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Mi jardinero

Mi jardinero

 

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: De la autora

Las Tunas.- Noté su presencia por el corte de las buganvilias y la tierra removida y limpia de los contenes. Pensé, y no fui la única, “por aquí anda un nuevo jardinero”.  Una mañana, en efecto, lo vi. Apenas levantaba los ojos del suelo y el interés y el amor le corrían como el sudor que mojaba su camisa. Ese hombre, de aspecto bonachón y serio, convertía en otras a las áreas verdes de la avenida Primero de Enero, en el reparto Santos, de esta ciudad.

Desde entonces, sentí deseos de acercarme y lo observé. No era simple rutina laboral sacar, con sus propias manos,  cada piedra o suciedad que afeara las largas jardineras de la también “estirada” calle y, menos, volver en la tarde, con el sol del mediodía pegado en la cabeza,  a continuar lo pendiente y relimpiar lo que pudo ensuciarse. En él muchas palabras bonitas y buenas virtudes hacen la conjugación perfecta.

Los recuerdos de su natal Jesús Menéndez le llenan los ojos a la primera pregunta. Trece y más años en trabajos de silvicultura dentro de la brigada de Paso Pata, de la Empresa Forestal de ese municipio,  le hicieron conocer los bosques y sentir el influjo de las plantas…

_ “ Hicimos muchas actividades como obrero silvícola. Cumplíamos ciclos de tratamiento y mantenimiento a las plantaciones;  sembramos, cortamos leña y fabricamos carbón. Trabajábamos en varias funciones y eso me enseñó a conocer mucho de las diferentes especies que teníamos allí, unas con más desarrollo que otras”, dice en ese tono sereno que denuncia su humildad.

Mueve poco las manos, dadas al empeño fuerte, campesino.  No es parco, pero tampoco hablanchín. Es cordial y una siente que tiene delante a un ser sincero.

_ “ Llevo solo un año  trabajando en Servicios Comunales. Cuando vine a Las Tunas me propusieron incorporarme allí y como uno está acostumbrado a trabajar, pues acepté. Me ubicaron en las Áreas Verdes de la zona 3, por los alrededores del Telecentro. Allí estuve unos ocho meses. Y luego aquí, que es la zona 5.

_ “ La jardinería como tal, en cursos u otra superación, nunca la estudié, pero me gusta hacer bien mi labor, tener resultados, sentirme bien conmigo mismo. Esta avenida estaba mal atendida y me propuse cambiarla. Ya hoy la comunidad lo nota y va tomando conciencia de la necesidad y lo bonito que es vivir en un lugar agradable.

_ “ Ya puedo decir que los vecinos me sienten parte suyo.  Guardo con gratitud el gesto de Rafael Mancebo, quien me dio una tijera de podar que era de su papá. Uno usa machetes, y aún cuando el trabajo es más rápido, eso maltrata a la planta. Con las tijeras uno puede hacer cortes y redondear con más arte, te quedan más bonitos. Eso es lo que hago, sentir cada planta mía, enseñarles que los árboles no se arrancan, porque en inicios sembré unas palmitas y las arrancaron. Ya no, hasta la tiradera de basura a las aceras y los bajos de los edificios se ha controlado. Ese churre caía en los jardines”.

Hace una pausa. Aprovechamos para mirar a “Isora”, otra especie ornamental que distingue a la “Primero de Enero” y conocida también como “Cruz de Malta”, “Coralillo” o “Santa Rita”. Sus tiernas flores rojas le cautivan y dice que es muy agradecida. Igual me cuenta de cuando muy joven, con 17 años, inició su vida laboral en una granja de ganado ovino. Los animales sí agradecen lo que haces por ellos - asegura-. Los árboles igual, pero es proceso más paciente, recalca. Y eso vino por aquello de que si hablarle a las flores las hace brotar más rápido.

_ “ No creo eso, lo he escuchado pocas veces. Yo no les converso. Yo les doy como debe ser su atención. Y sí, todo lo que recibe amor te lo devuelve. Este trabajo mío es más notable porque los barrenderos hacen bien el suyo, y las dos cosas se complementan y la avenida se ve limpia y florida, con un estilo.

_ “También las personas deben ayudar a cuidar los espacios en que viven. Es salud, alegría, motivación. Yo estoy muy contento. Me siento útil y feliz conmigo mismo. Nunca quisiera me cambiaran de zona, pero eso no depende de mí. Quiero ver crecer las palmas que sembré hace poco”.

Lo imagino coger su bicicleta al filo de las seis de la mañana, una hora después de sus madrugadas cotidianas, quizás con su entrañable “Menéndez” en la cabeza y el tiempo en que no va a verlos. Para él también el injusto bloqueo y la pandemia del Covid – 19 son esquinas rotas que aprietan el alma y complican los días . Se acaban las preguntas. Toma su paso firme y va allí, a las buganvilias que lo esperan del otro lado de la acera. Cierto, caramba, este hombre llamado Dune Félix Carralero Pérez merece el honorable título de jardinero. Mi jardinero.  

 

 

 

 

 

Los ángeles son enfermeros

Los ángeles son enfermeros

Los ángeles son enfermeros o ¡viceversa!

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: De la autora

Las Tunas.- Algunos no gustan de  esa mirada profunda y recta con la que  suelen acompañar los buenos días tempraneros en las salas de los hospitales, cada vez que asoma el amanecer entre el gélido silencio de los cubículos. Otros se incomodan cuando una vena “traviesa”  se resiste y la extracción, el suero o un medicamento intravenoso duele más. Al caer la noche, claudican y agradecen que, con sus modos y prácticas, son ángeles dispuestos a calmarles los entuertos del cuerpo y el alma.

Enfermeras y enfermeros. Pasos suaves, casi imperceptibles, que dejan en los no siempre mudos pasillos de  granito sus huellas, pensamientos, compromisos y cuanto llevan dentro como profesionales y humanos. Nadie sabe. Quizás ni eso notan las miradas furtivas que los envuelven  desde sus camas de ingresadas. Para los dolientes, al parecer, muchas veces, solo importa saberlos ahí, cual centinelas obedientes al primer llamado de “sus órdenes”. Es comprensible, un minuto puede simular un siglo. El miedo y el dolor son emociones demasiado fuertes para complacer a la paciencia. Los hospitales tienen la cara fea, a pesar de sus aires salvadores.

Se hacen los ciegos y devuelven ternura en momentos agridulces.  Es una percepción agradable que confirmo a medida que suman mis semanas en los pasillos del área de los Servicios de Ginecología, donde por más de un mes les veía entrar o salir del trabajo y casi me aprendo de memoria  los cambios de turno de la B- 2, primero, y la E- 2, después.

Poco a poco también, puse nombres en los rostros correctos… Liznet, Yanet, Yordanka, Lianet…, y ante la desmemoria y mis monólogos internos de agradecimiento les incrusté igual los míos… la bonita delgada; la trigueña agradable, la alta que no es tan joven… Ellas, las seños de la B- 2,  quienes con sus cuidados hacen caminos de amor en las embarazadas y esas familias que se las llevan bajo piel sin pedirles permiso ni que puedan evitarlo o se percaten.  Es tenso el trabajo en esta sala de atención especializada.

El tercer piso, Maternidad. El mismo silencio del hospital, las impaciencias.   Trajes blancos que vuelven una y otra vez sobre los pasillos interiores de las salas. Acompañan desvelos y aprietan sentimientos, cuando la impaciencia de los acompañantes se torna demasiado insistente y tienen que multiplicar tolerancias para cumplir los deberes del día, también largo para ellos.  

Hay mucha sensibilidad en estas mujeres y hombres que apostaron por la enfermería, aunque lo disimulen entre la prisa o  las “etiquetas” con las que suelen a veces marcarlos  por las necesarias  horas que invierten detrás de los escritorios, siempre llenos de historias clínicas y documentos médicos, sobre todo después de los horarios de visita de los especialistas. En la “E- 2” confirmo esa tenacidad a prueba de entrega y desafíos de quienes defienden las vida que acunan en sus vientres las embarazadas.

