El diario de una pionera
Por Graciela Guerrero Garay Fotos: De la Autora
Lo guarda celosamente en algún lugar de su cuarto, donde ni la lupa de Sherlock –Mamá ha podido descubrirlo. Empero, el escape de una hoja suelta puso “la evidencia” en las manos de la tía Narcisa y el diario de Carmita era demasiado bonito para esconderlo en un sitio invisible, con el riesgo de llenarse de polvo y ser devorado por las polillas.
Costó trabajo convencerla de revelar sus secretos, pero al fin comprendió que la primavera trae más que flores en esta isla y su ciudad, y sus secretos son de millones como ella. Finalmente, Sherlock Mamá nos regaló esta historia…
1 de Abril: Llegó la primavera, aunque todavía no llueve y hace viento. Hoy discutimos el trabajo práctico de Historia de Cuba y mi equipo cogió 100, menos Yorky que no contestó las preguntas ni se aprendió el contenido. La maestra lo regañó. En el receso apenas pudimos jugar porque empezó a llover. La tía Liudmila dijo que el 4 de abril había una fiesta y que debíamos llevar un plato. Diana y yo nos miramos. ¡Cómo vamos a bailar! En la casa hice las tareas, pero no me dejaron ir a jugar a la acera. Mi abuelo está bien pesado.
2 de Abril: Hoy no tengo ganas de escribir. Me siento aburrida. Es mejor estar en la escuela.
3 de Abril: Hay fiesta en el barrio. El delegado trajo a la Compañía Los Aztecas del Balcón y me encontré con mis amigas. Cantaron muy lindo. Fue una actividad bonita con las canciones mexicanas y la gente bajó de los edificios y aplaudió mucho. También dijo que los aniversarios de la Organización de Pioneros José Martí y la Unión de Jóvenes Comunistas eran un estímulo para Fidel y su cumpleaños, en agosto, cuando estemos de vacaciones. Ahora me tengo que dormir porque mañana hay clases. Bueno, es la fiesta de la escuela.
4 de Abril: Mi abuelo me dejó en la puerta del seminternado y ya había música. Gozamos y bailamos, primero en el aula y después en la plaza. Dieron un acto muy bonito y las niñas de danza hicieron la coreografía. La maestra de danza me dijo que me iba a llevar para el grupo, pero mi mamá dice que tengo que mejorar la letra como dice la maestra. Ya la otra semana no tenemos clases, hay vacaciones. Le voy a echar menos a Yenifer, es mi mejor amiga. Bueno, diario me voy a dormir.
5 de Abril: Nos regañaron porque estábamos hablando de la fiesta. Un niño de quinto B se partió la cabeza por correr por la escalera. Por eso mi abuela me dice que las escaleras hay que bajarlas despacio, pero no siempre le hago caso. Ahora solo pensamos en el viaje que haremos a la casa de Fidel, en Birán, con la maestra Maritza de cuarto grado por el círculo de interés. Mi mamá va conmigo pero todavía no se sabe la fecha. Voy a escribirle a mi amiga Yesenia para ver que pasó con la fiesta de ellos. Mejor la llamo por teléfono porque ya se me quitaron las ganas de escribir.
Sherlock Mamá vuelve a ponerlo con cuidado en el “escondite”. Hace un guiño y sonríe. Ella también tuvo su diario. Abril es un mes lindo de primavera, aunque en la ciudad no llueva y la sequía sea titular en la televisión. Carmita duerme. Quizás sueña con la algarabía de las fiestas porque sonríe. Eso lo sabremos después si la tía Narcisa encuentra alguna pista, en esas limpiezas y sacudidas “generales” que hace en el cuarto. Carmita no puede saberlo, es su tesoro escondido.
Solo quiere ser grande…más grande… y acabar el sexto grado. La abuela suspira… “viene en camino la polluela y estos tiempos son distintos…” Sin embargo…nada cambiará en abril… Siempre habrá primavera y fiestas por doquier porque los pioneros y jóvenes cubanos andan de cumpleaños con la OPJM y la UJC. El diario de Carmita será eternamente la evidencia del hecho.
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