
Por Graciela Guerrero Garay
Un amigo que estuvo de visita por nuestra página – al que le agradecemos mucho su lectura y acuse – nos pidió que le habláramos sobre algunos trucos que pudieran aliviarle su dolencia. Empezamos a buscar sobre el asunto y confirmamos que, efectivamente, esta enfermedad es crónica y recurrente. Aparece y desaparece en cualquier momento, entonces es importante auto ayudarse para minimizar los efectos.
Los especialistas aconsejan Evitar el estrés, porque la empeora. Una actitud positiva frente a la vida, evadiendo, de ser posible, situaciones que desencadenen tensiones emocionales y aumenten la ansiedad posibilita que la enfermedad no se agudice. Recomiendan, pues, algún viaje corto o unas saludables vacaciones y apelan a la voluntad de aceptar la dolencia, por no tener una curación definitiva.
El sol, ese gran astro rey, es un gran aliado para las personas afectadas y está demostrado – contra lo que muchos creen- que los baños solares mejoran las condiciones de la psoriasis. Climas secos y cálidos son ideales y es fructífero exponer todos los días las partes dañadas a esta energía natural. Para los lugares fríos y con poco sol la terapia sería con baños artificiales, en los salones de bronceado.
La gordura, pues, vuelve a ser enemiga del ser humano y entre los “gorditos y gorditas” es más fácil caer en las pesadas redes de la psoriasis. Lo perfecto, es un peso adecuado, así como también mantener la piel húmeda con aceites y cremas, pues la reseques causa más descamación y dolor.
La psoriasis es incómoda y muy difícil de curar, alertan los profesionales de la medicina, pero al mismo tiempo explican que los enfermos pueden contribuir mucho a reducir sus molestias y pasar períodos de larga calma. Si se evitan las heridas, se toman baños de agua caliente, se controlan las infecciones (hay prevalencia de que luego de padecer de algunas originadas por estreptococos, surge), se mantiene una adecuada higiene y hay una alimentación sana, todo puede ser más llevadero.
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