68 A y B merecedoras de este encuentro en la localidad cabecera.  Empoderan sus triunfos y resultados del trabajo cotidiano, tal como destacó en sus palabras Yudelkys González, Secretaria General de la FMC en el municipio Las Tunas.

Válido intercambio que tomó rostro en las experiencias de la joven ingeniera Dianelys Tejeda Salinas con las acciones preventivas que realiza la Federación en las comunidades, para evitar males mayores y no permitir, por ejemplo, que la juventud tuerza sus caminos. O que fue reafirmación y entrega a la Patria y sus momentos cruciales en la intervención de Yanet Santana, licenciada en Enfermería y coordinadora de la zona 155 de los CDR. Nadie tiene que venir a decirnos lo que tenemos que hacer, resaltó.

Vilma, con su ejemplo eterno, allí en ese impulso de continuidad, resumido en el carné de nuevas miembros que recibieron las adolescentes Elen González, Iliana Betancourt, Irene Silva y Paulina Medina, de manos de las Secretarias de la provincia y el municipio, Yuleinys Osorio y Yudelkys González, respectivamente.  

También entre canciones de entrañable cubanía, Manuel  Pérez Gallego, primer secretario del Partido en Las Tunas, entregó el carné que distingue como militantes de la organización política a las federadas Yanet Santana e Ibelis Olano.

Y mientras la noche quedaba muda de silencios con las horas, y un olor a caldosa venía entre los soplos de la agradable brisa que movió las banderas cubanas con ritmos de victorias, Teresa Amarelle abrazó a sus federadas destacadas, junto a Julio César García, funcionario del Comité Central.

Con rosas en las manos y luciérnagas de fe estaban Rosa Tamayo Naranjo, - la secretaria del bloque ganador-;  Doris Gómez, Alina Acanda, Dianelys Tejeda e Isabel Pérez. La ovación engrandeció. La Secretaria General del país acercó las fuerzas de esa voluntad enorme de ser vencedoras y sin imposibles. Y el certificado Comunidad XI Congreso de la FMC llegó a los corazones de los vecinos y familias de la demarcación. Adisleidys González no escondió su orgullo al recibirlo.

Conversaron, conocieron a las secretarias de otras provincias, a las integrantes del Secretariado Nacional. Contaron anécdotas entre risas y "cosas" de Leñadores y campeones. Gracia femenina en ristre. Revolución como la palabra, la misión y el amor infinito. El diálogo cercano, comunicativo, intimista… y esa aura espontánea de ser cubanas, un puño de "adelante y vamos".

El recorrido por la ya prestigiosa avenida brilló como oro. Varias mesas ratificaron que la iniciativa popular es infinita… artesanía de útiles domésticos, dulces, ensaladas, alimentos ligeros. Manos de magas culinarias, costureras, innovadoras... en fin, el alma y el cuerpo del abracadabra: Mujeres, ahora federadas en el clímax del empoderamiento.   

Fue un martes de luz propia, en la víspera del gran día. Este 23 de Agosto que trajo a las marianas de siempre, dispuestas, más fuertes. Una jornada que dejó huellas en un Consejo Popular que crece con sus heroínas, creativas, sacrificadas, sin tiempo para el descanso cuando la campana de la libertad llama y hay una misión en la cabalgadura.

Linda noche de mujeres cubanas, tuneras, vencedoras perpetuas sin miedo ni imposibles. Yo feliz de decir este es mi barrio y mis paisanas, mi gente caramba.  Imposibles vencidos.

Mi barrio de Mujeres

Mi barrio de Mujeres

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: Ángel Antonio Chimeno

Las Tunas. – Desde que les dieron la noticia de que la celebración por el 23 de Agosto en el municipio capital sería en el Consejo Popular 18, justo en la zona de los edificios que se alzan en ambos laterales de la Avenida Primero de Enero, no tuvieron descanso. Hasta este martes, el delegado Ricardo Romero Drake perdió la cuenta de las veces que recorrió y atravesó esa notable vía del reparto Santos, donde vistió de galas el coraje femenino este martes.

En un "pestañazo" lo descubría, desde mi balcón, rodeado de mujeres… Mercy, Alicia, Barbarita, Rosa, Maritza, Raquel… En la aparente tranquilidad del barrio las líderes de la Federación y los presidentes de los CDR "planeaban algo". Había curiosidad en la gente hasta que se filtró la razón del camina para aquí y ve para allá: el convite de las tuneras sería aquí, esta noche.

Ganaron la sede con trabajo permanente y cotidiano, muchas veces invisible para la membresía, quizás por aquello de que en los últimos tiempos no hay "ruidos de reuniones" y las metas tuvieron que adaptarse a la mortal rigidez de la pandemia, la endemia y las escaseces de la crisis económica sobrevenida.

Lo cierto es que estos días previos fueron "bien locos" para el Grupo de Trabajo Comunitario. Entre las visitas oficiales para organizar la lucidez de la actividad y ordenar los detalles de este bonito encuentro, que durante la jornada rompió los silencios habituales de la cuadra.

 En cualquier punto de la acera, con ellas y muchas más, se improvisó una reunión con aviso "de ahora mismo". Nada podía fallar en esta fiesta de reconocimiento a las tuneras, quienes bien ganaron su sede con trabajo constante y entregado.

Decidieron estar a la altura, una vez más, del Aniversario 63 de la fundación de la máxima organización femenina de Cuba, cuyo acto central nacional se celebra mañana 23  en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García, de esta ciudad de Las Tunas, porque las tuneras ganaron la emulación entre sus homólogas del país.

Y mientras la tarde de este martes avanza, en la Avenida Primero de Enero, música, trabajo y preparativos para el abrazo de la noche estrechan emociones. Las fotos hablan. Las mujeres y mi barrio están felices. La esperanza vuela.

El maestro que lleva dentro

El maestro que lleva dentro

 

 

Por Graciela Guerrero  Garay              Foto: Reynaldo López Peña

Yusely, su compañera de trabajo, dice que es buena gente. Él en su puesto de custodio en la Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García mira las estrellas o los conos de sombras que, cual olas de elefantes gigantes, hacen las palmas y los árboles que la rodean bajo los reflejos de la luna o las  luces de los carros que transitan por la Avenida 2 de Diciembre, donde está enclavada desde el 26 de julio de 1997.

La histórica Loma de Peralejo es un buen lugar para recordar, aunque el tránsito vial de la zona despierte al silencio y este hombre interrumpa sus meditaciones. Siente orgullo de cuidar el sitio que cobija tantos hechos patrióticos y, por instantes, imagina la artillería mambisa que en los finales de agosto de 1897 se emplazó en la amplia explanada y destacó como tirador a José Julián Martí, el hijo del apóstol. Las   acciones militares estaban bajo el mando del Mayor General Calixto García, quien sitió, atacó y tomó la ciudad.

La vista se le pierde donde ahora pueden concentrarse 125 mil  personas… Vive de nuevo los desfiles del Primero de Mayo, los actos por el 26 de Julio y hasta la icónica presentación de la orquesta Los Van Van, el 20 de noviembre  del 2010 y en la cual el Tren de la música cubana rompió record de bailadores y el suceso cultural fue el más importante del año en la provincia. Más de 60 mil tuneros protagonizaron tal relevancia. Parecía un baile infinito.

Pedro Cárdenas Espinosa disfruta su trabajo. Quizás por eso las noches se van pronto y no echa a ver si una sonrisa lo delata, mientras piensa en los mejores momentos de su infancia. En el corazón guarda aquella pizarra con la que solía dar clases a sus  amiguitos del barrio, siendo pequeño igual. También ahí andan la honestidad de la familia, la humildad de sus padres y la crianza recta, educada, que le llevaron a ser un Pionero líder y tener cargos en la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media.

A los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) dedica ahora la mayor parte de su tiempo.  Con 14 años decidió seguir la pasión paterna por la organización y nunca dejó el camino:

"Hace alrededor de quince años asumí la presidencia del CDR 2 'Rolando Pérez Quintosa', de la zona 268,  Circunscripción 123, en el reparto Santos, pertenecientes al Consejo Popular 18. Somos 62  miembros y hemos merecido la condición de Vanguardia Nacional por un trabajo mantenido por años. Nuestros vecinos son muy entusiastas y participativos en la comunidad.

"Para todos es un reconocimiento que nos llena de orgullo y nos une mucho más. Estos resultados lo avalan las guardias cederistas, las tareas de limpieza, la asistencia a las reuniones,  las donaciones de sangre y la participación en cada actividad que nos convoquen desde  cualquier instancia. La atención solidaria a personas con situaciones sociales y un Comité Pioneril, con siete niños, también forman parte de nuestras fortalezas, como los aportes realizados al hospital Pediátrico Mártires de Las Tunas y a los damnificados por el ciclón en Pinar del Río", dice Pedrito, como lo identifican con cariño por doquier.

Queda pensativo y, de pronto, sonríe. Estas últimas semanas también fueron agitadas para su Comité y los factores de la zona. El "Rolando Pérez Quintosa" lo escogieron para recibir a los delegados a la Asamblea provincial X Congreso de los CDR, desarrollada el viernes 14 en la sede de la Universidad,  con la presencia de Gerardo Hernández Nordelo, Coordinador Nacional de la organización.