Manos que aprenden más allá del tacto. Preguntas sobresaturadas de  interés aunque parezcan llanas o innecesarias a  ciertos tipos de pacientes. Las hay de todos tipos, como diverso es el mundo. Y ellos ahí, con la misma imagen imperturbable, ética, tolerante, comprensiva… con cierto halo de metódica prudencia. ¡No sabrán de cuántas maneras se proyectan, sufren y son sus gestantes!  

 

Danni Bermúdez;  Taimy Fernández ; Lisandra Morell; Nelvis Collejo;   Yordania Urquiza; Daimi Rivero… cumplen sus ciclos de servicio. Temperatura, presión, foco, medicamentos… Alexander Macia;  Yamisleidys Leyva; Jessica Góngora, Yurisan Palacios; Lietis Reigada; Graciela Osorio  y Katia Leyva igual hacen su trabajo. Cada turno es la misma entrega y las rutinas pasan a ser relevantes. Neifer Esteben, la jefa de sala, y Anairis López, la secretaria,  no tienen menos trajín.

Pienso en ellos mientras la felicidad llena la casa y unas diminutas manitas de hombre se agarran con fuerza del índice de mamá, quien estrena cada segundo su mejor sonrisa. Y sí, caramba, las enfermeras y los enfermeros son ángeles y también viceversa. Cuando la noche cuaja y algún desvelo aviva los sentidos les imagino ahí, en aquellos semioscuros y gélidos pasillos… atentos, escribiendo en las hojas de vida de sus embarazadas, multiplicándose a sí mismos y dejando una gota de sus vidas con ellas. No importa cómo sean ni de donde vengan. Ellos, los de trajes blancos, están ahí como eternos médicos de guardia.

Las batas blancas

Las batas blancas

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos : Jorge Reysel

Las Tunas.- Recién comienza la conferencia del doctor Francisco Durán. Entre los ruidos de la mañana sobresale la voz del Jefe nacional de Epidemiología desde los telereceptores de los vecinos del edificio. Es un día de sol cálido en este Balcón de Oriente. De pronto, un toque en la puerta cambia el rumbo de las cosas. La doctora Sonia García Carralero busca a una persona que debe ser aislada. La llamaron del policlínico para comunicarle que pertenecía a su consultorio. No reside donde le informaron.

Recordé que frente a mi casa natal, en el mismo reparto Santos y dentro del área de Salud del policlinico Gustavo Aldereguía existe un inmueble multifamiliar con ese número. Allí debía ser. No es la primera vez que cartas, multas y diferentes requerimientos generan tal confusión. En la acera de enfrente,  el otro personal del consultorio 22 realiza la pesquiza. Desde que surgió el rebrote en este municipio capital las veo trabajar con una intensidad rigorosa contra el Covid – 19, sin que ello reste atención al resto de los deberes cotidianos, como atender a las embarazadas (entre ellas mi nieta), visitar a los recién nacidos y dar consultas.

Marisol, la enfermera, “trilla”, casi siempre, decenas de veces las aceras y escaleras de más de una veintena de familias que necesitan cuidados domiciliarios. Sulema Tamayo, quien hace su rotación de MGI no queda atrás. El residente Jorge  Jimenez que estrena saberes con sus nuevos pacientes tampoco descansa.  Hasta la “vieja” Dulce, jubilada e incondicional apoyo de este equipo por antigüedad – como dicen en el barrio – salva las urgencias que tensan las jornadas de los médicos de la familia. Las improntas de mi “tin” no son menos que las de sus homólogos en las distintas comunidades tuneras.

Es una batalla más allá de riesgos y amenazas. Es hablar, convencer, prevenir, controlar a quienes cumplen aislamiento domiciliario, garantizar el desempeño, hacer valer los protocolos, buscar alternativas  ante situaciones específicas y propiciar la mayor seguridad epidemiológica a todos, amenazada también por el dengue, otra arbovirosis latente.

Claro que la vivencia cercana con ellos reconforta y nos lleva nuevamente a los intensos aplausos de las nueve de la noche, cuando apenas vivíamos el triste enfrentamiento a la pandemia, un fenómeno desconocido con esta magnitud para la mayoría de los cubanos. En verdad merecen más que aplausos. Detrás de esa ética y sacrificios diarios cada uno tiene su propia historia, tan complicada y terrenal como la nuestra.  

Incuestionablemente el paciente que busca no vive en ningún quinto piso de los seis pasos de escalera que tiene el edificio 39. Sonia los recorrió todos, “porque la presidenta del CDR ya se había ido para el trabajo y no pude ver el libro. Ahora informo que no es aquí. Debe ser en el otro 39”, dice con visibles gotas de sudor debajo de la careta protectora. Recién comienza su faena.

La veo caminar hacia el consultorio y mi pensamiento vuela en todas direcciones. !Suerte nuestra de que por cualquier barrio existan ellos y muchas batas blancas anden así! Sonia, las enfermeras y los futuros galenos se me antojan arquetipos. ! El Covid-19 es un fantasma peligroso y mortal, pero mi “tin” es una garantía!. Apuesto que eso mismo dicen y piensan mis paisanos cuando al desgranar el sol ya andan tocandoles las puertas.

Por ellos, aunque no todo sea perfecto, suspiramos más tranquilos, en medio de las cifras que duelen, preocupan y nos tensan la vida y que con un halo de triste optimismo salen pausadas cada despertar de la esperada conferencia del doctor Durán.

 

 

CRITERIO: Las cuentas de los ?guapones?... !No!

CRITERIO: Las cuentas de los ?guapones?... !No!

 

Por Graciela Guerrero Garay

Las Tunas.- El rocío está en esa suerte de letargo que anuncia el descompadreo con el sol. La calle comienza a coger el ritmo de la mañana. Es jueves. Febrero camina con una compleja situación epidemiológica y Las Tunas, un día que otro, marca las estadísticas de los casos positivos e infectados con el mortal virus Sars- CoV-2. El rebrote en Cuba con su curva letal en amenaza ascendente da señales muy serias de que el inicio del año 2021 hay que pensarlo de otra manera, en asuntos claves como prevención de riesgo y protocolos sanitarios.

Sin embargo, algo me dice, al observar la gente, que en muchos no es así. No siento que asocian el nasobuco a la raíz de sus vidas. Algunos no lo traen. Otros lo llevan a la usanza de un babero o una gargantilla. Tampoco faltan los besos y abrazos mañaneros. Es difícil tragarse los afectos, caramba, pero la realidad se impone. O mejor, quizás te enseña la expresión del amor más hondo, el que está debajo de la piel o los túneles del pecho y no necesita de tanta apretadera. Una mirada basta. Las acciones confirman.

Es complejo escribir sin estupor. Los chicos siguen pasando las manos por las jardineras. Los adultos no los regañan. El carretillero lleva ajos y platanitos y la gente baja del edificio, los tocan, los dejan. Otros los compran. Salomónico esto de romper de golpe las costumbres y las rutinas. !Pero que triste para mí ver las cuadras muertas entre cintas naranjas, sin el bullicio de los amaneceres y las casas ahí, silenciosas y apenas “humanas” entre las rendijas!

No hay percepción de riesgo, indiscutiblemente. Creo que el término asintomático no cala con toda la triste semiótica que posee en el escenario de esta pandemia. De buena tinta supe que había personas protestando porque cerraron la tienda de la cadena TRD “Leningrado” para higienizarla y adoptar medidas preventivas o detener posibles contagios. La venta de los módulos era el eje de la dicotomía. No tengo comentarios. Prefiero omitirlos.

Recordé la historia del joven Javier contada en Cubadebate. Se recuperó, pero perdió al abuelo. Sus confecciones son puñados de arena en los ojos. Y esa frase ahí, como la campana: “  Uno no piensa que se va a enfermar hasta que le pasa”. Mi mente es una sucesión de imágenes y tragos en secos. Una gran amiga perdió a su padre y nunca supieron cómo cogió la Covid- 19. Otra espera los resultados en un centro de aislamiento. Adultos mayores juegan dominó. A veces, se les olvida la mascarilla. De todas formas están sentados a la mesa, remueven las fichas, bonchean, pasan horas a casi nada de distancia uno de los otros. ? Cómo decirle a los chicos que no es bueno jugar a la pelota o al escondido? 

