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Historia de Las Tunas

El más genial faro de agua de los tiempos

El más genial faro de agua de los tiempos

 

Por Graciela Guerrero Garay                     Foto: Periódico 26

Quizás no sea un barbarismo apostar que es el tanque más popular de Cuba. De hecho, en Las Tunas lo es y no por gusto clasifica entre las siete maravillas de la ingeniería local. Es una especie de amuleto de buena suerte para quienes, perdidos en la geografía de una ciudad creciente, lo buscan para encontrar el camino. Testigo mudo, poético, simbólico y vívido de la historia de miles de personas y de cuantos fenómenos atmosféricos, tecnológicos, urbanísticos, humanos y divinos sucedieron por aquí desde 1961, fecha en que comenzó su construcción por el método tradicional.

Jamás necesitó de elementos decorativos para llamar la atención y ser la obra magnánima que es desde el pasado siglo. El Tanque de Buenavista será siempre el punto referencial por excelencia de los tuneros y de cuantos visitan la capital de la provincia. La singularidad le viene como un don y parece imposible creer que una sola concretera, una sola, hiciera posible tal milagro en aquellos lejanos tiempos.  

Todo parece relacionarse con el ímpetu de sus constructores – de los cuales no encontramos referencias – y lo bien pensado de su proceso ejecutivo, desde el mismo diseño, concebido con la geometría apropiada para su uso y fundido in situ en cinco etapas. La primera, la cimentación corrida, a la que se le dejaron mochetas de acero para anclar las columnas hasta la altura de la riostra, una pieza puesta oblicuamente para asegurar la invariabilidad de la obra. Esto fue considerado la segunda etapa de la trascendental armazón arquitectónica.

En la tercera fase los carpinteros encofraron sobre esa fuerte estructura el plato o fondo y luego se fundió, tras lo cual levantaron las paredes de hormigón armado, también fundido in situ. Para los estudiosos de la ciencia de las construcciones, es digno de conservar en una antología la peculiaridad de que en esta, considerada la cuarta etapa, los albañiles utilizaron exclusivamente winches y carretillas y trabajaron 76 horas consecutivas.

Finalmente la fundición de la tapa, a 31 metros de altura, marcó el hito de esta gigantesca obra, terminada en los primeros meses de 1967  y destinada a almacenar 500 mil galones de agua, cuya explotación inició en enero de 1973.

Peculiar historia de vida de un monumental almacén de agua potable que, junto al honor de marcar pautas en la ingeniería civil de la localidad, ilustra las memorias del acueducto en Las Tunas, probó su resistencia ante los diversos y malhumorados fenómenos meteorológicos de cualquier tipo que pasaron por aquí desde entonces y acompaña, en cualquier conjugación, a todas las generaciones de tuneros de los siglos XX y XXI.

Quizás por eso es testigo legendario de infinitas cadenas de amor, actos, carnavales, proyectos artísticos, actividades políticas, encuentros deportivos y cuanto ha sido necesario en estos largos años del desarrollo económico y social de la provincia y el municipio cabecera, donde tiene el privilegio bien ganado de ser un personaje ilustre de la zona residencial más habitada de Las Tunas.

Hoy, cincuenta y seis años después  del genial parto de hormigón fundido, es el rey de un proyecto social bien logrado y orgullo de quienes van hasta allí a disfrutar de las ofertas gastronómicas que brindan los kioscos que le rodean. O a conectarse en una de las zonas wifi más visitadas. O a quitarse el estrés con las noches de programación cultural. O, simplemente, a respirar aire puro y mirar las estrellas y la luna cómplices de tanto y todo.

Tanque de Buenavista… amigo eterno del transeúnte. Genialidad de una arquitectura sin dudas eficiente. Referencia perenne. Amor de pueblo. Historia… bella historia de un extraordinario faro de agua que nos alumbra el camino y supo, desde los tiempos, cobijarse en la esquina buena del corazón de todos los tuneros.

El “abuelo” de hierro

El “abuelo”  de hierro

 

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: Virginia Flores

Corre con la misma agilidad de hace casi 27 años, cuando marcó la novedad de la ciudad, aunque no ande con colores nuevos ni rompa el silencio con los interrumpidos pitazos que simularon entonces fuegos artificiales, en medio de un período especial donde el transporte público comenzó a tragárselo la telaraña de las carencias y los ómnibus locales desaparecían poco a poco.

