Blogia
tugrace

Historia de Las Tunas

Plaza Mayor General Vicente García: un ecosistema con alma propia

Plaza Mayor General Vicente García: un ecosistema con alma propia

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: Norge Santiesteban y la Autora

El sonido de la trompeta sobresalía entre el chirriar de los carros y la estridencia de algún que otro claxon. A esa hora el tránsito suele ser constante. Busqué con la mirada entre los bancos que por las tardes se refugian bajo el follaje, en esa eterna lucha veraniega de apaciguar los latigazos del sol. El músico era joven y estaba en éxtasis, a tal punto que no quise distraerlo por tomarle una foto. Podía arruinarle todo y quizás ensayaba el arpegio de su próximo concierto.

Nunca lo supe. Los espacios verdes son magníficos, aunque por culpa de la prisa y los malos hábitos que incrusta la modernidad hayamos perdido la costumbre de detener el paso y oxigenarnos los pulmones. El trompetista no. Tocaba su instrumento una y otra vez bajo la sombra de los árboles y se veía que soñaba en medio de esa sensación de libertad enorme que envuelve el entorno de la plaza. Casi apuesto que va siempre ahí. Yo hiciera lo mismo.

La Plaza de la Revolución Mayor General Vicente García González, de Las Tunas, es hermosa y altiva, saludable y amplia, igual que histórica y patrimonio vivo de hechos y momentos cumbres que marcan la vida de los tuneros. Un bello proyecto en el cual se integran arte y arquitectura con sabio encanto, gracias al talento de nuestros artistas de la Plástica, arquitectos, especialistas y constructores.

Ubicada en el declive de la Loma de Peralejo, desde donde Carlos Manuel de Céspedes dirigió un asalto a la ciudad por Manuel de Quesada, el 16 de agosto de 1869, el sitio fue un sueño hecho realidad en 1997 y la inauguró el Comandante Fidel Castro Ruz, al ganar la provincia la sede del 26 de Julio.  En la explanada también se emplazó la artillería mambisa y se destacó como tirador José Julián Martí, hijo del Apóstol.

Toda una simbología histórica recoge el conjunto escultórico, con capacidad para 125 mil personas en el área de concentración, en la cual se desarrollan los principales actos políticos y culturales de la provincia como los desfiles por el Primero de Mayo, las celebraciones de efemérides de relevancia nacional y local, conciertos culturales y actividades de corte masivo como las deportivas y los carnavales.

De corte ecológico y ambiental, el parque de la Plaza lleva el nombre de Brígida Zaldívar, la  esposa del General, y entre sus conos de sol y sombra también el sonido de un violín parece competir con los trinos de los pájaros y el vuelo de los gorriones y, por alguna razón, el trompetista calla.

Es una tarde de julio y el verano del 2015 regala su fogaje, a pesar de que el cielo viste de nubarrones negros. Se ha puesto “la bayamesa”, comenta un señor al pasar por mi lado. Pienso entonces en que la vieja tradición no falla: cuando el agua se arma por la zona de Bayamo, el aguacero es seguro.  Miro una vez más la majestuosidad de la Plaza y el parque de su entorno. ¡Cuánta premonición la del León de Santa Rita! “Quemada antes que esclava”. Llovizna… y no queda otra que apurar el paso. Las Tunas, diría el poeta, bien vale una misa en esta nueva era.

Vacaciones e intelecto: un binomio positivo

Vacaciones e intelecto: un binomio positivo

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: Yaciel de la Peña y 26 Digital

Los Juegos Panamericanos que se celebran en Toronto, Canadá, mantienen a la mayoría de los tuneros con sus televisores encendidos para ratificar, una vez más, la pasión por el deporte que sienten los habitantes de este Balcón de Oriente, al tiempo que es una manera de disfrutar del descanso y evadir la búsqueda en la calle de opciones recreativas, pues las altas temperaturas y el intenso sol que hay por acá obliga a pensar si salimos o no de casa no más despierta la mañana.

Sin embargo, tales preferencias veraniegas no limitan para nada el contrapunteo familiar y el “tresydos” de estar de vacaciones que sucede, en cualquier parte, cuando chicos y chicas empiezan a decir cada minuto… “estoy aburrido(a)”.  Alguien tiene que llevarlos de paseo, es una regla inevitable. A dónde vamos es la próxima contienda entre abuelos o padres; los tíos o el vecino más cercano.

Este dilema tiene sus encantos y, al final, resulta lindo y distintivo en la vida provinciana, donde el ocio, la cultura, el deporte y la historia van bien juntos de las manos. Por eso no es extraño que los Museos reciban por estos meses la visita de personajes muy curiosos y pequeños, tutelados por la familia o los guías de las instalaciones que asumen el rol de campamentos vacacionales, las cuales incluyen en sus programas recreativos diferentes excursiones para acercarlos al conocimiento instructivo durante julio y agosto.

El Memorial Mártires de Barbados es uno de esos sitios que suele ser protagonista de estos interesantes encuentros en la ciudad de Las Tunas. Allí, antes del 2 de Julio de 1978, cuando lo inauguraron, estaba la vivienda del esgrimista olímpico Carlos Miguel Leyva González, uno de las jóvenes víctimas del sabotaje al vuelo 455 de Cubana de Aviación en las costas de Barbados, el 6 de octubre de 1976.

A honrar a este tunero y los 73 pasajeros que venían en la nave está dedicado el histórico Museo, diseñado al estilo americano, con dos pisos de madera, y ubicado en la esquina que forman las calles Lucas Ortiz y Mártires de Barbados, en la zona oeste. En sus tres salas se muestran las fotos de los mártires del vil atentado terrorista, pruebas irrefutables del vandálico hecho, un fragmento del avión DSC-43 y objetos personales y relacionados con el decursar deportivo de Carlos Leyva y Leonardo Mc Kenzie.

En el patio del Memorial, la escultura del matancero Juan Heznart Hedrich, “Nuestros muertos alzando los brazos”, es una alegoría a la injusticia cometida contra esas personas inocentes y al repudio internacional que tiene, aún en el tiempo, uno de los actos terroristas más cruentos cometidos contra la Mayor de las Antillas y su pueblo.

Estos valores patrimoniales sirven por estos meses estivales para que los más pequeños y adolescentes tuneros aprendan lo sucedido a tantos cubanos, entre ellos los dos jóvenes de su ciudad, a quienes se les cegó la vida a pocos minutos de que la nave cubana despegara del aeropuerto de Seawell, en la igual caribeña isla de Barbados.

Muchos de estos noveles visitantes vuelven a escuchar el nombre del asesino que descubrieron en toda su horrenda dimensión en los matutinos de la escuela: Luis Posada Carriles. Pero también recuerdan la frase magistral de Fidel Castro en aquel triste momento de la Patria… “cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.

La visita al Memorial cualquier día de este verano deja huellas y una motivación pendiente: ir a otros Museos, lugares donde ocio e historia se entrelazan y hacen un binomio sano, porque mueven el intelecto del espíritu. Nada mejor para narrar después en las composiciones de Lengua Española.  O atropellarlo todo de regreso a casa como hizo Yan David, un niño de seis años quien no dejó a su abuelo que contara nada porque “no habló con la muchacha que le enseñó las cosas de Carlitos, porque estaba allá fuera con un hombre que vende sombreros”.

Los Juegos Panamericanos de Toronto traen patas arriba el ánimo y los televisores, pero los paseos por la ciudad son inevitables. Yan David no olvida al “Mártires de Barbados”, el lugar exclusivo  de Cuba que recuerda un día aciago, un día que tantos años después ya no es triste, aunque las heridas estén vivas. Él quiere ahora ser esgrimista y siente algo que no sabe explicar.

El abuelo lo besa… esas cosas nunca la muerte se las lleva. Seré recurrente, pero este paseo de verano y la vivencia que me cuentan mis amigos me hace pensar, otra vez, que la oscuridad está llena de luz. Tal vez por eso las golondrinas vuelven y eternamente volverán.