Alguien dice que no es sano tener miedo. ?Es miedo darse el derecho de vivir con salud y cuidar a los que ama? ?Una multa compensa el proceder de estos simuladores de guapos y guapas que se creen al parecer inmunes e irrespetan alertas médicas y disciplina social? ?Hay que poner agentes de seguridad en las comunidades para que impere la cordura y la responsabilidad?? Es digna una conciencia social impositiva?

Hay fallos por doquier, incluso institucionalmente. A estos meses de experiencia y dolor hay razones y señales para repensar la entrega de alimentos, sean módulos o en ferias y placitas.   Repartir lo poco entre muchos es un rompecabezas y en asuntos de economía retroceder un paso es fuerte, más con un mundo quebrado y cerrado. Con todo, estar vivos y sanos empieza por uno mismo.  Nos tocó estar acá en esta guerra de enemigos visibles e invisibles. Luchemos con amor y sacrificio, cuerda y respetuosamente. Tú descuido puede ser mi caída. Es una cadena, desde casa. No es ahorita, es ahora. El mañana con ausencias, frustaciones y lamentos nunca es una victoria. La victoria es la vida. Y esa, a pesar de tanto, la ganamos con decencia. La decencia de todos. No se contagie con esas cuentas que simulan sacar “los guapetones”. Ellos también son vulnerables. Ojalá no lo comprendan demasiado tarde.

FELIZ NAVIDAD HERMANOS DE LA TIERRA

FELIZ NAVIDAD HERMANOS DE LA TIERRA

FELIZ NAVIDAD AMORES MÍOS...HERMANOS DE LA TIERRA

Por Graciela Guerrero Garay

Otra Noche Buena. Otra Navidad. Ya no somos los mismos. Esta vez el mundo, la enfermedad, el imprevisto, el día a día, nos sacudió el cuerpo y el alma. Creo que pocas veces, así de inevitable, al margen de toda posición, edad o geografía, algo común nos tambaleó el conocimiento y nos mostró que somos irreversiblemente mortales, sin importar dónde estamos y cómo somos. La naturaleza, el medio ambiente, el germen, el virus, la pandemia, el contagio… COVID - 19 deja una profunda enseñanza. ¿La aprendimos? Ojalá.

Es una suerte de señal. Se trata de aprovecharla para bien propio y de los demás.  No es con egoísmo y egos  exaltados que florece la vida, se consolidan los valores humanos, familiares y sociales y, sobre todo, se aligera el agridulce existencialista. Llega un nuevo año y hay una experiencia y un ciclo de tiempo y vida que hemos consumido, cada quien a su manera. ¿Lo aprovechaste? ¿Lo aprovechamos? Ojalá.

Hay arbolitos y adornos navideños por doquier. Mensajes altruistas, sentimentales, bonitos, sensibles, motivadores. Hay proyectos de fiestas, de relajamiento, de intimidad. Hay convocatorias públicas, religiosas, oficiales, informales. Hay regalos, aunque también no hay regalos. Depende de tradiciones y economía, de vanidad y soberbia, de apariencias y compromisos. Es bonito dar, arrancar un “gracias” y “ mucha felicidad”. Es bonito, conmueve, se agradece. Pero, ¿será la única manera de demostrar afecto, amor, cariño, relevancia afectiva y sentimientos puros?

Pensemos. Creo que ese invisible y mortal demoledor de la vida  llamado coronavirus algo de eso nos quiso decir, como si supiera que en el hogar hacen mucha falta los abrazos, la espontaneidad de la risa, el calor de una conversación,  la paciencia, tolerancia, comprensión, espacios comunes e individuales, tareas compartidas, juegos, planificación de sueños y hasta conocernos y aceptarnos más. Incluso arrepentimiento y perdón congelados por la prisa de momentos ajenos. Pienso en trabajo, responsabilidades, terceras y cuartas personas. Ladrones de tiempo y de fortaleza para lo único que genera la verdadera realización del hombre y lo que significa en sí transcendencia legítima: su casa y su familia. La primogénita donde vio la luz y la construida por sí mismo y en la cual sembró genes y semillas.  

Otra Noche Buena. Otra Navidad. Dolores y silencios. Recuerdos y añoranzas. El arduo peregrinar de los mortales. Vivos estamos. No cuentan cicatrices. Siempre se puede ser mejor, hasta con un simple gesto. Siempre se puede apostar por la verdad. Siempre la felicidad no es la opulencia, la gula, la bachata. Siempre andar con los bolsillos llenos no es ser dichoso, feliz, íntegro, al menos para los que saben del valor de una gota de agua cuando nos mata la sed, o que un segundo puede ser un terremoto.

En fin, amores míos, hermanos de la tierra, vivamos . Ojalá vivir, entonces, no sea una ilusión confusa, sino la certeza de que en esta Noche Buena y Navidad esas luces de los arbolitos pueden estar dentro de nosotros y, como toda luz, ser un fuego de paz multiplicado. Un calor puro que no queme al bien. Al contrario, que caliente la virtud inteligente de ser semejantes a nuestro creador, nos anime con el rigor de cada día y nos impulse a convivir con la misma naturalidad  con la que brotan las flores. Eso me huele a huellas nobles y manos honestas…

… Eso me dice, de algún modo que, entonces, seremos genuinamente humanos y estaremos listos para la hermosa misión de enriquecer la vida… la tuya, la mía, la de aquellos, los otros y los demás de los demás. Nuestra vida. Nuestro mundo. Ojalá.

¡FELIZ NAVIDAD…. FELIZ NAVIDAD….FELIZ NAVIDAD…!

"Me Preocupa", un poema del tunero Víctor Lluch Hormia

"Me Preocupa", un poema del tunero Víctor Lluch Hormia

 

"Me Preocupa"... Víctor desgrana sobre el papel en blanco su alma inquieta. Su poema es prosa es una oda al mejoramiento humano, a sus deseos y confianza de que un mundo mejor es posible.. toda su riqueza espíritual, su activismo revolucionario, su visión enorme de la paz están ahí... en "Me Preocupa"...

La creación de este tunero y cubano incansable debe ser levantada por muchas voces. "Me Preocupa" es su himno. Cántemos con él, vale la pena.

 

Me preocupa que nadie o casi nadie se preocupa por aquellas cosas por las que antes se preocupaban. Me preocupa que las preocupaciones de hoy, sean diferentes a las preocupaciones de ayer. Y es que casi nadie está preocupado por los males que afectan a la humanidad.

Me preocupa que seamos unos pocos, los preocupados por los problemas que tienen solución pacífica y otros con las guerras, injerencias y el neoliberalismo, imponen a los pueblos como es que deben vivir.

                     -II-

Me preocupa ver a los que pueden salvar a la humanidad del hambre, las enfermedades y la desigualdad y no lo hacen; y crean adversidades para que desaparezca la especie biológica.

Me preocupa que poderosas potencias, tomen los centros de poder, para hacer el mal a quienes claman por la paz y la justicia social.

Me preocupan los niños, jóvenes y ancianos que se les niega el pan, la salud y la educación, violándoseles sus derechos humanos básicos.

Si usted se preocupa por hacer de este mundo, un mundo mejor, sus preocupaciones no deben, preocupar.

-III-

Me preocupa ver los que mienten, y fingen estar preocupados por los problemas que afectan a la madre tierra. Estos beben  de la misma fuente de los preocupados sin preocuparse donde está el manantial que les da de beber hasta saciar su sed.

Sinceramente  me preocupan aquellos que no se preocupan en dar la mano, a los necesitados y no aportan una gota de sudor o sacrificio por las causas justas de los pueblos. Estos si debieran preocuparse.

                                                       -IV-

Si usted se preocupa y se ocupa por resolver  los problemas que agobian a la humanidad, esa preocupación no debe preocuparlo por que estarías haciendo lo correctamente humano, que se preocupen los que no se ocupan y los que no están preocupados por nada. Si todos nos preocupáramos por el bien del prójimo, no habría espacio para hacer el mal.

