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Los colegios electorales en Cuba

Los colegios electorales en Cuba

 

Libres como las palmas

En la Foto.  Kenia, al centro de la mesa, atiende a uno de sus electores con la misma sonrisa que enseñó en la hermana República de Venezuela.

Texto y fotos Graciela Guerrero Garay

LAS TUNAS (Cuba) – Fui a votar como siempre desde que cumplí los 17 años. No era el mismo colegio electoral de mis primeros tiempos. Ya no vivo en la casa materna. Sin embargo, salvo las diferencias que marcaron los integrantes de la mesa electoral y los pioneros que custodiaban las urnas, había la misma paz, la misma solemnidad y la misma disciplina.

Me recibió Kenia, la presidente de mi Comité de Defensa de la Revolución (CDR), recién llegada de cumplir misión internacionalista en Venezuela como parte de los profesores del Instituto Cubano del Deporte (INDER). Junto a ella estaban los presidentes de los restantes CDR que conforman el Colegio número 1 de la circunscripción 123, donde votan 542 electores. A las 10. 00 de la mañana lo habían hecho el 84 por ciento.

Un grupo de pioneros esperaba su lugar en la custodia de las urnas, mientras un dúo estaba allí cumpliendo su deber. No había nadie más, solo la otra mesa electoral y sus integrantes. Parecía que el recinto universitario Vladimir I. Lenin, enmarcado en el Reparto Santos de esta ciudad, estuviera totalmente vacío. Ni un guardia, ni un dirigente político, nadie de las Asambleas Municipales del Gobierno. El pueblo y las comisiones electorales.

Fui con mi nieta Sheila y su amiguita Eliany. Ambas casi al cumplir los cinco años. Así surgen las tradiciones políticas en Cuba, porque la familia suma a sus pequeños a cuanta actividad realice. Mi hijo no es periodista, pero se inclinó por el mundo de la informática de andar conmigo en mis labores reporteriles. No es una imposición ni muchas veces una necesidad. Es el placer de hacerlos partícipe de la vida de uno. Es el orgullo inmenso que uno siente de poderles mostrar sin tabúes el mundo en que vivimos y nos desempeñamos.

Voté por quien consideré más competente, más útil a las nuevas y complejas misiones que tienen en estos momentos los Consejos de Administración en municipios y provincias, donde gestarán sus principales funciones quienes queden definitivamente electos y nominados. Nadie me sugirió a éste o aquel. Nadie me ofreció nada a cambio. Simplemente, di mi carné de identidad, tomé la boleta, emití mi voto al elegido, la eché en la urna y me fui tan tranquila como llegué.

En el camino decidí visitar el otro colegio electoral del barrio, el número 3, de la misma circunscripción, ubicado en el local que ocupa el Consultorio Médico de la Familia. Allí los electores son 123 y a esa misma hora habían votado el 97,8 por ciento de ellos. A los cubanos les gusta acudir temprano a las urnas en los períodos lectivos, para luego hacer sus habituales costumbres domingueras. Mi mamá, por ejemplo, lo hace siempre que regresa de la misa. A veces ni a la casa llega, de la iglesia va al colegio.

Los jóvenes, y más los que votan por primera vez, acostumbran a reunirse en grupos – los mismos que forman por empatía, cercanía, afinidad, para salir en las noches, jugar pelota, ver una película, conversar o montar bicicleta por la cuadra. No hay presiones sicológicas, ni de los propios padres.

Ya la tarde empieza a caer con algunos nublados por esta parte del oriente. Muchos colegios terminaron sus votaciones y hacen el conteo de los votos. La calma del domingo se rompe con algún pregón callejero anunciando pan o algunas verduras y hortalizas. Ha sido otro domingo más en Cuba que habla por sí mismo de que en medio de transformaciones, carencias y retos complejos y cotidianos, el pueblo, los cubanos de bien, están con su Revolución y confían en su democracia participativa, voluntaria, limpia porque nace justamente donde despierta la vida, en el barrio. 

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SiempreCuba -

LOS HUELGUISTAS Y EL TIRANO

LA HABANA, Cuba, abril, 2010.
En 1981 Fidel Castro no era un anciano reflexivo, sino un tirano que hablaba de futuro y enviaba tropas a las guerras de África. Sucedió entonces un hecho memorable que llamó la atención del caudillo cubano, quien se refirió al asunto con sentido justiciero y ordenó perpetuar sus palabras en un parque de La Habana.

