Calidad de los servicios públicos: demanda y análisis permanente
Por Graciela Guerrero Garay y Yuset Puig Pupo Foto: Graciela GG
El transporte público abrió y cerró el debate de análisis de la calidad de los servicios básicos en el programa de participación ciudadana ¨Latir del Pueblo”, que se trasmite en vivo por la cadena provincial de Radio en esta capital del Balcón del Oriente de Cuba, para tocar con voz propia de sus habitantes los problemas que afectan la cotidianidad y demuestran que, con todo, siempre hay soluciones para una vida mejor.
Si bien se reconoce la mejoría de la circulación de las guaguas y la presencia de rutas nuevas en trayectos hasta ahora sin cobertura logística, los tuneros coinciden en que al parecer no hay una programación coherente en la salida de los ómnibus, fundamentalmente en los horarios picos, pues “vienen una detrás de otra y hay déficit en las primeras horas de la mañana”.
En esos horarios son cientos los trabajadores, estudiantes y personas que se trasladan a cumplir sus deberes o realizar gestiones elementales y los ómnibus urbanos, como enfatizó una oyente, son los medios de transporte asequibles a la mayoría, “pues quien vive de un salario no puede coger todos los días un cocotaxi”, insistió.
El desabastecimiento de viandas, ensaladas y variedad en el menú en los mercados de atención a la familia fueron las deficiencias detectadas, en estos centros destinados a la alimentación de un sector poblacional que los necesita, entre ellos los ancianos, mayores beneficiados con el SAF, como se le conoce. Una visita de reporteros a “La Barca de Oro”, “El Diamante”, “La Oferta”, “Los Patios” y “La Industrial” corroboró la poca calidad de los productos elaborados y el gramaje.
La dirección de Gastronomía reconoció que les falta mucho por hacer, tras informar que existen 15 SAF con 719 comensales. Ariel Santana Santiesteban, miembro del Comité Central y primer Secretario del Partido en Las Tunas, al reflexionar sobre este sensible asunto constató la debilidad y la ineficiencia de los cuadros encargados del control de esta actividad, un programa alternativo de la Revolución para atender a personas de bajos ingresos o situaciones peculiares al momento de garantizarse el sustento.
Una vez más, Santana Santiesteban hizo notar la falta de exigencia, control y eficiencia en el trabajo de los técnicos y responsables directos de esa tarea pero, como sucede en la mayoría de las quejas e insatisfacciones del pueblo, reciclan los temas, las denuncias, los análisis y sale a la palestra pública que no se trabaja bien y se violan, por algún recodo, los principios de ejemplaridad que establece el Código de Ética cuando se asumen cargos que inciden directamente en la atención a la ciudadanía.
Los salideros de agua en los repartos Santos y Buena Vista, el mal estado de las tuberías que bombean la ciudad y la pérdida de un buen volumen de agua en el camino; las indisciplinas sociales como el robo directo de las cometidas y la morosidad en las respuestas – al margen de la falta de recursos- van en paralelo con las deficiencias que también afectan la limpieza de fosas, todas puestas al aire por las llamadas de los afectados al popular “Latir del Pueblo”.
Múltiples fueron los planteamientos relacionados con la falta de higiene en la mayoría de los barrios de esta capital, donde los vecinos de la calle Marcelino Diéguez, del reparto Buena Vista, desde noviembre del pasado año esperan que las aguas albañales tengan solución para poder salir de sus casas sin temor a enfermarse.
Igual grado de insalubridad marca de una manera u otra las comunidades capitalinas, donde tampoco la recogida de basuras es sistemática y, si bien calles y avenidas se barren, contenes interiores, solares enyerbados y espacios entre edificios multifamiliares, escuelas, bodegas y centros de trabajo demuestran la mala calidad de la limpieza, generadora que desechos de todo tipo abunden entre la hierba y los jardines.
Trasladarse de noche mediante el transporte público fue otra de las tantas inquietudes que resaltaron la situación actual de este servicio elemental para los tuneros, quienes plantearon que por las noches tuneras- celebradas los fines de semana- se desvían las guaguas sin previo aviso, lo que ocasiona molestias innecesarias sobre todo a quienes deben ir a los hospitales o zonas distantes del centro de la ciudad.
A pesar de los reiterados llamados a cumplir con sus responsabilidades y puntualizar por parte de la máxima dirección política de la provincia a que organismos, instituciones y directivos respondan con celeridad a los reclamos de la población, “Latir del Pueblo” deja el sinsabor de que lejos se está de hacer bien lo que compete a cada cual y, en esencia, que la tolerancia gana espacio en los análisis de los consejos de dirección, el llamado a controlar cada tarea y saber aprovechar con racionalidad y conciencia los recursos económicos y materiales.
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