Me preocupa la deforestación, la desertificación, el cambio climático, el efecto invernadero, la emisión de gases nocivos a la atmósfera, las sequías y los eventos meteorológicos. Preocupémonos por la hermandad entre los pueblos, y vivamos en armonía para que nuestro mundo sea un: ¡MUNDO MEJOR!

Por estas cosas es hora de preocuparnos y digamos adiós al lenguaje destructor de las armas que no solucionan las penurias y las desigualdades. 

Destrucción ¡NO!        Construcción ¡SI!

Agresiones ¡NO!         Colaboración ¡SI!

Hermandad ¡SÍ!          Desunión  ¡NO!   

Hermanos de todo el mundo, ¡Uníos!  

Víctor: entusiasta cederista siempre

Víctor: entusiasta cederista siempre

 

Por Graciela Guerrero Garay       Foto: De la autora

Las Tunas. – Desde la adolescencia anda con la fuerza de ese espíritu incansable que le ilumina el rostro a los 68 años. Para nada le detienen los calores ni los “saltamontes” cotidianos que puedan atravesarse en el camino. Víctor Manuel Lluch Hormea es hoy un cederista tan activo como antes y conoce profundo la necesidad de impregnarle a los niños y jóvenes lo que, cada 28 de septiembre, une a la gente del barrio con su organización.

Nunca dejé de cumplir una tarea – cuenta -. “Cuando miro el Sello XX Años de Vigilancia Revolucionaria que recibí en el 2015 y mi condición de Vanguardia provincial de los CDR, en el 2016, vuelvo con alegría a los recuerdos que tengo de mi trabajo. Era un niño de 14 años. Para mí es un sano orgullo y un compromiso perenne”.

Entiendo entonces cómo no descansa desde que se levanta con el despuntar del amanecer. Busca el pan en la bodega y regresa ágil para salir a sus obligaciones cotidianas, las cuales pueden llevarlo a cualquier punto de la geografía tunera. Es un incansable investigador social y sonríe si alguien osa insinuarle que las canas asoman y necesita cierta calma. Víctor no nació para estar quieto.

“Ahora lo que ocurre en el planeta nos obliga a revitalizar las actividades revolucionarias de los Comités, porque el enemigo como en los primeros tiempos de la Revolución intenta hacerle daño político y económico al país. Hay que rescatar la guardia cederista, ganar en movilización, aunque en estos momentos los CDR asumen misiones muy importantes y cooperativas para combatir la pandemia del Covid- 19 y eso, a mí, me dice que estamos ahí, sin fallar; lo que hace falta es entusiasmar más a todo el barrio”, enfatiza este lector incansable y empeñado.

Jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) lleva en sí ese sentido de rectitud que lo distingue y marca su carácter reflexivo sobre la cotidianidad, la cual intenta mejorar cada vez que abre los ojos a la vida. Es también ser buen ciudadano – argumenta- cumplir con las medidas orientadas por nuestro gobierno para controlar el virus SARS- COV-2. Y eso quiero que se entienda, somos cederistas en cada espacio que andemos. A los jóvenes les quiero trasmitir mi mensaje de confianza, el mismo que nos enseñó nuestro eterno Comandante Fidel. Primero, que estudien y sean disciplinados, que no sean apáticos en el barrio, ellos son nuestra fortaleza.

Y mi organización no podrá hacer caldosas y fiestas porque la salud y ganar esta batalla es lo esencial este 28 de Septiembre – dice -, pero estamos de aniversario y con más bríos y compromisos que nunca. Tenemos una nueva dirección y moveremos todos juntos los esfuerzos para alcanzar las metas, que no son pocas ni fáciles.

Y ESTE TUNERO TAMBIÉN…

Saca su poema en prosa. Es un regalo a los Comités de Defensa de la Revolución. Confiesa que no es casual. Escribe desde niño. Este, desde el título, destaca su cubanía y muestra al centinela revolucionario que lleva dentro.

La pasión le sacude cuando nos lee “Me preocupa”, una suerte de buena ametralladora hecha letras y sentimientos  de un hombre incansable y dador de ejemplo que en el 2020, en el Aniversario 60 de los CDR,  tiene la absoluta certeza de que la victoria está segura. (El poema íntegro a continuación en otro post)

El monólogo con voces de Maruka

El monólogo con voces de Maruka

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: Archivo de la autora

Las Tunas.- Nadie nos quita lo bailao, ya haremos caldosa a pululu cuando pase esto. Lo importante es que cumplimos con la cotización, echamos el limpiaito a los patios y estamos libres del virus, ¡vivos mi negro!, se dice y se sube coqueta la trenza de colores que resalta entre los apliques. Maruka es lo que por ahí llaman cubanísima… ocurrente,  dispuesta y “salsonera”, pero moviliza en un tin Marín a la cuadra y es la primera en coger la escoba. Ella es el alma del Comité.

Esta noche del 28 no anda con el jarro humeante detrás de Pancho – el gordo de “Vigilancia” – para que pruebe la caldosa antes de vocear que hagan fila y pasen por el caldero, “sin que se quemen, por favor, sin que se quemen”. Todo el mundo hace la cadeneta al vuelo y empieza la fiesta…, pero Maruka va a poner la bandera de los CDR en el portal. El 60 Aniversario no lo silencia el Covid- 19. De eso nada. Voy a ver al Gordo, a nuestro modo va…

Aquí nadie anda “ali caído”. Ñooo, pero no es fácil este silencio. A esta hora del domingo estuviéramos corriendo con la buscadera de leña y recogiendo condimentos y especies por la cuadra. Vamos a desquitarnos por lo alto… ¿Te quedaste dormida, mujer? ¡Qué susto me diste, Gordo! Estaba añorando la bulla cederista del año pasado… ¿Vamos a hacer una caldosa, vamos…?

Era jugando, compadre, cambia esa cara. Ni muerta rompo las reglas. Lo que sí vamos a decirle a la gente que pongan banderas los que tengan. Nosotros somos la masa y seguimos tirando paʹlante. Esto es el Comité… nuestros Comités de Defensa de la Revolución… aquí no hay miedo, Gordo, no hay miedo. A Pululu vamos a desquitarnos y a bailarrrrr…

Y el hombre, el vecino, sonríe…eso es la cuadra, hermanos al final de todo… Maruka es “salsonera”, pero ¡tremenda gente! Ahí no hay tarea que se estanque. ¡Vamos a ponerle sonido de alegría…! Es 28 de septiembre negra, 28, con caldosa y sin caldosa. Levántate, que ahora mismo vamos a poner las banderas y le digo a Luisito que haga el cartel.

 

Me quedo en Omaja con el poeta

Me quedo en Omaja con el poeta

 

 

Por Graciela Guerrero Garay     Foto: De la autora

Las Tunas.- Me atrapó la sugerencia del título. /Te bendigo, palabra vencedora, / por el fuego vital que te ilumina/... Esos versos de la primera entrega del poemario son una suerte de premonición y certeza de que era necesaria la reedición del libro “Todos los trenes pasan por Omaja”, del tunero Adalberto Hechavarría Alonso. Coincido con Roberto Manzano, en el prólogo, en que su autor “es un poeta en toda la anchura del término”.

Los 96 sonetos que nos regala saltan cualquier interferencia lúdica o terrenal y nos lleva, con cadencia y maestría, a quedarnos en su natal pueblito de historias, amores, personajes y complicidad arquitectónica sin que muchas veces entendamos por qué. Al mismo tiempo, una sensación de pertenencia nos traslada a otras geografías, vivencias, espacios y recuerdos…/ noche, ven como siempre tras el día/ y deshoja la luz de mi ventana. / No le temas al tiempo, que mañana/ volverás como siempre. / Todavía. /

La editorial Sanlope fortalece sus buenas facturas en las librerías con esta versión ampliada y corregida de la obra de  Hechavarría Alonso, de la cual tuvo sus primicias Letras Cubanas en el 2009. Esta vez se publica con cambios estructurales significativos que incluyen una veintena  de nuevos sonetos y se omiten otros de la primera edición, con una reorganización diferente a la actual.