En los preparativos y la organización de la importante actividad estuvimos todos – cuenta -. Desde la tarde del jueves la cuadra cambió. Fue muy bonito compartir con Gerardo, el de los CINCO, como le llama el pueblo. Se le hizo un recibimiento muy revolucionario y una entrega  cultural de calidad, y la caldosa no faltó. Los cederistas y los invitados la pasaron muy bien, incluidos los niños que tuvieron un espectáculo de payasos y llegaron a la media noche bailando.

Esa unidad cotidiana es la que resalta el trabajo de Pedrito como presidente. No acepta que las cosas salgan mal y desde su cargo de Secretario ideológico de la zona brinda apoyo incondicional y asesoramiento al resto de los CDR.

En su hoja de méritos  guarda con celo la propuesta  de su colectivo en el 2004 para ser precandidato a Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y en el 2019 a Miembro del Comité Central, a lo cual suma muchos reconocimientos de Destacado como Agente de Seguridad y Protección desde hace más de veinte años cuando inició su vida laboral en el aeropuerto Hermanos Ameijeiras, de esta ciudad.

Militante, dirigente sindical, marcado por la puntualidad y el "no descanso hasta cumplir con la tarea asignada" Pedrito se autocalifica como un consejero natural y un trabajador que llama las cosas por su nombre. Reconoce el apoyo de los dirigentes comunitarios y confiesa que siempre entregará a los CDR, la cuadra y los vecinos lo mejor de sí.

Y quien lo ve caminando el barrio, afectuoso y aleccionador, piensa que sí, que tantos años como presidente, obtener la condición de Vanguardia Nacional y cumplir con frenesí varias responsabilidades es por eso, por el maestro que lleva dentro.  El X Congreso de Septiembre ya le anotó una nueva meta en su agenda: ratificar la condición que llena de  entusiasmo y compromiso a su gente. No hay que apostar. Se da por hecho.   

Los "lirios" de Barbarita

Los "lirios" de Barbarita

 

Por Graciela Guerrero Garay     Foto: Ángel Antonio Chimeno

Incuestionablemente le gustan las flores. Me inclino por las exóticas.  Al lado de la ventana, en la jardinera frente a su apartamento, un cactus de espinas largas y llamativas flores blancas recuerda que esta planta simboliza el equilibrio energético y atraen buena suerte, según el Feng Shui. En su portal balcón crece, en un macetero, la llamada Corona de Cristo de color rojo, también con ese atractivo misterioso que la envuelve.

Habla pausada, pero la fuerza de su voz y sus razones destacan entre el gesto y esa femineidad suave que distingue a Giselda Bárbara Mir Sanabria, Baby o Barbarita para todos. Una mujer donde lo extraordinario es exigirse a sí misma para, después, pedirles entrega y casi perfección a los demás. No siempre es bien querida por ello y uno que otro desencuentro la persigue. Aun así, no se da el lujo de que escape la justicia y lo correcto ande cojo por ahí.

Abril, mayo o el día de más bajo perfil  es una mezcla compacta y profunda de sentimientos para ella, una entrega  de tenaz sacrificio. La jubilación reciente es una fortaleza. Sus alumnos y compañeros de la Universidad saben del conocimiento y la pertenencia, de sus valores.

La labor de los CDR y la FMC ahora, con apremio, necesitan de las manos abiertas de sus líderes. Y la primavera nunca deja de ser de la Unión de Jóvenes Comunistas, que le reconoció sus entregas incondicionales con numerosos certificados a través de los años de ejemplar militancia, entre los cuales resalta el Sello Laureado de la UJC.

Cada momento puede ser un amasijo de trabajo, alegrías y tristezas constantes. Jamás olvida la pérdida de su hijo mayor, un joven oficial del Ministerio del Interior quien con 28 años, en una guardia de servicio, fue víctima de un homicidio por imprudencia. Los días de Girón, de uniformes verde olivo, de encuentros casuales en la calle con jóvenes como él aprietan más fuerte los nudos alrededor de la garganta, más cuando la sacude la reciente muerte de su esposo.

Empero, otra vez, Baby rearma sus cristales rotos y es como aquella niña, quien nació un cinco de Diciembre de 1958 en el municipio de Amancio, amante de la playa y sus maestras. O la que disfrutaba de las reuniones familiares, correteaba alegre por el círculo infantil Roberto García Blanco y fue lucero del carnaval infantil.

Recuerdos que dibujan una sonrisa en su rostro y lo iluminan, para desdibujar esa huella de nostalgia que parece acompañarla siempre, pero que desmiente su férrea voluntad de mantener activo, como presidenta por largos años, su Comité de Defensa de la Revolución (CDR) número 4, de la zona 268 , en el Consejo Popular 18, de esta ciudad.

Tesoros que guardas en tu memoria…

"Mi enseñanza primaria. Nunca olvidaré la Escuela 13, Comandante Fajardo, donde cursé parte de  esta enseñanza y, luego, en la 5. Siempre amé a mis maestras.  Por un llamado de Fidel que pedía la formación de maestros, al concluir el sexto grado, fui a estudiar Magisterio en el Caney de las Mercedes, en la provincia Granma.

Otra vez queda quieta, pensativa, como si fuera hasta allá, a la indómita ciudad, cuna del himno de Bayamo, donde también apostó por dar lo mejor de sí para formarse como educadora y convertirse en una mujer hecha y derecha. Regresa triunfante a su Amancio del cariño y acuñador de sueños y metas, de realización.

"Trabajé como maestra primaria en la Escuela 13 y fui directora  del Movimiento Juvenil en la Arsenio Yero. Regresar a Amancio fue algo hermoso para mí, sobre todo cuando un tiempo después por solicitud del Gobierno y la dirección de Educación, me trasladaron para dirigir el círculo infantil Roberto García Blanco. Fue un orgullo trabajar allí, donde me crié.

El día después…

Metas es una palabra constante desde pequeña. Cada día era un nuevo reto para el mañana.

"Seguí estudiando y me gradué de Licenciada en Educación en 1989, en la especialidad de Historia y Ciencias Sociales. Nos mudamos a esta ciudad y laboré en diferentes centros. En todos, cumplir con responsabilidad y amor mis tareas fue siempre algo sagrado, constante.

"Fui subdirectora por varios años de la escuela de oficios Ramón López Peña, al tiempo que impartía clases de la asignatura Fundamento de los conocimientos políticos.  Desde 1996 hasta 2001, fecha en que paso al Politécnico de la Salud, soy profesora de la disciplina de  Estudios Sociopolíticos. En esta etapa pasé un curso de actualización política en la Escuela Superior  del Partido Ñico  López.

"A partir de este momento me desempeño como Jefa del Equipo Municipal de Opinión del Pueblo en el Partido a esa instancia. Aquí paso más de 20 años de mi vida. En el 2001, cuando dejo el Politécnico, voy a trabajar en la Delegación  del CITMA como Asesora en Política de Cuadros y, en el 2007, me traslado a la Universidad Vladimir I. Lenin.

"Esta labor es intensa y muy gratificante. Comienzo como profesora educativa en la Residencia Estudiantil.  Posteriormente, ocupo la responsabilidad de  Subdirectora para el trabajo educativo".

Y entre tantas tareas que no permiten un después, Barbarita – como la llama la mayoría,  estudia y se supera, alcanza los títulos de Profesora Auxiliar y Master en Dirección.

No es de extrañar entonces que muchísimos diplomas, certificados, sellos y  Medallas devuelvan, desde lo moral, esa entrega infinita de la educadora y militante del Partido ejemplar, a la mujer sin tiempo, a la madre y abuela maga, a la federada y cederista perenne y la revolucionaria de cepa, a pesar de que su alma ande en esa lucha constante por acorralar la tristeza que le traen ausencias insuperables, como la pérdida de su hijo y, hace muy poco, la de su compañero de vida.

La mesa de su modesto apartamento nos muestra los momentos que le iluminaron los ojos en instantes muy duros, en los que sólo la voluntad del compromiso y  el ser ella, por encima de todo, la echaron a andar… Siento que hablan de eso sus tantos estímulos, en los cuales destacan el de Vanguardia Provincial de Educación y la "Rafael  María de Mendive".

Hasta luego bonito

No es dada a la vanagloria, sí a la sinceridad. Tampoco gusta hablar de sí misma. No hace falta. Los hechos lo dicen todo, aunque el pecho necesita lavarse de las lágrimas que guarda. Quizás por ello el abril de flores y  la primavera la sacudan. Dos seres muy queridos se fueron entre la lluvia y los colores reverdecidos de la temporada.

Empero, la existencia siempre trae esperanzas y hace que los tonos grises blancos eclipsen al negro. A ella la vida la premió con este sortilegio y, recientemente, una enorme alegría y el abrazo colectivo espantan la nostalgia… llora de otra manera.