¡Ojalá hubiera en La Habana un parque como este!

¡Ojalá hubiera en La Habana un parque como este!

 

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: De la Autora

La frase me hizo volver la cabeza y detenerme en aquel hombre, en el cual no encontré la fisonomía propia del habanero. Sin embargo, fue rotundo y dejó escapar en alta voz su pensamiento pues no hablaba con nadie en particular: ¡Ojalá hubiera en La Habana un parque tan limpio como este! No pude entrevistarlo. Cuando levanté la mirada, luego de buscar en mi bolso la agenda y el lapicero, ya no estaba.

Me detuve, entonces, a mirar el parque Vicente García, ese espacio tan nuestro que no creo ignore ningún cubano desde el 10 de octubre de 1915 hasta aquí. Lo afirmo por su posición geográfica, justo en el centro histórico de la ciudad de Las Tunas y porque abraza por uno de sus lados a la Carretera Central. Ningún viajero que vaya loma arriba, al oriente de Cuba, puede evadirlo, de no ser que realice el trayecto por la circunvalación.

Exactamente limpio, aunque siempre en esta capital Balcón –desde mi punto de vista- han faltado tanques públicos para verter la basura, sobre todo en sus zonas populosas. Ni un papel. Sus bancos de granito blanco impecables, igual el césped, mientras a la sombra de los árboles varios turistas disfrutan, con los tuneros, las canciones mexicanas de un trovador de paso. Una imagen apacible, bonita y digna de llevar al lienzo.

Quizás fue ese soplo de paz y armonía, en medio de una mañana de sábado, la que provocó aquel sentimiento impulsivo en el desconocido. Intenté buscar al encargado del parque para husmear cómo lograba que un sitio tan visitado, rodeado de centros gastronómicos, comerciales y de recreo mantuviera tal grado de pulcritud. No lo encontré, pero recordé  que Las Tunas estaba considerada entre las ciudades más limpias del país.

Claro, tampoco olvidé que por los barrios la imagen puede ser contrastante. Pero no hay dudas de que a pesar de estar siempre concurrido, la otrora Plaza de Armas, inaugurada un 3 de abril de 1858 y donde ocurrieron fuertes combates entre cubanos y españoles, es un lugar limpio y sereno, cuidado con esmero y cariño por sus custodios y el pueblo.

El trovador seguía allí desgranando su nostalgia, como si “La Malagueña” y la guitarra fueran los únicos asideros de su vida. Mientras, la gente pasaba por su lado y yo apostaba para mí que ninguna pensaba en que el Comandante del Ejército Libertador Eduardo Vidal Fontaine, alcalde de Victoria de las Tunas, decidió construirlo al asumir su cargo en 1910.

Eran los tiempos de la seudo república y la idea prendió con tal fuerza que un 11 de enero de 1911 se formó el comité Pro Vicente García, para recolectar fondos y levantar el monumento que hoy honra la memoria del Mayor General, conocido también como el León de Santa Rita. La escultura se develó un 10 de octubre de 1915.  

Camino por sus recodos y si alguna vez sentí la sensación de que le faltaban flores, ahora no. Lo encuentro perfecto y creo fue una suerte que la Carretera Central le rompiera su diseño original, cuadrado. Le viene muy bien esa curva que terminó una sonada polémica de aquellos tiempos: para construir la importante vía había que romper una esquina del parque. Al final, la solución fue esa y desde los años veinte del pasado siglo está ahí, cómplice de cientos de amores y mudo para quienes pretenden robarle el secreto que le confía la gente.

Vuelvo al punto de partida. El trovador se ha ido. El sol de julio duele sobre la espalda de una chica que muestra sus hombros al desnudo. Abre la sombrilla y también se va, pero mira por segundos el banco de granito y la sombra que cubría su silencio. Algún pacto sellaron. El parque está en paz y no hay hojas secas para ser besadas por el viento. Entiendo ahora… aquel hombre sabía porqué dijo en voz alta… ¡Ojalá hubiera en La Habana un parque tan limpio como este!

La Rotonda: Otra señal del cambio

La Rotonda: Otra señal del cambio

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: De la Autora

Marabú… es la palabra con la cual define el viejo Leonel Gutiérrez a la ciudad de Las Tunas cuando llegó de Montes Altos en la década del 60 para trabajar y hacer su familia en el reparto La Victoria, un enclave poblacional al oeste del pueblo.  Los barrios, entonces, eran apenas un esbozo de caminos de tierra y casas de todo tipo, donde los chalet y las construcciones modernas se podían contar con los dedos.

Atravesada por la Carretera Central de Oriente a Occidente –igual viceversa- poco lucía en colores y modos de urbanización posible, aún cuando su historiografía habla de un desarrollo ganadero fuerte en los inicios de su formación y tuvo determinados avances y relevancias en siglos pasados. Más, con todo, nada que ver con la urbe capitalina que disfrutan las generaciones actuales.

Los “viejos” tuneros lo saben, me dice Leonel mientras me acompaña en uno de los trayectos que acercan esta ciudad a los sueños de quienes, desde entonces, dibujaron en sus almas un terruño civilizado, con calles pavimentadas y llenas de luminarias románticas o jardines para deleitar la vista y el corazón. ¡Y aquí está!, a pesar de que todavía falta mucho por andar y no todos sus hijos la cuiden como debe ser y entre el verde y las flores nos gane alguna suciedad, el enyerbamiento y los baches del camino.

Para una buena impresión jamás hay una segunda oportunidad. Entonces, en la dimensión de estas palabras, me cautiva más la elegancia de la rotonda vial que une las intersecciones de las Circunvalaciones Norte y Sur con la Carretera Central, por donde circulan todo tipo de vehículos y una comprende cuánto hemos crecido y lo injustos que somos – algunos- al enjuiciar los avances-testigos del cambio.

Hace años, porque el tiempo pasa y se vive tan de prisa que nos traga, nunca podría tomar estas fotos, empezando por la ausencia de cámaras fotográficas tan factibles y prácticas como las digitales. Y mucho menos por el entorno mismo, un listón de pavimento gris largo y estrecho que no regalaba ni un pedacito así donde posar los ojos y oxigenar el espíritu.

Ahora deleito el ánimo y hasta olvido la intensidad del sol y el tiempo que podría demorar en la parada de ómnibus para llegar a mi destino, pues hago cierta fobia a los camiones particulares que transitan casi pegados unos con otros cubriendo las rutas locales. La hermosa vía, con sus sensuales curvas y pintorescos guiños de “novia bonita”, me embriaga. Igual el parador-cafetería Ranchón la Rotonda con su estilo campestre y techo de guano, tan criollo y nuestro.

Nada que ver – repito- con la imagen de antaño y ese camino largo que lleva a los tuneros y foráneos a las hermanas vecinas orientales: Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo.  O al municipio de Majibacoa, uno de los ocho que tiene el territorio y con idénticas señales de las transformaciones acontecidas en Las Tunas. Andar para ver, como dicen los abuelos.

La tierra, caramba, refiere Leonel en un suspiro, mientras les explicamos a los nietos que nunca a esa edad pudimos caminar por una acera en esta parte de la ciudad ni calmar la sed con un refresco o sentarnos en una parada de guaguas, protegidos del sol, aunque la demanda y lo que hemos crecido en habitantes necesitaría de bancos de cementos más largos que la nariz de Pinocho para no estar de pie. El cambio… el buen y revolucionario cambio que nadie puede tapar con un dedo. ¡Y mírelo aquí, en las fotos, para que sea testigo!

Detalles para un verano: ¡Vuelan palomas!

Detalles para un verano: ¡Vuelan palomas!

