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Girón siempre le duele a Cira

Girón siempre le duele a Cira

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora

Esta mujer es una guerrera. Quizás por eso no acepta la partida de su legendario Quijote de la vida y las luchas, aunque ande por el barrio y trajine la casa sin humedad alguna en los ojos. Dice los tiene secos, de tanto ver y llorar. Abril y Girón, Girón y mercenarios, cubanos y victorias…son palabras que teje entre las brumas del recuerdo y esa ausencia con rabia que le estrangula el pecho.

Sabe que sus huellas están en todas partes, aunque quisiera a veces, al pensar en la tristeza de los últimos días, borrar el mínimo segundo de distancia y trabajo, para sentarlo sobre su regazo y tejerle en el pelo un mundo bien bonito. Se quedó con muchas ganas de besarlo. Fueron inmensas horas, demasiado seguidas, de esperarlo bajo el techo de guano y el candil, con el aguijón de la ansiedad y el miedo a la mala noticia.

No hay un minuto que no hable de su viejo. Por eso estos días lo revive palmo a palmo. Playa Girón nunca la pueden olvidar los cubanos y menos quienes vivimos bien cerca la angustia, y el valor de esos días. Nosotros quisimos ir para Matanzas, pero nos dijeron que nuestro frente de combate era cuidar lo nuestro, las conquistas de la Revolución, me cuenta Cira, la viuda de uno de los combatientes que hizo su historia con la historia.

Caraballo – como le llama a José Manuel -  se tuvo que quedar en Holguín y yo, como su esposa y combatiente, también. Me tocó garantizar que las mujeres y la Federación cumplieran las misiones que nos dieron. Responder a la orden de la Revolución era nuestra única razón de ser. Caraballo fue para el área de la producción. No se sabía nada, ni quien era el enemigo. Todo podía pasar y la Revolución era muy joven, agrega y se aprieta las manos.

La muerte no debió quitárselo a ella ni a sus hijos y desdibujar, sin razón aparente, el hogar que formaron en esta ciudad de Las Tunas, a donde vinieron tras el triunfo revolucionario a desarrollar la región.   “Aquí en esta provincia él echó sus sueños, fue Secretario del Partido, fundó las granjas agrarias de la zona…en fin, nunca descansó ni dejó de darlo todo a Fidel y a sus ideas. Esa fue la tarea que le dieron y él solo me dijo: recoge que vamos para Tunas”. Cira pasa las manos por su cabeza y encrespa los dedos, mientras sus ojos van al centro de la sala donde siempre siente su presencia. Era su rincón. Ya soporto esta sensación, al principio fue horrible.

La victoria de Playa Girón, aunque él no esté con nosotros, es cada año mientras yo viva y mis hijos también, un modo de recordarlo con cariño y sentir que estamos para siempre unidos a la Patria. Abril, el 17 de abril, es Girón. Si él estuviera vivo haría lo mismo: contarle a los nietos, a los muchachos del barrio, a los jóvenes, como fueron estos días de 1961, y después había que ver el tono de su voz cuando decía que fue la primera derrota del imperialismo en América Latina.

Cira toma su retrato, “donde están los tres, porque los varones viven en otro lado y el nieto cumple misión internacionalista en Angola”. Recuerdos vivos, como la memoria nuestra. Y aprieta en el pecho todos los amores y las nostalgias. Girón también se  crece y duele…

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