“Decidí descansar…”

Calla. Fija la mirada en un punto indefinido  del pedazo de cielo que se deja ver por el espacio de la puerta de la sala. Dos bonitos y elocuentes cuadros reconocen los esfuerzos de sus últimos años de trabajo.  Uno habla de sus  más de 30 como cuadro en la Universidad de Las Tunas y, el otro, por los 15 dedicados a la formación de los jóvenes en la Residencia Estudiantil.

Justo la primavera quiso compensarla y entregarle el abrazo y los besos de los cientos de universitarios tuneros a quienes educó desde el  amor leal  de la pedagogía, les mimó en los trances cotidianos que necesitan apoyo espiritual más que regaños y les mostró el camino  salvador de las esencias martianas.

Igual va ahí el respeto y cariño de sus compañeros de la gran casa de altos estudios, quienes trasmitían el sentir de una comunidad que la vio crecerse como Quijote en etapas de serios problemas familiares, los cuales nunca la alejaron de sus obligaciones. O la admiración por su actitud durante el tiempo en que su hijo Idemaro, el joven cirujano que la llena de orgullo y vitalidad,  cumplió misión en Venezuela y le tocó ser timonel de todo, sin dejar de cumplir con sus tareas medulares.

Y es que Barbarita es sencillamente una mujer de mayúscula. La mano recta tendida. La ternura en silencios y voces. Un pedacito de los sueños bravíos de su natal Amancio y ese coraje infinito que gravita sobre su isla grande y el terruño que un día bonito la acogió para bien…"Las Tunas querida”. Es, sin falseada metáfora, la flor blanca, especial, que nace entre las espinas del cactus que adorna su ventana como el más puro de los lirios.

 

 

 

Día Internacional de la Enfermería: las homófonas de Mirtha

Día Internacional de la Enfermería: las homófonas de Mirtha

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: Cortesía de la entrevistada

Sentada en su terraza, con una tasa de café delante y varios libros, siempre la encuentras en las tardes, después de las cinco. Es una suerte de ritual poético consigo misma que le ayuda a “saltar” el maremoto cotidiano de quehaceres domésticos, el estrés del tiempo de pandemia que “es demasiado largo” y mantener el humor vitalicio y ocurrente que la distingue. La se de memoria en la distancia.

Aprovecha la llamada telefónica y me recuerda que desde el año pasado quiere hacerle público el regalo que le tiene a las enfermeras. Este 12 de mayo es el Día Internacional de la Enfermería y otra vez vuelve su décima de palabras homófonas a cantar con la métrica y su voz.

La filóloga que llenó casi a diario de bromas y risas las “polleras” de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, la amiga de los escritores y poetas tuneros – y de la isla entera- hojea un tesoro de papel que es su suerte de hijo primògénito, en ese mundo donde los sueños compadrean con el talento de un coro de musas.

Así nació “Juego de palabras”, en proceso de edición por la Sanlope, y en el cual “Gratitud” destaca y parece que Mirtha Beatón Borges lo escribió para el presente de “Abdala”, y los grandes sacrificios que hacen las enfermeras tuneras y cubanas para enfrentar y detener un virus tan mortal y contagioso como la Covid -19.  

A ese pinchazo salvador van los versos octosílabos esta mujer, quien sigue tan pegada a la literatura y la poesía “como si no se hubiese jubilado y todavía viviera esos hermosos 11 años en los que fundó y dirigió la vital editorial de Las Tunas.

“A todas las hadas de la medicina les dedico mi décima. Es hermoso saber que están vacunando a sus colegas, que en meses estaremos protegidos. Es lindo para mí entregarle mis versos en esta fecha tan de ellos y de su amor por la vida”, dice desde el corazón... y las letras y la música del ritmo besan la mañana de este miércoles  12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería.

GRATITUD

La “seño” se llama ADA

Y trae el medicamento

Que me pondrá en un momento,

Con su mano delicada.

La “seño” se torna un HADA

Gentil le ofrezco mi brazo

No duele nada el pinchazo

Y yo aliviado suspiro

Ella me mira, la miro

Y en la distancia, un abrazo.

Mi jardinero

Mi jardinero

 

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: De la autora

Las Tunas.- Noté su presencia por el corte de las buganvilias y la tierra removida y limpia de los contenes. Pensé, y no fui la única, “por aquí anda un nuevo jardinero”.  Una mañana, en efecto, lo vi. Apenas levantaba los ojos del suelo y el interés y el amor le corrían como el sudor que mojaba su camisa. Ese hombre, de aspecto bonachón y serio, convertía en otras a las áreas verdes de la avenida Primero de Enero, en el reparto Santos, de esta ciudad.

Desde entonces, sentí deseos de acercarme y lo observé. No era simple rutina laboral sacar, con sus propias manos,  cada piedra o suciedad que afeara las largas jardineras de la también “estirada” calle y, menos, volver en la tarde, con el sol del mediodía pegado en la cabeza,  a continuar lo pendiente y relimpiar lo que pudo ensuciarse. En él muchas palabras bonitas y buenas virtudes hacen la conjugación perfecta.

Los recuerdos de su natal Jesús Menéndez le llenan los ojos a la primera pregunta. Trece y más años en trabajos de silvicultura dentro de la brigada de Paso Pata, de la Empresa Forestal de ese municipio,  le hicieron conocer los bosques y sentir el influjo de las plantas…

_ “ Hicimos muchas actividades como obrero silvícola. Cumplíamos ciclos de tratamiento y mantenimiento a las plantaciones;  sembramos, cortamos leña y fabricamos carbón. Trabajábamos en varias funciones y eso me enseñó a conocer mucho de las diferentes especies que teníamos allí, unas con más desarrollo que otras”, dice en ese tono sereno que denuncia su humildad.

Mueve poco las manos, dadas al empeño fuerte, campesino.  No es parco, pero tampoco hablanchín. Es cordial y una siente que tiene delante a un ser sincero.

_ “ Llevo solo un año  trabajando en Servicios Comunales. Cuando vine a Las Tunas me propusieron incorporarme allí y como uno está acostumbrado a trabajar, pues acepté. Me ubicaron en las Áreas Verdes de la zona 3, por los alrededores del Telecentro. Allí estuve unos ocho meses. Y luego aquí, que es la zona 5.

_ “ La jardinería como tal, en cursos u otra superación, nunca la estudié, pero me gusta hacer bien mi labor, tener resultados, sentirme bien conmigo mismo. Esta avenida estaba mal atendida y me propuse cambiarla. Ya hoy la comunidad lo nota y va tomando conciencia de la necesidad y lo bonito que es vivir en un lugar agradable.

_ “ Ya puedo decir que los vecinos me sienten parte suyo.  Guardo con gratitud el gesto de Rafael Mancebo, quien me dio una tijera de podar que era de su papá. Uno usa machetes, y aún cuando el trabajo es más rápido, eso maltrata a la planta. Con las tijeras uno puede hacer cortes y redondear con más arte, te quedan más bonitos. Eso es lo que hago, sentir cada planta mía, enseñarles que los árboles no se arrancan, porque en inicios sembré unas palmitas y las arrancaron. Ya no, hasta la tiradera de basura a las aceras y los bajos de los edificios se ha controlado. Ese churre caía en los jardines”.

Hace una pausa. Aprovechamos para mirar a “Isora”, otra especie ornamental que distingue a la “Primero de Enero” y conocida también como “Cruz de Malta”, “Coralillo” o “Santa Rita”. Sus tiernas flores rojas le cautivan y dice que es muy agradecida. Igual me cuenta de cuando muy joven, con 17 años, inició su vida laboral en una granja de ganado ovino. Los animales sí agradecen lo que haces por ellos - asegura-. Los árboles igual, pero es proceso más paciente, recalca. Y eso vino por aquello de que si hablarle a las flores las hace brotar más rápido.

_ “ No creo eso, lo he escuchado pocas veces. Yo no les converso. Yo les doy como debe ser su atención. Y sí, todo lo que recibe amor te lo devuelve. Este trabajo mío es más notable porque los barrenderos hacen bien el suyo, y las dos cosas se complementan y la avenida se ve limpia y florida, con un estilo.

_ “También las personas deben ayudar a cuidar los espacios en que viven. Es salud, alegría, motivación. Yo estoy muy contento. Me siento útil y feliz conmigo mismo. Nunca quisiera me cambiaran de zona, pero eso no depende de mí. Quiero ver crecer las palmas que sembré hace poco”.

Lo imagino coger su bicicleta al filo de las seis de la mañana, una hora después de sus madrugadas cotidianas, quizás con su entrañable “Menéndez” en la cabeza y el tiempo en que no va a verlos. Para él también el injusto bloqueo y la pandemia del Covid – 19 son esquinas rotas que aprietan el alma y complican los días . Se acaban las preguntas. Toma su paso firme y va allí, a las buganvilias que lo esperan del otro lado de la acera. Cierto, caramba, este hombre llamado Dune Félix Carralero Pérez merece el honorable título de jardinero. Mi jardinero.  

 

 

 

 

 

Los ángeles son enfermeros

Los ángeles son enfermeros

Los ángeles son enfermeros o ¡viceversa!