En una cárcel de Inglaterra murieron de hambre diez huelguistas que exigían la independencia de Irlanda. El dictador insular condenó la desidia del gobierno británico y honró la memoria de los mártires irlandeses, cuyos nombres fueron grabados en una de las tarjas del pequeño obelisco edificado en la calle I entre 21 y 19, en el mismo parque del Vedado que perpetúa las imágenes del escritor francés Víctor Hugo, el político español Francisco Pi y Margall y Doña Leonor Pérez, madre de José Martí, nuestro Héroe Nacional.

Como en estos días la muerte planea en las cárceles de Cuba, donde el 23 de febrero murió el prisionero político Orlando Zapata Tamayo, tras más de dos meses en huelga de hambre, algunos habaneros encaminamos nuestros pasos hasta el monumento que evoca a Bobby Sands, Francis Hughes, Joe Mc Donnell, Kevin Lynch y otros huelguistas del IRA muertos entre mayo y agosto de 1981 en la prisión H-Block.

La primera tarja reproduce las palabras pronunciadas por Fidel Castro ante la 68 Conferencia de la Unión Interparlamentaria, el 18 de septiembre de 1891. Como las mismas cobran actualidad en Cuba las reproduzco:

“La tozudez, la intransigencia, la crueldad, la insensibilidad ante la comunidad internacional del gobierno británico frente al problema de los patriotas irlandeses en huelga de hambre hasta la muerte, recuerdan a Torquemada y la barbarie de la inquisición en plena Edad media. ¡Tiemblen los tiranos ante los hombres que son capaces de morir por sus ideas, tras 60 días de huelga de hambre! Al lado de ese ejemplo, ¿qué fueron los tres días de Cristo en el calvario, símbolo durante siglos del sacrificio humano? Es hora de ponerle fin, mediante la denuncia y la presión de la comunidad mundial, a esta repugnante atrocidad”.

Si cambiáramos la fecha y los sustantivos gobierno británico y patriotas irlandeses, el texto de Fidel Castro honraría a dos de sus víctimas: Pedro Luis Boitel, muerto por inanición en una cárcel cubana en 1972, y Orlando Zapata Tamayo, cuyo martirio duró más de ochenta días.

La condena internacional a la tozudez, la intransigencia y la crueldad de los Castro ayudará al fin de la tiranía. La denuncia y la presión de la comunidad mundial quizás eviten la muerte del periodista Guillermo Fariñas Hernández y otros luchadores pacíficos, que arriesgan su vida por la excarcelación de los presos políticos.

El régimen tiembla, manipula a la población y denigra a los demócratas, pero la barbarie tiene límites.

DesdeCuba -

Damas de Blanco acaparan titulares por encima de las elecciones cubana.

La participación de más del 94% de electores en los comicios municipales del domingo comprueba la democracia que vive Cuba, según el gobierno, pero sobre la jornada electoral la relevancia la acaparó una protesta del grupo disidente de mujeres Damas de Blanco que fueron insultadas y hostigadas por simpatizantes del gobierno.

Las autoridades cubanas se quejan de que la prensa extranjera le da demasiada importancia a un movimiento disidente pequeño y dividido con poca influencia en el pueblo, pero el gobierno decidió sin explicación y tras permitirlas siete años, impedir la caminata dominical que ese grupo de mujeres realiza, informó AP.

Wayne Smith, ex jefe de la oficina de intereses de Estados Unidos en La Habana y que abogó por varios años por el cese del embargo de Washington contra la isla, explicó que "las Damas realizaron su caminata desde hace tiempo sin que hubiera problemas".

El analista político agregó "de repente, cuando Cuba dijo 'no pueden marchar', se convirtieron en una historia y la prensa lo reportó".

En Washington algunos se preguntan si la decisión de prohibir la protesta busca sabotear las relaciones entre los dos países que parecían en fase de recuperación en los últimos meses.

La secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton afirmó este mes que Fidel y Raúl Castro no deseaban el fin de las sanciones para tener "excusas" por su inmovilismo político.

En la primera respuesta oficial de la isla, el líder parlamentario Ricardo Alarcón comentó que ``la señora Clinton es una mujer muy inteligente, no quiero ser grosero con ella, pero si realmente cree que continuar con el embargo es para el beneficio de nuestro gobierno, es muy sencillo para ella que le pida al Congreso (de EEUU) que levante el embargo''.

Alarcón hizo los comentarios del domingo después de votar en las elecciones parciales, en las cuales la participación de electores disminuyó ligeramente a las anteriores de 1997 cuando fue de 97%. Todos los candidatos a puestos de elección pertencen al partido Comunista en los eventos electorales de la isla y no se contempla la libre participación de candidatos de otras organizaciones.