Es un “abuelo” de hierro inconfundible, cuyo caminar sobre rieles en los lejanos 90 del pasado siglo lo convirtieron en el primer tren urbano de Las Tunas y el único de Cuba. Desde entonces, con muchos esfuerzos e innovaciones para mantenerlo, lo esperan como el primer día cientos de obreros, estudiantes y lugareños.

Hasta hoy retiene la “medalla” de ser el único de su tipo en la Isla y recorre unos 12 kilómetros, en un recorrido que beneficia y acerca a los viajeros a los barrios periféricos, así como a centros de trabajos y estudios distantes del polo capitalino, una alternativa bien recibida dadas las características suburbanas de la localidad y no estar creadas las condiciones geo – sociales que permitan llevar a la par el desarrollo integral de esas zonas.

Por ello, seguramente, esas mañanas que algún desperfecto técnico le impide llegar a la parada con el pitazo de los “buenos días”, las gente se desanima ante los contratiempos que les trae su ausencia, y salen a buscar los porqué del hecho y reclaman la solución que facilite cumplir los itinerarios del viaje imprescindible.

El “abuelo”  de hierro en sus 13 paradas intermedias recorre de extremo a extremo esta capital Balcón del Oriente Cubano y, para suerte de la gente de estas tierras, sale muy cerca de la terminal de ómnibus nacionales, se detiene frente al complejo de la Salud ( hospitales pediátrico y provincial, Universidad de Ciencias Médicas, Clínica estomatológica, Psiquiátrico, Impedidos Físicos, Hogar de Ancianos y Banco de Sangre), continúa por el reparto Santos – muy populoso y con importantes centros docentes -, hasta llegar a la zona industrial y finalizar en las cercanías del motel El Cornito, en el extremo oeste de Las Tunas.

La grandilocuencia de Yamilé  Ramírez puede resumirlo todo: “¿El trencito?, cuando falta yo me muero. Su recorrido no lo hace ninguna guagua. Imagínese que yo trabajo en la zona industrial y lo cojo delante de mi casa, y me desmonto en la puerta de la fábrica.”

Considerado quizás el  transporte  más barato del mundo – cuesta solo 20 centavos en moneda nacional-, este carro automotor urbano debe rondar o superar los cinco millones de personas  transportadas en sus años de bordear la ciudad con la música propia de un centenario de hierro, todo un personaje a quien no dudaría  darle el sello simbólico de hijo ilustre de este Balcón, pues bien lo merece y gana cuando el sol apenas es una pelota de vida tibia en el horizonte.

Ahora mismo, entre los cantos de los gallos y los tuneros que se mueven a buscarle las piezas al rompecabezas cotidiano, llega él, pitando y haciendo posible que miles de tuneros vayan a estudiar y trabajar… y eso, cada mañana, es parte de los detalles que ennoblecen la existencia y denotan el anónimo sudor de los más que hacen historia. Una historia invisible a los diarios porque vive justo en el corazón de la gente común.

La historia de la gente de la cera

La historia de la gente de la cera

 

Por Graciela Guerrero Garay      Foto: 26 Digital

Tal vez el anuncio de la reapertura y funcionamiento de la planta de refinación de cera es para muchos una esperada noticia, sobre todo para los trabajadores del azúcar en Las Tunas. Sin embargo, la puesta en marcha veintidós años después de esta importante fábrica de un renglón de los derivados de la caña es para los majibacoenses un sueño que vitaliza sus días y noches, aunque no trabajen en la instalación de marras.

Humberto Guerrero Reyes vive en el poblado de Viviendas, del municipio Majibacoa, donde está ubicada la planta de refinación de cera y, a pesar de que no la tiene delante de sus ojos, sabe lo que significa para la economía local y territorial que haya echado a andar. Su alegría es natural y cobija las aspiraciones de los azucareros tuneros, porque el central y todo cuanto se asocie a él es la vida misma de este pueblo, de los habitantes de Calixto y sus alrededores.

Saber, entonces, que es la única del país lo llenó de esperanza y escuchar el pitazo del central “es como ese cantío del gallo que llevamos en el alma todos los cubanos”. Ya el movimiento de la comunidad no es el mismo y unos cuantos vecinos, familia y amigos renovaron su empleo. La vida volvió para Humberto y la gente de la municipalidad más cercana a la capital tunera.

