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Investigadores de Las Tunas

La acción armada más relevante de la ciudad: Ataque al cuartelito de Masferrer

La acción armada más relevante de la ciudad: Ataque al cuartelito de Masferrer

 

Por Pablo Julio Gallardo García        Foto: Raúl  Addine 

El ataque al cuartelito de los Tigres de Masferrer, de Victoria de las Tunas, se planifica y desarrolla con la misma audacia que lo hicieran a los apostaderos de la Guardia Rural, sin temer al ejecutarlo contra una ciudad, a solo cinco kilómetros del Escuadrón No. 72, el que, unido a la Policía Nacional, era ocho veces superior a la pequeña columna que los enfrentaría, a primera hora de la noche del 15 de septiembre de 1958.

Al igual que en el resto de Oriente, los Tigres de Masferrer tuvieron desde el principio reclutas y adeptos, de cierta forma solapados en el Partido Unión Radical. En nuestro territorio cometen la mayoría de sus crímenes en septiembre, noviembre y diciembre de 1958.

Desde mucho antes, radicaban en un pequeño chalet al final de los incipientes repartos residenciales Santos y Buena Vista, surgidos a inicios de la década de 1950. La edificación ocupó la parcela No. 2 de la octava manzana del reparto Santos, frente a la carretera. A la izquierda, con avance desde Río Potrero (actualmente, avenida Camilo Cienfuegos No. 163, entre Marcelino Diéguez y Antonio Barrera).

El chalet se resguardó con sacos de arena en el medio portal y derredor de la placa, ni siquiera poseía cerca perimetral. En cambio, la ametralladora 30 emplazada en el techo les otorgaba un alto poder defensivo. En la manzana de atrás vivía Guillermo Rojas, jefe del cuartelito.

Los testimonios de Jorge Pérez González, fallecido el pasado 31 de octubre del 2018, y de Guido Parra Ortiz, miembro de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, posibilitaron enriquecer el desenlace de estos hechos.

Previamente, el grupo guerrillero dirigido por el teniente Concepción Rivero Feria, es instruido por el comandante Camilo Cienfuegos sobre la urgencia de efectuar acciones en su zona, en aquella etapa caracterizada por la pasividad.

Del campamento de La Concepción, en Majibacoa, sale un pelotón con el propósito de organizar el ataque desde Sitio Piedra, al norte de la ciudad. El traslado se realiza a caballo por los caminos principales, dejándose ver en los caseríos y viviendas campesinas del trayecto, pues desean atraer la atención del ejército para aliviar la presión sobre las columnas invasoras.

El día señalado, un grupo de 27 hombres se acerca al objetivo por el puente de Río Potrero. Antes, habían coordinado con Pepito Mastrapa y otros dirigentes de la clandestinidad y contaban con el apoyo del doctor Luis Fernández Vidal. Estaba previsto utilizar como casas cuartel dos viviendas cercanas y como transporte, la máquina de Cirilo Concepción, integrante de la célula de Sánchez.

Al parecer falló la comunicación, pues el jefe encomienda a cinco combatientes explorar la entrada a Las Tunas y apoderarse de un automóvil que siempre tenían parqueado en el portal de su casa, los doctores en farmacia Mercedes López y Joaquín Demestre, misión que cumplen sin dificultades.

Alcibíades Torres Rodríguez - miembro del M-26-7 y sancionado después del triunfo de la Revolución-, debía conseguir información en los alrededores del cuartelito y esperar en la caoba (hoy perteneciente a la fábrica de cerámica Brígida Zaldívar). Cuando la tropa llega a este punto, recibe la noticia de que el lugar está defendido por unos 15 o 20 masferreristas, importante hallazgo que se supone los incite a realizar nuevas indagaciones. Contrariamente, resuelven continuar.

El grupo comando, al que finalmente le asignan la tarea de trasladar las mochilas, lo integran Jorge Rodríguez Nápoles, como chofer, escogido porque plantea que sabe manejar; Juan Machado Machado, Tatá y Jorge Pérez González. 

En la casa de los Demestre finaliza el itinerario del pelotón. El grupo de Concepción Rivero, el que atacará por el frente, prosigue hasta la galletera de los Pérez. A los tripulantes de la máquina les orientan desviarse por la primera calle paralela, a la derecha, rebasar la línea y cumplir lo acordado.

Apenas la máquina toma por detrás de la fábrica de galletas y sobrepasa el cuartelito, un jeep masferreristas activa la persecución por la carretera. Ambos carros bajan en paralelo hacia el ferrocarril, viéndose mutuamente, por momentos. Una cuadra antes de la línea de Manatí, voltean a la izquierda por la calle Aquiles Espinosa, porque el final de la anterior está bloqueado por los guardias, síntoma de que la tiranía conoce del operativo.

Al arribar a la intercepción con la carretera, ya es inevitable el choque con el adversario. El chofer, con poca experiencia para manejar, se turba y apaga el carro a escasos metros de la vía. Al mismo tiempo, dos masferreristas se aproximan dispuestos a disparar. Tomando la iniciativa, Tatá les da el alto y abre fuego con su revólver, secundado por Jorge Pérez, quien hace lo mismo. A pocos pasos logran aniquilarlos.

Jorge Rodríguez Nápoles, todavía anonadado, no atina a poner en marcha la máquina, y cuando lo hace, sacudido por Jorge Pérez desde el asiento trasero, acelera y se agacha soltando el timón, por lo que provoca un salto, pierde el control sobre el vehículo y solo logra avanzar transversalmente hasta chocar con un poste en la esquina opuesta. En pocos minutos la balacera convierte en un infierno el interior del carro: una lluvia de cristales les cae encima, y al unísono, las balas repiquetean en los platos de aluminio guardados en el maletero.

El instinto y la buena suerte posibilitan que escapen del tiroteo. Inicialmente, Jorge Pérez González se baja y se parapeta delante de la máquina, y acto seguido, Juan y Jorge Rodríguez Nápoles, abren la puerta y salen corriendo hasta saltar la tapia del chalet de los Chimeno (padres). Mientras, Jorge Pérez, rezagado unos instantes, corre en zigzag en dirección a la línea por la calle Aquiles Espinosa, buscando el fondo del reparto Santos.

A Jorge Pérez lo persiguen tres masferreristas. Le disparan y conminan a rendirse. Aun así, les responde con las balas que le quedan en el revólver. Jadeante y desesperado, se esconde en un costado del chalet de Isaías Guerrero González, enfermero de la clínica Plasencia,  en la segunda cuadra respecto a la carretera. Encontrándose en total desventaja y a punto de ser descubierto, ocurre el milagro. Se sienten voces y un fuerte tiroteo que provienen del cuartelito. Por esta causa, los masferreristas abandonan la persecución.

Jorge Rodríguez Nápoles no corre la misma suerte, resulta el único mártir de esta arriesgada misión. Prácticamente sin conocimiento sobre Las Tunas, y tal vez herido, es capturado en los alrededores. Su cadáver aparece en la esquina de la carretera de Puerto Padre y la calle que hoy recuerda su nombre, aunque, el asesinato se produce dos cuadras más arriba, en la intercepción con la calle Eddy Martínez.

En la acción principal, las escuadras de Armando y de Uva se internan en el potrero sin apartarse mucho de la carretera. Cuando ya se acercan lo suficiente al cuartelito, el último grupo se aleja un poco, pues deben pasar por el fondo del chalet de Rojas para poder situarse en el extremo oeste. Por su parte, Concepción Rivero y sus hombres se mueven por el lateral derecho, arreglándoselas para salir a la carretera justo frente al objetivo. En dicha cuadra solamente existía una casita, dándoles la posibilidad de tenderse ocultos en la cuneta.

Tan pronto el jefe guerrillero efectúa el primer disparo, el fuego se generaliza entre ambos bandos. La rápida reacción del enemigo los lleva a deducir que los estaban esperando. El fuego cruzado se vuelve intenso por intervalos, ni siquiera la ametralladora peina en derredor. La parte rebelde tiene la desventaja de no utilizar medios explosivos ni granadas.

A mitad del tiroteo, la escuadra del frente logra eliminar el foco que ilumina un amplio sector, así como también silenciar la ametralladora, arma que a partir de este momento queda neutralizada. Matan a William Fajardo, masferreristas brabucón que vociferaba desde el techo. Cumplida esta parte, concentran el fuego contra las ventanas de madera, desconociendo su efectividad.

Armando Hechavarría, con su grupo, se muestra muy combativo por el flanco derecho. Fueron los que más se aproximaron a las paredes del enclave paramilitar. Por esta causa, Julio Fernández Gómez es el único herido rebelde en el tiroteo. En cambio, la escuadra de Uva Agüero no avanza lo suficiente, en parte, porque dispone de menos personal y, a su vez, recibe el fuego desde la casa del fondo.

Al darse cuenta que no lograrán tomar el cuartelito sin salvar la distancia, el combate no se prolonga. Media hora después se imparte la orden de retirada. En definitiva, perdieron el factor sorpresa. El enemigo, aunque cercado, está en condiciones de prolongar su defensa. Se marchan por el itinerario escogido. En pequeños grupos, la mayoría se retira por la zanja que corría detrás del cuartelito y se adentra en los potreros del fondo, para llegar al cruce de Las Margaritas. Sin nuevos incidentes, se alejan de la ciudad hacia Las Arenas, asentamiento en el que se reagrupa la mayor parte de la tropa. Dos días después, reanudan los sabotajes en su territorio habitual de operaciones.

La importancia de esta acción no descansa en su desenlace militar, sino, en desafiar a la dictadura a las puertas de una Capitanía y convertirse en la acción armada más relevante de esta ciudad, en la última etapa de la lucha insurreccional.

    (Miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba)

 

 

 

El regreso del profeta Alfredo

El regreso del profeta Alfredo

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

Alfredo Lorenzo Mejides solo tiene diferente las “nieves” que le adornan su negra cabellera. Es el mismo profeta inquieto, empático y decidido a darlo todo por el mejoramiento humano. Dimensión esta que, en su caso, significa trabajar sin medida mientras un chaparrero necesite de los servicios del Taller de Reparación de Enseres Menores.

Hace catorce años tuve el placer de entrevistarlo por sus relevantes logros como innovador destacado de “La Aguja”, uno de los locales más visitados del municipio Jesús Menéndez por ser la coordenada exacta donde se arreglan las ollas eléctricas – las llamadas reinas- y las arroceras que, día a día, garantizan la comida de la familia.

Sin embargo esta vez no está contento, aunque sí satisfecho de que su carta de alerta y denuncia la publicó el diario digital Juventud Rebelde, bajo la rúbrica del destacado colega Alejandro (Pepe) Rodríguez, y en la cual pone al desnudo cómo las compras inadecuadas de los insumos y materias primas para reparar los equipos electrodomésticos, no solo afectan la economía del país, sino que conllevan a que la atención al cliente sea como el socorrido cuento de “la buena pipa”.  

Los trece años que mantiene su Condición de Vanguardia Nacional, ese andar inquieto y previsor, junto al gesto exacto y la palabra imprescindible, hacen de Alfredo un hombre querido y popular más allá de Chaparra, donde vive con el orgullo de que sus hijos encajen en los sueños que tuvo para ellos: “Alfredito, el mayor, me estudió en la escuela Camilo Cienfuegos y es hoy de la Marina Mercante, y Alejandro pronto será Estomatólogo. Son mi orgullo…”

Como tocado por un hada, abre el portafolio y me muestra a su pequeña nieta de cuatro años, quien no simula la necesidad de ir tras las huellas del abuelo y con sus expresivos ojos achinados posa para la foto, “que fue la carátula de mi último trabajo para el Fórum. Toda una sensación de chiquilla inteligente y curiosa. Ahí la vez intentando sacar un tornillo para reparar la olla. Es otro de mis grandes amores”.

Alfre – como llaman con cariño a este apasionado innovador- confiesa no dormir tranquilo hasta que en el país no se generalice su “nueva y probada idea” de sustituir el microinterruptor de la olla arrocera, modelo MGTP, por el presostato.