El líder y ex presidente Fidel Castro, de 83 años, no comentó las elecciones en la columna con la que expresa su posición respecto a diversidad de temas y que el domingo enfocó en la política armamentista de Washington.

Mientras se celebraban las elecciones, las autoridades cubanas impidieron por tercer semana consecutiva que las ``Damas de Blanco'', esposas de presos políticos, realizarán la protesta dominical que desde hace siete años se convirtió en una tradición.

Durante siete horas, bajo los frondosos jagüeyes de un parque del barrio de Miramar, las esposas y madres de algunos de los 75 disidentes encarcelados en el 2003, oyeron insultos y provocaciones de los simpatizantes del gobierno mientras ellas alzaban gladiolos.

Pero la muerte tras una huelga de hambre de un disidente en febrero dio una nueva imagen de los derechos humanos en Cuba. Las damas caminaron siete días seguidos en la capital cubana antes las cámaras de la prensa internacional antes de ser regresadas en autobuses a sus casas por las autoridades cubanas.

El gobierno cubano se molestó por la atención recibida por los disidentes y denunciaron una campaña internacional para desacreditar a la revolución.

VivaCubaLibre -

Democracia a la cubana: elecciones y linchamiento político

LA HABANA, Cuba, abril, 26, 2010
Un joven alto en shorts, t-shirt y sandalias parado en medio de la acera, a pocos metros de la embajada de Canadá, mira hacia la oficial del Ministerio del Interior dentro del auto que se aproxima. Asienten con la cabeza. La mujer se baja, seguida de otra uniformada y tres hombres, evidentemente, igual que el joven, agentes de la Seguridad del Estado.

¿Miriam? , dice la oficial (Ya sabía yo que era el sujeto de interés)



Deme su carné de identidad y la cámara. No puede retratar los operativos de la Seguridad del Estado, porque no es periodista extranjero ni periodista acreditado

¿Pero, me devolverán la cámara?

Si

La oficial entrega el carné a otro agente que sobre el baúl del auto escribe los datos de mi identificación.

¿Qué tiene en ese bolsillo?, me dice la otra oficial cuadrada frente a mi, como si se me ocurriera la tonta idea de huir

(Me saco todo del bolsillo del pantalón)

¿Quiere?

No; responde mientras le muestro lo que llevo en ambos bolsillos

La oficial me devuelve el documento de identidad y la cámara fotográfica, con las imágenes ya borradas.

No puede tomar fotos de los operativos de la Seguridad del Estado. Usted no es periodista extranjera, ni periodista acreditada; repite con dureza.

Vuelvo a caminar lentamente por la acera, me coloco el sombrero para protegerme del sol, que en realidad hoy no es fuerte.

Mientras el gobierno publicitaba a voz en cuello la votación en “las elecciones más democráticas del mundo”, que se efectuaron este domingo 25 de abril, la Seguridad del Estado montó un inmenso operativo alrededor de la Iglesia Santa Rita de Casia, en la 5ta Avenida de Miramar.

Deme su carné de identidad, me había dicho una mujer vestida de civil, acompañada por varios agentes, en la esquina de 5ta y 30, cuando me dirigía, como casi todos los domingos, para el oficio de la misa. Lo entregué, y luego de revisar varias hojas con nombres, pasó a otras con fotos. Me lo devolvió. Yo no estaba en la lista.

Perdone la molestia.

Gracias, dije con la educación que me inculcaron mis padres.

¿Qué acontecimiento tan peligroso ocurriría en Santa Rita y sus alrededores?

Lo mismo de hace siete años y un mes: Las Damas de Blanco asistirían a misa. El gobierno ha ensayado muchos métodos represivos para disuadirlas, pero sin éxito. Sólo que ahora hay una especie de prueba de fuerza entre el omnipotente Estado y las indefensas mujeres pacíficas. La Seguridad del Estado les ha avisado que únicamente podrían caminar por 5ta Avenida, de la Calle 30 a 22 (lo que han hecho todos los domingos desde el 30 de marzo de 2003), pero tienen que solicitar permiso 72 horas antes y únicamente pueden ir acompañadas de 10 mujeres de apoyo. Ellas han pedido que les entreguen un documento escrito, y como no lo han recibido, continúan con su tradición.

Recuerdo aquella época en que quizás un domingo caminábamos sólo cinco, porque habían impedido a las demás llegar, bajándolas de los ómnibus en las provincias o haciendoles un “mitin de repudio”, como ocurrió a Isel Acosta, sola en su hogar, rodeada por unas 500 personas allá en Sancti Spiritus. Pero Isel y las demás continuaron viniendo. En 5ta Avenida siempre habría algunas. No es una cuestión de cantidad, sino de derecho, justicia y dignidad.

