En el diminuto espacio donde no estás
Por Graciela Guerrero Garay Foto De la autora
Son difíciles las ausencias, cada recuerdo es un submarino de emociones, momentos, lágrimas. Se sienten los abrazos, los regaños, lo que no dijimos por la prisa o nos callamos porque creímos mejor. La mente es mucho más que una pantalla de cine, un sueño o una pesadilla.
A veces pienso que la muerte no es verdad, pero no por aquello de " cuando se hace bien la obra de la vida". Me huele a política. Yo hablo de sentimientos. De esos seres que son nuestra misma alma y un día, un triste día, se nos mueren.
Y ahí viene esa impotencia sórdida y ese vacío para siempre, aunque un día quizás el lagrimar no llore porque la tristeza lo secó en esa eternidad de seguir amando y extrañando. Creo que cuando morimos ya lo hemos hecho muchas veces.
Mis viejos nunca se fueron, están aquí. Son mi gesto, mis frases célebres, mis comidas favoritas, mi actitud, mis costumbres. Soy ellos, aunque traiga "mi librito y mi karma" y el parecido sea fisonómico. Un 31 de mayo te nos fuiste y parecía una broma fea, una equivocación… fuerte, incansable, luchador, saludable… no tenías 79 años… eras más bien el niño inquieto que corría en los montes de Omaja.
Isaías Ramón Guerrero González, caramba, 20 años ya y me paro en el balcón y todo está igualito… ahí viene papi… y esa tarde era más bonita, yo subía a las nubes… ahora subo sin ti, pero es lo mismo… vas conmigo y tus manos me sujetan y te cuento de mis poemas y de mis libros, de las noticias, de mis miedos, mis visiones… me aconsejas, me regañas, me ayudas… hablamos… te extraño mi viejo, te extraño… solo sé que te extraño aunque sigas conmigo.
Dios alumbre tu espíritu en esa gloria que ganaste aquí. Mami está contigo. Y eso aunque parezca mi última locura me hace feliz. En este centellar de amores no puede ser de otra manera. Tu luz es nuestra luz mi viejo. Estas son "mis mañanitas" y mi "Malagueña Salerosa".
Te amo, papi. Descansa en Paz.
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