Día Internacional de la Infancia
Gerentes por derecho en Cuba
Por Graciela Guerrero Garay
Ahora mismo las informaciones que califican los maltratos por cualquier tipo de violencia sobre las niñas y niños en el mundo, son muchas y desgarradoras. No es fácil concebir que un ser tan débil llegue a la tierra para cargar las cadenas pesadas de los fuertes y tener un cruel destino, sin apenas levantar unas pulgadas del suelo.
Esta realidad se multiplica como el hambre o los desastres naturales año tras año. En todo el planeta existen 40 millones de niños y niñas que reciben humillaciones en sus hogares o la sociedad. Difundirlo, puede ser sencillo. Descodificar este mensaje y asumirlo es, bajo cualquier concepto, algo denigrante y absurdo.
Poder decir que en Cuba ese fenómeno irracional es ínfimo, ya vale el orgullo de vivir en la Isla y apuntalarlo con la verdad de que este viernes, sin excepción, los infantes y adolescentes cubanos están en las aulas, de manera gratuita y seguros bajo el amor y esfuerzo de miles de maestros y profesores.
El primero de junio, Día Internacional de la Infancia, es una fecha para reflexionar o pedir reformas sobre el tratamiento de los derechos de la niñez y la juventud en cualquier otra nación de América Latina o el primer mundo. En mi país se recibe con la alegría de los cumpleaños. Hoy, por ejemplo, es un viernes de clases normal. En los matutinos y vespertinos ellos mismos fueron los protagonistas de las actividades político-culturales que lo recuerdan.
Un sol fuerte calienta la paz reinante. Todos, con sus respectivos uniformes, lo disfrutaron desde el amanecer, camino a sus escuelas, secundarias y centros politécnicos. Hasta en las universidades, centros de trabajo y hospitales se habla del tema. Los más pequeños, en sus círculos infantiles (guarderías), recibieron el abrazo y el beso de las educadoras.
Ese piropo lisonjero que hace detener el paso acá en el trayecto cotidiano, es más evidente y afable. A veces, incluso, de tanto que se aman los niños y niñas en Cuba me parece que la mayoría los tiene como trofeos o mascotas. Son pocos quienes no les halagan o destacan si están gordos, si balbucean, si despertaron más lindos o están bravos. Al nacer casi siempre se les pone una manilla protectora contra el mal de ojos, porque cuantos van a conocerle le celebran y quieren cargar.
Así sucede en este caimán verde que está calificado por expertos de las Naciones Unidas y las organizaciones que luchan por hacer valer los Derechos del Niño, como el garante de una infancia y adolescencia feliz, aún cuando se atraviesan crisis económicas, el país es víctima del bloqueo impuesto por Estados Unidos y pertenece al llamado Tercer Mundo. Aquí hay vida, mientras en otros lares, con mayores potencialidades para su desarrollo integral, las guerras y el hambre se incrustan en las retinas de una generación terrícola que debe ser el humano de los siglos y los siglos.
Sin apologismo, El Día Internacional de la Infancia es hoy viernes, pero también mañana sábado, el domingo entrante y los días que vendrán. Por suerte, Cuba, con sus soles y sus manchas, sabe y hace galas de que nada es más importante que la vida de un niño.
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