Las mujeres que demandan la libertad inmediata e incondicional de sus seres queridos llevados arbitrariamente a prisión en marzo de 2003, prisioneros de conciencia con condenas hasta de 28 años de cárcel, y torturados en las prisiones por el único delito de amar su Patria, se fortalecen con esos atropellos.

Este 25 de abril, una turba de hombres y algunas mujeres, insultaron y gritaron supuesto apoyo a un gobierno tan “prestigioso” que los arrió custodiados por desmesuradas fuerzas de la Seguridad del Estado, cerró la importante 5ta avenida de Miramar, desvío el tráfico y apostó cerca medios de transporte y comunicaciones. ¡ERAN SEIS MUJERES! No necesitaban más.

Las mujeres de apoyo, que las acompañaron en ciertos momentos, deben recibir reconocimiento, pero en realidad Las Damas de Blanco pueden ir solas, como cuando surgieron: voces, familiares de los 75 prisioneros de conciencia de la Primavera Negra del 2003.

Este 25 de abril al mismo tiempo que se efectuaban elecciones municipales en toda Cuba y el gobierno propagandizaba su democracia, seis mujeres no podían expresarse pacíficamente.

¿Dónde está el respeto a los derechos humanos de este “fuerte régimen”? Todos somos cubanos, todos tenemos que tener derechos.

100% Cubano -

Leña con el árbol caído

LA HABANA, Cuba, abril 26, 2010

Si la corrupción resulta ser la verdadera contrarrevolución, tal como afirmó hace pocos días un miembro del pintoresco grupo de nuestros perfeccionadores del socialismo, entonces queda claro que en Cuba la revolución y su contra son monocigóticas y vienen de la mano desde 1959, retroalimentándose.

Los ejemplos abruman por su cuantía y su peso, pero tal vez bastará con recordar que desde el inicio los mandamases de la revolución, llegados a La Habana sin más pertenencias que el uniforme que traían puesto, pasaron ipso facto a ser dueños de muchas de las mansiones, automóviles y otras propiedades que les arrebataban a los millonarios, digamos que revolucionariamente.

Y si este ejemplo no fuera suficiente, por pertenecer a épocas bárbaras, supuestamente trascendidas, entonces tal vez baste con hacer el conteo de los bienes patrimoniales que hoy ostentan aquellos mismos mandamases, más el costo de sus privilegios cotidianos, tanto los suyos como los de sus familiares y protegidos, para luego compararlos con la suma de sus únicos ingresos legales, es decir, sus salarios.

El resultado nos demostrará que ni uno solo dentro de la élite del poder está limpio de culpas.

Son detalles que ya conoce hasta el gato, dentro y fuera de la Isla. Por eso asombra que de pronto algún que otro intelectual cubano pierda el sueño al escuchar rumores, dice, sobre el carácter corrupto de ciertos mandamases ubicados “en altísimos cargos y con fuertes conexiones personales, internas y externas, generadas por decenas de años ocupando las mismas posiciones de poder”.

Y si asombra la actitud de estos, digamos, ingenuos perfeccionadores del socialismo, más que asombrar, consterna que sus declaraciones se conviertan en noticia de gran repercusión internacional. Como si lo que ellos venden como un descubrimiento de última hora fuese en realidad nuevo y no más de lo mismo que venimos sufriendo desde hace medio siglo, sólo que dentro de una nueva coyuntura.

Luego, además de asombrar, confunde la actitud del presunto denunciante y perfeccionador del socialismo (en este caso, Esteban Morales, académico del Centro de Estudios sobre Estados Unidos), quien, después de caerse de la mata al escuchar rumores sobre aislados casos de corrupción entre sus jefes, reacciona y advierte que “los funcionarios que se corrompen pierden sus valores y son fácil presa de presiones políticas y hasta chantajes por parte de los servicios de inteligencia estadounidenses ávidos de destruir el comunismo en Cuba”.

He aquí el quid de la cuestión: como siempre ha ocurrido, a lo largo de medio siglo, cuando un mandamás cae en desgracia en Cuba, acusado de corrupto, no es la corrupción (que siempre ha practicado, él y tantos otros) el detonante directo de su descalabro. Es que por algún motivo su conducta depravada ha tocado un límite en que amenaza o compromete públicamente al resto de la élite.

Se trata igualmente de una práctica vieja y extendida entre nuestros caciques. De modo que el denunciante de marras debe conocerla muy bien. Entonces, ¿a qué obedece su trasnochada alarma y su falta de sueño? ¿No será que es parte de una farsa, destinada, como de costumbre, a hacer leña con el árbol caído?