Al indagar sobre su inventiva dice: “En todas las provincias hay cientos de ollas arroceras de ese tipo rotas y, de aplicarse esta innovación, se resolvería el problema. Ahora el microinterruptor que se compra es de dos patas y dura muy poco. Los almacenes nuestros tienen el presostato. Solo se trata de cambiar una pieza por otra, y se ahorran millones de pesos por concepto de importaciones, al tiempo que la mujer trabajadora, que es la benefactora primaria en este caso, ya no sufriría más al momento de cocinar.

“Esta es la razón por la que siempre estoy en la búsqueda de alguna solución para estos equipos de cocina, porque son varios los modelos y muchas las vías de adquirirlos por la población, pero cuando se rompen es el verdadero caos, pues no siempre hay coherencia entre lo que entra al país para nuestros talleres y las piezas que se necesitan para una reparación de calidad y duradera. Este es un tema que hay que resolver. El pueblo se queja, reclama y uno no tiene respuesta, realidad que deteriora el prestigio del taller y sus mecánicos. Es un problema nacional, créame.”

Firme y sencillo, este chaparrero- tunero, como gusta decirse de vez en vez, tiene varias decenas de certificados de reconocimiento a su trabajo, la Medalla 55 Años de la CTC, el sello Forjadores del Futuro, la Medalla de la ANIR e incontables innovaciones que ocuparon titulares en los Medios Nacionales, Provinciales y Locales a lo largo de sus más de 30 calendarios como técnico, resumidos en más de veinticinco importantes soluciones en el Fórum Provincial de Ciencia y Técnica y ocho trabajos con categoría de Relevante en esos eventos.

Sin embargo, Alfredo Lorenzo Mejides no se vanagloria. Su amor es el eterno oasis donde la satisfacción de los clientes pervive a diario. O lo que es igual, decir que su energía vital depende de las sonrisas que les regalan quienes, por centenares, visitan el Taller La Aguja de Chaparra y vuelven a casa con sus ollas listas para cocinar. Por eso es un profeta en su tierra y gracias a su divino don de hacer el bien, regresa con nuevas ideas en su mente, como una estela de luz que trasmuta las oscuridades de la dificultad y logra el milagro de que sus paisanos tengan el alimento a tiempo sobre la mesa.

 

La mujer encantada tiene nombre: ¡Lucy Maestre!

La mujer encantada tiene nombre: ¡Lucy Maestre!

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora/Cortesía Lucy

“Nací un día de primavera, 28 de abril de 1966, a las 4:30 de la madrugada en Las Tunas, en la antigua Maternidad Vieja. La gente de mi edad y más, saben del lugar que digo. Ahora eso es el Centro de Higiene y Epidemiología. Según el Horóscopo, pertenezco a los signos zodiacales Caballo, en el chino, y Tauro en el tradicional”, dice con el rostro iluminado siempre por una sonrisa, aún cuando esté invisible para la retina humana.

Así es, apasionada como Gertrudis Gómez de Avellaneda, con un detalle a flor de piel que la convierte en una amiga esperada, una literata emprendedora y fuertemente mágica. Persona excelente, con una historia, un consuelo, una frase optimista y un mensaje de amor en la cartera, tal como si lo hubiese guardado para ti y para el minuto exacto que lo necesitas.

No pasa inadvertida esta mujer que gusta lucir y romper cánones por donde quiera que toque su mirada aguda. O pone “Costuras sobre la lengua” sin piedad, pero con la misma ternura que desgrana su obra poética, donde la décima hace luz sobre el papel en blanco.

EN LO ALTO DEL MUNDO

“Me llevaron desde muy pequeña a la finca de mi abuelo, un hombre amable y culto, abogado y poeta. Se llamaba Pascual y su padre, Don Juan Maestre Lecunza fue el primer juez que tuvo la ciudad de Las Tunas. La Larga era inmensa, con naranjales, mangos, aguacate…, árboles de todo tipo. Me relacioné con los animales y las plantas y escuchaba mucha radio. Mi padre me leía mucho antes de dormir, después lo hacía sola. Era un acto privado para mí, algo especial…”

Tunera de raíz propia, es mucho más sencilla y modesta cuando los justos elogios piropean su intenso quehacer como investigadora,  guionista, editora, profesora, relacionista pública, escritora… talento que germinó entre verdes praderas y las bibliotecas de aquella casa de campo, donde a los diez años una chiquilla inquieta ya había leído a Salgari, Verne, Homero y otros clásicos, y amaba las enciclopedias “El tesoro de la juventud”, regaladas por su abuelo.

“Creo no pudiera vivir en otra parte. He probado en La Habana, donde trabajé dos años en la Biblioteca Nacional, y la tristeza no me abandonaba. Viajé a Canadá y fue insoportable la melancolía, la depresión que me produjo la nieve. No pude escribir una línea en esos cuatro meses. Echaba de menos el olor y el sabor del café en colador, el paisaje, la gente, mis perros, mis libros, mis plantas… mi pueblo. Cuando me preguntan si soy tunera, digo que sí orgullosa, porque extraño hasta el olor de los caballos que pasan por la calle donde vivo”.   

Los libros y su entorno fueron compañeros desde siempre. “No tuve hermanos. Recuerdo que apartaba los juguetes y me ponía a leer. Soñaba con los personajes de los cuentos, me ponía en su lugar y sufría y me alegraba con ellos. Guardo todos esos momentos de mi infancia… cuando mi querido primo Juan Carlos, Juanqui, me enseñó a montar burro. Ese paraíso me marcó para siempre. No me gustaba mucho la escuela. Veía a los profesores muy inteligentes pero con muy malos modales, nos gritaban por cualquier cosa. En las clases de Matemática yo escondía un libro debajo de la mesa y me ponía a leer”.

“Hija del polvo” lo quiere como el primogénito, empero lo encuentra lleno de imperfecciones. “No del editor, que es un maestro, Antonio Gutiérrez, sino mías. Tony fue muy respetuoso como siempre. A veces, quiero quemar el libro, desaparecerlo de los lugares. Fue un libro que también se vendió bien. No es verdad que la poesía no se venda. Es íntimo y a la vez coloquial. Es un hijo con muchos defectos, pero ya tiene vida propia. Amo mucho a mi pequeño libro “El caracol y la cinta”.  Es una historia de amor que nadie sospecha, solo los que han leído bien a Martí.”

“La cuarta palabra”… “No corrió la misma suerte. Tengo el orgullo de que la cubierta me la hizo Ares, pero al imprimirse en la Rizo tristemente quedó con tonos grisáceos, aunque es una ilustración hermosa. Es de reseñas, crónicas y artículos sobre libros y autores, en su mayoría de la Editorial Sanlope. Es un homenaje al trabajo y la dedicación de los escritores tuneros, y como género de pensamiento, es más apropiado para consultar”.

Crítica por devoción, con el alma abierta, su obra gana espacios en diversas antologías de México, Estados Unidos y España. “La Editorial de la Mujer y Gente Nueva me hacen feliz al incluirme en sus antologías. Sí, tengo un libro inédito, Mansedumbre de las especias, que me gusta mucho. Está escrito en poesía con estrofas antiguas en su mayoría. Estrofas de la métrica española, a excepción del soneto, que es italiano. Estrofas olvidadas como la soleá, la endecha, la trinada, la rima al mezzo, la seguidilla… Es un libro con un erotismo lírico, un poemario amoroso. La Editorial Encaminarte, de la Asociación Hermanos Saíz, con el coauspicio de la escritora Odalys Leyva, ha tenido la gentileza de pedírmelo para publicarlo. Por trabas burocráticas todavía no pueden vender. Es un libro hecho a mano, solo se publican 200 ejemplares, pero estoy feliz por ello”.

Agradecida de otras literatas, Odalys y María Liliana Celorrio, como de quienes alguna vez le ayudan hasta con gesto, esta mujer de embrujada existencia y encantos tan extraños confiesa que tiene muy mala memoria para retener los agravios y que jamás escribe algo por venganza, como alguien pensó al leer “Costuras sobre la lengua”, la cual levantó ronchas con sus buenas historias y malas palabras.

“No es nada nuevo bajo el sol, solo se inserta en el llamado realismo sucio en ocasiones, en otras es  más lírico, pero la gente solo se fija en que tiene malas palabras… malas palabras que yo apenas digo, sinceramente, al menos no en mi conversación, solo cuando me machaco un dedo. La literatura es otra cosa. Es un error confundir autor con narrador, eso se llama autobiografismo. Son historias, unas las viví; otras me las contaron o escuché, o se las robé a alguien. Eso lo hacen todos los escritores”.

SUEÑOS ENTRE CIELO Y TIERRA

Sueña…quizás quedó soñando desde la primavera que le dio luz. “Si volviera a nacer volvería a leer mucho, a amar los animales y las plantas, la lluvia. Volvería a creer en Dios, pero un Dios como me enseñó mi padre, un Dios mío, único. Él decía, como buen masón, el gran arquitecto del Universo, un Dios que no cabe en ningún templo y está en todo lo vivo, un Dios amoroso, no castigador. Si volviera a vivir confiaría más en mí, en mi intuición y amaría más a todos. Amar, amar… hasta que duela, como decía la Madre Teresa”.

Escribe. Una pasión “endemoniadamente rotunda” porque la “literatura es un arma, una bomba, una granada”. Hace su mejor gesto y suspira. Vuela sobre el atisbo de hojas secas, impredecible.

“Mis sueños tienen que ver con la publicación de mis libros. Para jóvenes y niños tengo dos noveletas, ojalá alguna vez salgan a la luz. Este año se realizará un sueñito, que es la publicación de “La sombra del ciervo herido” por Ediciones Santiago. Otros sueños son mi poesía; tengo dos libros inéditos y otro que escribiré. También tengo sueños terrenales como transformar mi patio lleno de hojas de otoño en un bello jardín. O que los directivos de Cultura tengan más sensibilidad para tratar a los artistas y nos den nuestro justo valor. Sueño con una sociedad más justa, donde yo no deje de escribir para correr a buscar plátanos. No porque no sea importante, sino porque para mí primero está el arte, la escritura…”

Morfeo no deja despertarla. Esta tunera sigue ahí. “Me gustaría escribir una novela radial. La radio está vinculada a mi vida, a mi madre le encantaba la radio y desde niña, en mi casa de la finca, yo escuchaba radio. No tenía televisor y doy gracias por ello. La imaginación que proporciona la radio jamás la logra la televisión. Lo que sucede es que estas generaciones de ahora son muy visuales, y mi generación es más auditiva. Yo lo agradezco. Mi punto G está en el oído.”

Una enorme lista de todo lo bueno del arte y la música de ayer, hoy y siempre danza entre su voz y mi silencio. Ama los clásicos. Disfruta… “lo mismo una rumba de cajón que a Vivaldi. Adoro a Chano Pozo. Algunos pueden creer que soy una persona frustrada, aunque esté realizada a medias.  No tuve hijos biológicos, pero sí tengo hijos espirituales. Una está constantemente renovándose, de modo que aún tengo sueños por cumplir en todos los órdenes, pero sí estoy contenta conmigo. Se hace camino al andar.”

El tsunami del tiempo quiere ganarnos la partida, pero no voy a callarla aunque peque por unas cuartillas demás. Es sano oírla decir, atrapa. “Mis preferencias son múltiples, heterogéneas, caóticas, eclécticas. No dejaría de leer todos los días, ni de hacer un bien o, al menos, intentarlo. Ni de darle de comer a mis perros, ni de pedirle a Dios, por todo, o casi todo. Sueño finalmente con no volverme loca y tener salud y dormir bien. En eso consiste para mí la felicidad; en amanecer sin angustias y sentir la brisa en la cara, y mirar los pájaros, los árboles y la vida.”

Cubana. “Me gusta el cine, el chocolate, el café, el mango, la piña, el te, las montañas, la risa, el yoga, el budismo, las especias, los árboles, el río, la música, la oración, las palabras, las casas de madera, los castillos, los fantasmas, el número 7, Fidel Castro, Facundo Cabral, la primavera, la Madre Teresa, Camilo Cienfuegos, Allan Kardec, Martín Luther King, Washington… la lista sería interminable.”