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: De la Autora

Me sorprendieron, como le sucede a decenas de tuneros y turistas. Por primera vez en esta ciudad Balcón del Oriente de Cuba, las palomas vuelan por la Plaza Cultural, un hermoso espacio donde antaño fue la pista bailable “El “Anoncillo” y muchas generaciones hicieron sus ruedas de casino bajo las estrellas, con el diapasón de orquestas llegadas acá en carnavales, giras o fechas especiales.

Estaban ahí, cual el perro que no esquiva la compañía del hombre. Gallardas en su elegante plumaje, familiares, mientras comían sus granos de maíz sin huirle al transeúnte y dispuestas a quedarse en mi lente, prisioneras para siempre.  ¡Linda idea!, como el Proyecto Imagen, una inversión valiosa y necesaria en la tierra del gran poeta bucólico Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, El Cucalambé, recién homenajeado en la Jornada Iberoamericana de la Décima.

Palomas… cautivantes, a pesar de que trasmiten enfermedades y las medidas preventivas jamás deban descuidarse en el entorno.  Un ritual que gana adeptos a tres años de andar en la Plaza – según me indica el Historiador de la Ciudad, Víctor Manuel Marrero Zaldívar – y este verano deviene atractivo favorito para la grey en los paseos de cualquier día de la semana. ¡Están de vacaciones!

Quizás este sentimiento colombófilo popular tarde más tiempo en afianzarse en la Ciudad de Puertas Abiertas, la Capital de la Escultura y la dueña absoluta del primer Parque Solar de Cuba, la Plaza Martiana, otra joya de historia y espiritualidad que recuerda, a través de la luz, efemérides vinculadas a la vida y obra de José Martí. Pienso, al suponer la idea, en la Plaza de Armas en La Habana, donde es fuerte la tradición de que niñas y niños lleven chícharos o arroz para alimentar estas bonitas aves.

O en la de San Francisco, sobre la cual cuentan que las quinceañeras van vestidas con trajes “de época”, a tomarse allí fotos de ese momento cumbre. No lo se con certeza y puede ser cursi hasta suponerlo.  Lo cierto es que la amplia Plaza Cultural de mi Balcón Oriental, el terruño que se transforma constantemente en este siglo XXI y a veces ni lo percibimos, regala la compañía de hermosas palomas buchonas y sus impredecibles vuelos, en manadas o individual. Un espectáculo alegre y genial para valorar las especies con las cuales compartimos la vida.

Detalle singular de un ardiente verano y con atractivos suficientes – muchísimos más que en anteriores décadas- para disfrutar de un turismo de ciudad llamativo, culto, multifactorial y emocionante. Con paz y entre la paz de ser de los tuneros y quienes la visitan… ¡Vuelan las palomas!... Ahora la Plaza tiene más historias que contar.

Apuntes para un Bulevar

Apuntes para un Bulevar

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: De la Autora

Tal vez el forastero no sea el único en asombrar su mirada cuando transita por el amplio Bulevar de Las Tunas, indiscutiblemente marcada por los frescos aires del Proyecto Imagen y el empeño de las direcciones políticas y gubernamentales de sacarla del marasmo aldeano con el cual transitó las últimas décadas del pasado siglo.

El sello de la artesanía distintiva de estos predios anda por doquier, entre el blanco reflejo de las losas del piso  y el colorido que regalan los modos de vestir y el estilo de los tuneros, apegados a las novedades y dados a caminar la ciudad sin el ritmo cansón de la rutina, aún cuando el trayecto sea un obligado ir-venir por cuestiones de trabajo, estudio o demandas domésticas.  

La diversidad de ofertas de joyería, souvenir, carteras, cintos, adornos y útiles para el hogar compite con la venta de perros de raza, periquitos australianos y un canario amarillo, avecilla cantora que atrapa a los más pequeños y suele convertirse en un dilema temporal por cuestiones de precios, tema recurrente en la economía de los tuneros –léase país- frente a las ofertas del mercado privado y estatal.

Con todo, la ciudad está linda en sus nuevos ropajes aunque la primavera simule una excusa de los calendarios y distante de una real temporada de agua lluvia, a pesar de que en los últimos días de abril y la primera decena de mayo desparramó tormentas locales severas, inundó calles, regaló granizos y todavía está en la memoria de muchos, aquí y en otras regiones cubanas donde igual dejó sus huellas y sorprendió el aguacero.

El sol y el calor persisten y los sentimos muy intensos cada vez, mientras el asunto del cambio climático pierde escala como pronóstico científico previsor y argumentado para convertirse en un tema de reflexión doméstica o social, a fuerza de tanta evidencia en la Isla y el planeta y hasta algunos bien entraditos en años predicen su anómalo comportamiento por el dolor de los huesos, las alergias o malestares generales, también incongruentes y raros.

La ciudad no pierde belleza a pesar de todo y ves a su gente andar por el Bulevar con prisas propias, curiosear aquí o comprar allá. Deleite que, de cualquier manera, alimenta el ánimo y siembra una sensación de estar en otro lugar distinto. Ciertamente lo es. Las Tunas de esta historia del siglo XXI no será jamás aquella de largas ausencias de semáforos modernos, glorietas y retretas en el parque Vicente García, rodeado otrora de comercios  y sitios con deteriorados rostros coloniales.

Es diferente, incluso, en la manera de caminar de quienes ganaron la centuria y cuentan sus experimentadas vidas apoyados en un bastón, auxiliados por una silla de ruedas o sostenidos en el brazo de un familión bien grande dentro y fuera de casa, detalle que tampoco podrán ignorar los tuneros de la nueva era, pues acá existe la mayor esperanza de vida al nacer en Cuba (79,28 años).  

… Una tarde… hoy… quizás mañana en cientos de lugares de la tierra… la ciudad preñada de encantos y los tuneros en su cabalgadura…orgullosos y sudados…optimistas sobre la carretera de sus sueños y a la espera de un verano que casi abre sus brazos a los días de mar y descanso. No importa que el transporte público esté todavía por debajo de la demanda y se vaya apretadito en los angostos pasillos de la guagua.

Vivir es un reto y acá, por suerte, amanece la esperanza y se lleva de regreso a casa, donde alguien espera para compartir el beso de la ciudad siempre despierta …” y el tiempo se burla de los límites que le inventamos…y vamos a clavar los ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible…”, como dijo Eduardo Galeano justo al nacer el milenio.   

El Museo de todos los tuneros

El Museo de todos los tuneros

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: 26 Digital

Jamás he podido ignorarlo aunque en mis tantas idas y venidas por la ciudad quiera cerrar los ojos para no verlo. Su ecléctica elegancia se pega allá en el fondo de la retina y viaja por las venas hasta el alma.  No creo que lo ame más que nadie. Simplemente, a ningún tunero le puede ser indiferente.

Como las cosas que le ganan la batalla al tiempo y al olvido, está ahí, majestuoso, con su historia a cuestas y los tiempos verbales construidos en la memoria del pueblo. A veces, hasta con pocos visitantes, quizás por culpa de las prisas cotidianas o porque todavía nos falte alguna fibra interna que alerte que algo como él es una manera especial de hacer de una tarde de domingo un recuerdo para siempre.

Vestido de azul, rejuega con las luces y sombras actuales del bulevar que convierte a la capital Balcón del Oriente de Cuba en un sitio de armonía espiritual, tal vez no apto para quienes entronen las tentaciones del ruido, se emborrachen con las seudo- culturas o ponderen el entretenimiento del placer de los sentidos y miren como “cosas” de viejo las hambres del alma y los hechos salvadores de los auténticos valores humanos.

A Diego Clemente Rivero le tocó el honor de levantar allí  la primera casa. Entonces empezaba la región aborigen de Cueybá a tejer las novedades de las primeras luces del alumbramiento del siglo XVIII. No era una aldea propiamente dicha, pues en 1603 el hato primogénito otorgado a Juan Rivero se dedica a la ganadería y es fecunda en el XVII y  XVIII.