Licenciado en Español y Literatura, el autor es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y son suyos títulos como “Herencia de la lumbre”; “Otra versión de la lluvia”; “A trino limpio”; “El sabor del tiempo” y “Los arrecifes de la espera”, entre otros, además de tener poemas registrados en varias antologías cubanas y de otros países.

“Todos los trenes pasan por Omaja” es un libro en el cual su creador propone el verso, invita y una al final acaba con el dulce sabor del catador y… / Anegado de paz pruebo la suerte/ en el más absoluto desconcierto/ y entre tanto lirismo descubierto/ no me acuerdo siquiera de la muerte/. Va a coincidir conmigo. No siempre un buen soneto decide comulgar en nuestras manos.

 

Esos 224 años del “Balcón” y la Covid- 19…

Esos 224 años del “Balcón” y la Covid- 19…

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la autora

Las Tunas.- Es difícil no pintarle su música interior. Esta ciudad Balcón del Oriente Cubano danza en sí misma desde que los indios le dejaron las huellas. Ahora, a sus 224 años, los silencios son más prolongados. Un virus llamado SARS- COV-2 intenta adueñarse de la alegre calma, pero los tuneros, hijos de esta ciudad de puertas abiertas y capital de la escultura cubana, dan su nueva batalla. Ganan el desafío.

Las mujeres no estrenan el carmín en sus mañanas, pero relucen la esbeltez de saberse dueñas del camino y entre el atuendo que salva y contiene a la pandemia. Los nasobucos le incrustan nuevos colores a este cumpleaños, cual humano arcoíris surcando sus arterias y en constante latir por nuestras vidas.

Fuerte reto marcan las metas y los sueños. El 2020 es un año de imperativos y cambios. Sin embargo, los tuneros multiplican esperanzas y replantean empeños aun cuando la historia renovada de sus mambises actuales no reviva en multitudes las cenizas de la ciudad Quemada antes que esclava, el  próximo 26  de septiembre. El coronavirus es amigo de las afluencias y aprovecha. Desde los balcones del corazón las místicas llamas harán el homenaje de sentimientos patrios. Jamás sus hijos renunciarán al desarrollo y la libertad.

Dos jóvenes estudiantes le regalan premios en concursos internacionales.  Los Comités de Defensa de la Revolución animan la fecha al recibir la condición de provincia Destacada en la emulación nacional. Salud Pública y los Consejos de Defensa no duermen para mantener bajo control los casos positivos del Covid- 19. No hay contagios en más de una quincena. Aplausos que huelen a tuna brava para el 224 aniversario.

La Cueybá de la primera ermita que veneró a la Virgen María en tierras cubanas, por los lejanos años 1509 - 1511. La capital de la décima y el verbo encendido de El Cucalambé… Las Tunas de brisas y artesanía, arte y poetas. La ciudad que resurgió del amor y las cenizas… ayer, hoy, mañana… abre sus puertas y se despeina bajo los siempre cautivantes bambúes de El Cornito… 2020 es un manojo de esquinas rotas, pero esta, mi ciudad sempiterna, está viva y echa andar. Nunca es vieja. El futuro tiene más de 224 años y este virus letal es una prueba de ese fuego invencible que la salva. 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mujeres gigantes un 23 de Agosto

Mujeres gigantes un 23 de Agosto

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: 26 Digital

Las Tunas.- Crecen con el impulso de los retos y las circunstancias. Se multiplican, al final se unen, ríen, comparten sus dones de dulceras… bailan. Creativas siempre, en sana competencia con sus aires de mujeres elegantes y guerreras. En pocas palabras las retrató su Secretaria General Teresa Amarelle Boué, “la Patria nos llama y tiene prisa” y estos 60 Años de la FMC afloran milicianas, maestras, doctoras, científicas, economistas, ingenieras, guardafronteras, grueras, agricultoras, periodistas, dependientas, amas de casas, artistas… federadas a la orden.

En todas, el sano orgullo es una mirada iluminada por encima de los nasobucos. Los desvelos en días muy largos durante esta batalla por controlar el coronavirus. La mano dispuesta, la añoranza por los hijos, el hogar, el descanso… pero, por encima de ello, la vigilia, el compromiso y el deber. Patriotismo.

De estos valores se habló aquí en esta provincia y muchas otras del país. También de lo que falta y la urgencia de sumar a las más jóvenes. A sus modos, según las realidades concretas, saltaron las barreras de la distancia y las prevenciones sanitarias y se felicitan, sonríen y recuerdan aniversarios pasados.

Al final no importa, como dice Rosa Tamayo, la secretaria de la Delegación 2,  Bloque 68- B, somos las mujeres de estos tiempos y nos reincorporamos siempre, en las  tareas, después de la jubilación, en la casa… cubanas… eso es ser cubanas y tuneras, activas y federadas. Solo moví la cabeza repetidamente… Así es la Federación de Mujeres Cubanas, la fuerte y victoriosa FMC. Gigantes cada 23 de Agosto.

Criterio: El nudo del peligro

Criterio: El nudo del peligro

 

Por Graciela Guerrero Garay          Foto: Periódico 26

Las Tunas.- Siempre que regreso de la calle vengo con las mil preguntas sin respuestas. No exagero. Primero no concibo cómo se las ingenian tantos cientos de personas para resistir el calor y aglomerarse ahí, contra viento y marea, como si el mundo o la vida dependieran de ese tumulto y lo que venden, y no de una actitud prudente y cautelar porque anda invisible por todas partes una enfermedad mortal, el contagioso SARS-CoV- 2.

A la vez, me culpo por no ser buena en “cálculos al vuelo”. Si esta ciudad capital tiene – según estadísticas de Google y EcuRed – algo más que los 192 mil habitantes, entonces esa percepción de que las colas sobrepasan, por ejemplo, las 500 personas en la TRD Leningrado y otro tanto igual en “El Girasol”, ¿se debe a mis errores de observación? Parece que no. Al consultarlo - en el mismo entorno - con paisanos de ocasión refieren que me “quedo corta”, pues “en esos molotes hay cerca de  mil personas”.

“Y si le sumas a quienes circulan por áreas cercanas, las bodegas, las cafeterías y otras  “shopping” de Buena Vista la cifra supera las dos mil, desde las siete de la mañana hasta que cae la noche”, me dijo muy seguro un avezado economista quien también piensa que si bien la aplicación Porter@ puede ser un regulador, él particularmente no confía “pues en una semana nadie consume un litro de aceite y menos un paquete de pollo, aun cuando la familia sea abundante, pero lo peor es que veo las mismas caras y merodean desde el día anterior”.

Hay conductas populares que chocan verticalmente con el propósito de los gobiernos locales de que lo poco llegue a más consumidores. Ahora la gente marca “paʹ lo que venga” y viene otra pregunta “inducida”: ¿colean por vicio o por necesidad?  Este panorama de alto riesgo es visible también en el centro histórico de la ciudad, en la cual se concentran los más grandes y diversos mercados, congestionados de cientos de tuneros todo el tiempo.

Me huele cacareado eso de que el fin justifica los medios, más cuando las inevitables colas solo evidencian orden en las primeras quizás 20 personas, mientras que las distantes no hacen el distanciamiento establecido si bien se nota en la mayoría el uso del nasobuco. Lo cierto es que hay muchas personas confiadas por doquier, muchas.

Justo ahora sale el parte de este sábado. Treinta y cinco nuevos casos en el país. Las Tunas, si bien no reportó nuevos contagios, tiene positivos en los últimos 15 días y hay un número importante de contactos relacionados con los portadores primarios, lo cual es una alerta roja en medio de un verano muy caliente, con amenazas serias de eventos meteorológicos y la evidente indisciplina y poca percepción de riesgo manifiestas.

No se trata de hacer llover sobre lo mojado. Es llamar a reflexión a quienes todavía nada les detiene en sus actos irresponsables: ni las multas, ni las informaciones del MINSAP, ni la presencia de agentes del orden… en fin,  a quienes con sus actos simulan creerse los  “inmunizados de este mundo”. Es hora de ponerles tolerancia cero.