Indetenible observadora. Locuaz. Analítica. “El mundo de las letras en Las Tunas, aunque algunos no lo piensan así, creo tiene sangre nueva que le insufla energías renovadoras a la literatura. Basta visitar los municipios para conocer cuántos jóvenes y no tan jóvenes escriben de manera muy interesante. Algunos critican los talleres literarios, pero no podemos soslayar su valía, sus aportes. En el país también se esbozan rostros frescos, luminosos, y es que Cuba sigue siendo un baluarte de las letras en el mundo hispano y latinoamericano.”

Una suave llovizna le besa el sombrero cuando sale de mi casa. Ahora soy yo quien agradece su talento y bondad. Tengo la sensación de andar entre hermosos caballos y amaneceres campesinos. Una décima le persigue. Es difícil no sentir el deseo de retener su expresiva voz un poco más. Esta tunera bien criolla, literaturísima, si vale el término, es una mujer encantada y tiene nombre: ¡Lucy Maestre Vega!

 

 

 

 

 

La divina dualidad de Maritza

La divina dualidad de Maritza

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora

Las musas pueden estarle pinchando el lado izquierdo del pecho mientras cruza una calle, hace los trajines de la casa o se sienta un rato a coger un respiro. Es incansable, tal el fresco viento que la despeinó miles de veces cuando correteaba por la finca de su padre, donde creció y tuvo una infancia feliz. La Morena, un barrio portopadrense, jamás se lo tragará el olvido como tampoco los árboles, las flores y las frutas.

Cuenta y recorre palmo a palmo los asombros provocados por las décimas improvisadas por el hombre a quien le debe todo. Entonces no sabía que eran casi perfectas y las disfrutaba como un dulce bueno que le moldeaba el alma sin tener conciencia de ello. Era una niña y la influencia paterna le hizo amar la música campesina y crecer con esa alegría innata, noble, sencilla y modesta que la convirtió en una mujer querida y especial.

No es posible describir la vida de la profesora, investigadora, poeta y literata Maritza Batista en pocas cuartillas. A los 16 años era maestra primaria y había ganado un lugar como declamadora, aunque quería ser diplomática y se fue a La Habana a estudiar la enseñanza media superior, pero no soportó la lejanía y al regresar se incorporó al magisterio.

“Trabajar con los niños fue maravilloso – dice – y creo que de ahí me nutrí para hoy poder escribir para ellos. La licenciatura en Español y Literatura me exigía leer y dominar géneros como el ensayo, lo cual me ayudó mucho en las investigaciones sobre la décima y mi labor en el Centro Provincial del Libro y la editorial Sanlope”.

Todo un amplio y versátil proceso de aprendizaje, retroalimentación y entrega hacen de esta tunera algo imprescindible en las memorias del realce cultural de Las Tunas y los aportes realizados al mundo de las letras en la provincia y la nación.  Sabe de los sinsabores, estrecheces e insatisfacciones que trajo el Período Especial a las editoras locales, pero igual de los aplausos al mantener vivas las colecciones con minilibros de recortería de cartón y ganar primacía con varias convocatorias de concursos nacionales como Cuentos de Amor, La Llama Doble y Toda la Poesía.

El poeta Antonio Gutiérrez, su esposo, es un referente de amor y compenetración con su obra literaria y profesional. “Al casarme con Tony me acerqué más a la poesía. Fui a talleres literarios, conocí autores como Francisco López Sacha, Eduardo Heras León, Pablo Armando Fernández y tantos más que conmovieron mi alma y me llevaron a decidirme a escribir.”

En sus memorias está la colección Principito, ideada por Gutiérrez en los años de duras carencias. Ahí apareció su primer libro para niños, “Chon y sus maravillas”. Fue la etapa de “una sola hoja de papel doblada y pedacitos de cartulina”. Después vino “Maravilla maravilla”, de décimas, y el cuento Zunzún. “Para mí son muy importantes, porque veo como los niños andan con ellos de aquí para allá. Son pequeñitos, sencillos, pero quizás ahí radique el  encanto y la pertenecía que tenemos todos con ellos”. Y un suspiro de ternura se escapa de sus labios.

Las nuevas tecnologías refuerzan los sueños de Maritza y otro hilo de felicidad le llena los ojos. En la pasada Feria Internacional del Libro, en cuatricromía,  “Cuentos Enanos” le hizo reencontrarse con viejos amigos, ganar otros y sentirse cerca de los niños, algo esencial para ella desde y para siempre.

Estas altas mareas que lleva en el corazón desde La Morena son las que hacen que cautive en sus proyectos comunitarios, los cuales la llevan a las escuelas primarias y regala alegría y conocimientos a los pioneros. Una divina dualidad que la distingue: ser maestra y escritora. Por eso no sabe separarlas porque “un maestro también es un creador y un escritor, a la vez, tiene que ser prácticamente un maestro”.

Así es Maritza Batista…una maga para buscar el tiempo que confiesa le falta por andar en la literatura y en eso de atraparte y dejar la sensación de que tienes que volver a entrevistarla, porque su verso es un verde claro que mira al mundo con ojos buenos, la verdad y amor. Palabras propias que dice en voz alta y una las encuentra, como las flores silvestres y el canto de su infancia, en la fuerte escalera de su vida y su obra.

 

La tejedora de Humor

La tejedora de Humor

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora

Como todo es tan relativo, tal vez al verla pasar muchos crean que lleva algún peso enorme en la mirada y, de vez en vez, lo tira a la espalda. Puede que algunos – con esa manía enorme de prejuzgar a los demás- piensen que anda por el limbo. Pocos, quizás, tengan la capacidad de ver sus sueños, los cuales desdobla en los sonidos de su voz, pausada y tierna.

María Caridad Sao tiene mucho que ver con la literatura en Las Tunas y después de ocho años como Especialista de la Editorial Sanlope, decidió ser correctora en ese recinto donde encuentran luz los escritores tuneros a pesar de que todavía las expectativas y los recursos queden a medias y, al final, las obras suelan pernoctar demasiado tiempo. Empero, nada mata esfuerzos, esperanzas y resultados en ninguno de “los bandos”. Vence el amor.

¿Qué pasa con este fenómeno de crear-publicar y hacer al mismo tiempo?

“En la última década del siglo pasado hubo una generación que marcó pautas en la literatura en Las Tunas. Luego, podemos hablar de cierto impás, pero en la primera década del siglo XXI llegó lo que se conoce como Risograf y muchos de los escritores inéditos pudieron publicar. En el 2000 editamos hasta 30 libros en un año. Se pide más calidad, pues los lectores lo reclaman y no se trata solo de literatura de ficción, es investigación, entretenimiento, etc. Hay una mayor cultura y exigencia y, de hecho, estamos emplazados  a ser más selectivos con las obras a escoger”, responde.

Hojea el texto que trae en las manos y quiero verla más allá de “Vicios del tiempo”, un libro para adultos que publica en el 2008 con el sello Sanlope. Lola, la comadrona que la recibió en Río Blanco, en la división Tunas- Puerto Padre, le asalta los recuerdos.

“Nunca olvido esas cosas que me contó mamá, ni los bateos que daba por irme para la escuela con mi hermano. Tuvieron que aceptarme a los cuatro años y desde entonces aprendí a leer y escribir”.

Es fuerte esta mujer que ama hace 23 años al humorista gráfico Antonio Medina Segura (Antoms)…

“Vine a trabajar como bibliotecaria en el Centro provincial de Higiene y él vive justo por ahí. Nos conocimos y aquí estamos. Vivir junto a él me ha permitido crear, adentrarme también en el mundo del humor, pues como escritora uno siempre quiere decir algo y como mujer más”. Y entonces vienen sus ovejitas a contar esa fuerza interior que contrasta con su figura delgada y le arrancan las palabras del alma, donde teje letras en mayúsculas y las convierte en trazos perfectos del pensamiento femenino contemporáneo.

Ganadora de premios internacionales y provinciales, sus obras figuran en antologías de la Asociación Hermanos Saiz y disfruta todavía su primera exposición personal en el Cine Teatro Tunas, el 8 de marzo del pasado año, como del proyecto baracoense Sábanas Blancas y las muestras expuestas en el Salón Nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), mientras trabaja en una investigación sobre la historia del humor gráfico en la región oriental.

Incansable. Su vida está marcada por el tiempo – confiesa- mientras asegura no saber cómo hace para dedicarle un poquito del reloj a cada cosa. Nunca deja de crear y referir los cuentos y anécdotas que le hacía su padre, “los cuales me acercaron a la literatura y más cuando a los ocho años me regaló la Edad de Oro”.

¿CAPÍTULO FINAL?

María me deja en las manos el sueño que acaricia…hacer en Las Tunas una Casa del Humor. De pronto, sus atrevidas y curiosas ovejas pastan sobre el unicornio de los pinceles, hacen líneas en los papeles blancos y comienzan a contar historias reales y posibles, alcanzables, como el verbo de su padre encima de la carreta o los farallones del surco.

Su fragilidad es una mariposa…escapa…nunca de sí misma, sino de los fantasmas que quieren llenar sus metas de imposibles… Antoms la desdobla y la danza de la creación gira. Para esta tunera no existen los usos horarios. Hay arte…de mujer y para la mujer. Comparto su orgullo y aplaudo la buena idea de que sea la Presidenta del Círculo de Humoristas Gráficos de la Prensa en este oriental Balcón de Cuba. Con talento y perseverancia lo ganó.

 

Edenny entre la poesía y su Biblioteca Médica

Edenny entre la poesía y su Biblioteca Médica

 

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: De la Autora

En Blanca Rosa, un campito del municipio Majibacoa, correteaba entre el verde de los árboles y el revoletear de mariposas sin pensar que un día su mundo estuviera entre poesías, décimas cantadas y muchos libros. Solo era feliz y le encantaba leer. Lo llevaba por dentro.

Nadie sabrá nunca si el último día del mes de mayo que la vio nacer como la primogénita del humilde hogar de los campesinos Eduardo y Reina le puso flores en el pecho y por eso es la decimista de oído, empírica y espontánea,  que atrapa en las reuniones familiares, los concursos de aficionados, las actividades del sindicato y la Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello, donde trabaja hace 31 años.

Edenny Castillo Montes de Oca no presume, pero escucharla basta para saber el dominio que tiene de su labor y cuánto aprovecha cada minuto como Directora del Centro provincial de Información de Ciencias Médicas, tarea que desempeña luego de un amplio curriculum profesional en el cual destacan 23 cursos relacionados con su especialidad, un Título de Oro en la Licenciatura en Gestión de Información en Salud y como profesora Instructora del quinto año de la carrera Sistemas de Información en Salud, sin subestimar postgrados, diplomados, atención metodológica a la red de bibliotecas y ser formadora –fundadora de este perfil en Las Tunas.

GÉNESIS DE UNA HISTORIA

-          “Mi maestra Coralia Serrano Ricardo me inculcó el amor por la lectura. Daba muy bien las clases de Español y formó un círculo de interés junto con la bibliotecaria. Los integrantes se escogían por las calificaciones y me seleccionaron. En la escuela Jesús Argüelles hice mi primaria y le debo esta pasión. 

-          “En la secundaria Cucalambé tampoco me desprendí ni un minuto de los libros. Mi mamá decía que iba a enfermar, porque me olvidaba de todo por leer. Aquí tuve de guía a la profesora Deysi Montero Avilés, mi ídolo. Fui su monitora y me vio vocación para maestra. Opté por la escuela Pedagógica, pero llegó una beca de Técnico Medio en Bibliotecología para La Habana y ella me impulsó a cogerla. Me  la dieron y con 15 años me vi camino a un mundo desconocido para mí.

-          “Al llegar a la terminal, nos esperaban y me dicen que voy para el politécnico de la salud. Creí que se habían equivocado y me aclaran que la carrera era para trabajar en bibliotecas especializadas en Salud Pública. Ahí me hice Bibliotecaria Médica.”

EL MAR COMO LA POESÍA

Esta mujer brota pasión por cada poro y no se ruboriza al confesar que jamás puede separarse de una libreta y un lápiz. Por aquellos tiempos escribió los primeros poemas y hoy anda desvelada por terminar su primer poemario.  Dulce María Loynaz, Carilda Oliver y  Luis Carbonell siempre están en las mesitas de noche o cerca de sus lugares de sueño.