Con los años mantuvo su condición de vivienda, en algunas décadas del XIX. Después, fue fortificado y convertido en tambor de voluntarios y cuartel de telégrafos durante la guerra de independencia. Tampoco escapó de las cenizas en 1897al quemarse la ciudad y se edifica sobre las ruinas del cuartel, en 1921, para renacer como Ayuntamiento o Palacio Municipal.

Al triunfar la Revolución es sede de varias instituciones del Gobierno, el preuniversitario Luis Urquiza Jorge y la filial universitaria. Sin embargo, nada le quita el legítimo derecho de ser una de las edificaciones más trascendentes del patrimonio de Las Tunas, ubicada en su Centro Histórico.

Regala a foráneos y tuneros la arquitectura de los nacientes años de la conquista española y el primero de julio de 1984 se convierte en el Museo Mayor General Vicente García González, el cual inaugura Armando Hart Dávalos luego de ser restaurado y pertenecer a la Dirección provincial de Cultura.

Cuenta actualmente con siete salas, seis de las cuales con exposiciones permanentes y un salón de usos variados. Fotografías, documentos, pruebas históricas y objetos personales del también conocido León de Santa Rita, insigne mambí y uno de los jefes más relevantes de las guerras de independencia e hijo ilustre de Las Tunas se exhiben allí, como exponente vivo de la significación y los honores ganados por el patriota en las huestes por la libertad de Cuba y esta región.

Es el Museo de todos los tuneros… azul como el cielo cautivante de la Isla, vital como la reminiscencia que guarda e infinito en esa dimensión subliminal que nos envuelve, aún cuando la fuerza de tenerlo y saberlo nuestro apenas nos deje percatarnos que honra nuestras vidas y hemos crecido junto a él.

Por eso, quizás, no envejece ni deja de ser lo que es para siempre…mientras le pasamos por al lado sin pensar que la primera vez éramos unos chiquillos demasiados pequeños para su estatura y, ahora mismo, llevamos de grises el cabello mientras la magia de la existencia vuelve a reciclar la cabalgadura del tiempo.  

Un Astro que brilla diferente

Un Astro que brilla diferente

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: J. B. Díaz

Los viejos asientos de madera, primos cercanos la mayoría de alguna familia inquieta de columpios, por suerte ya no existen. Si me detengo en los detalles de la imagen actual, caigo en una letanía interminable. Nada tiene que ver este recinto público con aquel que muchas generaciones de tuneros estuvieron obligados a recurrir para trasladarse a cualquier región del país.

La Terminal de Ómnibus Nacionales (ASTRO) de Las Tunas es otra, desde la remodelación de sus áreas de servicio hasta la concepción de atender a los viajeros, aún cuando todavía se haga difícil alcanzar un asiento reservado o exista una cola para comprar un pasaje, más si es tiempo de vacaciones y la demanda tensa las disponibilidades.

El transporte en Cuba – en todas las provincias- anda estrangulado por años y es una de las esferas muy bien golpeadas por el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos a la Isla. Sin embargo, con roturas enormes, déficit de carros, piezas de repuesto, neumáticos y condiciones materiales que ahuyentan los empleos, los tuneros contaron desde siempre con una salida estable para el destino más solicitado: La Habana.

Esa ruta es un ejemplo de los esfuerzos y empeños de esta empresa por garantizar la oferta con la mayor estabilidad y confort posible y, según recursos y realidades, incrementó el número de salidas diarias, a lo que podemos agregar que sus 54 trabajadores laboran para reducir el número de quejas e insatisfacciones, mantener la higiene y descongestionar la Lista de Espera, ya sea con guaguas propias, de tránsito o extras.

UN DIÁLOGO MÁS CORTO

Ernesto Aguilar Hernández, quien atiende el área Comercial de la Terminal, declaró a 26Digital que la empleomanía y sus ejecutivos están enfrascados en mejorar las condiciones generales de la instalación y, en consecuencia, los clientes tienen un entorno más agradable.

“En estos momentos estamos haciendo los baños exteriores y existe un proyecto para cambiar el mobiliario y climatizar el salón.  El Departamento de Reservación trabaja de 8.00 de la mañana hasta las 7.00 de la noche de lunes a sábado. El domingo, hasta las doce del día. También establecimos otras medidas de organización y control, las cuales está reguladas por Decreto pues la Terminal, hasta hace poco, las personas la utilizaban para acortar distancias entre los barrios vecinales.

“La cerca perimetral es otro de los objetos que realizamos y ahora el pasajero tiene privacidad, seguridad y dentro del local están quienes de verdad lo necesitan. Muchos ciudadanos no lo entienden y protestan porque deben acceder por la puerta principal, pero el orden es sinónimo de calidad y esa es nuestra aspiración, que quien viaje se sienta satisfecho y espere su ómnibus con seguridad ni ser molestado por transeúntes que venían aquí a pernoctar, utilizar los baños o asumir actitudes incorrectas”.

PASOS MÁS ADELANTES

Al tantear a algunos pasajeros coincidieron en que la Terminal de Las Tunas nada se parece a la “otra” y aflora una voluntad de garantizarle al pasajero una estancia que se corresponda con la carestía del pasaje y los parámetros de calidad regulados para este servicio. 

Por otro lado, su dirección busca alternativas para incrementar rutas de viaje como Matanzas –Las Tunas, que funciona de manera experimental y la cual por primera vez en su historia permitirá trasladarse de manera directa – incluso con reservación- a la conocida Atenas de Cuba, posibilidad que solo tenían lo tuneros en los carros de tránsito y si traían capacidades.

Servicios de alimentos ligeros, telefonía, audio y guarda equipajes con fiabilidad junto a la cortesía de quienes saben que no siempre viajar está asociado al ocio, sino a una necesidad vital de regresar a los lugares de origen o acudir a una emergencia, son detalles que ASTRO en Las Tunas fortalece a diario con una atención más esmerada y diligente.

Un paso adelante para buscar la excelencia y reducir las objetivas limitaciones que tiene el transporte nacional, una oferta que siempre estará en las demandas apremiantes del pueblo y necesita, aún con todo, cambiar mucho más. Al menos, hoy día, desde el Balcón de Oriente brilla más.

La era del nuevo año en Buena Vista

La era del nuevo año en Buena Vista

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

Apuesto a juntillas que nadie pasa por la transitada Avenida Camilo Cienfuegos sin mirar el color cielo que estrena hoy una de las siete maravillas de la ingeniería en Las Tunas, cuya construcción comenzó en el distante 1961 y terminó en 1967.

Todavía no puede apreciarse la belleza conclusiva del proyecto y la imaginación de los tuneros vuela y agradece la noble idea, concebida como un emporio cultural muy necesario en un lugar donde pobló por años el marabú y los solares yermos en la década del 50 y, después, al dar señales las primeras huellas del incipiente desarrollo económico, social y político de la región empezaron a nacerle en su entorno edificios multifamiliares, calles, aceras e instalaciones diversas.

Sin embargo, ni las tiendas con aires modernos de los últimos años, el policlínico que atiende las urgencias médicas de la zona más poblada de la ciudad, los servicios gastronómicos, las telecomunicaciones, la sucursal bancaria, la Casa de Cambios CADECA, los puntos privados de alimentos ligeros, las escuelas….en fin, nada, ni por viejo ni por nuevo, le han podido quitar la relevancia histórica al Tanque de Buena Vista.

La singularidad va más allá de la costumbre y su capacidad de almacenar 500 mil galones de agua, cuya explotación inició en 1973 y fue también otro impacto trascendental, tal como ser el área bailable más popular de la zona Este de esta capital y uno de los sitios más visitado, sino el más,  durante los carnavales tuneros y las actividades culturales de fines de semana, conciertos de populares artistas locales y foráneos y eventos masivos de cualquier índole.

Quizás hoy, ante la proximidad del nacimiento de una elegante, funcional y atractiva plaza cultural, algunos no estén muy convencidos de que se rompa el arquetipo  de ser eje popular de esas costumbres, aunque nadie niega que la singular obra levantada por el método tradicional y cuyas paredes fueron fundidas con winches y carretillas  durante 76 ininterrumpidas horas, será el lugar más hermoso de los repartos Santos y Buena Vista.