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: De la autora

Las Tunas.- Algunos no gustan de  esa mirada profunda y recta con la que  suelen acompañar los buenos días tempraneros en las salas de los hospitales, cada vez que asoma el amanecer entre el gélido silencio de los cubículos. Otros se incomodan cuando una vena “traviesa”  se resiste y la extracción, el suero o un medicamento intravenoso duele más. Al caer la noche, claudican y agradecen que, con sus modos y prácticas, son ángeles dispuestos a calmarles los entuertos del cuerpo y el alma.

Enfermeras y enfermeros. Pasos suaves, casi imperceptibles, que dejan en los no siempre mudos pasillos de  granito sus huellas, pensamientos, compromisos y cuanto llevan dentro como profesionales y humanos. Nadie sabe. Quizás ni eso notan las miradas furtivas que los envuelven  desde sus camas de ingresadas. Para los dolientes, al parecer, muchas veces, solo importa saberlos ahí, cual centinelas obedientes al primer llamado de “sus órdenes”. Es comprensible, un minuto puede simular un siglo. El miedo y el dolor son emociones demasiado fuertes para complacer a la paciencia. Los hospitales tienen la cara fea, a pesar de sus aires salvadores.

Se hacen los ciegos y devuelven ternura en momentos agridulces.  Es una percepción agradable que confirmo a medida que suman mis semanas en los pasillos del área de los Servicios de Ginecología, donde por más de un mes les veía entrar o salir del trabajo y casi me aprendo de memoria  los cambios de turno de la B- 2, primero, y la E- 2, después.

Poco a poco también, puse nombres en los rostros correctos… Liznet, Yanet, Yordanka, Lianet…, y ante la desmemoria y mis monólogos internos de agradecimiento les incrusté igual los míos… la bonita delgada; la trigueña agradable, la alta que no es tan joven… Ellas, las seños de la B- 2,  quienes con sus cuidados hacen caminos de amor en las embarazadas y esas familias que se las llevan bajo piel sin pedirles permiso ni que puedan evitarlo o se percaten.  Es tenso el trabajo en esta sala de atención especializada.

El tercer piso, Maternidad. El mismo silencio del hospital, las impaciencias.   Trajes blancos que vuelven una y otra vez sobre los pasillos interiores de las salas. Acompañan desvelos y aprietan sentimientos, cuando la impaciencia de los acompañantes se torna demasiado insistente y tienen que multiplicar tolerancias para cumplir los deberes del día, también largo para ellos.  

Hay mucha sensibilidad en estas mujeres y hombres que apostaron por la enfermería, aunque lo disimulen entre la prisa o  las “etiquetas” con las que suelen a veces marcarlos  por las necesarias  horas que invierten detrás de los escritorios, siempre llenos de historias clínicas y documentos médicos, sobre todo después de los horarios de visita de los especialistas. En la “E- 2” confirmo esa tenacidad a prueba de entrega y desafíos de quienes defienden las vida que acunan en sus vientres las embarazadas.

Manos que aprenden más allá del tacto. Preguntas sobresaturadas de  interés aunque parezcan llanas o innecesarias a  ciertos tipos de pacientes. Las hay de todos tipos, como diverso es el mundo. Y ellos ahí, con la misma imagen imperturbable, ética, tolerante, comprensiva… con cierto halo de metódica prudencia. ¡No sabrán de cuántas maneras se proyectan, sufren y son sus gestantes!  

 

Danni Bermúdez;  Taimy Fernández ; Lisandra Morell; Nelvis Collejo;   Yordania Urquiza; Daimi Rivero… cumplen sus ciclos de servicio. Temperatura, presión, foco, medicamentos… Alexander Macia;  Yamisleidys Leyva; Jessica Góngora, Yurisan Palacios; Lietis Reigada; Graciela Osorio  y Katia Leyva igual hacen su trabajo. Cada turno es la misma entrega y las rutinas pasan a ser relevantes. Neifer Esteben, la jefa de sala, y Anairis López, la secretaria,  no tienen menos trajín.

Pienso en ellos mientras la felicidad llena la casa y unas diminutas manitas de hombre se agarran con fuerza del índice de mamá, quien estrena cada segundo su mejor sonrisa. Y sí, caramba, las enfermeras y los enfermeros son ángeles y también viceversa. Cuando la noche cuaja y algún desvelo aviva los sentidos les imagino ahí, en aquellos semioscuros y gélidos pasillos… atentos, escribiendo en las hojas de vida de sus embarazadas, multiplicándose a sí mismos y dejando una gota de sus vidas con ellas. No importa cómo sean ni de donde vengan. Ellos, los de trajes blancos, están ahí como eternos médicos de guardia.

Las batas blancas

Las batas blancas

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos : Jorge Reysel

Las Tunas.- Recién comienza la conferencia del doctor Francisco Durán. Entre los ruidos de la mañana sobresale la voz del Jefe nacional de Epidemiología desde los telereceptores de los vecinos del edificio. Es un día de sol cálido en este Balcón de Oriente. De pronto, un toque en la puerta cambia el rumbo de las cosas. La doctora Sonia García Carralero busca a una persona que debe ser aislada. La llamaron del policlínico para comunicarle que pertenecía a su consultorio. No reside donde le informaron.

Recordé que frente a mi casa natal, en el mismo reparto Santos y dentro del área de Salud del policlinico Gustavo Aldereguía existe un inmueble multifamiliar con ese número. Allí debía ser. No es la primera vez que cartas, multas y diferentes requerimientos generan tal confusión. En la acera de enfrente,  el otro personal del consultorio 22 realiza la pesquiza. Desde que surgió el rebrote en este municipio capital las veo trabajar con una intensidad rigorosa contra el Covid – 19, sin que ello reste atención al resto de los deberes cotidianos, como atender a las embarazadas (entre ellas mi nieta), visitar a los recién nacidos y dar consultas.

Marisol, la enfermera, “trilla”, casi siempre, decenas de veces las aceras y escaleras de más de una veintena de familias que necesitan cuidados domiciliarios. Sulema Tamayo, quien hace su rotación de MGI no queda atrás. El residente Jorge  Jimenez que estrena saberes con sus nuevos pacientes tampoco descansa.  Hasta la “vieja” Dulce, jubilada e incondicional apoyo de este equipo por antigüedad – como dicen en el barrio – salva las urgencias que tensan las jornadas de los médicos de la familia. Las improntas de mi “tin” no son menos que las de sus homólogos en las distintas comunidades tuneras.

Es una batalla más allá de riesgos y amenazas. Es hablar, convencer, prevenir, controlar a quienes cumplen aislamiento domiciliario, garantizar el desempeño, hacer valer los protocolos, buscar alternativas  ante situaciones específicas y propiciar la mayor seguridad epidemiológica a todos, amenazada también por el dengue, otra arbovirosis latente.

Claro que la vivencia cercana con ellos reconforta y nos lleva nuevamente a los intensos aplausos de las nueve de la noche, cuando apenas vivíamos el triste enfrentamiento a la pandemia, un fenómeno desconocido con esta magnitud para la mayoría de los cubanos. En verdad merecen más que aplausos. Detrás de esa ética y sacrificios diarios cada uno tiene su propia historia, tan complicada y terrenal como la nuestra.  

Incuestionablemente el paciente que busca no vive en ningún quinto piso de los seis pasos de escalera que tiene el edificio 39. Sonia los recorrió todos, “porque la presidenta del CDR ya se había ido para el trabajo y no pude ver el libro. Ahora informo que no es aquí. Debe ser en el otro 39”, dice con visibles gotas de sudor debajo de la careta protectora. Recién comienza su faena.

La veo caminar hacia el consultorio y mi pensamiento vuela en todas direcciones. !Suerte nuestra de que por cualquier barrio existan ellos y muchas batas blancas anden así! Sonia, las enfermeras y los futuros galenos se me antojan arquetipos. ! El Covid-19 es un fantasma peligroso y mortal, pero mi “tin” es una garantía!. Apuesto que eso mismo dicen y piensan mis paisanos cuando al desgranar el sol ya andan tocandoles las puertas.

Por ellos, aunque no todo sea perfecto, suspiramos más tranquilos, en medio de las cifras que duelen, preocupan y nos tensan la vida y que con un halo de triste optimismo salen pausadas cada despertar de la esperada conferencia del doctor Durán.

 

 

Víctor: entusiasta cederista siempre

Víctor: entusiasta cederista siempre

 

Por Graciela Guerrero Garay       Foto: De la autora

Las Tunas. – Desde la adolescencia anda con la fuerza de ese espíritu incansable que le ilumina el rostro a los 68 años. Para nada le detienen los calores ni los “saltamontes” cotidianos que puedan atravesarse en el camino. Víctor Manuel Lluch Hormea es hoy un cederista tan activo como antes y conoce profundo la necesidad de impregnarle a los niños y jóvenes lo que, cada 28 de septiembre, une a la gente del barrio con su organización.

Nunca dejé de cumplir una tarea – cuenta -. “Cuando miro el Sello XX Años de Vigilancia Revolucionaria que recibí en el 2015 y mi condición de Vanguardia provincial de los CDR, en el 2016, vuelvo con alegría a los recuerdos que tengo de mi trabajo. Era un niño de 14 años. Para mí es un sano orgullo y un compromiso perenne”.