-          “No sé cuantos poemas tengo dedicados a la familia, a personajes que creo, coloreo y disfruto. Tengo que declamar. Me viene la inspiración en décima cuando me cuentan una historia o algo me llama la atención…le caigo atrás a la persona, observo por horas el animal o lo que sea, pero hasta que no escribo no estoy tranquila”. 

Concursos de poesía en la UNEAC, la Universidad, la CTC, la Cátedra Martiana, la Casa de la Cultura Tomasa Varona, festivales… le llenan las gavetas de premios y en 2014 el “Regino Pedroso in Memoriam”, en el certamen BiblioSida, de la Biblioteca  Médica Nacional, le otorgó mención a su poemario Campaña por la Esperanza, dedicado a los jóvenes y la cual recibió en las actividades de la Feria Internacional del Libro de La Habana.

Edenny es como el mar…inquieto aunque las olas no vistan de picada ni suelan ser furiosas. La intensidad con que termina su poemario “A puro corazón” y la idea de escribir historietas de la familia le agitan el alma.

Igual le sucede en la Universidad para sugerir la documentación idónea a los estudiantes, cuidar la calidad de su trabajo y propiciar, desde su ejemplo, que la biblioteca y la bibliotecología médica sean herramientas científicas y necesidad obligatoria de quienes eligen una carrera que no acepta la síntesis de las notas de clases, sino una investigación consciente que dura toda la vida.

Una historia bien contada: Víctor

Una historia bien contada: Víctor

 

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: Cortesía del entrevistado

Cabalga. Le encanta cabalgar entre la maleza y aspirar cada sorbo de clorofila que traen las gotas de rocío. No despierta. Sueña con las leyendas y los caciques, con el machete y el tambor. Su mente va y viene, tal el carrusel de recuerdos que hacen cosquillas en sus madrugadas desveladas. Tiene que levantarse…

-          ¿…?

-          Soy holguinero. Vine a Las Tunas graduado de Makarenko en 1971, a trabajar como maestro, en el antiguo Regional Amancio. 

-          ¿Algo especial que repiqueteé por ahí desde niño…?

-          Pensaba ser Ingeniero Industrial, pero me hice maestro porque era lo que hacía falta. Mi procedencia es campesina. Mis padres eran campesinos humildes, con una extensa familia de ocho hijos y al triunfar la Revolución se abrió en mi cuartón rural de Arroyo del Medio, del municipio de Báguanos, la primera escuela y ahí estudiamos todos”.

Mueve las  manos. Gesticula despacio. Abre un libro o desnuda un verso. No me dice. De vez en vez, su mirada verdosa me parece un camino…

-          ¿Siempre andas como levitando? ¿Catarsis o una mente inquieta…?

-          “Siempre pienso en alguno de los temas que trabajo, pero me refugio principalmente en la poesía que es como ese riachuelo que te refresca, imanta y transporta”. 

-          ¿Algo que disfrutes en cualquier tiempo…  niño, joven, adulto…?

-          “Las historias de mi abuela paterna, mambisa de la Guerra de 1895. A mi abuelo paterno no lo conocí, pero ella nos contaba en sus charlas de atardeceres las historias de la guerra. Aprendí a amar las hazañas del mambisado y también amé a Cuba desde niño, es decir, se me fue forjando un sentimiento de patri-localidad, se fueron conformando mis pensamientos identitarios, por eso defiendo tanto la identidad”. 

Siento que otea los bohíos y San Juan se le hace sangre de machete en el pecho. Suspira. Ha hecho mucho en pocos años. Su currículum es un amasijo  de metas y desafíos, logros, esfuerzos, reconocimientos, empeños… insomnios.

-          ¿Qué hay bajo la piel de este hombre?

-           “Un perpetuo enamorado de la historia de mi país, y la defiendo a ultranza.  A Las Tunas llegué en 1975 y me interesé por la historia de la ciudad. Así poco a poco la fui divulgando y gané este lugar sin proponérmelo. No soñé ser historiador, no era posible. El 24 de septiembre de 1985, la Asamblea Municipal del Poder Popular me nombró oficialmente como Historiador de la Ciudad, de modo que este año estaré cumpliendo 30 años, los mismos de creada la Oficina. 

-          ¿Y dónde aparece el escritor…? ¿Existe todavía algún libro que sientas que no has escrito?

-          “Tal vez me falten más de uno, pero estoy enfrascado en una novela de corte histórico y pienso que será algo importante para mí, pues me gusta la narrativa y siempre me he dedicado a los ensayos de la Historia. Quisiera publicar uno de mis libros inéditos de cuentos; tengo tres terminados, dos para adultos y uno para niños”.

Tal vez fue un gnomo quien un día tomó su pluma y no dejó que fuera a meditar en su sillón con un papel en blanco. O, quizás, salió un hada de sus colecciones de miniaturas que ama tanto. Lo que sé, porque lo saben todos, es que el romántico historiador de Las Tunas ha publicado más de 25 libros y cuando menos se espera empieza a entregar manuscritos por doquier.

-          La poesía, ¿es solo un signo de catarsis?

-          “No; tengo un poemario concluido, pero estoy trabajando en una biografía de Vicente García, un libro documentado que ya rebasa las 600 cuartillas y que lo presentaré a la editorial Ciencias Sociales, pues creo será importante para Cuba saber de la documentación aún inédita que tenemos por publicar del Mayor General”.

Silencio, le gustan los silencios. Regodea la palabra y el verde amelcochado de sus ojos destella un leve fulgor, casi imperceptible para quienes tratan de penetrar a todo un personaje en este terruño del Oriente. No hay timidez cuando confiesa que tiene pocos secretos y es un enamorado de la vida, la familia y el trabajo. Un buen guajiro reyoyo flechado de su país, tal como afirma.

-          ¿Más proyectos…?

-          “Casi he terminado un libro, resultado de mi viaje a Venezuela en el 2007, que se titula “Los cubanos de Río Chico”, con la historia de la colonia cubana que funcionó allá entre 1878 y 1895”.

Incansable. Se mueve por la ciudad como si de pronto fuera a caer en cualquier esquina algún hallazgo que lo llevara al último escondite aborigen y, luego, contarlo por los cuatro vientos. Entonces olvida su licenciatura en Historia o tener a  buen resguardo su Premio a la Creación Literaria por la Obra de la Vida, para imaginarse un rastreador con suerte. Lo es sin que me lo confiese. Su olfato de Quijote lo delata entre papeles amarillos, recorte de periódicos, manuscritos y anotaciones.

Víctor Manuel Marrero Zaldívar es, con todo el respeto de la ley, una polilla infinita que construye cada segundo puentes y más puentes con sus aportes a la historiografía cubana y merece los honores que tiene como miembro del Secretariado provincial y nacional de la Unión de Historiadores de Cuba, y dentro de la larga lista que lo prestigian en la UNEAC, la Academia de Ciencias, el Centro del Libro y la Literatura, la Sociedad Cultural José Martí, el Desarrollo Cultural Comunitario y los Consejos Superior Nacional de Expertos para el Programa Nacional de Historia de la ACC y las Ciencias Sociales.

-          ¿Maestro?

-          Sí. Soy Makarenko, y trabajé como profesor de secundaria básica, secretario docente, asesor de Historia y Organización Escolar y de Asuntos Artísticos-Estéticos e Históricos de la dirección provincial de Cultura. También impartí clases en el Preuniversitario y la Universidad Pedagógica, en el Instituto Politécnico de la Salud en Psicología y Psiquiatría Clínica; en Psicología, Pedagogía y Teoría de la Enseñanza, y fui director del Museo Provincial”

Se acomoda en el sillón. Habla con todo el cuerpo, tal cual excelente es. Perdemos la noción del tiempo entre los artículos de periódicos y revistas que ha publicado en el país y el mundo. Faltan las medallas y las condecoraciones.

Otra amplia lista entre las que están la Orden por la Cultura Nacional, las Medallas Raúl Gómez García y de Hazaña Laboral del Consejo de Estado, varias Placas Conmemorativas, años de Vanguardia Nacional del Sindicato de la Cultura, la Réplica del Machete de Combate del Mayor General Vicente García y su Condición de Hijo Ilustre de la Ciudad de Las Tunas.

La mesa está llena de certificados, reconocimientos y credenciales a eventos de todo tipo en el país y el exterior. Tesoros fundidos entre la cabalgadura de sus dedos y los rayos de su mente. Entro a sus ojos otra vez y ahí están las llanuras y las cañas, el bambú y la corneta, el clarín y el combate. No se cómo no lo comprendí antes… es él, Víctor, una historia bien contada.   

El Dios de las Alergias: Un Papá de Blanco y corazón muy grande

El Dios de las Alergias: Un Papá de Blanco y corazón muy grande

 

  • Para escribir del Especialista de II Grado en Alergología e igual categoría en Medicina General Integral, doctor Edgar Rodríguez González, no hace falta recrear un titular ni buscar el gancho periodístico. Su historia clínica es noticia y merita ser editada. 
  • El Día de los Padres es mero pretexto para aprisionar en unas pocas cuartillas el cariño que le tienen sus miles de hijos en Las Tunas y el país. Este médico-alergista lo entrega todo, allí donde la salud necesita oxígeno y el ser humano unas manos y un corazón enorme para seguir la vida.  

Texto y Foto Graciela Guerrero Garay

Su consulta tiene siempre un mar de personas delante de la puerta. Nada que ver con que no exista un salón de espera amplio y con asientos cómodos. O que la enfermera, una y otra vez, con mucha delicadeza y educación, intente persuadirlas de que deben esperar el turno en el área de al lado.

Parece – la vivencia no indica otra cosa- que están ahí como atraídos por la fuerza de un imán. Quizás la puerta nos da un nivel de seguridad y confianza, confesó una paciente al preguntarle porqué si la sala estaba vacía, preferían quedarse ahí de pie, como temiendo que algo se escapara. No son casos de urgencia. La mayoría tiene re- consulta y otros van por primera vez.

Descubrí el “secreto” al entrar y sentarme frente al Doctor Edgar Rodríguez González. Más que su correcto porte, educación y cortesía, la ética que se respira en todo el gabinete inyecta un halo de satisfacción enorme, al punto de que sin recibir el diagnóstico una sabe que tendrá mejoría ante la explicación detallada, concisa, profesional y segura que este médico tunero hace a cada uno de sus hijos, de todas las edades, tipos de alergia y sexo.

Hay un amor maestro frente a cada enfermo y estos, lo reciben. Por eso la palabra “padre” fue la más escuchada entre los calificativos hacia él. Los niños y niñas salen sonrientes, como si les diera un caramelo en vez de realizarle el imprescindible examen de las llamadas pruebas demoradas (para valorar la inmunidad celular  in vivo a partir de la introducción intradérmica de diferentes bacterias). Los asmáticos respiran más confiados en que podrán controlar sus crisis y, sin excepción, todos se marchan con la certeza de que fueron bien atendidos y aliviarán incluso sus patologías crónicas.

UN IMPÁS EN LA CONSULTA

Con apenas casi 50 años, el también Máster en Atención Integral al Niño, Profesor Asistente e Investigador Agregado a la Academia de Ciencias de Cuba, acumula un amplio y prolífero curriculum, demostrativo de ese afán interior de Edgar de tocar fondo en aquello que aporte más conocimiento a la vocación que tanto dignifica cada mañana, cuando sus pasos se encaminan hacia el policlínico Gustavo Aldereguía Lima – donde trabaja- o hacia la Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello, en la que igual tiene cursos, maestrías e imparte clases de Inmunología Básica a los estudiantes de la carrera de Laboratorio Clínico, en el perfil Tecnólogos de la Salud.

Sus días son jardines, siempre tienen un nuevo aroma para cautivar con sus esencias. Como profesor principal de la Especialidad de Alergología y Jefe de su Grupo Provincial hay que estrecharle las manos por fundar, desde el 2006, la docencia en esta necesaria disciplina y ser padre de los doce alergistas formados en Las Tunas, gracias a lo cual en los ocho municipios existe un médico dedicado a tratar los estados alérgicos en las personas, muy afectadas de manera general y susceptibles de aumentar sus malestares por el cambio climático, la contaminación ambiental y las altas temperaturas.