Esta certeza viene de generación en generación, así como se llevan los amuletos para espantar la mala suerte. La diferencia aquí es que el Tanque espantó el subdesarrollo y todos le llevamos pecho adentro porque lo esencial siempre será invisible a los ojos: se mira con el corazón. Y él está ahí, a 31 metros de altura, bajo un cielo azul y limpio, amoroso y solidario, ciento por ciento tunero.

El oasis de luz de Buena Vista

El oasis de luz de Buena Vista

 

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: De la Autora

Hasta las últimas décadas del pasado siglo, vivir en el Este de la ciudad de Las Tunas era un conflicto cotidiano para quienes decidieron un día poblar lo que hoy clasifica en temas demográficos como el epicentro poblacional de esta capital, bautizada como el Balcón del Oriente de Cuba y una de las provincias creadas en el país a raíz de la división político-administrativa de 1976.

No pocas veces cientos de tuneros estaban obligados a trasladarse “al pueblo” – como por tradición llaman al centro capitalino- para resolver sus problemas domésticos y de otra índole, entre ellos servicios elementales como los de Óptica, de muy alta demanda, con faltantes reiterados de recursos y solicitados por todos los grupos etarios, tanto urbanos como rurales.

“La mejor decisión concebida para los planes de desarrollo de los Repartos Santos, Buena Vista y las áreas periféricas de esta zona fue construir la Óptica, pues hacía mucha falta y nos evita incontables molestias”, afirma Viviana Menéndez  Sánchez, quien se desempeña como Recepcionista del Departamento de Ultrasonido del policlínico Gustavo Aldereguía, otro centro relacionado con la salud y de fuerte impacto social, el cual acercó a esos núcleos poblacionales un estudio- diagnóstico necesario y seguro y existente, igual por largos años, únicamente en el hospital Ernesto Guevara de la Serna.  

Su opinión la comparten una docena de pacientes, entrevistados en la sala de espera de la Unidad 755, reconocida como la Óptica de Buena Vista, donde todas sus trabajadoras son mujeres y tiene notables resultados en la fabricación de espejuelos, a pesar de que no siempre es estable el suministro de armaduras y cristales para suplir las demandas oftalmológicas, sobre todo cuando se trata de bifocales o graduaciones específicas que exigen determinados procedimientos en el corte y monte.

DETRÁS DE CADA ROSTRO

Las cubanas sortean cada día una cadena de obstáculos para mantenerse activas laboralmente y, al unísono, desempeñar sus roles domésticos, un fenómeno que en este territorio oriental involucra a un gran número de ellas pues la fuerza femenina en Las Tunas alcanza importantes cifras en temas de incorporación al trabajo (sea estatal o privado),  está calificada técnica y profesionalmente e, incluso, destaca por encima de la media nacional en ocupar cargos de dirección, razones que validan mucho más los méritos del colectivo.

 A la joven licenciada Kirenia Bejerano Rodríguez la vanagloria no la asalta al expresar: “Esta unidad es de Referencia Nacional dentro de su categoría; somos Colectivo Moral por varios años y Mejor Óptica desde su fundación hace más de una década”.  

El mito de que es difícil ser mujer y administrar un centro con empleomanía totalmente femenina, aquí tal vez marque la excepción de la regla y destaca el trabajo en equipo y un equilibrio personal y laboral responsable. Kirenia lo corrobora al agregar que “en Septiembre pasado ya habíamos cumplido el plan de venta del 2014, con 404 mil 832 pesos, pero lo esencial para nosotras es que los pacientes –clientes salgan complacidos”.

Está feliz de administrar y contar con compañeras valiosas y todas Licenciadas, aunque cada una tenga sus funciones específicas. De ahí que el milagro del buen servicio aflore. “Mensualmente atendemos unos 33 mil 736 clientes como promedio y a diario, mil 405-enfatiza-.  No siempre las ofertas de armaduras complacen a las personas, pero si no pueden esperar la entrada de otros modelos, buscamos la manera de proponerles diseños que les favorezcan, darles alternativas y que salgan de aquí con sus espejuelos.

“Ese es nuestro compromiso interno, dar satisfacción y quien solicite el servicio resuelva sin tener que invertir tiempo en volver una y otra vez para obtener lo que busca. A veces, es mucha la demanda y los recursos que llegan no alcanzan. Se hacen colas, pero nos esforzamos para  evitar aglomeraciones innecesarias. Es un estilo de trabajo creado desde la apertura, así como no retrasarnos en el tiempo de entrega”, afirma Kirenia y, al estilo del nado sincronizado, las demás trabajadoras asientan con la cabeza.

BUENA VISTA EN BUENA VISTA

En la provincia cubana donde existe la mayor esperanza de vida al nacer, 79 y más años, y el envejecimiento poblacional es del 17, 2 por ciento –según cifras del Censo de Población y Viviendas del 2012-, el incremento de la demanda de espejuelos es dialécticamente lógico, hecho comprobable en la cantidad de tuneros que asisten a los centros de Retinosis, consultas oftalmológicas y Ópticas en esta capital y los restantes municipios.  

Por otro lado, el desgaste gradual de la visión por el paso de los años, el esfuerzo visual continuado en empleos y profesiones beneficiadas con altas tecnologías como la digitalización, la poca iluminación o condiciones idóneas que contribuyan a reducir las normales afecciones de la vista convierten, de conjunto, a estos colectivos en punteros de este tipo de servicio, pues aquí termina el proceso de corregir los defectos visuales o llevar en los ojos los lentes y graduaciones exactos.

Con estas realidades, las 13 trabajadoras de la Óptica de Buena Vista llegan cada día al modesto local donde trabajan y lo hacen ininterrumpidamente de 8.00 a.m. a 5.00 p.m, aún cuando cierran al mediodía para realizar un apurado almuerzo y se alternan para poder cumplir la entrega y atender al numeroso público que todas las semanas busca allí sus espejuelos.

El esfuerzo también está a la altura de asumir el desempeño de las tres colegas que cumplen misión internacionalista en tierras hermanas o evitar un posible “bache”, ante una emergencia personal de alguna de ellas. Si los suministros y los recursos están ahí, el cliente tiene que salir satisfecho.

Mantener estos resultados en el 2015 y seguir en la lista de las ópticas de Referencia del país es la meta. Las sonrisas y los rostros adornados ahora con la elegancia de lentes nuevos, modernos, bien hechos y casi siempre a gusto auguran que el camino está hecho. Sin cacofonías, en Buena Vista se garantiza con amor una buena vista a sus moradores.   

Los saltos bien altos tienen nombres en Las Tunas

Los saltos bien altos tienen nombres en Las Tunas

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora y Archivo.

Las Tunas puede estar entre los territorios del oriente cubano con mayor potencial de evidencias a mostrar cuando de desarrollo socio-económico se trate, aún sin poder acuñar un proceso terminado  y con plena conciencia de que falta mucho por alcanzar en resultados integrales e integrados al progreso social individual y colectivo.

Tal avance tiene similar impacto a escala nacional y sin ir a la bolsa de los números –un recurso que siempre parece tener la verdad y a veces es demasiado socorrido-, el tunero de a pie es testigo medular de las notables diferencias de una década a otra desde los lejanos años 60 o el más cercano 1991, cuando el país se enfrentó a un período especial que barrió o detuvo los planes de progresar a corto, mediano o largo plazos.

Por los pelos no hay que traer los argumentos. En el acto de graduación del pasado año escolar Aurora Ramos, rectora de la Universidad Vladimir I. Lenin, de esta ciudad, resaltó que en los ocho lustros de ese centro egresaron 11 mil 221 profesionales,  hoy esa hornada de hombres y mujeres jóvenes que impulsaron, sostienen y están llamados a llevar el futuro económico- social de Las Tunas.