A la emoción se suman los valores de esta instalación,  cuya inversión ronda los 3,5 millones de pesos, arrancó con un 50 por ciento de su capacidad productiva y su meta de refinación para este año es de 25 toneladas, destinadas prioritariamente al Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) por su utilización en la industria farmacéutica y la biotecnología.

Diversificar el mercado y construir una planta de cera sólida, a partir de la cachaza obtenida de la elaboración del azúcar, son las perspectivas de avance, futuro que Humberto y la gente de Majibacoa siente como soles que garantizarán la animación del terruño y la calidad de vida de sus habitantes. Creo sucede que la reapertura de plantas de este tipo u otras obras en determinados lugares es, para los lugareños, más que una noticia. Es su historia… la historia de la gente de la cera.

La luz regresa a la luz…. ¡Fidel!

La luz regresa a la luz…. ¡Fidel!

 

 

Por Graciela Guerrero Garay          Fotos: De la Autora

No hay metáforas. Todo es volver. Va a luz, suspendido en las manos de los ángeles, como las palomas. Trina ahora en cualquier parte. Las carreteras están llenas. Los más viejos cuentan que es como aquella vez. Lo describen. Quieren tocarlo. No va solo, jamás anduvo solo. La vida es un mago. Son miles los que estaban en la alborada de enero y están ahora, pero ahora son más. Miles más.

El mismo camino e idénticas pasiones. ¿Quién no sabe que las tristezas hondas son como las alegrías verdaderas, las auténticas? Humedecen los ojos, sacuden las entrañas. Te transportan. Te enmudecen. La emoción galopa. Ondea como las banderas. Acerca el infinito. Puede – es- lo real maravilloso que dibujó Carpentier. O aquel soneto de Neruda escrito para siempre… “No te toque la noche ni el aire ni la aurora, sólo la tierra, la virtud de los racimos, las manzanas que crecen oyendo el agua pura, el barro y las resinas de tu país fragante.”

Regresas a la luz, Comandante, como pocos tienen el privilegio de vivirlo. No es un mito, porque es cierto. Aquí hay pueblo de todas las edades. ¡No se habla de muerte donde hay tanta vida! Hay que repetirlo, Comandante.  Cada rincón de este archipiélago ha sentido tu victoria renovada. Es un viernes de fuerza, de promesas, de un Granma. Es un dos de diciembre, el oasis del fuego, la libertad y el alba.

Busco en el diccionario alguna palabra exacta. No existe, quizás esté gestando ahora su decir de mañana. Para nadie te marchas, simplemente regresas, con el fusil en alto y el grito del Moncada. Es tu pueblo rebelde, Las Tunas nunca esclava. Es el amor de un grito… Fidel, Fidel. Es la voz y el silencio, el juramento claro. Es volver con tu luz en esta caravana, sobre las mismas huellas, seguras, alumbradas.

Es como dijo el poeta en una de mil batallas… “ya no habrá sino todo el aire libre, las manzanas llevadas por el viento, el suculento libro en la enramada, y allí donde respiran los claveles fundaremos un traje que resista la eternidad de un beso victorioso”. No es un mito, porque es cierto. Regresas a la luz, querido Comandante. Ahí van tus cenizas a continuar la historia y la muerte no existe, y no estamos vacíos. Nuestro Apóstol te espera y marchamos contigo.

Primer Monumento Nacional en Las Tunas: Fuerte de La Loma

Primer Monumento Nacional en Las Tunas: Fuerte de La Loma

 

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: Radio Rebelde y WEB


Antonio, un español que visita la provincia con su familia, quedó atrapado con los encantos naturales del norteño municipio de Puerto Padre, donde el Fuerte de La Loma le despertó un interés especial por su conservación y encontrar, a la vez, un pedazo de sus ancestros por estas tierras de Las Tunas.

No es para menos la emoción que lo embarga y cuenta en apurado paso por el malecón de la también conocida Villa de los Molinos, la cual tiene el honor de conservar como reliquia histórica a esta vetusta construcción, primer Monumento Nacional de este territorio. El importante hecho aconteció el 4 de noviembre de 1981, hace hoy 35 años y días.

Montada sobre un pequeño cerro a 34 metros sobre el nivel del mar, la fortaleza militar data de la época de la colonia y la ejecutaron en la segunda mitad del siglo XIX los españoles, con el fin de observar la bahía de Puerto Padre y los cultivos del valle de Parada, un amplio llano hacia la zona sur de la elevación.