El trabajo en equipo es otro mérito que marca la cotidianidad en la consulta de Edgar – como casi todo el mundo dice- y la muestra está en los resultados y los parabienes que recibe de los pacientes el Laboratorio de Inmunoterapia –del cual es Jefe-, donde unas 25 mil vacunas se fabrican y entregan regularmente a quienes se benefician con este método de sanación, control, detenimiento o mejoría de sus tipos de alergias. El 2013 cerró con la dispensarización de unas 27 mil 246.

DIÁLOGO ABIERTO

El también Presidente del Consejo Científico del policlínico docente Gustavo Aldereguía, enclavado en la zona residencial más poblada de la ciudad, lleva  prendida eternamente una sonrisa en el iris de sus ojos,  más que en la comisura de los labios. Atiende un promedio de 50 casos diarios, sin sumar las remisiones que llegan de otras unidades de Salud y a los muchos que acuden allí por recomendación de otros enfermos, o porque escucharon hablar de sus resultados terapéuticos, su disposición humanitaria, sencillez, sabiduría…

Con todo y sus numerosas tareas, inter-consultas, responsabilidades, docencia, investigaciones y los cursos que recibe e imparte como Profesor Principal de la Especialidad, Edgar parece no tener prisa y atiende con gentileza, en cualquier lugar del policlínico, la universidad, el barrio o la ciudad a cuantos se le acercan para requerir de él, desde un saludo hasta un consejo. Es un excelente colega, amigo y compañero, afable y explícito.

-¿Cuál es el secreto de este papá de blanco para ser tan especial fuera y dentro de casa? ¿Cómo puede sostener una amplia hoja curricular con más de 16 publicaciones, casi un centenar de trabajos presentados en eventos de base, municipales, provinciales, nacionales e internacionales; pertenecer a importantes Sociedades Médicas y andar en su carpeta con varios Proyectos en ejecución?

Una sonrisa fue la respuesta. Entonces supe porque aquel pensamiento de Pablo Coello está entre sus Balances Anuales, documentos significativos o lecturas favoritas. Quizás sea esa especie de magia o Dios que le visita cuando juega como un adolescente con su hija y es un hijo y un esposo casi perfecto:

“Honra tu camino. Fue tu elección, fue decisión tuya,

y en la misma medida en que tú respetas el suelo que pisas,

este mismo suelo respetará tus pies.

Haz siempre lo más adecuado para conservar y mantener tu camino

y él hará lo mismo por ti.

Escucha los consejos, pero toma después tus propias decisiones.

Tú eres el único responsable del camino que te fue confiado.

Ama tu camino.

Sin este principio nada tiene sentido”.

Por eso, cada vez que tengo el lujo de encontrarlo vuelven a mi recuerdo esos muchos tuneros que se pegan a la puerta de su consulta. La consulta del Doctor Edgar, ese papá de blanco y corazón muy grande. El Dios de las alergias en Las Tunas.

Compendio investigativo sobre la CTC: Un aporte tunero al Primero de Mayo

Compendio investigativo sobre la CTC: Un aporte tunero al Primero de Mayo

 

Por Graciela Guerrero Garay      Foto: Cortesía Alberto Guerra

Un interesante compendio que abarca la historia del movimiento sindical en Las Tunas, en la etapa comprendida desde 1959 a 1979, del investigador y Máster en Ciencias Rafael Alberto Guerra Álvarez deviene aquí, por la primicia, un aporte definitivo a la constitución de la Central Obrera en la provincia y al Primero de Mayo.

Guerra Álvarez, quien fue durante varios años dirigente sindical y se desempeñó como Secretario General del Sindicato de la Cultura, a través de testimonios, vivencias propias, colectivas, documentos y archivos – personales la mayoría- logra conformar un texto vital para el entendimiento de la formación gremial en los primeros años de la Revolución, sin subestimar los antecedentes históricos de la época y las luchas emancipadoras de la clase obrera.

El proyecto de investigación, aprobado por el CITMA, es el primero de su tipo en el territorio con una visión mucho más abarcadora y vivencial, de las existentes hasta la fecha, y se realizó entre el 2007 y el 2009 con la participación de otros docentes de la Universidad Vladimir I. Lenin y estudiantes de las carreras de Comunicación Social y Estudios Socio- Culturales.

A saludar la fiesta del proletariado mundial y, en especial, a los trabajadores tuneros dedica este investigador y profesor de la Facultad de Cultura Física el valioso compendio, el cual forma parte de un libro donde Guerra Álvarez cuenta también los momentos más importantes de la trayectoria del Sindicato de la Cultura en este territorio, otro asunto inédito hasta hoy e indispensable para la memoria histórica de la CTC en la localidad y la nación.

Una muestra de los textos ya prácticamente listos para ser editados fueron entregados a la dirección de la CTC en Las Tunas para agasajar, con esta primera trilogía, el Primero de Mayo, en tanto el autor continúa la investigación y redacción de las partes restantes.

 

 

Julio Montes: Sin secretos para amar la vida

Julio Montes: Sin secretos para amar la vida

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: Cortesía del entrevistado

Sus largas y finas manos todavía buscan el sueño de encontrar una guitarra aunque, como todos los seres humanos que llevan en sí una fuerte añoranza, la  dibuja en las tardes que no dedica al estudio. Le saca las notas y galopa en esas emociones propias de quienes no renuncian a lo que tienen dentro.

En estos viajes a los recuerdos y el reencuentro descubres, un día cualquiera, al doctor en Medicina y Especialista de II Grado en Neurofisiología Clínica Julio Montes Brown, un tunero que siente y entrega hondo la carrera que escogió y a la cual dedica todos sus esfuerzos, como profesor, en las consultas y en esa superación constante que no escapa jamás, ni en vacaciones, de sus hábitos cotidianos.

¿Es una vocación innata o algún hecho en tu vida te llevó a ella?

-          Mi infancia estuvo marcada por frecuentes y fuertes crisis de asma bronquial y, por esto, fui ingresado muchas veces en el único hospital que tenía Las Tunas en la década del 60 y 70, hoy el Pediátrico. Siento en mí la influencia de la atención que recibí allí. Creo que de alguna manera incidió en mi vocación y la decisión de estudiar Medicina.

No sabe bailar pero siente predilección por el baile, otras de “sus marcas” en un carácter que simula demasiado serio a un encuentro fortuito y que, después, te regala una fiel amistad y una cordialidad enorme, en conversaciones que pueden ser infinitas en cualquier tema, sobre todo si se trata de cómo entregar más a los pacientes y, de manera especial, a los niños y jóvenes.

Uno es, de alguna forma, lo que creció con uno durante la infancia. De esta etapa inicial, ¿hay algo que guardas con especial cariño?

-          Crecí en el reparto Casa Piedra. Allí transcurrió parte de mi infancia y la recuerdo con cariño. Sin embargo, el lugar especial lo tiene la esgrima, un deporte que siempre me hizo vencer mis limitaciones personales con el asma. Después del horrendo crimen de Barbados, me comprometí más. Tenía 13 años.

-          Con el florete, mi arma preferida, tuve satisfacciones enormes  en eventos provinciales, regionales y nacionales. Fue muy gratificante participar en los Juegos Nacionales Universitarios, Galenos 83, durante mis primeros años de la carrera, que comencé en el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas (IPBC) Victoria de Girón, en La Habana.

Cuando no monta su bicicleta con la larga bata blanca que lo distingue, quizás nadie imagine que en este hombre sencillo se acumulan mucha profesionalidad y conocimientos, aún sin cumplir sus 49 años. Desde 1988, al obtener el título de Doctor en Medicina, decidió atesorar una vasta hoja de servicios y fomentar su talento.

Al año de graduarse deja Las Tunas por un tiempo y comienza a trabajar como Médico Residente en Neurofisiología Clínica, en el Instituto de Neurología y Neurocirugía de La Habana. En 1993 regresa y el hospital Ernesto Guevara de  la Serna recibe a un Especialista de I Grado en esa especialidad.

¿Cómo valoras estos primeros pasos en tu carrera?

-          Esenciales. Es una experiencia grande y satisfactoria decir hoy que también inicié en esta etapa mi labor como profesor Auxiliar, en la Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello, y desde 1996 disfruto el deber de contribuir a la formación de médicos especialistas del territorio.

Julio Montes es sencillo. Su pasión por aprender sobresale en la mínima tertulia. Logra una empatía singular con sus pacientes, a pesar de que no anda siempre con una sonrisa pegada en el rostro. La delicadeza de su trato, su talento y educación lo identifican y lo “pegan” en esos archivos enormes donde guardamos a las personas respetadas y queridas.

Luchador, como el floretista que pervive en su pecho, no descansa. Un día se le encontró por Holguín, en el Centro para la Investigación y Rehabilitación de las Ataxias Hereditarias  y desde allá vino para dejar huellas en la atención y caracterización clínica- epidemiológica de las Ataxias Espinocerebelosa tipo 2 en la provincia.

Contribuyó también con el inicio y expansión del proyecto doctoral relacionado con el diagnóstico de la función autonómica cardiaca, estrechamente relacionado con la morbi-mortalidad de origen cardiovascular.

En las Neurociencias sus aportes teórico –prácticos son vitales. La muestra está en contar con más de diez publicaciones como autor y co-autor en revistas internacionales, e igual cifra en las nacionales. Tiene ocho Diplomados, más de dos mil cien horas en cursos de postgrado en diferentes categorías y asistió hasta hoy a 25 eventos científicos del país y foráneos.

Toda esta intensa actividad parece no dar margen para más. ¿Qué hay con el esposo y el padre, el militante?

-          Me planifico. Impartir también más de mil 500 horas de cursos de postgrado con carácter provincial y nacional, no me impidieron asumir con orgullo y responsabilidad el cargo de Secretario del Partido en el Hospital y ser Vice- Director. Ayudo en la casa, me gusta cocinar y creo que como padre se me quiere y he ganado un lugar, sin ser exactamente un padre biológico.

La sonrisa le ilumina los ojos y contrasta con su tez bien morena. Está igualmente muy contento de obtener alta calificación en su tesis de Máster en Didáctica de la Educación Superior y ser el primer Doctor en Ciencias Médicas, formado en la Universidad de Las Tunas.

Con tantos éxitos, ¿vas a descansar un poco?

-          No. La investigación para mí es una necesidad. Un médico jamás puede renunciar a ello y más ahora que cada minuto surge algún adelanto científico, un nuevo medicamento y hasta una nueva enfermedad.

-          Mis principales líneas hoy son la evaluación de la función autonómica cardiaca, en enfermedades neurodegenerativas, y la función del sistema auditivo y vestibular. Este último estudio está muy asociado al Programa Nacional de Implantes Cocleares, en el que la nación invierte enormes recursos para incorporar a niños hipoacúsicos al mundo de los normo-oyentes.

-          Creo que por todo esto, por el valor de la medicina cubana y la nuestra, la tunera, que tanto ha crecido en los últimos años, me honra poder decirte que actualmente formo a los nuevos Licenciados en Logofonoaudiología, una joven carrera que en nuestro país se dedica al diagnóstico y rehabilitación de los trastornos del lenguaje y la audición.

Y entonces me arrastra allá, a la consulta que tiene en el Pediátrico, donde acaricia esas cabecitas tiernas que no saben del mundo del sonido y que Cuba, con doctores de su talla, le siembran la esperanza de manera gratuita para devolverle, en la medida de lo posible, los buenos colores del ruido y el placer de la escucha.

Montes Brown puede contar la alegría de los padres ante una certeza clínica y, allí, él vuelve a poner el alma como todos los días.  Y esa guitarra, su guitarra perdida, toca un vals… el vals de las mariposas.

 

 

 

 

Entre la mente y el corazón de Emilio

Entre la mente y el corazón de Emilio

Texto y Foto: Graciela Guerrero Garay  

 

Su pausada voz parece recoger y apagar al unísono todo el fuego de cualquier locura. No se jacta de lo que es ni tampoco de lo mucho que ha dado en el tiempo a la vertiginosa carrera de las “batas blancas”. Es sencillo, como la familia que le trajo al mundo un 20 de agosto de 1945 en el municipio Colombia.  Exigente, comedido y vencedor de obstáculos. Herencia de un matrimonio que, desde la humildad, hizo todo lo que creyó correcto y defendió la virtud y las ideas revolucionarias.