Cuando el 20 de enero de 1978  el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, entonces Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el acto inaugural de la Terminal de Azúcar, en Carúpano, anunció un plan de inversiones industriales para la provincia encendió, a los 19 años y 19 días del triunfo, el primer reflector de luz sobre el marcado subdesarrollo de la región.

En aquella oportunidad, Fidel informó que “no es muy grande, pero ya es algo”. En ese quinquenio el monto ascendía a más de 100 000 000 de pesos e incluía las fábricas de Estructuras Metálicas y la de Botellas (la más grande de Cuba), entre otras tantas obras, modestas quizás, pero imprescindibles para mover la ficha que permitiera a los tuneros despegar hacia un recodo cierto de prosperidad y avance, aunque distante de todo lo posible y previsible a obtener. 

Para la mayoría de esos proyectos hubo que “importar” fuerzas especializadas de otras provincias, hasta que esos mismos planes propiciaron la formación y graduación de la juventud radicada en esta tierra, gracias a la construcción de escuelas secundarias básicas urbanas, en el campo, pedagógicas, vocacional y la estructura del sistema de la educación y la salud, prácticamente virgen y deteriorado hasta esos momentos.

Los altos saltos dados por los tuneros desde entonces tienen el rostro y las huellas de las diferentes generaciones que levantaron las primeras columnas del avance actual, mientras ahora mismo en sus más de 525 mil habitantes descansa el mañana y la formación de nuevos profesionales, como los 3 mil 850 estudiantes matriculados en pregrado este curso en disciplinas de la salud, cuya Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello desde 1982, en que abrió sus puertas como Facultad, graduó a más de 10 mil profesionales de este sector.

Realidades, motivaciones, aciertos y desaciertos convergen en esta ciudad capital y los restantes municipios, en una constante transformación que inclina pesas hacia el lado positivo y se apresta, casi a punto de cerrar el año, a seguir empujando la carreta, como dice la abuela Martha, una maestra jubilada que todavía no renuncia a coger una falta de ortografía, repasar a los muchachos del barrio y mostrar el camino derecho a cuanto “vejigo”  se encuentra a su paso.

Ella no es un prototipo. Es una tunera que sabe que el cambio hacia un mundo mejor no puede ser una consigna, sino una batalla contra la chapucería y  un dar más donde quiera que haga falta. Con mujeres así Las Tunas dejó de ser aldea y anda entre las líderes del salto alto.

Camilo Cienfuegos: La Avenida- corazón de los tuneros

Camilo Cienfuegos: La Avenida- corazón de los tuneros

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

Nunca estuvo tan bien adornada como ahora y solo acepta aquel piropo “entre más vieja, más interesante”.  Se llena de vitalidad las 24 horas del día y el tiempo le premió con nuevos colores y una diversidad arquitectónica ilustrativa del avance incuestionable de una ciudad en perennes cambios.

Creció junto a decenas de generaciones de tuneros y les guarda las huellas como parte de su propia historia, en la que cohabita todo el avance geo-político de esta capital Balcón del Oriente de Cuba, igual conocida en siglos pasados como Cueybá, la Parroquia de San Gerónimo y Victoria de Las Tunas.

Es amplía, mudo testigo de sueños, pensamientos, secretos, gritos, amores, divorcios, carnaval, marchas… El camino asfaltado de acceso entre el oeste y el centro- este de esta capital, pero, más que todo, trasciende por su nombre y sugiere esa inolvidable imagen que guardan del Comandante Camilo Cienfuegos todos los cubanos.

Es un orgullo doble, por él y por lo que representa en el desarrollo gradual de la urbanización de un pueblo, por muchos años la cenicienta de esta parte del país y bautizado como aldea por más de uno, ante la quietud de su evolución industrial y urbana.

La historia es hoy muy diferente. Cada cuadra tiene algo nuevo que mostrar. Casi no existen los espacios muertos. Ahora las viviendas, con esa diversidad de estilos, formas y colores que marcan el patrimonio local, se aprietan prácticamente unas con otras. Hay comercios, bancos, instituciones, semáforos, pasos peatonales, cafeterías, correos, alumbrado eléctrico, cine, restaurantes, jardines, aceras…

Nada que ver con aquel hipo de silencio que la envolvía al ritmo del reloj. Cada minuto la circulan cientos de vehículos y, a veces, cruzarla por sus mediaciones, es todo un reto para la rapidez y la pericia de los peatones. 

Y lo hermoso, desde cualquier criterio, es su nombre y cómo honra a uno de los Comandantes más queridos en esta Isla y su geografía desde Maisí al Cabo de San Antonio. Será esta vital arteria, como cada año, el sitio por donde los tuneros llevarán flores a Camilo Cienfuegos este 28 de Octubre. También en su camino largo se ubica Río Potrero, donde las aguas recibirán las flores y el homenaje eterno.

La populosa y alegre Avenida Camilo Cienfuegos, con árboles y sombras, perfumes y elixir, da vida al hombre de sombrero alón y sonrisa amplia… y con el andar de la gente sencilla y cordial de la mayor área poblacional de esta urbe capitalina, evoca aquí todos los amores guardados a ese ser único en la historia de la Revolución, al Héroe de Yaguajay.

Mi terruño blanco… ¿dónde va?

Mi terruño blanco… ¿dónde va?

 

Por Graciela Guerrero Garay

Tal parece que la sentencia de que las apariencias engañan se valida por estas llanuras del Balcón Oriental si, números en manos, se sabe que el 74,6 por ciento de los moradores son blancos, contradiciendo la percepción popular tendiente a ponderar la existencia de muchos más mulatos, mestizos y negros.

El último Censo de Población y Viviendas del 2012 arrojó la convivencia por estas tierras de 397 mil 363 hombres y mujeres de piel blanca y 135 mil 292 en las restantes clasificaciones, hecho que confirma esa mezcla de etnias y descendientes multiculturales que marcan la demografía en Cuba.  

Sin embargo, esta ciudad capital tiene la mayor cifra de habitantes vestidos de piel canela o pigmentaciones en esos rangos, para contradecir igual el golpe a primera vista de que viven más blancos, criterio apreciado por 26 Digital en sondeos aleatorios para comprobar qué piensan los tuneros sobre cómo son y qué hacen la mayor parte del día.

De esta suerte de búsqueda, los entrevistados dijeron que utilizan el mayor tiempo en trabajar, realizar gestiones domésticas fuera del hogar y ver la televisión en horario nocturno, espacio de ocio en el cual las telenovelas se llevaron las palmas y existe prácticamente un franco empate entre la de producción nacional, La otra esquina, y la brasileña, Paraíso Tropical. 

Los jubilados alegaron dedicarse más a cuidar los nietos, llevarlos a la escuela y asumir roles cotidianos de la casa, para que los hijos jóvenes puedan cumplir sus compromisos laborales o estudiar, así como mantener sus contratos en actividades por cuenta propia, alternativa de empleo que en Cuba contrataron 100 mil 448 personas.

Por otro lado, los tuneros se auto- catalogan como madrugadores, alegres, dados a la jarana y el compartir en grupos, al tiempo que prefieren las comidas criollas y la cerveza, sin menospreciar el buen gusto por las pizzas, el espagueti, los vinos y el ron.

Muy pocos supieron responder sobre categorías étnicas del resto de los municipios, donde vale apuntar que Amancio Rodríguez y Jobabo tienen la mayor población negra o mestiza, con el 50 por ciento y el 45,4 en ese orden.

Opiniones y percepción aparte, estos llanos orientales de Cuba tienen más blancos en su geografía que moradores de otro color de piel, quizás para dar crédito a la teoría de que el intenso astro amarillo es el culpable de esos colores café de la piel y los ojos de sus mujeres y hombres, gente sencilla que confiesa amar la vida, querer al terruño y andar con pies largos hacia un mañana mejor.