Creo que el primer corta fuego debe ser usted (digo yo, aquel, el otro) que permitimos se acerque y nos quedamos cerca. Hay carencias, pero ojalá alguien decidiera poner en cada unidad lo que se ha vendido en paquetes de pollo y pomos de aceite desde que entramos a la fase III de la recuperación. No seré buena calculando al vuelo, pero apuesto no quedarme corta si concibo que, al menos una vez al mes, un alimento de esos alcanzaría para ofertarle a cada familia de esta ciudad.

Entonces le doy la razón al avezado economista de marras: “nunca debieron quitar los módulos por la libreta. Al final, cogen unos y otros no”.   Sin dudas, el nudo del peligro está en la calle y las indisciplinas cotidianas. ¿Cuándo lo entenderán mis paisanos y quienes planifican la distribución de los productos de primera necesidad?

 

 

¡Oiga aquí sí hay pepino!

¡Oiga aquí sí hay pepino!

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la autora

Las Tunas.- Creo que si Ruperto descubre estos tremendos pepinos, Pánfilo da por sentado el viaje a Varadero y el programa humorístico “Vivir del Cuento”, de este lunes, hubiera mostrado todo un huerto de referencia nacional, además de repartir ensalada por el barrio y terrenos colindantes. El tema es que nacieron acá en el Organóponico ubicado en la avenida Carlos J. Finlay, de esta ciudad, y resultan la tentación de los vecinos y orgullo de sus trabajadores.

Con certeza Onel  Batista Ávila, el administrador, no conoce el nombre de la variedad. Más una búsqueda en Internet me lleva a decir que no hay nada más parecido a estos ejemplares tuneros que el “Pepino largo de China”. Según él, algunos clientes que visitaron Guinea, en África, le dijeron que allí habían visto frutos como estos.

“Sí, es una buena y noble cosecha esta. Pesan entre 5 y 7 libras y en 50 días ya tenemos la cosecha. Esta siembra es para recoger la semilla, pero antes de que acabe el año ya lo estamos comercializando, aunque puede que de estos vendamos algunos. Todavía nos quedan unos días para recogerlos”, dice Onel y muchos curiosos no salen del asombro ante los “pepinos gigantes”.

Mis indagaciones, por cierto, me “redescubrieron” al pepino.  Esta planta, Cucumis Sativus, pertenece a la familia de las cucurbitáceas, se describe como un tipo de melón y es “pariente” de la sandía, el calabacín y la calabaza. Originario de Asia del Sur es una de las hortalizas más cultivadas del mundo y uno de los mejores alimentos para la salud general. Rehidrata el cuerpo y ayuda, en climas secos y calurosos, a normalizar la temperatura corporal.

Su agua tiene efectos diuréticos y también ayuda a eliminar cálculos renales y las toxinas, mientras comerlo fresco aporta las cantidades diarias que necesitamos de vitaminas  A, B y C, con lo que se refuerza el sistema inmunológico y nos mantiene enérgicos. Los especialistas afirman que combinados con espinacas  y zanahorias son potentes aliados para una dieta saludable y positiva.

Y con estos pepinos hay ensaladas para una semana… ¡o más! Una buena y exótica cosecha la del Organóponico, que también mantiene una oferta estable de quimbombó, cebollín, ajíes, ajo de montaña y frijolitos de ensalada. Buen trabajo el de Onel y sus trabajadores.

“El pequeño gigante de los puños” otra buena entrega de Sanlope

“El pequeño gigante de los puños” otra buena entrega de Sanlope

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: De la autora y Miguel Rojas

Las Tunas.- Enhorabuena se rompió el silencio en el salón de reuniones de la Sala Polivalente Leonardo Mackenzie Grant con la presentación del libro “Omar Santiesteban Aguilera: El pequeño gigante de los puños”, una formidable entrega de la editorial Sanlope que dignifica al boxeo tunero y al incansable investigador y escritor en que se ha convertido el Especialista en Medicina General Integral (MGI) Jorge Luis Puig Coba, autor de la obra.

Con un selecto testimonio gráfico y cerca de 90 páginas, esta historia de vida “está hoy aquí para orgullo de los tuneros por la perseverancia de su creador y los esfuerzos de la Editorial, en tiempos donde es vital rescatar las memorias de nuestras glorias deportivas”. Así resaltó en las palabras de presentación Mirtha Beatón Borges, quien realizó la edición junto a Aileen Rosales Reyes, en la corrección; Danay Guerra Alcorta, en el diseño de cubierta y composición; Andrés Sao Téllez, en la impresión, y Jorge Polanco Martínez en la encuadernación.

El importante y necesario libro se logra gracias a la minuciosa indagación y  celo investigativo del Doctor Puig, un apasionado deportista más allá de su portafolio médico y el narrador de sueños, pues eso significa este vivo testimonio sobre el insigne boxeador local Omar Santiesteban Aguilera, ese guerrero del ring que enseña con su trayectoria cuánto se puede alcanzar con amor, valentía y entrenamiento, lo que es igual a saltar barreras geográficas, favoritismos o malas pasadas de la suerte.

Sobre estas anécdotas que enriquecen  “El pequeño gigante de los puños” hablaron allí, agradecidos y eufóricos, los compañeros de época de Omar, entrenadores y amigos para, a la usanza de una buena tertulia, convertir la presentación de la obra en un auténtico reconocimiento a los valores históricos, sociales y bibliográficos que tiene, más cuando las referencias sobre el boxeo cubano y sus figuras principales duermen aún en el silencio de los protagonistas.

De ahí que hubo consenso en resaltar el primogénito quehacer literario del autor y su continuado esfuerzo por llevar al presente y futuro de la localidad el brillante camino de sus deportistas, lo cual es un hecho en Jorge Luis Puig Coba al tener ya listas para entregar a las editoriales que decidan mirar sus interesantes historias de vida de grandes como Gómez y Danel Castro, el pelotero tunero de todos los tiempos. Esta, su primera luz sobre las letras, la comercializa “Sanlope” en la librería Fulgencio Oroz. Los fanáticos de los puños tienen ya el esperado regalo y los tuneros unas buenas memorias que contar.

Tiempo de tormentas: peligro letal y fulminante

Tiempo de tormentas: peligro letal y fulminante

 

 

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: Internet

Las Tunas.- Literalmente, me asustan. No sé si mi miedo es mayor de esos niños y jóvenes que suelen salir a jugar fútbol y bañarse en el aguacero, o de las grietas luminosas, erizantes, que parten el cielo en pedazos ante mis ojos.  Simplemente, llueve, truena y relampaguea demasiado fuerte para mi gusto, aunque al parecer soy la única cobarde de esta historia. Los alegres “bañistas” corren, patean y gritan eufóricos.

También, literalmente, no olvido las noticias de estos últimos meses relacionadas con la muerte de varios cubanos, en diversos territorios del país, fulminados por los rayos. Son sucesos que conmueven y, al final, entre anécdotas y lamentos, una concluye que son evitables y competen más a la responsabilidad propia que a la naturaleza.

Aunque no creo sea un tema de los más reiterados, tampoco falta información sobre la nefasta consecuencia de las tormentas eléctricas, un fenómeno que por estos meses acompaña de manera violenta la mayoría de los aguaceros y en lo que va de año enluta a muchas familias, algunas de este territorio. Basta saber que en el mundo caen diariamente unos ocho millones de rayos y  el municipio de Las Tunas ocupa el primer lugar del país con más muertes ocurridas por estos eventos, según estudios realizados en recientes décadas.

Si bien las cifras ilustran la triste magnitud de los hechos y destapan alertas por sí mismas al saber, por ejemplo, que  en la nación significan la causa número uno de los decesos provocados por eventos naturales en la población, las flechas de prevención apuntan al individuo como mayor responsable de ser o no fulgurado por un rayo. Y la percepción de riesgo vuelve a destacar como la parte blanda de las consecuencias de desoír las advertencias de especialistas y científicos.