 

En sus recuerdos galopan las balas, las constantes mudanzas para evitar caer en las garras de los tigres de Manferrer, uno de los batistianos más sangrientos que recoge la historia local en la década de los 50. Su padre, operador de grúas en el otrora central Elia, era del movimiento 26 de Julio. Para evitar riesgos y cumplir las misiones había que estar con la mochila al hombro.

 

Lo tengo delante de mí y me parece reencontrarlo en cualquier pasillo del hospital general docente Ernesto Guevara, unas veces seguidos de pacientes, otras de estudiantes. O caminando por el barrio y el mercado, educado y cordial con quienes se cruzan con él y le saludan con respeto y cariño. Es algo propio, como el amor dado a los hijos, la esposa y el hogar. Tan fuerte como los ahíncos con que ha defendido siempre lo que quiere. Le viene de cuna.

 

Serio y recto, quizás demasiado para muchos. Callado y observador. Inviolable en sus metas. Decidido en sus acciones. Ejemplar en  el ejercicio de la Psiquiatría. Maestro de generaciones en el historial de la medicina tunera. Hijo, padre, médico, esposo, profesor, internacionalista y cubano digno, aunque su quizás tímida sonrisa y el leve pestañeo de los ojos traten de esconder el rubor que le producen los halagos, muchísimos en su terruño, en el país y en las tierras que acogieron sus pasos solidarios. Guinea Bissau, África, y Timor Leste, Asia, lo recordarán siempre como un soldado y un galeno brillante e incansable.

 

EN EL JUEGO DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS…

 

Resumir en líneas los pasos de un hombre que te enseña que se puede vivir con utilidad muchas vidas cada día, es difícil. Desde muy pequeño le llegan las estrellas o hizo todo por no dejarlas escapar jamás. Primero, aprovechando la tenacidad paterna de que había que estudiar. Después, el desafío de un hogar de colaboradores rebeldes que tenían misiones y peligros que trascendían a la convivencia y le  atrasaron tres años los estudios. Luego, la necesidad de trabajar para contribuir a la economía doméstica y lograr sus anhelos. Siempre, ser un joven con los minutos exactos para cada cosa y dejar al margen las aventuras de una edad donde, en la mayoría, los sueños llegan y se van.

 

Estaba decidido y venció. Trabajó en un correo. Estudió de noche. Vivió y sembró la tierra en el 6 de Jobabito y en el 10 de la Macagua, para ayudar al padre en sus tareas revolucionarias. Milita en las filas de los Jóvenes Rebeldes y fue el primer presidente de la organización de Pioneros en la región Tunas – Puerto Padre. Se becó en La Habana para estudiar el preuniversitario, pues no existía la enseñanza aquí. Sigue allí su trayectoria de dirigente estudiantil y comienza, no sabe exactamente cuando, a despertársele su vocación por la medicina.

 

En el juego de preguntas y respuestas este hombre que venera el amor por la familia, siente un orgullo especial por sus hijos y su esposa – todos médicos también – y tiene como inviolable el principio de que la superación constante es el mérito que no debe faltarle a ningún galeno, te demuestra que la virtud y la profesionalidad no están divorciadas, sino que se unen y retroalimentan allí donde el ser humano hace un nudo firme entre mente y corazón, metas y sacrificios, dedicación y resultados.

 

CON EL TIEMPO…

 

A los 64 años no está cansado, a pesar de que uno siente delante de su Curriculum que todos los minutos estuvieron cargados de una tarea importante, vital para él, para la medicina y la psiquiatría, con una trascendencia más allá de lo individual para convertirse en mérito colectivo, nacional, local e internacional no solo por ser internacionalista, sino porque tanto en África como en Timor Leste dignificó su especialidad al marcar precedentes con su servicio y abrir horizontes a su especialidad en esas lejanas tierras.

 

El Consejo de Estado le reconoce con dos medallas por su trabajo en Guinea Bissau (noviembre 1978 – diciembre 1980). La de Combatiente Internacionalista guardará siempre sus actividades militares en la Misión Cubana cuando los dos golpes de Estado y las guerras internas que acontecieron. El Diploma de Honra, emitido por el Comisariado de Estado de Salud y Asuntos Sociales de Guinea Bissau, le gratifica sus labores y ser el gestor de la Primera Jornada Científica Médica Nacional de esa República.

 

Timor Leste no es menos intensa y le depara tensiones, añoranzas y alegrías que sueña un día poder continuar, pues varios proyectos quedaron truncos por la guerra civil que implicó poner a riesgo las vidas del grupo de médicos que estaban allí en Dili, la capital, y sus distritos cercanos. Ver la evolución y desarrollo del primer Servicio de Hospitalización en la Atención Secundaria, de la que fue creador y le trajo a su haber otra medalla del Consejo de Estado, es un pensamiento que se hace esperanza cuando recuerda que el Ministro de Salud resaltó que esta loable labor de los cubanos se tendría en cuenta para futuras colaboraciones, ante el pedido de esas hermanas tierras de que se prorrogara la misión.

 

Cuenta las fuertes escenas en Lahane, donde estaba la residencia de los cubanos. Dos días bajo un balaceo horrible que dejó huellas en las paredes de la casa. Luego, la retirada de los galenos de otros países y el montaje de los campamentos para refugiados. “Todos los médicos cubanos, independientemente de la especialidad laboramos como médicos generales, haciendo guardias de 24 horas – dice - y hubo ocasiones en que los enfermeros timorenses no iban a trabajar, por miedo a las flechas de los grupos opositores y también fue necesario  asumir como enfermeros,  pero gracias a la valentía, dedicación y solidaridad sin límites de los colaboradores cubanos el Hospital Nacional “Guido Valadares”, nunca interrumpió sus actividades”.

 

El doctor Emilio Alfonso Lastre Arrieta me contagia con esa vitalidad que le hace más cercano a todo cuanto le rodea. Creo que la vida no le alcanza al saber que posee la Distinción Especial de Profesor Consultante, además de los méritos de ser el primer especialista de I Grado en Psiquiatría que tuvo el territorio (1978) y diez años más tarde obtener similar condición de II Grado. Pero no, a los 60 años cursó un Diplomado en Educación Médica Superior y hace muy poco una Maestría en Longevidad Satisfactoria.

 

Hay tiempo para todo, me confiesa. Y el apoyo familiar, su esposa, la también querida Psiquiatra Carmen Leyva Machado, como sus hijos y padres, salen de fortaleza en los empeños de este maestro de generaciones que tiene también participación en 19 Congresos Nacionales e Internacionales con 33 trabajos presentados, 148 en eventos provinciales, premios dentro y fuera de Cuba, 23 investigaciones, 18 publicaciones y un libro por editar de sus labores en Timor Leste, sin contar sus faenas como tutor y asesor, las actividades como militante, consultas, guardias y todo cuanto hace un tunero en sus quehaceres cotidianos.

 

La cuerda locura de este amigo y profesor no está tal vez en sus 36 años de experiencia y en que te habla en tres idiomas diferentes. O en que prefiere oír música instrumental donde destaquen el piano y la guitarra. Ni en leer constantemente ni escribir en la computadora, sino que, legítimo martiano, hizo suya la frase del apóstol de “hacer en cada momento, lo que en cada momento sea necesario”. Puede que aquí, justamente, esté el secreto de la tanta utilidad y bien público en que ha convertido cada segundo de su propia vida.

El investigador tunero Rafael Alberto Guerra

El investigador tunero Rafael Alberto Guerra

Un aporte ilimitado al movimiento obrero y la Cultura Cubana

Texto y foto: Graciela Guerrero Garay

Hace ya tres meses traje a estas páginas los valiosos resultados de sus investigaciones. E, incluso, le adjunte en la sección algunos de sus trabajos. Pero aquello fue no más que un asomo a toda la obra que apenas parece comenzar tras sus pasos como profesor de la universidad Vladimir I. Lenin, de Las Tunas.

Muchas cosas por saber quedaron pendientes. Esta entrevista nos regala al hombre, al cubano, sencillo y emprendedor que siempre hubo en él desde aquel 21 de noviembre de 1953 en que nació en la ciudad de Las Tunas, en el reparto Casa Piedra.

Optimista, laborioso y empeñado siempre en dar algo de sí a su familia, amistades y sociedad que ama y es miembro activo desde siempre, siente orgullo de estar aquí y guardar como historia de vida las incontables horas que dio, con manos y pecho, al proceso revolucionario y, de manera especial, a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) y el Sindicato de la Cultura.

Las dos bellas horas que pasamos conversando, intercambiando ideas y disfrutando el encuentro de viejos amigos, están aquí.

 

 

Disfruto doblemente la entrevista. Conversamos un poco y hago bien público la reliquia que atesoran sus indagaciones, luego que la vida lo llevó a dejar el trabajo sindical y lo enrumbó a las aulas del centro universitario Vladimir I. Lenin de Las Tunas, donde sus investigaciones y Maestría ganan un lugar de obligada referencia para la memoria histórica del movimiento obrero en esta oriental provincia cubana.

 

ENAMORARSE TIENE PRECIO

 

Comienza el proyecto en el 2006. No le costó trabajo enamorarse. En el país hay una necesidad objetiva de rescatar la memoria histórica del movimiento sindical después de 1959. Había manejado la idea de sumarse y nada mejor que aprovechar sus investigaciones docentes.

 

 

Rafael Alberto Guerra Álvarez – su verdadero nombre-  hace del gesto locuaz la pasión que le mueve el tema. Vuelve a vivir las noches enteras de lectura, búsqueda de datos, fechas, testimonios…Trasmite el instante en que hojea, página a página, este semanario desde su fundación, incluso cuando las noticias de Las Tunas salían en el periódico Sierra Maestra, de Santiago de Cuba.

 

 

Elaboré un proyecto, lo presente al CITMA y se aprobó, asignándole cada año un presupuesto y en el participan un grupo de profesores y estudiantes de las distintas carreras.

Siento una satisfacción enorme, porque me hace recordar con mucho cariño este tiempo de mi vida como dirigente sindical. Tenia 25 años,  todavía no era universitario, estudiaba en la Facultad Obrera Campesina y trabajaba como funcionario en la CTC.

 

 

Hace un alto, como para trasladarse allí, al batallón azucarero al que pertenecía en el municipio Jobabo. Me dan la tarea de presidir la comisión organizadora de la Conferencia Provincial del Sindicato de los Trabajadores de la Cultura, quizás porque yo atendía a los artistas aficionados. Me incluyen en la cédula del sindicato y cuando el compañero Botarín, quien lo funda en 1978, sale del cargo, me promueven. Fui el secretario desde 1980 hasta el 85.

 

 

Esboza una sonrisa. Fue la etapa donde me sentí más pleno, más identificado. Creo representé sus intereses y me llena de orgullo implicarme de la manera que lo hice con la vida cultural de la provincia.

 

 

No se jacta, pero reconoce que fueron años donde el sindicato obtuvo resultados muy positivos y sentó las bases para que en los cuatro años siguientes recibiera el premio de ser el que más veces obtuviera la sede de los actos nacionales por el día del sector cultural en el país.

 

 

No borro este afecto por la cultura jamás. Luego fui promovido a segundo secretario de la CTC en la provincia, en el 85, y en el 88 a Secretario General, cuando Rodolfo Jiménez Polanco pasa a ocupar este mismo cargo en el Sindicato de Comercio y Gastronomía en el país.

Razones de salud y políticas bien aplicadas llevan a que me liberen, en 1992, de la responsabilidad que tengo frente a los trabajadores tuneros. Entró en funciones entonces Omar Ramadán Reyes.

Toda esta historia estaba ahí, como la de muchos compañeros que en estos 50 años dieron algo de sí al movimiento obrero. Y me enamoré del proyecto de darla a conocer a las generaciones de hoy, pues hay muchos jóvenes y no tan jóvenes que la ignoran.