Estos días de mar… Las Tunas ofrece

Estos días de mar… Las Tunas ofrece

 

Texto y  Fotos Graciela Guerrero Garay

El mar siempre será ese universo infinito vestido de azul, con orlas espumosas que van…vienen... Besan…vuelven. Las Tunas, la conocida y cada vez más renovada ciudad Balcón del Oriente tiene, en su litoral norte, una cadena de ese hermoso regalo natural donde, para muchos,  reina Yemayá y el estrés desaparece por arte de magia.

Quizás, por eso, para los tuneros es una de las ofertas más tentadoras que trae el verano, aún cuando llega cada año con temperaturas más calientes y un sol que hace sudar hasta las piedras. Sin embargo, nadie se resiste y salta por encima de cualquier contratiempo y se va allá, al municipio de Puerto Padre, bendecido por las aguas saladas, la arena y el baile de las olas.

Por gracia no le viene el epíteto de la Villa Azul, honores que no pueden quitarle en el sur sus homólogos de Manatí y Amancio, con sus puertos y sus también agradables Bases de campismo Los Pinos y Guayabal, respectivamente.  Tampoco es el azar el que permite que exista en el litoral norte de Las Tunas el Hotel Brisas Covarrubias, el más significativo polo turístico de la provincia y en franco desarrollo por sus características peculiares y esconder bajo su seno uno de  los fondos coralinos más importantes de Cuba.

Con categoría Cuatro Estrellas y 11 kilómetros de vírgenes playas, finas arenas blancas y un mar inmenso, existe allí un sistema propio de cavernas habitadas por cientos de especies marinas y su paquete está clasificado en el régimen de Todo Incluido, con lobby bar, acuabar, restaurante Buffet, Ranchón de Playa, Ecodisco, piscina, gimnasio, bar, tienda, cancha de tenis, servicio de masajes y deportes náuticos como catamarán, canoa, kayak, bicicletas y buceo, entre otras opciones culturales y específicas para niños, y programas de animación.

A una distancia de 90 kilómetros de esta capital, Las Tunas, y 45 de la ciudad de Puerto Padre, la infraestructura hotelera está en primera línea de playa, marcada por magníficas condiciones morfológicas, una franja de arena de unos ocho metros de ancho y una barrera coralina de coral negro y variedad de esponjas.

Ahora un proceso de nuevas inversiones amplia y aprovecha su genial enclave, donde resaltan las habitaciones con vista al mar y otros atractivos y comodidades que convierten a Brisas Covarrubias en un puente eternamente virgen, ecológico y saludable que Las Tunas ofrece entre los muchos mágicos colores que distinguen a la Mayor de las Antillas.

El litoral norte de la Villa azul es este verano y siempre una orla espumosa que va… vuelve… y regresa con un trazo infinito de ese cielo turquesa que es Cuba y el Caribe.

Bienal Rita Longa: Apuntes para una vida

Bienal Rita Longa: Apuntes para una vida

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: Mijaíl Herrera

Todavía en la retina de miles de tuneros y foráneos anda el milagro que representó aquí la inauguración de la obra escultórica La Fuente de las Antillas, creada por quien será siempre también la inmortal Rita Longa, una escultora que convirtió sus divinos dones artísticos en bien público y a quien Las Tunas debe el distingo de ser la capital de la Escultura en Cuba.

Sencillamente bella desde sus mensajes conceptuales; simbólicos unos, correlativos otros y coherentes todos en su intensión monumentaria de representar la identidad nacional y local, fue donada el 24 de febrero de 1977 por la artista y desde entonces sus surtidores y luces cautivaron y marcaron un punto de referencia, en lo que para esa fecha era una certeza: la provincia consolidaba sus pasos como la reina de la Escultura en la Isla.

Hasta el próximo 10 de mayo la X Edición de la Bienal de Escultura Rita Longa revalida aquí, con su apertura a la creación del arte tridimensional cubano, los preceptos de este movimiento en la nación y el territorio, que dedica el certamen a la memoria de dos destacadas figuras fundadoras de ese modo de hacer de la plástica: Rafael Ferrero Lores y Armando Hechavarría Guerrero.

El programa resume los empeños  de conservar el distingo de Las Tunas y  validar el proceso de restauración de las diferentes obras, junto a la realización de otras que darán un toque especial al reparto más populoso de esta capital, la zona de Buena Vista, donde hoy se trabaja en un proyecto de ambientación en lo que pudiera llamarse su centro histórico, el área del Tanque elevado de agua, una obra ingeniera emblemática de la ciudad y considerada una de las maravillas de la arquitectura local.

Las manos de los tuneros Pedro Escobar, Róger Antuña y Leandro Olano comparten la lista de los creadores, junto a José Miguel Díaz (Pinar del Río); Guillermo Ramírez Malberti y Sergio Ángel Fernández Borges (La Habana); y el colombiano –zueco, Mario Reyes.

Espacios como el Taller Cultural Molino Rojo y el Centro de Desarrollo de las Artes Plásticas serán recintos donde, desde este Balcón de Oriente, el arte escultórico hará sus galas, como también en el Salón competitivo de Pequeño Formato, las exposiciones personales y un encuentro teórico, en el cual esa manifestación en Cuba será el meollo de un modo de decir volumétrico mediante el ferrocemento y el hormigón.

Otra vez la escultura será orgullo patrimonial de los tuneros y sus cada vez más crecientes visitantes, mientras la isla reafirmará ser entre las artes de la región y el mundo, el fuerte pilar que le da gloria.

Para esta primavera y el verano que asoma sus pestañas, Las Tunas continuará sus estrenos artísticos y el espíritu de su gente andará de fiesta desde adentro, pues como dijo Gabriel García Márquez, quien se nos fue para quedarse,  “Las cosas tienen vida propia; todo es prestarles el alma”.

 

¡Oiga!, ni un guajiro más

¡Oiga!, ni un guajiro más

 

Por Graciela Guerrero Garay

Le costó trabajo confesarlo, pero en verdad nunca estuvo a gusto con saberse confinada a vivir en el “pueblito” de Amancio Rodríguez. Soñó siempre con una permuta, pero sus abuelos, que la criaron, estaban enraizados al lugar donde nacieron y a esa vida apacible, casi irreal, tan diferente en muchas cosas al trajín apurado de una ciudad.

Tampoco le caía como anillo al dedo que le dijeran guajira donde quiera que fuera, sobre todo si salía a vacacionar a La Habana a casa de la tía. Con ese sueño creció, estudio y comenzó a trabajar de oficinista en una dependencia del sector de Gastronomía. No estaba mal, aunque seguía oteando más allá del horizonte.

Para ella, como para cientos de tuneros, hoy residir en las cabeceras municipales es vivir en el campo. Sin embargo, los últimos datos del Censo de Población y Viviendas 2012 desmienten esta subjetiva apreciación: Amancio Rodríguez es una ciudad, tal como lo es Las Tunas –cabecera provincia de esta provincia de igual nombre-, al tener 20 mil o más habitantes, cifra que la categoriza como tal.

Hay diferencias, claro, y en algunos aspectos pueden ser notables, si se comparan. Pero, también, al margen de la cantidad de residentes, tampoco es desechable la influencia que ejerce – acumulativamente- el proceso de desarrollo y las abismales distancias encontradas entre el campo y la ciudad, al momento de triunfar la Revolución. No es lo mismo levantar sobre piedras, que sobre asfalto. Y más, en un territorio como el oriente cubano y el tunero, de manera especial.

Es otra perogrullada que, de tal suerte, Las Tunas clasifica entre los siete territorios de la Isla con mayor número de urbes, pues cinco de sus ocho municipios obtienen esta categoría, a partir del número de personas que las pueblan. En primer lugar está la capital, seguida de Puerto Padre, Amancio, Colombia y Jobabo. Y, justo en ellas, habita más del 50 por ciento de la población global de la provincia.

