Una de las maravillas de este mundo puede ser La Habana
Por Graciela Guerrero Garay Fotos: De Internet
Es difícil que alguien pueda escapar de los encantos de la capital de Cuba, La Habana, aunque el cuerpo y el alma divaguen en cualquier nebulosa anímica. La superiora de todos los cubanos atrapa y atesora en edificios, calles, baldosas, árboles, automóviles, estilos de vida, huellas y sortilegios cotidianos la identidad de una nación que incrusta aires modernos a esa mezcla de distingo singular de la Isla en medio del mar Caribe.
Pueden estas razones ser la motivación y el argumento para que la ciudad de La Giraldilla clasifique en la lista de las 14 finalistas del concurso New 7 Wonders Cities, donde quedarán registradas las siete urbes más maravillosas de la tierra a partir de la elección y voto de millones de personas a través de Internet.
La noticia difundida por Prensa Latina a inicios de octubre llena de satisfacción a los cubanos y tal vez de manera especial a los tuneros – dígase orientales-, muy dados a disfrutar los regalos naturales habaneros e incluso a establecerse allí definitivamente por cuestiones familiares y laborales, migración que acumula varias décadas.
El mérito lo comparte La Habana con sus homólogas Barcelona (España); Durban (Sudáfrica); Kuala Lumpur (Malaysia); La Paz (Bolivia); Doha (Qatar); Chicago (Estados Unidos); Beirut (Líbano); Londres (Reino Unido); Ciudad de México, Perth (Australia); Quito (Ecuador); Reykjavik (Islandia) y Vigan (Filipinas), y según los organizadores del certamen llaman la atención por su diversidad y realce en cuestiones de geografía regional y cultura urbana.
Desde el 2012 iniciaron las votaciones online para seleccionar las siete ciudades maravillas del planeta y, luego de un proceso de eliminación gradual, entra en su parte final hasta el 7 de diciembre, fecha en que difundirán los resultados.
La capital de todos los cubanos tiene su vez el tesoro inigualable de estar relacionada con seis de las siete maravillas de la ingeniería civil en Cuba, obras monumentales calificadas de únicas por las soluciones técnicas aplicadas y su magnitud, enmarcadas desde el siglo XIX hasta la actualidad reciente.
El acueducto de La Habana diseñado por Francisco de Albear, el cual comenzó a prestar servicios en 1893 y hoy abastece casi el 20 por ciento del agua que consumen los capitalinos, ganó ese honor, junto al Túnel del alcantarillado en abril de 1912, construido para evacuar los líquidos albañales por gravedad y por debajo de la bahía habanera.
En 1931 la Carretera Central desde occidente a oriente – mil 139 kilómetros- se incluyó en la selección y a principios de la segunda mitad del siglo XX, en 1956, el edificio del Focsa con sus 39 niveles, 121 metros sobre el pavimento, el estacionamiento soterrado para 500 vehículos, 375 apartamentos, centros comerciales y piscina y la particularidad de no usar grúas en su construcción llevó su nombre a los elegidos.
Los méritos de pasar a la historia como grandes de la ingeniería cubana también recayeron en 1958 en el Túnel de la Bahía de La Habana, el cual permite el tránsito de hasta 6 mil vehículos por hora; y en el Puente de Bacunayagua, ejecutado en los primeros meses de 1959 aunque el movimiento de tierra empezó en 1956, con 313, 50 metros de largo y una altura de 110 metros desde el nivel del río al pavimento. Es el más alto del país y se cuenta que al empatar sus partes, la procedente de Matanzas con la de La Habana, vibró la tierra de los alrededores por el tope de las dos moles de acero, de 47 toneladas cada una.
El viaducto de La Farola, en el oriente cubano, en 1965 enlazó por tierra a las ciudades de Guantánamo y Baracoa, con tramos que alcanzan 450 metros sobre el nivel del mar. La complejidad en los métodos constructivos y la formación geológica, junto a la solución de los proyectos, resaltan la técnica vial utilizada en la nación, única también por su biodiversidad y reservorio exclusivo de interesantes especies endémicas del área y el mundo.
Con la primera semana de diciembre se sabrá si esta maravilla que es la capital de todos los cubanos y un noble puente tendido a la solidaridad ganará el sitial de lujo que merece, en tanto acá seguimos con el sano orgullo de ser sus hijos y tener derecho propio a todos sus encantos.
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