
Justo tres décadas de decir y educar
· Fue el primer recinto donde toqué los sueños de hacer cadenetas de fe con la palabra. De ponerle colores a las manos de un anciano, volver a dibujar la sonrisa de un niño, sentirme yo y de los demás
· En estos 30 años, aunque estuve un tiempo por otras redacciones, nunca dejé de respirar ese olor a tinta fresca y papel tibio que llenaba todo el amplio taller y la rotativa, cuando el diarismo era el vuelta y vuelta de nuestros corazones y la noticia.
· El cambio a Semanario, ante la inevitable llegada del Período Especial en Cuba, nos obligó a muchas cosas, pero la mejor de todas fue la de retarnos a ser más integrales y darle al espacio de las 8 páginas una distribución editorial más equitativa, selectiva y abarcadora de la vida de los tuneros y los hechos relevantes del país
Por Graciela Guerrero Garay
Para muchos, 30 años, es sinónimo de madurez total. Algunos osan decir que el hombre empieza a “hacerse hombre” a los 30 años. Lo cierto es que en asuntos de hacer periodismo, objetivo, educativo, investigativo, crítico, analítico y vocero de la verdad de los intereses del pueblo, nunca se acaba de “hacerse hombre”, pues cada día se diversifican y multiplican los acontecimientos, las necesidades divulgativas, los intereses de público, el público mismo…
En fin, que a los 30 años un periódico es apenas un niño que empieza a coordinar sus movimientos musculares, para caminar por esa cuerda inmensa que es divulgar, con pulso altruista y veraz, el entorno local, nacional e internacional. Y si hay algo de “maduro” en el asunto es la pluma de sus redactores, que no pueden tampoco darse el lujo de estar en el quieti
... (... continúa)