Para Enilda Jiménez la explicación es consistente. Mucho más, al saber que en Cuba Artemisa, Villa Clara y Holguín, con seis cada una,  son las únicas que superan los 20 mil habitantes, mientras Matanzas, Granma y Santiago de Cuba comparten, con cinco, el honor de los tuneros. Cubana, al fin, se pone la mano en la cintura y hace un gesto coquetón antes de decir, con el gracejo peculiar del oriental… “entonces, ¿ya no soy guajira?”.

Quizás sea una hipérbole regionalista, pero ciertamente ese epíteto dejó, hace bastante, de estar en los equilibradamente exactos para definir la fisonomía de los tuneros. Los aires modernos y el desarrollo social y económico alcanzados en más de 50 años de Revolución son innegables. Todavía hay trillos, bohíos y candiles por ciertos parajes, sin que puedan eclipsar el siglo de las luces que llegó para quedarse en el Balcón del Oriente de Cuba.

Ahora mismo nada es igual, sin ser perfecto.  Esa dialéctica de mover las fichas sobre los propios pasos marca la notable diferencia.  

MAS INFORMACION:

Amancio se fundó el 10 de Diciembre de 1902. El Batey, ubicado en el centro del Municipio Amancio, surge a partir de la construcción del central al formarse un conglomerado de edificaciones. Fue en 1900 cuando comenzaron a levantarse las casas de madera, en su mayoría forradas con yaguas y techos de guano. La calidad de vida en la comunidad es mejorada a partir del triunfo de la Revolución, el 1 de Enero de 1959.

Actualmente, sus avances en todos los sectores, entre los que destacan la Cultura, hablan de las transformaciones del municipio, cuya actividad económica fundamental  es la industria azucarera y el desarrollo agrícola. (Fuente EcuRed) 

 

 

 

 

 

La nueva historia del siglo XXI en Las Tunas

La nueva historia del siglo XXI en Las Tunas

Ya jamás podrán llamarla ni Cenicienta ni aldea. Será siempre una ciudad de puertas abiertas, con sus chicas y chicos bonit@s, sus niños y niñas encantadores, su gente ocurrente, trabajadora y hospitalaria. Sincrética y tranquila.

Las Tunas del siglo XXI no es la misma. Recorrerla o descubrirla es un bien para el alma. He aquí una foto del lente de mis queridos colegas de mi Semanario 26. Un permanente...¡qué bonita...! es el piropo que recibe hoy mi ciudad.

Los tuneros estamos orgullosos y aplaudimos la creatividad de los especialistas que laboraron activamente en el Proyecto Imagen.

Tunas querida...Dios te salve de las manchas. Echése sobre ti la luz de un futuro mejor. (Graciela Guerrero Garay) 

Entre libros y fiesta en familia la Semana de la Victoria

Entre libros y fiesta en familia la Semana de la Victoria

 

Por Graciela Guerrero Garay

La pequeña Tania hojea el libro, mientras su papá busca entre los títulos el que compraron a mamá para regalárselo cuando llegara del trabajo.  Este último viernes Las Tunas, como toda Cuba, vistió de galas el tiempo de paseo con la invitación al Festival del Libro y la Familia. Desde entonces, son pocos los hogares que no tienen una huella de ese momento especial, el cual también matiza de valores buenos la despedida del año 2013.

En la librería capitalina Fulgencio Oroz muchos pequeños, adolescentes y jóvenes de este oriental terruño cubano encontraron razones para sentirse de fiesta y, con la alegría del regalo, convertir a la Semana de la Victoria – como se denominan las vacaciones masivas del sector de Educación en esta etapa – en un modo de acercamiento a la cultura, la recreación instructiva y un entretenimiento sano y útil en el tiempo de descanso en casa.

Leer en la Isla es prácticamente una necesidad y un hábito enraizado fundamentalmente en los niños y niñas de las edades más tempranas, en coherente respuesta al serio trabajo que realizan los centros docentes por motivar y fomentar la lectura a través de los turnos de clase en las bibliotecas, o convenios como Save the Children, sustentado con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

No es extraño, entonces, que en la mañana de este lunes 30 de diciembre en los hogares tuneros estén de abrazos la música, la yuca, los tamales, las ensaladas, la cerveza, los mojitos, las carnes, la caldosa, la gandinga (hígado de cerdo bien condimentado y cocido picado en trozos), los dulces y los libros de cuentos, para colorear, historietas y poesía, porque Cuba está de fiesta aunque es un día laboral para muchos trabajadores.

Tampoco falta ese ir y venir con regalos, las visitas a familiares y amigos, fiestas en los centros de trabajo, llamadas telefónicas….en fin, el gozo de terminar un año con muchas cosas buenas personal  y socialmente y la alegría cubanísima de recibir al 2014 con mayores ganas: las de avanzar más hacia la meta de lograr un proyecto socialista sustentable, posible y tributario de un bienestar mejor para su gente. ¡Y mañana se arma la más grande! El 2013 es agua pasada. ¡En horas es Año Nuevo!

 

 

Apuntes desde el verano: El “zoo” en Las Tunas

Apuntes desde el verano: El “zoo” en Las Tunas

 

Por Graciela Guerrero Garay  Foto Naomi Cortés Pérez

Aquella lámina del libro de Biología ya no era un sueño. O el intento descriptivo de la maestra para pintarnos, con el mejor color de las palabras, aquel animal enorme de patas largas, todo un zancudo, que corría hasta 70 kilómetros por hora y era oriundo de África.

Toda una mole de plumas y misterios en nuestras cabecitas infantiles y hasta una pesadilla para quienes, como yo, echaba a volar con la velocidad de la luz la imaginación al mínimo toque del descubrimiento. ¡La más grande de las aves vivas! Algo así como Gulliver en el país de los enanos. O lo acariciábamos con los ojos sobre el papel, o el encanto quedaba sellado para siempre cuando acabara la clase.

Por años, en este oriental terruño de Cuba, Las Tunas, fuimos miles los niños y niñas que “viajamos” de ese modo por las interesantes pasarelas de la zoología. No había otra alternativa. De tal suerte, así fue el alboroto por la década del 70 – si mal no recuerdo, casi llegando a los 80-  cuando se corrió por la ciudad que “trajeron un león a la Feria”. Allá arrastramos en caravana a los padres, para conocer en carne propia al Rey de la selva.

Todas estas vivencias se aprietan en mi garganta al recorrer el agradable y bienvenido espacio que, en el oeste capitalino, ocupa el zoológico, uno de los atractivos de este verano y un valioso regalo para la más joven generación del terruño, ávida en el tiempo de llenarse de asombros con la magia de una instalación de este tipo.

¡Aquí está, delante de mis ojos, aquel monstruo de plumas de más de dos metros de altura!, altivo y feliz. El avestruz de mis años escolares, donde monté a Caperucita Roja para que persiguiera al lobo. Sin embargo, la mayor alegría no era esa, sino ver como hoy los más pequeños tuneros tienen, aunque modesto y en perspectivas de desarrollo, un zoológico de verdad y no en sueños de papel como tuvimos generaciones enteras de esta parte de la Isla.

Y disfruté, entonces, del avance que invade, poco a poco, a esta región de Puertas Abiertas, no tanto por la cordialidad de su gente, como pudiera encasillarse. Más bien – y tal vez sobre todo- porque empina talones por el mejoramiento humano y abre caminos al espíritu, en ese complejo rompecabezas donde borrar el subdesarrollo no es una meta. Es, sencillamente, el abracadabra de hacer amores piedra sobre piedra, día a día.

Presencia de Martí en Las Tunas

Presencia de Martí en Las Tunas

Esta foto forma parte de un conjunto de ellas, tomadas por mí y otros colegas, en el único parque solar que existe en Cuba y que narra, a través del recorrido del sol, momentos importantes de la vida de José Martí.

La obra, de iniguable belleza y valor arquitectónico, es otra de las grandes realizadas por el arquitecto tunero Domingo Alás. Luego, les pongo más. Vale mirarlas.