Entiendo entonces cómo no descansa desde que se levanta con el despuntar del amanecer. Busca el pan en la bodega y regresa ágil para salir a sus obligaciones cotidianas, las cuales pueden llevarlo a cualquier punto de la geografía tunera. Es un incansable investigador social y sonríe si alguien osa insinuarle que las canas asoman y necesita cierta calma. Víctor no nació para estar quieto.

“Ahora lo que ocurre en el planeta nos obliga a revitalizar las actividades revolucionarias de los Comités, porque el enemigo como en los primeros tiempos de la Revolución intenta hacerle daño político y económico al país. Hay que rescatar la guardia cederista, ganar en movilización, aunque en estos momentos los CDR asumen misiones muy importantes y cooperativas para combatir la pandemia del Covid- 19 y eso, a mí, me dice que estamos ahí, sin fallar; lo que hace falta es entusiasmar más a todo el barrio”, enfatiza este lector incansable y empeñado.

Jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) lleva en sí ese sentido de rectitud que lo distingue y marca su carácter reflexivo sobre la cotidianidad, la cual intenta mejorar cada vez que abre los ojos a la vida. Es también ser buen ciudadano – argumenta- cumplir con las medidas orientadas por nuestro gobierno para controlar el virus SARS- COV-2. Y eso quiero que se entienda, somos cederistas en cada espacio que andemos. A los jóvenes les quiero trasmitir mi mensaje de confianza, el mismo que nos enseñó nuestro eterno Comandante Fidel. Primero, que estudien y sean disciplinados, que no sean apáticos en el barrio, ellos son nuestra fortaleza.

Y mi organización no podrá hacer caldosas y fiestas porque la salud y ganar esta batalla es lo esencial este 28 de Septiembre – dice -, pero estamos de aniversario y con más bríos y compromisos que nunca. Tenemos una nueva dirección y moveremos todos juntos los esfuerzos para alcanzar las metas, que no son pocas ni fáciles.

Y ESTE TUNERO TAMBIÉN…

Saca su poema en prosa. Es un regalo a los Comités de Defensa de la Revolución. Confiesa que no es casual. Escribe desde niño. Este, desde el título, destaca su cubanía y muestra al centinela revolucionario que lleva dentro.

La pasión le sacude cuando nos lee “Me preocupa”, una suerte de buena ametralladora hecha letras y sentimientos  de un hombre incansable y dador de ejemplo que en el 2020, en el Aniversario 60 de los CDR,  tiene la absoluta certeza de que la victoria está segura. (El poema íntegro a continuación en otro post)

“El pequeño gigante de los puños” otra buena entrega de Sanlope

“El pequeño gigante de los puños” otra buena entrega de Sanlope

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: De la autora y Miguel Rojas

Las Tunas.- Enhorabuena se rompió el silencio en el salón de reuniones de la Sala Polivalente Leonardo Mackenzie Grant con la presentación del libro “Omar Santiesteban Aguilera: El pequeño gigante de los puños”, una formidable entrega de la editorial Sanlope que dignifica al boxeo tunero y al incansable investigador y escritor en que se ha convertido el Especialista en Medicina General Integral (MGI) Jorge Luis Puig Coba, autor de la obra.

Con un selecto testimonio gráfico y cerca de 90 páginas, esta historia de vida “está hoy aquí para orgullo de los tuneros por la perseverancia de su creador y los esfuerzos de la Editorial, en tiempos donde es vital rescatar las memorias de nuestras glorias deportivas”. Así resaltó en las palabras de presentación Mirtha Beatón Borges, quien realizó la edición junto a Aileen Rosales Reyes, en la corrección; Danay Guerra Alcorta, en el diseño de cubierta y composición; Andrés Sao Téllez, en la impresión, y Jorge Polanco Martínez en la encuadernación.

El importante y necesario libro se logra gracias a la minuciosa indagación y  celo investigativo del Doctor Puig, un apasionado deportista más allá de su portafolio médico y el narrador de sueños, pues eso significa este vivo testimonio sobre el insigne boxeador local Omar Santiesteban Aguilera, ese guerrero del ring que enseña con su trayectoria cuánto se puede alcanzar con amor, valentía y entrenamiento, lo que es igual a saltar barreras geográficas, favoritismos o malas pasadas de la suerte.

Sobre estas anécdotas que enriquecen  “El pequeño gigante de los puños” hablaron allí, agradecidos y eufóricos, los compañeros de época de Omar, entrenadores y amigos para, a la usanza de una buena tertulia, convertir la presentación de la obra en un auténtico reconocimiento a los valores históricos, sociales y bibliográficos que tiene, más cuando las referencias sobre el boxeo cubano y sus figuras principales duermen aún en el silencio de los protagonistas.

De ahí que hubo consenso en resaltar el primogénito quehacer literario del autor y su continuado esfuerzo por llevar al presente y futuro de la localidad el brillante camino de sus deportistas, lo cual es un hecho en Jorge Luis Puig Coba al tener ya listas para entregar a las editoriales que decidan mirar sus interesantes historias de vida de grandes como Gómez y Danel Castro, el pelotero tunero de todos los tiempos. Esta, su primera luz sobre las letras, la comercializa “Sanlope” en la librería Fulgencio Oroz. Los fanáticos de los puños tienen ya el esperado regalo y los tuneros unas buenas memorias que contar.

El puente de Barea con Eusebio Leal

El puente de Barea con Eusebio Leal

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la autora

Las Tunas.- Me llamó con ese péndulo de tristeza que le cae desde que supo la noticia de su fallecimiento. Quería mostrarme un pequeño escrito que guardaba hace más de un año, con la firma de Eusebio Leal. Es algo sencillo y grandioso a la vez, y da la dimensión exacta del porqué los cubanos estamos consternados. Para mí, periodista, ahora ese papel tiene doble valor. Es una actitud que lo inmortaliza, mi puente con el amigo y colega. Hemos perdido más que al Historiador de La Habana, dice enfático.

El incansable buscador de ideas me recibe con la breve carta platicada. Rafael Barea Torres es así, intenso en defender y mostrar sus pensamientos. Todo lo lleva dentro – como se habla a sí mismo en voz alta- desde que trabajó fuerte para fundar los primeros núcleos del Partido por la región de Puerto Padre. De ahí, de amar la historia y pensar la vida, le vino eso de proponerle a Eusebio Leal que se reconociera al caballo como el animal nacional en la Constitución, la cual se discutía en esos momentos.  

Profesor de Historia y Ciencias Sociales, este tunero no limita sus sueños. “En mi sugerencia le argumentaba que el caballo fue y es el medio de transporte y de trabajo del hombre en Cuba, y junto al mambí en la Guerra por la Independencia y la libertad derramó su sangre en los campos de batalla. Yo siento que así también lo cuidamos y protegemos del sacrificio ilegal y del maltrato que son víctimas.

“Le explico que ya tenemos al Tocororo como ave nacional y quizás no se le podía dar esta categoría, pero si valorar su vinculación a nuestra historia y darle un tratamiento especial, que lo dejaba a su consideración. Yo solo tenía la idea y me parecía justa.

“Y Eusebio me respondió. Ese es el documento que guardo de él, ahora como un tesoro muy valioso porque reafirma porqué sentimos su muerte como una pérdida irreparable. Ahí me comunica que aprobaba mi idea y la trasladará a la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional. Es grande para uno que un hombre tan ocupado y respetable te conteste tan rápido y te plasme su rúbrica en una petición como esa, que puede parecerle insignificante o tonta a muchos, digo yo.

“Cuando leí en el periódico Granma, unos días antes de su muerte, de que una comisión redacta un Decreto Ley sobre el bienestar animal, respiré tranquilo. Por eso quise hacer público este documento que recibí de este patriota honesto y sacrificado que nos deja ahora. Es mi reconocimiento y respeto a su memoria. Siento que esto marca un puente entre Eusebio y yo. O mejor, que trasciende por encima de mí y es el agradecimiento de los tuneros a su persona, su obra y la cultura cubana”.

Los 81 años de Barea rejuvenecen entre la fuerza de sus palabras. Me cuenta de cuánto sufre y se incomoda cuando observa cómo algunos cocheros maltratan a este noble animal. Recuerda al caballo de Elpidio Valdés, su bravo Palmiche, y puntualiza con un gesto que parece suavizarle las arrugas del rostro:

“Ahí está la prueba de lo que digo.  Palmiche no era una bestia para Elpidio, era otro soldado. Y esa esencia de mi idea la captó perfectamente nuestro inmortal Eusebio Leal,  y se ocupó de canalizarla y responderme. Desde mi modesto lugar, me sumo a este duelo y homenaje nacional por el historiador de La Habana, que para mí era y será siempre el historiador de Cuba”.   