 

 

No creo que las canas le hayan brotado por saberse el tunero que dejará al futuro un valioso documento bibliográfico: Historia del movimiento sindical en Las Tunas posterior al año 1959. Disfruta en verdad sus horas de estudio. Es un tiempo tan bonito como el que pasa con su familia, al retozo de los nietos y la felicidad de ver a sus dos hijos realizados.  O cuando cocina, que es mi aporte al hogar. A ellos les gusta mi sazón y a mí, cocinar. Lo hago con una satisfacción tremenda, incluso busco todo lo que cocinaré y en verdad es grato para mí.

 

OTROS SECRETOS GUARDADOS

 

Habla con los ojos. Desde siempre se le descubría ese brillo optimista que le abre puertas a las más complejas tareas que asume. Se licenció en Cultura Física y Deporte en 1994 y emprendió su Maestría en Desarrollo Cultural Comunitario. Hizo el cambio de categoría docente y nada más factible que compilar esa memoria histórica dispersa del Sindicato de la Cultura aquí, investigación científica inédita hasta el momento y la única lograda en el país. Su trabajo ha sido el punto de partida para generalizarla, al tiempo que forma parte del proyecto general que abarca igual etapa pero de todo el movimiento obrero tunero.

 

 

Debo terminar a fines de año lo esencial, aunque debe tomarme parte del 2010 la elaboración final del documento, que es la investigación llamada Historia del movimiento sindical en Las Tunas posterior al año 1959.

Es importante destacar que el movimiento obrero tiene una historia bien trabajada hasta esta fecha, pero de ahí hasta hoy existe una etapa que no se ha investigado mucho a nivel de país. Yo vengo de un evento internacional donde comprobé que, generalmente, los trabajos investigativos se enmarcan antes del triunfo de la Revolución.

De esa fecha a la actualidad empiezan a verse más trabajos, pero es muy pobre el rigor científico y debe buscarse la forma de que tengan los requisitos necesarios y cumplan con la metodología de investigación para que puedan servir como referencia histórica, sean publicables y avalados en cualquier país.

Lo otro es que la red de escuelas que tiene la CTC y las nuevas generaciones disponga de una información mayor sobre el trabajo sindical realizado del 59 hasta el presente. Está orientado a los sindicatos que trabajen en ello y se ha hecho, pero el problema es que se ha perdido mucha documentación valiosa. No se tuvo el instinto, la visión correcta,  de ir conservando los documentos del 59 para acá y han desaparecido por accidentes, por deterioro y por descuido.

Esta problemática es tanto a nivel nacional como territorial, y lo cierto es que en la provincia hay mucha información que ya no existe, y por lo tanto es imprescindible que se busquen testimonios y recuperen documentos importantes que existen aunque estén deteriorados.

Nos dedicamos a eso, a hurgar en la prensa provincial y en la de las antiguas provincias orientales, a rescatar todo elemento  que esté en manos de cualquier dirigente sindical o su familia, porque es la forma de elaborar el trabajo desde el punto de vista histórico con un sustento científico y rigor adecuado. Es la única manera de patentizarlo y hacerlo creíble ante un estudio en cualquier país.

 

LAS BARRERAS ROTAS

 

Lo que Rafael Alberto llama “su modesto aporte” es justamente hacer lo que jamás se hizo en ningún lugar de la Isla. Hasta ahora, este período histórico que define la consumación de los sueños del proyecto socialista, la verdadera apropiación del movimiento obrero de los medios productivos y su valor de clase, está limitado a algunos apuntes, documentos y determinadas fotografías e, incluso, con imprecisiones y carentes de métodos válidos para la ciencia de la investigación.

 

 

Uno de los méritos más significativos quizás sea también la acreditación y argumentación de cada hallazgo; las citas exactas en la búsqueda de información y las fichas de las noticias difundidas en los diarios, así como la compilación de las biografías de los dirigentes sindicales en todos los municipios, sus fundadores, quienes siguieron el camino después del triunfo y cuanto tunero ausente o presente tenga un pedacito de vida dentro de la CTC y el Sindicato de la Cultura.

 

PLACERES ANEXOS

 

Vuelve a sonreír. Expresa el placer de ayudar con esto a muchos estudiantes de las sedes universitarias a canalizar sus trabajos de curso con las investigaciones. Hay satisfacción de contribuir a la CTC con la entrega de un trabajo documental íntegro y darle a ese gremio cultural mucho más que ese fértil tiempo de juventud donde se forjó representándolo.

 

 

Alberto es así, un apasionado perseverante que también imparte un programa novedoso a unos 50 alumnos que no pueden realizar Educación Física por cuestiones de salud y que ha sido tomado de pilotaje, otra buena razón para una próxima entrevista.

 

 

Une las manos, como quien retiene una semilla para ser cultivada. Piensa en esa reunión familiar diaria, donde se reencuentran los siete y siente los besos de la esposa, los dos hijos, la nuera y los nietos. Allí, en los pequeños espacios de su apartamento, es feliz y agradecerá siempre  el privilegio de vivir estos 50 años de la Revolución.  

Central Chaparra, Las Tunas

Central Chaparra, Las Tunas

Aquellos años de la nacionalización

Por: Rafael Alberto Guerra Álvarez y Omar Villafruela

(Profesores del Centro Universitario Vladimir I. Lenin, de Las Tunas).

 

El primero de enero de 1959, al triunfar La Revolución Cubana, encontró un país sumido en la miseria, la injusticia social y la dependencia económica, sobre todo por el capital norteamericano.

Otro aspecto característico, lo constituye el predominio del latifundio en su agricultura, que se contrapone a la existencia de un campesinado que vive en la extrema pobreza.

De ahí, que el nuevo gobierno decida tomar diversas medidas de profundo contenido revolucionario, destinadas a recuperar los recursos económicos del país en manos del capital foráneo  y de la burguesía local. Este primer paso lo constituye la firma de la Ley de Reforma Agraria. 

La reacción de los Estados Unidos no se hizo esperar y desde los primeros momentos comenzaron las amenazas de sanciones económicas, envío de  tropas y reducción de la cuota azucarera.

Esta última cobra mayor fuerza cuando el Departamento de Estado valora su posible aplicación y la Comisión Agraria de la Cámara de Representantes hace una propuesta de enmienda a la Ley Azucarera y otorga al presidente poderes adicionales para que, en consecuencia, se ponga en práctica, para finalmente darse a conocer el 6 de julio de 1960 la Proclama del Presidente Eisenhower, en que se reduce la cuota azucarera en 200 mil toneladas, violándose incluso la Carta de la OEA, que estipula la no aplicación de medidas económicas con fines coercitivos. Este engendro fue conocido como Ley Puñal.  

Ante tal situación, la Revolución responde de forma  contundente y viril, con el apoyo del pueblo, adoptándose de inmediato,  la Ley No. 851, que tiene como objetivo dar el marco propicio o de referencia para las nacionalizaciones, basada en el Artículo 24 de la Constitución de la República de Cuba, que establece el proceso de expropiación forzosa por causa de utilidad práctica, conocida popularmente como Ley Escudo.  

Hasta este momento sólo se habían realizado confiscaciones en el caso de los centrales azucareros, a través del Departamento de Bienes Malversados, a personeros de la dictadura.

En el territorio de Chaparra (hoy municipio Jesús Menéndez) sus pobladores se incorporaban a las acciones revolucionarias, a la vez que eran objeto de medidas de represalias por parte de la administración del central.

Son estas, las complejas circunstancias que caracterizan el contexto en que se produce la intervención del central Chaparra y su efectiva nacionalización, de acuerdo a lo estipulado por la ley.  

Los documentos que a continuación se mencionan, dan luz en este proceso, que puso muy en alto la dignidad y soberanía alcanzada por el pueblo cubano a partir del triunfo revolucionario. .

Entre los documentos aportados por el historiador del municipio Jesús Menéndez, Omar Villafruela, aparece un acta fechada el 20 de julio de 1960, contentiva de los aspectos tratados entre la administración de The Cuban American Sugar Mills Company y la representación sindical ante dirigentes del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), en la sede de dicha empresa en Chaparra, donde la parte sindical estableció una serie de demandas en beneficio de los obreros agrícolas, industriales y colonos; dada la actitud reaccionaria y prepotente de la empresa norteamericana ante las medidas de orden social adoptadas por el Gobierno Revolucionario.

También aparece el acta de entrega de la administración de los centrales Chaparra y Delicias, donde se recogen los pormenores de lo acontecido en la tarde del 30 de julio de 1960 en las oficinas de la administración. En esta misma reunión se dio a conocer la designación de Fernando Pérez Zorrilla como Interventor-Administrador del central Chaparra, que de inmediato asumió las responsabilidades inherentes a su cargo.

Resultan medulares las precisiones hechas en esta reunión por el capitán Fernando Vecino Alegret y otros representantes del INRA.

De sumo interés son también las respuestas dadas por el ingeniero Juan L. Fiol Villageliú, a la sazón Administrador General Auxiliar de la Compañía, sobre las irregularidades en el cumplimiento de las obligaciones de dicha empresa, que según sus propias palabras no tenía noticias de una situación análoga. Relacionado con este asunto se tiene la opinión aportada por Mastrapa Braña, quien si recordaba una situación similar ocurrida en 1933 y que dio lugar a la intervención del central por el Gobierno de los Cien Días.

Otro de los documentos es la Resolución  No. 195 del 20 de julio de 1960, dictada por el Presidente y el Director Ejecutivo del INRA, Fidel Castro Ruz y Antonio Núñez Jiménez, respectivamente.

La nacionalización se hace efectiva el día 6 de agosto de 1960, a través de la Resolución No. 1, que tiene como base legal la Ley 851 y en la que The Cuban American Sugar Mills aparece en el número 11.  

Este proceso culminó el 13 de octubre del propio año 1960 cuando pasaron a manos cubanas 105 centrales, que junto a 18 confiscados a Batista y sus cómplices y 38 norteamericanos totalizaban los 16l existentes en el país.  

Alfredo Menéndez Cruz, quien fuera uno de los principales protagonistas de estos hechos, se manifiesta de la siguiente manera: 

“Fidel trazó la estrategia de no llevarse a cabo en la agricultura cañera hasta después que concluyera la zafra de 1960, porque sabía que con ello iba a tomar el corazón económico del país“.

Señaló además que cuando se fuera a materializar la ley en la rama cañera, se debía partir del central, desde donde se controlaba la industria y la agricultura.

La nacionalización del central Chaparra y sus colonias, fue un proceso complejo para los trabajadores y pueblo en general, que sin tener todavía plena conciencia de lo que significaba desde el punto de vista social el triunfo de la revolución, se vieron asediados por maniobras de los representantes de la compañía y algunos colaboradores, lo que provocó confusión en no pocos chaparreros, que obligó a la dirección de La revolución a la adopción de medidas de esclarecimiento popular y de reforzamiento de sus estructuras políticas y sociales.

Rafael Alberto Guerra Álvarez

Rafael Alberto Guerra Álvarez

Un retablo de memorias por contar

Todavía trae en los ojos ese amelado sentimiento de creer en la gente. Reencontrarlo tan cerca como la primera vez me despertó, de un golpe, todos aquellos recuerdos de un joven inquieto que llegaba de pronto a la redacción del periódico a presidir nuestras reuniones sindicales, a conversar de trabajo, empeños y proyectos. Siempre cortés, respetuoso, positivo y con una visión muchísimo más amplia que todos los planes que podían concebirse detrás de un buró.

 

Lo cierto es que Alberto – como le conoce la mayoría – fue el primer secretario sindical que tuve al afiliarme al Sindicato de los Trabajadores de la Cultura, una vez egresada de la universidad e iniciar mi vida profesional.

 

Con el tiempo, compartimos el mismo barrio y encontré al mismo tunero servicial, sencillo, revolucionario y previsor de antaño. Acabamos definitivamente en ser amigos y vecinos cercanos. Su familia, admirable también, formó parte de mis páginas afectivas y su hija acabó conquistándome con su ternura de niña cariñosa y cordial.

 

Hoy siento el doble placer de publicar en mi blog la reliquia de sus investigaciones, luego que la vida lo llevó a dejar el trabajo sindical y lo enrumbó a las aulas del Centro Universitario Vladimir I. Lenin de Las Tunas, donde ya sus investigaciones y Maestría ganan un lugar de obligada referencia para la memoria histórica del movimiento obrero en esta oriental provincia cubana.