Por su tipología, este Monumento es único en Cuba y destaca por construirse con la técnica del mampuesto y elementos propios de la localidad como la piedra caliza, cocó, cal y arena. En su historia, y a pesar de ser considerada una fortaleza inexpugnable, fue tomada varias veces por los patriotas cubanos.

En sus gloriosas y victoriosas hazañas a favor de las luchas por la independencia constan el asalto, en febrero de 1877, de las tropas del Mayor General Vicente García, así como la acción mambisa del 21 de mayo de 1898, la cual permitió declarar a Puerto Padre como el primer puerto libre del país durante la colonia. 

No es de extrañar que Antonio y su familia al recorrer, en pleno siglo XXI, el Fuerte de la Loma queden atrapados por el vigor que encierran las paredes y la majestuosidad del conjunto arquitectónico, el cual le hace merecedor de estar incluido entre las siete maravillas de la ingeniería civil en Las Tunas, donde la Villa Azul de los Molinos será siempre un lugar de histórica belleza y espiritualidad, tanto para su gente como la de otras latitudes. Es imposible ignorarlo en nuestra geografía.

Muy poco para nuevas esculturas en Las Tunas

Muy poco para nuevas esculturas en Las Tunas

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: Yelaine

Tras la buena noticia de la restauración de la emblemática Fuente de Las Antillas, un patrimonio cultural y escultórico que llena de orgullo a generaciones de tuneros, esta Capital de la Escultura en Cuba abrirá su agenda de noviembre con otra nueva: A partir del 15 será sede de la XI Bienal Rita Longa.

Para suerte de sus habitantes y foráneos, el Balcón del Oriente marca huellas en el arte monumentario y bien gana su nombre en el país, gracias a las más de 135 piezas escultóricas que vitalizan los diferentes espacios de las ciudades y barrios populosos, además de  ser patrocinio en la Isla de la mayor colección de estas obras en pequeño y mediano formato.

Con estos honores abre las puertas  la XI Bienal de Escultura Rita Longa, protagonista principal de este importante movimiento y considerada la figura cimera de esa manifestación en el siglo XX. Su deceso en el año 2000 llenó de consternación a los tuneros, quienes desde 1977 disfrutan de una de sus tantas obras de transcendencia popular como la Fuente de Las Antillas, ubicada al oeste de la ciudad, en la carretera central, y en la cual también está el talento del arquitecto Joaquín Venegas.

La realización de obras de pequeño formato por artistas locales – todavía no hay confirmación de invitados foráneos – dejará una vez más el regocijo de la creación por Las Tunas, pero tal vez la mayor motivación pública sea la culminación de los trabajos de restauración de “La Fuente”, añoranza reclamada aquí  y que trae en el imaginario citadino el juego de luces y agua que brota por las distintas piezas del complejo escultórico.

Una información difundida por Tiempo21 señala que durante un mes, el evento llevará de la mano la creación tridimensional e “incluirá momentos teóricos, con conferencias e intercambios entre artistas e intelectuales”.  

La novedad no es el fuerte del JC… hay más en el “Aguilera”

La novedad no es el fuerte del JC… hay más en el “Aguilera”

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: JC

Decir Reparto Aguilera desde su tocayo Buenavista e, incluso, desde el corazón de esta ciudad puede ser, por el sol y el transporte público local, tirarte un cubo de agua fría. Sin embargo, gracias al programa de informatización desarrollado en Cuba, los años transcurridos y la voluntad de los tuneros de no quedarse atrás, las siglas JC no pierden el encanto del primer día y son una suerte de pastilla mágica en los barrios periféricos y para la gente, no importa la edad ni el kilometraje a recorrer.

Conocido como Tunas II, el Joven Club de Computación ubicado en la calle 11, esquina 13, de esa zona – cercana a la salida vial que lleva al transeúnte camino a Camagüey, en la parte oeste del Balcón de Oriente- su historia tiene huellas en centenares de vecinos, visitantes y tuneros de cualquier parte porque allí, como en los demás, las puertas siempre están abiertas.

El carismático y servicial José Luis Guerra Pérez, licenciado en Educación en la especialidad de Informática, quien además de Instructor imparte docencia y es el encargado de la Sala Nauta, sonríe, un detalle peculiar en este joven que se las ingenia para atender más de diez personas a la vez y lograr que todas estén satisfechas y cumplan el objetivo por el cual fueron a la instalación.