Crepúsculo desde el balcón

Crepúsculo desde el balcón

 

Así de bonito estuvo el crepúsculo ayer 30 de junio... lindo regalo que nos dió el sol en sus amores con el cielo...¡Nada es más bello que el cielo! Por eso, con todos esos misterios y esa fuerza que cautiva y penetra hondo quiero agradecer...
Me gusta agradecer y agradezco... heme aquí amigas y amigos dándoles GRACIAS, MUCHAS GRACIAS, por los mensajes de felicitación por mi cumpleaños.
GRACIAS por tantas muestras de cariño, por darme un pedazo de sus tiempos, por llevarme de alguna manera en la solapa... a la izquierda del pecho. GRACIAS mis amores, yo soy de las que apuesto por la amistad y la pureza aunque este mundo me llene los zapatos de guisasos y ande ahí, de bruces, desprendiéndolos...Os amo, eso no lo duden.

El blanco riachuelo de la familia La O

El blanco riachuelo de la familia La O

 

Por Graciela Guerrero Garay         Fotos: Cortesía Familiar

Las Tunas.- Las mujeres de la familia La O Zayas parecen traer en sangre la voluntad de curar y destilar humanismo por los poros. Es una historia que quizás de alguna manera misteriosa empezó allá, en los montes perdidos de un pueblito llamado Mateo Sánchez, perteneciente al municipio Mayarí, de la provincia de Holguín.

Por los rumbos que coge la vida, Las Tunas se convirtió en el crisol de sus amores y acá sembraron las semillas de un apellido que, entre el golpe del pilón y el fogón de leña, conquistó respeto. Antes, dejaron profundas huellas en su pueblo natal y el hospital “Mártires de Mayarí”. Entre estos “mundos” perduran las huellas y los coterráneos sienten hoy  esos riachuelos blancos que llevan con altruismo, vinculados a una de las profesiones dadoras de vida y bienestar social: la Salud Pública Cubana.

RAÍCES DE LA MEMORIA

Evangelina Zayas traía sangre africana y de mambí. La humildad y el coraje le multiplicaron panes y peces para criar a sus hijos, cinco hembras y dos varones. La oscuridad del monte no le aplacó los ánimos y se vio de comadrona por aquellos caminos. De la sabia de servir y crecerse bajo el sol y los entuertos bebieron, sin dudas, sus “vejigos”.

Para el viejo Fermín La O los días y semanas tenían el color del tiempo. Si llovía, había cosecha, comida y paz. En sequía y tiempo malo, desvelos y temores. Así, brincando piedras y descalzos, la prole rompió la ignorancia en una escuelita cercana. La vida viró la hoja.  “Mateo Sánchez” quedó atrás.

Las muchachitas y uno de los varones salieron a buscar la luz que trajo el año 1959. La alborada de Enero no podían perderla. Esos negros soñaban alto para seguir en aquella pequeña finca de grises y pobrezas. Se apretaron los cordones y buscaron sus mañanas.

DE TODAS, UN POCO

Ser enfermeras era una hermosa elección que tenían delante de los ojos.  Había que terminar los estudios y preparar el camino del futuro. María Antonia quería estudiar. Terminó la secundaria en 1966 y pasó el curso de emergente. Con 18 años entró vestida del uniforme de sueños en el hospital rural de Arroyo Seco, de Pinares de Mayarí. Estudiando y trabajando ganó el grado 12. Y en el “Mártires de Mayarí” escaló su próxima meta: hacerse enfermera Obstetra en el hospital de Holguín. Nunca imaginó que este sería el puente que la traería definitivamente a Las Tunas.

El déficit de esta especialidad la ubicó, en la década del 70, en el hospitalito rural de Bartle, donde se jubiló luego de 44 años de trabajo. Cumplió misión en Duaca, Venezuela,  en el estado de Lara, en el 2007, y es hoy una abuela feliz y  madre de muchos hijos allí, donde jamás renuncia a ser enfermera y nadie olvida que dieron el primer grito en sus manos.

Juanita, la mayor, se inclinó por ser asistente de Estomatología, pero terminó como Auxiliar General del centro hospitalario del municipio. Tiene dos nietas médicos. Martha atrapó las raíces de llevar la cofia hasta “que las fuerzas les den”. A su tiempo, se llegó al hospital “Lenin” y tejió su meta. El “Guevara” sabe sus pasos de memoria y su amor por la enfermería.

No hace mucho regresó de los cerros y alumbró “Barrio Adentro” junto a su hija, la doctora y especialista en Medicina General Integral (MGI) Iris Lidia Brooks. Por segunda vez era internacionalista.

Julia, otra de las hijas, luego de insertarse como joven campesina en 1961 a las escuelas “Ana Betancourt”, en La Habana, pasa un curso de Administración en Salud. En tanto Bertoldo, uno de los varones, incrustó también su herencia en Salud Púbica. Ambas trabajan en el hospital “Ernesto Guevara de la Serna”. Niurka es secretaria de la Sala de Terapia Intensiva y Norma, jefa de Dietética. Noelia, la otra hermana, es asistente de Estomatología.

No solo el amor por salvar vidas y “las batas blancas” las unen. Dania, quien se quedó a vivir en Mayarí, ganó por allá su misión en tierras venezolanas, otro eslabón que las enlaza. Mientras, aquí, la doctora y especialista en MGI  María de los Ángeles Gutierrez, la “heredera” de Julia, la seleccionan para ese llamado y ambas se encuentran en el estado La Guaira. Ya habían coincidido en Barinas.

 EL MISTERIO DE LA PARROQUIA URIMARE

Nunca imaginaron Dania y María de los Ángeles que una pandemia le sobrecogería el pecho en medio de los cerros. Un torbellino de sobresaltos fue inevitable. En Cuba se reportaban los primeros casos. Sin embargo, el nuevo desafío apenas les dejaba tiempo. La dinámica del trabajo tenía un objetivo esencial: pesquisar la comunidad. Allá se fueron la tía y la sobrina. Recibieron la preparación necesaria y cada mañana, desde hace poco más de dos meses, andan de batalla por la vida.

Todo comenzó cuando el Covid – 19 se regó como humo maldito por el mundo. Dania era la Asesora docente del Estado, pero las responsabilidades que asumieron los colaboradores cubanos en sus CDI las volvieron a juntar.

Esta es la primera vez que trabajamos juntas – me cuenta María de los Ángeles por Messenger-. Ver a mi tía en mi CDI Guaracarumbo, tomar la buseta todos los días para llegar a nuestros destinos y sentirla junto a mí fue maravilloso. Me impresionó su destreza, sus conocimientos y motivarme siempre a ser mejor.

Para Dania no es menos significativo acompañar a su sobrina. En el pecho le laten las emociones y los recuerdos de “la negrita que vio crecer”. A pesar de la cercanía familiar, descubrirla toda una mujer y una profesional disciplinada y competente le humedece los ojos.

Bajos sus pies se mueven los misterios que esconden los trechos y las lomas de la parroquia Urimare, de gente humilde, quienes las reciben con gratitud y confianza. Ellas, entre el asombro y la voluntad, se entregan para poner alto el palpitar de la isla en las tierras del Comandante Chávez.

No hay cansancios aunque duelan los pies. Lo vital es que no aparezcan enfermos en La Guaira. Este es el principio de fortaleza de todos los colaboradores allí.

¿HISTORIA CERRADA?

Serviciales, alegres, jaraneras y “fieras” para el trabajo estas negras dulzonas se me antojan riachuelos blancos por calles, montes, salones de parto, laboratorios, llanos y montañas. Ninguna busca los porqués de esta pasión por la medicina. Cumplir sus misiones, deberes y tareas es lo primario.

Diplomas, medallas y reconocimientos lo avalan. No creo que apostaré por gusto si dejo abierta esta historia. Desde los montes y del vientre de Evangelina salieron estas mambisas, quienes hacen brillar de dignidad sus batas blancas. Los genes están vivos. Las generaciones por venir dirán la última palabra. Es solo cuestión de tiempo. Lo cierto es que a ellas les deben vida y felicidad cientos de cubanos y venezolanos, tuneros y holguineros.

 

Las horas del alma en el “Gustavo Aldereguía”

Las horas del alma en el “Gustavo Aldereguía”

 

Por Graciela Guerrero Garay           Fotos: Cortesía de la entrevistada

Las Tunas.- No la conocí con el uniforme verde y el nasobuco, a pesar de sentirla muy cercana desde sus andares como enfermera de mi consultorio. Solo la mirada profunda que reestrenaba, de puerta en puerta, durante las campañas de vacunación contra la poliomielitis o en las visitas de seguimiento a pacientes y embarazadas permitió que la identificara. Al regresar de la misión en Venezuela fue a trabajar al policlínico Gustavo Aldereguía. Hace mucho no la veía y noté sus ojos diferentes. Estaban mucho más desvelados y pasionales que de costumbre. Luego supe el porqué.

Acordamos hablar por el chat. Carmen Delgado Acosta no tenía tiempo para más. Ella forma parte del gran equipo que en ese centro asistencial del reparto Santos, en esta ciudad, integra la barrera humana contra el Covid -19. Trabajan 24 horas y desde el Cuerpo de Guardia de aislamiento, en fortaleza con el grupo de respuesta rápida, desborda en retos que pueden complicarse de un momento a otro. Hay mucha tensión en la aparente calma que diluye los minutos. No hay lugar para encuentros de viejas amigas. Solo caben el compromiso profundo por la profesión y la vigilia.