 

Con mucho rigor científico, abundante investigación, noches enteras de lecturas, indagación, datos, fechas, testimonios, fuentes bibliográficas…en fin, ese infinito mundo finito que se apresa mágicamente y empieza a moverse junto con el investigador, su tesis, hipótesis y argumentadas conclusiones Alberto Guerra se crece al olvido del tiempo y se asoma a un tema que nunca antes se había compilado en el presente.

 

Desde el retablo de las memorias por contar les regalo a ustedes, gracias a este joven investigador y enamorado por demás del movimiento obrero cubano y tunero, de sus espacios culturales, los resúmenes de incontables horas de trabajo.

 

Rafael Alberto Guerra es otro de esos hombres sencillos que  sin ninguna pretensión de lucro y sí con sacrificado amor aquí en esta isla de Cuba, en un terruño pequeño en extensión pero inmenso en sus arraigos y terrenos por explorar como es el Balcón del Oriente, pone una valiosa herramienta bibliográfica para todas las generaciones que en este siglo XXI quieran asomarse a la auténtica historia y desarrollo del movimiento obrero y, muy especialmente, a la memoria histórica del Sindicato de Trabajadores de la Cultura en Las Tunas.

 

Vale la pena adentrarse en sus interesantes e insustituibles proyectos investigativos. Yo, en particular, le agradezco a este prolijo amigo el valioso tesoro documental que por él tendremos a mano. (Graciela Guerrero Garay)

 

ESTOS SON LOS RESÚMENES DE SUS TRABAJOS DE INVESTIGACIÓN.

 

TÍTULO:

Memoria histórica del Sindicato de Trabajadores de la Cultura en Las Tunas.

 

Resumen.

 

El presente trabajo es resultado de una investigación que permitió la elaboración de la memoria histórica del Sindicato de Trabajadores de la Cultura en la provincia Las Tunas, donde se determinaron  los rasgos y tareas que desde su fundación en 1977, ha desarrollado esta organización obrera. Los resultados alcanzados son el fruto de la búsqueda y ordenamiento de la información ofrecida por los informantes claves, mediante la aplicación de entrevistas a 30 fundadores y dirigentes sindicales del sector, que se desempeñaron en algunas de las etapas de trabajo, además de un riguroso análisis de los documentos existentes en la dirección del sindicato y la revisión del 90 % de las ediciones del periódico 26, relacionadas con el desempeño del Sindicato de la Cultura en el territorio, se incluyen además otros materiales y las vivencias del autor que en su condición de dirigente sindical profesional se mantuvo vinculado al sindicato por mas de diez años. Además de constituir la tesis del autor para una maestría, es uno de los resultados de un proyecto de investigación aprobado por el CITMA en la provincia y se propone  hacer un modesto aporte a los esfuerzos de la CTC en el país  por rescatar la información necesaria para el tratamiento desde el punto de vista histórico a todo el accionar del movimiento sindical cubano posterior a 1959.    

 

 

Curriculum Vitae

 

Rafael Alberto Guerra Álvarez

C.I.: 53112102866

Dirección particular: Edificio MICONS, Apto B-9, Ave. Carlos J. Finley, Rpto. Santos, Las Tunas.

Teléfono: 4 4146

Militancia política: PCC (1981).

 

-          Desde 1975 hasta 1980 me desempeñé como funcionario de la CTC en el territorio de Las Tunas, atendiendo la actividad de artistas aficionados.

-          Desde 1980 hasta 1985 trabajé como Secretario General del Sindicato Provincial de Trabajadores de la Cultura.

-          Desde 1985 hasta 1988 me desempeñé como Segundo Secretario de la CTC en la provincia.

-          Desde 1988 hasta 1992 ocupé el cargo de Secretario General de la CTC en la provincia.

 

En estos años fui miembro del Comité y el Buró Provincial del PCC en Las Tunas.

 

-          Realicé estudios político – sindicales en la URSS en 1977 por espacio de 6 meses.

-          Integré el contingente juvenil Carlos Rolof que visitó Polonia en 1985.

-          Formé parte de una delegación sindical que visitó Francia y la URSS en 1987.

-          Realicé estudios sindicales en la Escuela Provincial y Nacional de la CTC.

-          Me gradué como Técnico Medio en Derecho Laboral en 1984.

 

Desde 1992 hasta el 2003 laboré como Jefe del Departamento de Cuadro y Capacitación en la Escuela Provincial de Comercio Mayorista en Las Tunas. En esa etapa trabajé como profesor en la Escuela Municipal del PCC, en el aula de capacitación de la Empresa y de la Escuela Elemental Sindical.

 

-          A partir del año 2004 me desempeño como profesor en el Centro Universitario, en el departamento de Preparación para la Defensa.

 

He cursado estudios de postgrado en:

-          Problema Social de la Ciencia

-          Pedagogía

-          Investigación

-          Administración

-          Defensa

 

-          Participé en varios congresos sindicales, en el 1er Congreso de la FEEM, en los 14 y 15 congresos de la CTC y como invitado en el IV Congreso del PCC.

 

Actualmente trabajo en un Proyecto de investigación histórica del movimiento sindical en Las Tunas. Participan profesores y estudiantes del centro realizando entrevistas, revisando documentos, recopilando fotos y todo tipo de información relacionada con el movimiento sindical tunero, posterior a 1959.     

 

Contingente Cultural Juan Marinello en Las Tunas

Contingente Cultural Juan Marinello en Las Tunas

 

Por:  MsC. Rafael Alberto Guerra Álvarez y  Lic. Alexander Rodríguez Sánchez.

 

El contingente cultural Juan Marinello es una organización interna del Sindicato de Trabajadores de la Cultura en el país, que surge en el año 1978, por la necesidad de estimular, desarrollar y controlar el trabajo de asesoramiento por parte de los artistas profesionales a los aficionados, la realización de actividades artísticas y literarias en comunidades, centros laborales, centros estudiantiles y unidades militares, todas a partir del trabajo voluntario de los trabajadores.

 

Este contingente para su funcionamiento cuenta con una presidencia a nivel nacional, igual estructura en cada provincia y un representante en los municipios. En la provincia de Las Tunas el contingente se creó en ese propio año 1978,  siendo su primer presidente Ulises Espinosa Núñez, hasta el año 1980, en  que fue electo Ibo Doval Santos quien se desempeñó en esa función hasta 1982, cuando pasó a desempeñar el cargo Jorge Pérez Cruz, su actual presidente.

 

El “Juan Marinello” agrupa en la actualidad a 590 miembros y los municipios con mejores resultados son Puerto Padre, Las Tunas, Majibacoa y Colombia.

 

En la dirección del Contingente no existen cuadros profesionales, está ubicado en el mismo local del Sindicato y se rige por estatutos y reglamentos propios, aunque es dirigido y atendido por el mismo gremio a todos los niveles.

 

Según el testimonio de Jorge Pérez Cruz y de artículos publicados en el Periódico 26, su funcionamiento no ha sido estable, pasando por altibajos, pero a lo largo de su existencia ha dejado saldos que hacen aportes directos al desarrollo cultural del territorio. Al respecto Jorge Pérez Cruz expresó en su entrevista:

 

“El contingente ha tenido etapas buenas y etapas menos buenas, los años 80 fueron momentos de funcionamiento casi optimo del contingente, se efectuaba mucha asesoría a los artistas aficionados a las distintas manifestaciones artísticas, se apadrinaban agrupaciones para su evaluación artística, se desarrollaban múltiples actividades en comunidades rurales, campamentos de movilizados, unidades de Las FAR y EL MININT, centros estudiantiles y laborales, todo esto a partir del trabajo voluntario de los contingentistas. Del año 90 para acá, la situación es otra, se continúan desarrollando las actividades, pero en menor cuantía y con poca divulgación y protagonismo del contingente.”

 

Sobre el desarrollo de esta tarea, el periodista Jorge Pérez Cruz publicó un artículo en el periódico 26, correspondiente al 15 de julio de 1987, donde se plantea:” Un importante movimiento denominado, mi aporte al desarrollo artístico, cultural y recreativo de los combatientes de las FAR, comienza a tomar fuerzas, entre los afiliados al Sindicato de la Cultura en la Provincia.”

 

En esos años era alto el número de agrupaciones musicales existentes en centros de trabajo, centros estudiantiles, unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del interior  y en las comunidades del territorio, lo que explica la demanda de asesoramiento a estas y otras manifestaciones artísticas y literarias, como la existencia de mini bibliotecas, grupos de danza y de teatro, entre otras, además de las actividades voluntarias, que aunque en menor medida, eran múltiples las  que se efectuaban en los lugares antes mencionados; sin embargo, controles numéricos de esas actividades no han sido encontrados por la pérdida de los documentos.

 

De 1990 hacia acá, las actividades del Contingente Cultural Juan Marinello  continúan desarrollándose, pero los niveles son inferiores y el asesoramiento a los aficionados se ha reducido notablemente, siendo las actividades mayormente artísticas y literarias como trabajo voluntario las que generalmente se efectúan. A modo de ilustración, se ofrecen los datos de los años 2000, 2001 y 2002, cuando el Contingente Cultural Juan Marinello controló un promedio de 600 integrantes que participaron en 1500 actividades promedio por cada uno de los años señalados.

 

 En estos años se observa como característica, la participación en actividades patrióticas como las Tribunas abiertas, conmemoraciones de fechas históricas y las actividades en los centros penitenciarios,  sobresaliendo los trabajadores de las bibliotecas municipales con un acercamiento de libros, charlas y exposiciones a los reclusos.

 

A pesar de que el funcionamiento integral del Contingente Cultural Juan Marinello en la provincia no está en su mejor momento, en el Informe Central del IV Congreso del Sindicato de la Cultura, efectuado en el año 2004, se menciona a Las Tunas como una de las más destacadas en sus resultados, “se destacan en el trabajo del contingente las provincias de Santiago de Cuba, Las Tunas, Cienfuegos, y Pinar del Río”. (Informe Central al IV Congreso del SNTC, 2004, 19).

 

La anterior  valoración expresada por la dirección nacional del Sindicato, confirma la veracidad de la información  que permiten sustentar que el Sindicato mediante las acciones del contingente cultural Juan Marinello, contribuyó  a la elevación de la calidad de los artistas aficionados, en manifestaciones del arte como la música, el teatro, la magia, la danza y la literatura. Que de forma voluntaria, convocados por su organización sindical, realizaron actividades recreativas y culturales en centros laborales, estudiantiles, militares y en barrios y bateyes, que permitieron el disfrute de esas expresiones artísticas y por tanto recibieron el mensaje y el efecto cultural que deja su impacto en los seres humanos.

 

En los últimos años, el contingente ha dirigido su  mayor atención al desarrollo de actividades artísticas y literarias en apoyo al trabajo cultural comunitario, lo que se realiza en coordinación con la Unión de Artistas y escritores de Cuba, la Asociación Hermanos Saiz y las direcciones administrativas de cultura en el territorio.

 

A lo largo de su existencia,  el contingente ha contado en la provincia con representantes activos y consagrados, como los casos de Gaspar Esquivel Suárez, quien resultó Vanguardia Nacional por más de 15 años en las actividades contingentistas, sobre todo en áreas rurales de su municipio de origen, Amancio  Rodríguez. Se han destacado además otros trabajadores como el dúo de Diana y Finito, el mago Piter en el municipio de Las Tunas, con todo  sus accionar en la organización de la Escuela de Magia,  lo que hizo mediante su aporte con trabajo voluntario y otras personalidades como María Liliana Celorrio, de Puerto Padre, y los mencionados colectivos de las bibliotecas.

 

El contingente Cultural Juan Marinello es una fuerza Revolucionaria que crea y reafirma valores morales y artísticos imprescindibles para el desarrollo integral de las nuevas generaciones, ¡Fortalezcámoslo!

Nota: Forma parte de su tesis de Maestría ”Memoria histórica del Sindicato de Trabajadores de la Cultura en Las Tunas” y del proyecto de investigación CITMA “Historia del movimiento sindical tunero”.