
Por Graciela Guerrero Garay Fotos: De la Autora
Hay muchos rostros nuevos entre otros que llevan vívidos aquel milagro del 31 de marzo de 1991, cuando Galería, del escritor Antonio Gutiérrez, abrió las puertas para siempre a un sello editorial muy nuestro: Sanlope, el cual honra 24 años después el anagrama de Manuel Nápoles Fajardo, hermano de El Cucalambé y autor del primer libro impreso en Las Tunas, “Flores del Alma”.
Jamás el tiempo llenará de olvido su garganta y pintará de amarillo “tostado” las primicias de entonces, cuando el anuncio de un Período Especial traía de manchas el estrangulamiento de la imprenta en Cuba, incluidos los diarios y revistas. En una palabra, el Centro Provincial del Libro y la Literatura nace con muchos retos y pronósticos más desafiantes aún.
¿Qué no puede el amor…? me digo en este 2015 y los recuerdos vuelan, como volaron entonces las metas de Mirtha Beatón Borges, su primera editora jefa, y la escritora Lesbia de la Fe Dotres, quien tenía a su cargo el Departamento de Literatura, junto al resto de un colectivo que se mantiene ahí aunque se jubilaron unos y marcharon otros, pero como la tinta o un gen muy fuerte, los “nuevos” se tomaron la herencia y se respira la misma voluntad primogénita.
UN POCO MÁS DE LO QUE GARDEL LLAMÓ NADA
Cuando por azar encuentro a Lesbia por el bulevar, con sus sueños a cuestas y buscando la musa para su próximo cuento. O a Mirtha, tan igualita como antaño, aferrada a la edición de un libro y entre ellos, aunque Dalita – su hija- le tome mucho tiempo y alguna que otra dolencia intente quebrantarla, creo que el rey del tango, Carlos Gardel, no inmortalizó por así que veinte años no es nada. Entonces, ¡Veinticuatro, mucho menos!, pues estas mujeres, pura historia del desarrollo editorial y la literatura aquí, exhalan idéntica pasión y compromiso.
Aprendimos a golpe de “cabezazos” y agradeceremos eternamente la ayuda que al nacer Sanlope nos brindó Carlos Tamayo, hoy el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), dice y agrega Beatón:”En el Poligráfico, donde imprimíamos, tampoco había mucha experiencia en hacer libros y nos íbamos para allá casi a tiempo completo. Fue linda esa etapa y no puedo dejar de mencionar el apoyo de ese centro y el Periódico en la corrección, pues lo hacíamos todo, revisar pruebas, editar… y era en linotipo, en plomo”.
La sentí feliz, como los escritores inéditos que hicieron luz sus obras en las primeras colecciones. En lo personal, no olvido a “Principito” en su pequeño formato, casi de libro de bolsillo, en papel cartón, muy modesto, pero capaz de arrancarles sonrisas a los niños y venderse muy rápido en las librerías. El papel escaseaba y encarecía y, a cambio, el Centro del Libro le enfrentaba coraje.
La muestra está en los más de 500 títulos publicados con que saludan este aniversario, sin que las nuevas tecnologías – llegadas al terruño en el 2000 – le mataran el espíritu creador y “la tropa joven” camine a la altura de los desafíos modernos, como la rotura de la máquina impresora Riso, los recortes en los planes editoriales y hasta que uno que otro apagón eléctrico en momentos donde todo anda tenso para cumplir los proyectos trazados.
CHICAS Y CHICOS DEL PRESENTE
Por estos días de cumpleaños el corre-corre es doble. El 31
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