El “Aldereguía” – como le llama el pueblo comúnmente – es una suerte de hospital para los más de 15 mil habitantes que residen en los repartos Santos y Buena Vista, las zonas urbanas más pobladas de la parte Este de esta capital. Allí, tradicionalmente, buscan el socorro a sus dolencias por la integralidad de los servicios y la cercanía comunitaria, además de la calidad humana y la preparación de sus trabajadores, quienes en estos tiempos de pandemia lo convierten en su “casa verde”.

“Nuestro objetivo es atender en el cuerpo de guardia – cuenta Carmen - a quienes llegan con síntomas respiratorios o los casos sospechosos de coronavirus. Aplicamos los protocolos establecidos. Somos un equipo bien unido, la doctora Anitza Vázquez, yo como enfermera y Reyna Caballero, que es la auxiliar de limpieza y trabaja a la par y todas corremos el mismo riesgo, pero nos entregamos con igual amor a nuestra misión.

“Es muy intenso todo, pues el proceso comienza aquí y hay que hacerlo rápido y con mucha profesionalidad. Al menor signo de algo sospechoso, aislamos al paciente, y los viajeros interprovinciales se llevan a los centros habilitados para su control y observación. Desde aquí sabemos que de nosotras depende mucho que la vida de los tuneros no se comprometa y no exista contaminación local”.

En sus palabras mediante el video llamada está la misma perseverancia y altruismo que la llevaron a destacar en su misión internacionalista. Reencontré a la  enfermera que no descansaba desde que entraba al consultorio y jamás subestimó la labor de sus colegas.

“Bueno, también es meritorio el trabajo del Equipo de respuesta rápida. Esto no es solo mi labor, sino la de muchos. Es fuerte porque somos humanos, sabemos que la familia está inquieta por nosotros, que los que atraviesan por estos riesgos están desesperados. Por eso detrás de estos trajes hay muchos sentimientos y responsabilidad.

“Te puedo hablar de las tres jefas del Grupo Básico de trabajo, las doctoras Lisandra Guerrero, Iliana Luis y Yulit Basalo. Las supervisoras, Gelsy Cordero, Yanelis López y Yoandra Leyva. O de los licenciados en Higiene Yaneisy Santiesteban, Ailen Villagómez y Daili Fernández. Es un equipo grande, unido y muy entregado. No nos importan las horas. Estamos conscientes de lo que significa nuestra misión para la provincia y el país”. 

Y de pronto encuentro su mensaje apurado: “No olvides poner a los choferes, a los compañeros de vectores, a todo este policlínico Gustavo Aldereguía que lucha por la vida y confía en que el Covid – 19 será una victoria para cada trabajador de la Salud en Las Tunas y Cuba. Ahh, y más allá de los mares”.

Son las nueve de la noche. Los balcones de mi barrio retumban de aplausos. Pienso en Carmen, mi amiga y mi enfermera. En todos esos rostros que hoy uno ni identifica así de pronto. En los abrazos que congelan en el alma, como ella, quien apenas disfrutó sus vacaciones al regresar de Venezuela. En los riesgos y esa mezcla de dolor inevitable que les invade en los silencios del corazón a todos ellos cuando, sin conocer al paciente, saben que ponen en sus manos y talento el destino de sus vidas y muchos más.

Entonces comprendí porque su mirada profunda estaba húmeda. Son las horas del alma en el “Aldereguía”.

La dulzura de los aplausos de Lian Rafael

La dulzura de los aplausos de Lian Rafael

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: Cortesía de la Familia

Las Tunas.- Me recuerda los versos de Martí. / ¡Vuelan, brillan, palpitan, relampaguean!/ Y en esas manitas que cada noche aplauden con picaresca intensidad  veo el precio de la vida. Lian Rafael Sánchez Mancebo le da un encanto especial al cotidiano aplauso de las nueve de la noche. A mi balcón llega su alegría desbordante, a pesar de que apenas escucho lo que grita en medio de la ovación que baña a la avenida Primero de Enero, en esta ciudad.

Sé que no hay que empujarlo en sus inteligentes y sabias iniciativas. El día de los primeros aplausos salió detrás de su mamá, la doctora en Estomatología Dafne Mancebo Rodríguez,  y se sumó por sí mismo. Luego su amigo Jonathan le siguió y así juntos, aportaron los lógicos “chillidos triunfales” de la noche primogénita. Desde entonces sale corriendo y entrega las palmadas “a los médicos que curan”.

Para Lian Rafael “el bicho ese es malo y no puede ir al círculo”, porque “¡hay que quedarse en casa!”. Y como si alguien lo hubiese mandado, me deja parada en la puerta y va al cuarto. Vuelve con el nasobuco y una de esas sonrisas cómplices que lo hacen popular en el salón de tercer año de vida del CI “Futuros Constructores”.

Las nueve de la noche salta más allá de La Habana y su tradicional “cañonazo”.  Los tres añitos de Lian Rafael saben que algo raro sucede “con el bicho malo ese”. El aplaude con todas las fuerzas que le dan sus tiernas manitas. Acompaña a sus abuelos Marisel y Rafael, a su mami, a la gente del barrio.

En su gesto va la esperanza y la vida. A veces, no hay luna ni las luces de la calle dejan ver las estrellas, pero siempre habrá aplausos. Infinitos aplausos. Cada personal de la salud lo merece más allá de la pandemia. Los desvelos infinitos, ahora, solo se multiplican.  Recuerdo a Martí… / ¡Vuelan, brillan, palpitan, relampaguean!/.

 

Ángeles de bata blanca

Ángeles de bata blanca

 

 

Por Graciela Guerrero Garay          Foto: De la autora

Las Tunas.-  “Seño, buenos días, ¿todo anda bien? Acaricia con los ojos, observa profundo y busca. Así cada mañana, el estudiante del tercer año de Medicina Andy García cumple una de las misiones que más le entran piel adentro desde que comenzó su carrera, a pesar de no ser la más difícil. Sabe lo que entraña. Es un miembro activo y apoyo medular del consultorio 22 del Médico y Enfermera de la familia, en esta ciudad.

El Consejo Popular 18, ubicado en la zona residencial el reparto Santos, en esta ciudad, no es el único que guardará sus pasos desvelados por la Avenida Primero de Enero en los últimos amaneceres de la primavera. Antes, apenas se pidió el compromiso, pesquisó por las zonas de La Victoria y Aguilera.  Allí también le agradecen su constancia para detectar, en las comunidades, los potenciales casos sospechosos del coronavirus Covid -19.

“Como vivo en esta área de Buena Vista – cuenta – me ubicaron aquí en el área de salud de la policlínica Gustavo Aldereguía, pues ahora con las limitaciones del transporte es mucho mejor para mí y sigo siendo útil a mi profesión y a mí mismo. Cada día los pacientes cooperan más y yo me esfuerzo para que este momento sea agradable”.

Y mientras habla, la sonrisa le brota por los ojos y las palabras de compromiso suenan claras, debajo de ese nasobuco que cubre su joven rostro y trasluce un corazón sensible. Andy será un buen médico. Cada día puede decir orgulloso… ¡misión cumplida! Mis aplausos van por él y los más de 28 mil  estudiantes que también las hacen por toda la isla.

 

Esos bravos estudiantes de Medicina ¡Están en la puerta!

Esos bravos estudiantes de Medicina ¡Están en la puerta!

 

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora

Las Tunas.- El sol desgrana la esperanza por los rincones del barrio y simula una suerte de “tun, tun” en la mayoría de las puertas y ventanas que permanecen cerradas. Hay silencios y vacíos que nos parecen enormes en la avenida Primero de Enero, llena hasta poco de ruidos, voces, carros y corretear de caballos prácticamente las 24 horas. La modorra de estos amaneceres inquietos, entre la expectación y la alegría de vivir, se rompe temprano. ¡Suerte de tener a estos bravos muchachos! ¡Ya están en la puerta!

Jovial, con una sonrisa que infunde confianza, su rostro bonito anda “enmascarado”. Aun así, los ojos de Melissa Velázquez Acosta, hurgan en las respuestas que le das.  Cada día cuando hace la pesquisa en el Consejo Popular 18 que abarca un  área de los edificios multifamiliares, pertenecientes al consultorio  22 del Médico y Enfermera de la Familia, del reparto Santos, se crece a su estatura de estudiante mientras rebasa con ternura el calor y el sube y baja de las escaleras.

“Me siento bien – dice- porque la población me abre la puerta, son afectivos y siempre les pido que no oculten ningún síntoma. Están cooperando y atienden nuestras recomendaciones. Eso nos reconforta mucho y nos hace sentir más útiles. A veces, se nos da el caso de que no nos abren, pero son muy pocos, y volvemos. Con los días, esto sucede menos y me da mucha alegría”.

Sabemos que debe ir escaleras arriba y visitar alrededor de 100 familias. Un reto que con mucho amor y ética asume esta estudiante del tercer año de la carrera de Medicina de la Universidad Zoilo Marinello. La miro mientras toca en casa de mi vecina. Ella, mañana, no solo podrá contar las heroicas jornadas de estos tiempos de pandemia, sino que tendrá memorias altruistas que decirles a los hijos y los nietos.