En un amplio artículo del prestigioso meteorólogo cubano Doctor José Rubiera, publicado en https://www.excelenciascuba.com/generales/te-lo-conto-rubiera/, el puntualiza contundentemente que “hay que cuidarse mucho de los rayos”. Cito sus palabras: “Las muertes por rayos representan un verdadero problema a nivel mundial, y Cuba no es la excepción. Para que puedan aquilatar la magnitud del problema, me gustaría que consideraran el hecho de que en Cuba casi no hay muertes por ciclones tropicales. Sin embargo, y por desgracia, se producen unas 65 muertes anuales por rayos o descargas eléctricas, como promedio, algo que, con algunas simples medidas de prevención, muy bien pudiera evitarse”.

Estamos justo en la estación más mortal del año, el verano, con los peligrosos meses de julio y agosto, donde el elevado calentamiento del aire al ponerse en contacto con la tierra condiciona una mayor frecuencia de estos eventos, los cuales reportan mayor incidencia en el oriente del país, desde Camagüey hasta Guantánamo.

Las precauciones  ante la proximidad de una tormenta y cumplir con las medidas de protección son las únicas armas que nos salvan de los rayos. Los especialistas aconsejan seguir la llamada Regla 30- 30,  consistente en buscar refugio en un lugar seguro si se cuentan menos de 30 segundos desde la luz del relámpago hasta que se escucha el trueno. Al tiempo, establece que es seguro salir de ese sitio únicamente cuando hayan pasado 30 minutos después del último trueno.

Salir inmediatamente del río, el mar y las piscinas ante la evidencia de un aguacero cercano es la acción irreversible para conservar la vida y evitar ser alcanzado por las mortales energías de los relámpagos. Y jamás resguardarse  debajo de los árboles, montar a caballo o hablar por teléfono. Si está en campo abierto debe ponerse en cuclillas, con la cabeza sobre las rodillas y los oídos tapados.

Aquí no vale el romántico deseo de caminar bajo la lluvia. La ropa mojada suele crear una turbulencia en el aire que puede atraer el rayo, aseguran los expertos. En fin, que divertirse con esas imponentes nubes negras arriba de nosotros puede trastocarlo todo en el simple y breve espacio de un segundo. Cuide a la familia, cuídese. No se confíe ni minimice el potencial peligro que ronda su cabeza.

Verano por la vida puede ser un slogan excitante, motivador. Hágalo suyo, sí, pero desde la cordura, la consciencia y la responsabilidad propia y colectiva. Estas verdades sobre el fenómeno “rayo, relámpago, trueno” no pretenden remover sus miedos. Buscan que después de la tormenta reina la paz y la alegría. Miedo tengo yo por esos chicos que patean el balón entre las centellas que rompen en pedazos el cielo de las tardes, así no más, como si a los padres o a ellos alguien les hubiera entregado el rarísimo don de ser “chicos pararrayos”.   

Catarsis con la luna

Catarsis con la luna

 

 

Por Graciela Guerrero Garay        Foto: De la autora

Las Tunas.- Volviste. Lo noté porque miré hacia arriba. Muchos no sabrán que existes. En los hospitales no corre el tiempo y el pálido ruido de los aparatos es más torturante que un roto reloj de péndulo. Tu luz no se cuela por ningún lado, como en los refugios, oscuros y tristes. El miedo es un monstruo, no importa si tu cara redonda sale llena o de cuarto menguante.

Así de cuajada anda la nostalgia y no siempre anuncias el sol. Volviste, con tu propia dimensión de las sombras y la vida, esa que la muerte escoge sin pedir permiso. ¿Habrá un después, después de esta ronda?  Acribillaron toda mi ingenuidad para apostarlo. Pero volviste. Te pido bendición y junto manos. 

El puente de Barea con Eusebio Leal

El puente de Barea con Eusebio Leal

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la autora

Las Tunas.- Me llamó con ese péndulo de tristeza que le cae desde que supo la noticia de su fallecimiento. Quería mostrarme un pequeño escrito que guardaba hace más de un año, con la firma de Eusebio Leal. Es algo sencillo y grandioso a la vez, y da la dimensión exacta del porqué los cubanos estamos consternados. Para mí, periodista, ahora ese papel tiene doble valor. Es una actitud que lo inmortaliza, mi puente con el amigo y colega. Hemos perdido más que al Historiador de La Habana, dice enfático.

El incansable buscador de ideas me recibe con la breve carta platicada. Rafael Barea Torres es así, intenso en defender y mostrar sus pensamientos. Todo lo lleva dentro – como se habla a sí mismo en voz alta- desde que trabajó fuerte para fundar los primeros núcleos del Partido por la región de Puerto Padre. De ahí, de amar la historia y pensar la vida, le vino eso de proponerle a Eusebio Leal que se reconociera al caballo como el animal nacional en la Constitución, la cual se discutía en esos momentos.  

Profesor de Historia y Ciencias Sociales, este tunero no limita sus sueños. “En mi sugerencia le argumentaba que el caballo fue y es el medio de transporte y de trabajo del hombre en Cuba, y junto al mambí en la Guerra por la Independencia y la libertad derramó su sangre en los campos de batalla. Yo siento que así también lo cuidamos y protegemos del sacrificio ilegal y del maltrato que son víctimas.

“Le explico que ya tenemos al Tocororo como ave nacional y quizás no se le podía dar esta categoría, pero si valorar su vinculación a nuestra historia y darle un tratamiento especial, que lo dejaba a su consideración. Yo solo tenía la idea y me parecía justa.

“Y Eusebio me respondió. Ese es el documento que guardo de él, ahora como un tesoro muy valioso porque reafirma porqué sentimos su muerte como una pérdida irreparable. Ahí me comunica que aprobaba mi idea y la trasladará a la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea Nacional. Es grande para uno que un hombre tan ocupado y respetable te conteste tan rápido y te plasme su rúbrica en una petición como esa, que puede parecerle insignificante o tonta a muchos, digo yo.

“Cuando leí en el periódico Granma, unos días antes de su muerte, de que una comisión redacta un Decreto Ley sobre el bienestar animal, respiré tranquilo. Por eso quise hacer público este documento que recibí de este patriota honesto y sacrificado que nos deja ahora. Es mi reconocimiento y respeto a su memoria. Siento que esto marca un puente entre Eusebio y yo. O mejor, que trasciende por encima de mí y es el agradecimiento de los tuneros a su persona, su obra y la cultura cubana”.

Los 81 años de Barea rejuvenecen entre la fuerza de sus palabras. Me cuenta de cuánto sufre y se incomoda cuando observa cómo algunos cocheros maltratan a este noble animal. Recuerda al caballo de Elpidio Valdés, su bravo Palmiche, y puntualiza con un gesto que parece suavizarle las arrugas del rostro:

“Ahí está la prueba de lo que digo.  Palmiche no era una bestia para Elpidio, era otro soldado. Y esa esencia de mi idea la captó perfectamente nuestro inmortal Eusebio Leal,  y se ocupó de canalizarla y responderme. Desde mi modesto lugar, me sumo a este duelo y homenaje nacional por el historiador de La Habana, que para mí era y será siempre el historiador de Cuba”.   

El verano cambia, pero el alcohol sigue siendo malo

El verano cambia, pero el alcohol sigue siendo malo

 

Por Graciela Guerrero Garay      Foto: Periódico 26

Las Tunas.- Carlos Antonio forma parte de los cientos de tuneros que el #Quedatencasa le cambió el sentido de su vida. Tuvo que arrinconar su carretilla en el patio de la abuela y halarse los pelos para controlar su “sana manía” de beberse un trago en el pacané del reparto, una suerte de santuario donde “desconectaba” después de acabar sus menesteres.

Para él que la provincia pasará a la fase 3 de la recuperación del Covid- 19 es “como cuando suelto a mis palomas”, allá se van “con un aleteo que paʹ qué”. Ahora la playa, su otro hobby, es la proyección cercana de aliviar las tensiones y “el encierro”, pero le inquieta que no pueda disfrutar a plenitud, “por el distanciamiento y el control que hay”, según le han dicho los amigos.

