Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba
Muy enérgica la opinión de los tuneros esta semana Texto y Foto Graciela Guerrero Garay Muy revolucionarias, cívicas y populares han sido las opiniones de los tuneros desde el domingo último, en torno a los principales acontecimientos que movieron la palestra pública nacional e internacional: las sesiones de la VII Legislatura del Parlamento Cubano, en La Habana, y la Cumbre sobre Cambio Climático, celebrada en Copenhague. Julia La O, una experimentada negra que labora como cocinera en la Brigada de Servicio de la Dirección Municipal de Gastronomía, se acercó de manera espontánea a esta reportera, recogiendo el sentir de su clase obrera y de su raza para testificar que “los negros en Cuba somos gente desde que triunfó la Revolución. Yo misma nací en Mayarí Arriba, en Holguín, y no creo que seamos discriminados, siento que nosotros mismos a veces, por esa maldición que desde África trae nuestra raza esclava, nos subestimamos o evadimos cargos de responsabilidad. Pero yo cocino ahora porque me gusta, pero tengo título de Contadora y me he desempañado como administradora en varias unidades de Salud Pública. Apoyo a Raúl en todo y confío plenamente que tendremos una sociedad mejor, un socialismo más justo y con mejoras de vida. Los buenos cubanos trabajaremos por eso y lograremos los propósitos planteados en la Asamblea Nacional del Poder Popular y condenamos la artimaña de Obama y de la Cumbre. Yo vine a decirle esto porque es el sentir de mi familia, de mi hija que estudia el cuarto año de Medicina y esta negra no ha tenido que pagar un medio. Yo le agradezco mucho a la Revolución, doy la vida por ella.” Y mientras el diálogo se daba en los bajos del edificio multifamiliar donde vivimos 60 familias, todas empleadas y con sus vástagos estudiando o profesionales, o trabajando seguros con salario asegurado, los vecinos se fueron sumando para respaldar las palabras de Julia y manifestar las propias, todas en respaldo unánime a este proyecto que dignifica el sentir del hombre, que cultiva esperanzas, que garantiza vida, aún cuando esté impregnado de esos defectos humanos que le pintan los hombres a sus obras. Pero como dijo Alejandrito Rodríguez, un adolescente que estudia el segundo año de la especialidad técnica media de Mecánica Automotriz, “si trabajamos, vamos a echar palante, y vamos a trabajar.” Esa es la opinión de los tuneros. De esa gente de a pie que lucha y amanece siempre con la disposición de ayudar a su terruño y al país. Esa mayoría que les conviene desconocer a los imperialistas y a los desafectos, esos mismos que quisieron matar antes de tiempo en la Cumbre de Copenhague los desalmados poderosos de este mundo. Esos cubanos, orientales de cepa, que son más, harán del nuevo año un crisol de esos sueños que llevamos por dentro de ser una sociedad más culta, humana y justa, temas que muy bien defendieron los parlamentarios cubanos el domingo y que sirvió de lección moral al mundo en la Cumbre de Cambio Climático, cuando el canciller cubano no aceptó el nefasto pacto de muerte junto a los hermanos de esta América que busca la luz, de la que Cuba es Faro para su orgullo y dignidad hace más de medio siglo.
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