Para entonces, el año 2020 y el Covid – 19 serán una marca triste en el corazón del mundo, pero igual llena de amor por su profesión y la vida en este Balcón de Oriente. Porque ese toque leve y seguro de Melissa es un canto salvador, como el sol que ahora mismo redescubre la esperanza.

 

“Clínica 3 de Octubre”: la estomatología brilla

“Clínica 3 de Octubre”: la estomatología brilla

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: "26" y la autora

Las Tunas.- Desde que abandonas el paso por la avenida Carlos J. Finlay para adentrarte en la clínica estomatológica docente 3 de Octubre, en esta ciudad, sientes que llegas a un lugar especial. No hay un trabajador que no traspase el umbral de entrada sin dar el correspondiente saludo a los pacientes que esperan, en un ambiente de impecable limpieza y armonía.

La ética y la educación son sellos de honor a cualquier hora. Afuera, los jardines bien cuidados y un área exterior amplia e igualmente pulcra y cuidada. En los pasillos interiores el silencio solo se hiere, levemente, cuando llaman a alguien para su cita. Esta disciplina consciente y mantenida contagia. En los salones, adultos y niños, si hablan, lo hacen en voz baja y las opiniones favorables del servicio y la atención recibidas no pueden ser mejores.  

Desde su apertura, el 8 de marzo del 2010, con 25 trabajadores resaltó esta voluntad de poner en alto las instituciones de Salud en el país y la localidad. Luego, cuando el 20 de abril de ese mismo año la inauguró oficialmente el entonces ministro del MINSAP, doctor José Ramón Balaguer Cabreras, los 14 sillones habilitados comenzaron a incrustar huellas de buenas prácticas, calidad y profesionalidad.

DE LAS SEMILLAS, LOS FRUTOS

A nadie sorprendió que en los primeros doce meses de su apertura mereciera ya la condición de Colectivo Moral y reafirmara, básicamente en la población capitalina, los favorables estados de opinión ganados por el excelente trato de sus especialistas, además de constituir un centro docente de alta competencia para los estudiantes que cursan en Las Tunas la carrera de Estomatología.

Entre el 2011 y 2012 incorporó a nuevos tecnólogos, estomatólogos e incrementó las especialidades de servicios al pueblo, como periodoncia y cirugía máxilo facial. Las mismas abrían los horizontes de la atención bucal a los tuneros, quienes ya recibían allí prótesis, ortodoncia, rayos X y laser terapia. Estos logros sostenidos ubicaron a la “3 de Octubre” en el camino de la Excelencia, el mayor estímulo que avala los estándares de calidad alcanzados y ratificados en el tiempo.

De tal entrega ganaron igual la Placa XXI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) como premio al buen desempeño colectivo. Otros logros llegan del uso y la aplicación de la medicina natural y tradicional en más del 40 por ciento de las miles de consultas que ofrecen anualmente, siempre buscando que el paciente lleve la máxima satisfacción con el tratamiento empleado y le dure, sane o resuelva por el tiempo adecuado sus dolencias. La pesquisa sobre la detención precoz del cáncer bucal es otra tarea que también vencen con amor y sistematicidad.

MÁS ALLÁ DE ENTREVISTAS

Pude entrevistar a estomatólogos o directivos de la clínica.  Incluso, parcializar mi criterio por los buenos tratos recibidos por los doctores Manzano, Mayelín y Yamiselis. Empero, no lo hice. Encontré todas las razones de las posibles respuestas allí, justo donde ellos brillan en el día a día. Cada consulta es lo que esperamos encontrar en una clínica estomatológica. Si los hechos hablan, son palabras elocuentes. Aquí se trabaja por el bien público y ese público lo resumió así: excelentes.

 

 



 

Los frenos que alivian azotes cotidianos

Los frenos que alivian azotes cotidianos

 

Por Graciela Guerrero Garay           Fotos: De la autora

Las Tunas.- Cuando el sol simula quemaduras en la piel al punto del mediodía, un frenazo solidario genera todo tipo de emociones para quienes al filo de paradas, calles, avenidas y barrios llevan horas esperando por estos choferes altruistas que, disciplinadamente, asumen el llamado de ayudar a la transportación de sus coterráneos. Esa mezcla de sentimientos agradecidos y respetuosos nos “sacudió” a una joven enfermera y a mí en la cuchilla del hospital Ernesto Guevara de la Serna, de esta ciudad, donde nos encontrábamos.

Si bien las rutas locales circulan con mayor frecuencia, los impás de espera se notan en la cotidianidad y “la botella” deviene esperanza de llegar a tiempo a los destinos. De ahí que el gesto de Nielsen Silva  y el chofer Carlos Hernández, del departamento de Economía de la sucursal Emprestur S.A en Las Tunas, nos conmoviera doblemente. ¡Se acabó la ansiedad y la sensación de achicharrarnos!, sobre todo porque varios carros estatales desentendieron nuestras desesperadas señas y siguieron de largo por la vía rápida para no recoger a nadie. 

Antes del “hasta luego” agradecido, Nielsen testificó a 26 Digital que reconoce los esfuerzos que hace el gobierno en el territorio para apoyar el transporte público, por lo que ellos responden al llamado que se les hizo a las empresas y recogen en tramos y paradas siempre que traen capacidad, durante sus gestiones diarias de trabajo.

Si bien se observa una actitud consecuente de los carros estatales ante el llamado del país y el territorio de apoyar, desde septiembre pasado, al traslado de pasajeros, todavía muchos no tienen ni la cortesía de responder con un gesto (aunque sea negativo) ante la solicitud de ayuda de la gente, hecho que contribuye sin dudas al deterioro de la imagen de esas empresas y directivos que adquieren nombres y rostros con los rótulos de sus vehículos, los cuales no siempre pasan desapercibidos por el público impaciente.

Esta medida es una de las que debía quedarse, pues en tiempos de  muchas “Dianas” también es cierto que circulan abarrotadas y muchas veces ni recogen, por ese motivo: no les cabe ni un “flaquito más”. 

 

La negra del Comité y los entornos

La negra del Comité y los entornos

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: De la entrevitada

Las Tunas.- Nunca cambia, aunque los años, la diabetes y un conuco que anda “poniendo verde” por el pueblito de Bartle le consumen el tiempo “de la casa y el barrio”. Pero ella es intensa en agrupar a la gente, armar una caldosa con nada y estar de primera en la tarea que se convoque. Quizás por eso la gente dice que Julia La O Zayas es terrible, y la quieren y siguen bajo cualquier circunstancia.

A “la negra Julia” le acreditan muchas de las caldosas con las que esperaron en el edificio 15 el 28 de septiembre, una fecha que marcó en 1960 la fundación de la más grande organización de masas en Cuba, gracias a Fidel, el líder eterno de la Revolución. Como ahora, el enemigo imperial afiló garras y recrudeció su odio contra la Mayor de las Antillas.

Este año tampoco quedarán atrás, a pesar de las dificultades. Entonces le surgen las memorias…”bueno, fui de las muchachas campesinas que integraron el contingente Ana Betancourt. Jamás olvido esos momentos en La Habana, y me comprometí para siempre con la Revolución. Los CDR son nuestra primera trinchera.

“Recuerdo cuando sembramos bija en los años 90, en el periodo especial, porque hacía falta colorante para las comidas. Los ciclones acabaron con las cosechas de tomate y era una manera de ayudar, hasta sumé a mi hija que estaba en quinto grado. Me jubilé como cocinera y siempre tuve, tengo eso, de inventar en la cocina, de brindarle a la gente. Me gusta que coman. Este 59 aniversario tendremos nuestro motivito. Aquí en el edificio somos unidos y divertidos”, asegura sonriente, otro detalle que la caracteriza.

UN POCO MÁS ALLÁ

Mientras Julia diseña los sueños de este 28 de septiembre, una vecina no olvida su protagonismo en formar el grupo femenino “Perfume con amor solidario”, un proyecto que si bien dejaron en el camino por diversas causas, unió a las cederistas y federadas en su casa muchos meses y transformó por largo tiempo la dinámica nocturna del barrio.

Esa es la esencia de los Comités, unir en las buenas y las malas, recoger las materias primas, compartir ideas e intereses, ayudarse. Cada año hay motivaciones diferentes e imperiosas. La negra Julia es un ejemplo de ese halo que siempre despierta la alegría y la unidad comunitaria.

Un contagio que atrapa los entornos del edificio 15 de Transporte, en el reparto Santos, donde los demás cederistas hacen sus aportes voluntarios para comprar aderezos y dulces para esperar el 28 de septiembre. Un festín que puede ser caldosa, ajiaco, cake, vino o cerveza. Cada cual a sus modos y su “aire”, con el inevitable factor común… música, cubanía y compromiso. Eso es también decir en esta isla Comités de Defensa de la Revolución. La negra Julia mueve la cabeza. Me muestra la foto que más le gusta, su bandera y su traje de chef. Ella es especial, pero reconoce que está multiplicada.