Justo aquí comienzan las tentaciones peligrosas. Sus “modos” no difieren de una mayoría que busca en el verano y sus opciones de playas, bases de campismos y ríos el relajamiento total y, en eso, el consumo de las bebidas alcohólicas es esencial para que reine la alegría y las vacaciones sean “super buenas”.

Sin embargo, quizás como nunca antes disfrutar y volver a la normalidad no es normal. Hecho que debemos asumir al decidir ir de paseo, no importa dónde, porque, aun con cero casos positivos del virus en el territorio, la prevención y responsabilidad individual son los únicos términos que garantizarán de verdad unas “super buenas vacaciones”. Más si le agregas los peligros propios de las altas temperaturas, los brotes diarreicos y el asedio de los mosquitos.

La ingestión incontrolada de alcohol no es prudente ni saludable jamás. Datos aportados por el buscador Google en Español dicen que en Cuba se consume sobre todo ron (59 %) y cerveza (39 %), mientras el vino representa el dos por ciento. Otros estudios de diferentes fuentes del Ministerio de Salud Pública hacen notar que el 45,2 % de la población del país ingiere bebidas de este tipo y, en los últimos 15 años, ese índice crece notablemente. De ahí que su seguimiento a las personas adictas sea notable desde la atención primaria.

Empero, no es cuestión de cifras. Se trata de que el verano 2020 exige, ante la prevalencia de una pandemia invisible y mortal, de un autocontrol máximo de los bañistas y para nadie es secreto los desórdenes emocionales que provoca el alcohol, no solo en lo individual, sino que involucra casi siempre a la familia, a terceras personas o al entorno social. Para Carlos Antonio este hecho no tiene trascendencia, pues confiesa que está lejos de ser un bebedor crónico y solo “se pone contento y le da por bailar”.

Puede que así sea para bien y su historia es el lado bonito “de la luna” (mejor de la “nota”). Lamentablemente no pasa con todos. Riñas, accidentes, indisciplinas sociales, maltratos y conductas desagradables se mueven y suceden en esas borracheras de la playa. Experiencias sobran. Hay que mantener distanciamiento social y llevar el nasobuco a todas partes. Es lo preventivo, inteligente y coherente.

¿Será tan comprensible dichas medidas para quienes estén bajo los efectos de esas drogas? No lo creo, pero a esta altura de las evidencias le propongo escuchar el llamado de alerta: no pierda el tino ni se deje arrastrar por los impulsos y las ansías de “libertad” después del #quedatencasa. Disfrute del mar, de sus merecidas vacaciones, sin olvidar que vive en sociedad y es  responsable de su salud y la de los demás. El alcohol es una trampa maldita. También en ello deben pensar quienes lo ofertan en los centros recreativos.  Estos tiempos son para locos cuerdos. Es hacer un verano por la vida.

 

 

 

Fabuloso encuentro en “Piedra Chica”

Fabuloso encuentro en “Piedra Chica”

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: De la autora

Las Tunas.-  Mucha fantasía convierte en “racionales y humanos” a los protagonistas de las doce historias que conforman el libro “cuentos de Piedra Chica”, un entretenido y bien editado regalo de la Editorial Sanlope, el cual atrapa entre sus bien hilvanadas narraciones y su lectura agradable e instructiva.

Aunque su autora Irma Rosa Govín Fernández desde la dedicatoria plasma su intención de que es un cuaderno para niños, cualquier adulto se adentra en “el país de Piedra Chica” y siente el cosquilleo de la mágica cordura de los personajes, sus vivencias y el mensaje que entrelíneas quiso dejar la escritora, siempre con un manejo inteligente del diálogo y esa gracia natural de duendes y paisajes tocados con la varita de la imaginación.

Las bien logradas ilustraciones de Junior Fernández Guerra, la edición de Ailen Rosales Reyes y la corrección de Mirtha Beatón Borges, lo convierten sin dudas en un libro de muy buena factura, apuntalada con la encuadernación de Jorge Polanco Martínez y la impresión de Andrés Sao Téllez.

A la venta en la librería Fulgencio Oroz está este reciente título de la “Sanlope”, certera en acercar a los tuneros la atractiva creación literaria de Irma Govín, quien es también poetisa, narradora, dramaturga y promotora cultural, además de ganar lugares en varias antologías, ser miembro del Grupo Iberoamericano Espinel – Cucalambé y recibir varios premios por su ingeniosa labor.

Este verano donde nunca viene mal guardar la cordura en casa y disfrutarlo con sumo cuidado preventivo por la presencia del invisible y  contagioso Covid-19, una lectura amena, educativa y sugerente como “cuentos de Piedra Chica” puede ser ese momento de instructivo placer que necesitamos con los hijos y con nosotros mismos. Lo invito a ese fabuloso encuentro. Seguro lo agradecerá.

 

 

 

 

Con las huellas de los hechos… ¡ya son 42 “julios”, 26!

Con las huellas de los hechos… ¡ya son 42 “julios”, 26!

 

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: Reynaldo López Peña

Las Tunas.-  ¿Has visto al cartero? No han tirado el periódico hoy- dice mi vecina mientras mira por las esquinas del balcón. Sobre el mostrador de los estanquillos dura poco. En los sitios de espera de las consultas del hospital “Ernesto Guevara de la Serna” el vendedor termina pronto los ejemplares que pregona. Después de 42 años de ser el principal diario impreso de esta provincia, 26 no pierde sus impactos ni deja de acompañar a sus lectores.  

Estos últimos doce meses cierran un ciclo más de agitado acontecer informativo. El próximo martes, el día de la Santa Ana, los recuerdos de más de cuatro décadas mueven el corazón de sus fundadores y un gremio que, todavía, mantiene entre sus redactores a reporteros que gestaron lo que parecía imposible en 1978: poner a circular por las tierras del Mayor General Vicente García un rotativo con noticias frescas, movilizadoras y espejo de las esencias de su gente.

Mucho esfuerzo, superación, desvelos, lecturas de páginas, correcciones, técnicas fotográficas, diseño y estilo le marcan las huellas en el tiempo, donde lo vital siempre es crecer ante los desafíos como este de ahora que enaltece al nuevo aniversario: dar cobertura, sin contar horas, lugares ni riesgos, a la batalla contra el Covidd-19, mantener la edición digital y la impresa en medio del aislamiento social por más de dos meses y llevar a los tuneros la información precisa sobre el decursar de una pandemia que estremece al mundo.

Cuarenta y dos años de multiplicar lauros en concursos, colectivos e individuales; disfrutar de los avances y preferencias ganados por su página Web (www.periodico26.cu); ser centro docente de los estudiantes de la carrera de periodismo y poner en práctica un nuevo Modelo de Gestión de Medios suman avances, entre el constante sueño creativo de vincular la línea editorial a la agenda pública como metas renovadas en sí misma.

Décadas y más de unir filas en ese empeño nacional de revalidar el ejercicio profesional y entregar paquetes comunicativos más auténticos y a la medida de lo que demanda el pueblo. De ahí la superación permanente del equipo de trabajo, el aprovechamiento rentable del uso de las tecnologías, y la asunción de la investigación y de métodos científicos para la realización de los temas y la consecuente diversificación de contenidos.

26 en su 42 Aniversario. Una suerte de emblemas consumados pero, por encima de todo, un camino inconforme porque, justo ahí, está el crisol de esta casa editora y la sabia manía de aprovechar sus fortalezas, demostradas en el diarismo de su sitio web, el uso de la fotografía y la infografía y el posicionamiento en las redes sociales con inmediatez y atractivo visual.

En fin, otro año más de trabajo, retos y perspectivas cercanas como la de salir a estrenar colores un viernes, este día donde el Semanario 26 estrecha con su cuerpo de papel y sus mágicas letras su aspiración mayor: llevar a sus páginas la vida de Las Tunas y su gente. Y en esa continuidad por alcanzarlo en su dimensión exacta radica, pues, el empujón de ideas que mueve el cumpleaños, el Quijote y la adarga, la verdad y su alegría. ¡Feliz Aniversario, pregón nuestro!