Prestamos varios servicios – dice- a las personas naturales y jurídicas y jamás nos faltan usuarios, sobre todo los niños de diferentes enseñanzas. Por ejemplo los cursos son gratis para las personas naturales. A las empresas se les cobra la hora a 15 pesos moneda nacional (CUP).  Sentimos que la idea de crear los Joven Club de Computación en los barrios se agradece y es una herramienta no solo para trasmitir conocimientos tecnológicos, sino para elevar la cultura general de las comunidades.

El tiempo de máquina y la atención a chicos y chicas talentos, e ir a las escuelas a captar alumnos para los círculos de interés, ennoblece el empeño y potencia la utilidad de este trabajo, donde los discapacitados y las personas de la tercera edad hacen virtuosa la vida y olvidan esos tabúes de que son menos que los demás.

Es una misión hermosa – indica José Luis – y el principal protagonista es la comunidad. Ya nadie en el barrio puede decir que no tiene un lugar donde conocer qué es una computadora, cómo se navega y decidir su propio tiempo de máquina.

Para las empresas, o sea las personas jurídicas, hay ofertas vitales, de las que no se excluyen las personas naturales, pero en el mundo empresarial estos servicios resultan hoy imprescindibles, como la Asesoría e implementación de redes, el desarrollo de aplicaciones informáticas, asistencia informática y hasta el alquiler de computadoras, entre otros.

La programación de diferentes softwares para cualquier empresa de la provincia y el país clasifica entre las ofertas notables, más cuando el municipio Las Tunas cuenta con un Grupo de Desarrollo competente y eficaz con estos empeños.

Al decir de José Luis son interminables los éxitos y los resultados de esta iniciativa cubana de poner en manos de su población las nuevas tecnologías. El Gereoclub del “Aguilera”, como la de sus homólogos por  la geografía tunera, llena de brillo la mente de los ancianos y pone en sus manos una flor de nuevos sueños. Nada más por eso, por tanta vida en cosecha y bienestar público, los Joven Club ganan la medalla del amor del pueblo.

Sombrillas, verano y otras “tuneradas” más

Sombrillas, verano y otras “tuneradas” más

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora y Fotógrafos de 26

A pesar de que el sol viste con aguijones de fuego por este oriental Balcón, los tuneros buscan las mil maneras de disfrutar sus vacaciones, sobre todo ahora que agosto corre sobre el almanaque y apunta dejarle el camino a un septiembre que, como es tradicional, estrena con la fiesta escolar que distingue a este archipiélago: el nuevo curso 2016-2017.

La pasión por el mar y las piscinas marca preferencias y los trajes de baños, sin romper la tradición de ser “escasitos” de tela, se acompañan de enguatadas o camisas, pues con el tiempo las advertencias sanitarias de evitar las altas radiaciones del “rey amarillo” hacen conciencia.

Empero, las sombrillas, paraguas, sombreros, gorras, pamelas, pañoletas y hasta cartones y carteras andan de galas sobre las cabezas. Ya aquello de que las sombrillas y demás era sinónimo de vanidad femenina pasó de estar entre los tabúes sociales. Ahora el término “unisex” es tan común como los pregones de pan, bombones y maní.

Mi cámara y la de mis colegas captan esta impronta del verano tunero, donde los parques, los museos, las wifi, el campismo; una sombra, la televisión, las heladerías y cualquier manera de romper la rutina y evadir los azotes del clima son “tuneradas” que hacen de este Balcón un lugar donde la vida cotidiana no pierde la esperanza ni borra la sonrisa a sus habitantes y foráneos.

Disminuyeron los tuneros en los últimos 25 años

Disminuyeron los tuneros en los últimos 25 años

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

A pesar de que María Emilia Reyes cuando tiene que ir a comprar sus medicamentos en la farmacia le parece “que toda la gente del mundo vive en Las Tunas”, la población residente en este Balcón de Oriente disminuyó considerablemente en los últimos 25 años.

Realmente su percepción no es una locura de verano, pues ante las horas de espera que imponen las “colas” en la mayoría de los servicios públicos, cualquiera desencadena su imaginario personal y llega a las mismas conclusiones. Sin embargo, el descenso del número de habitantes en este territorio es una de las tendencias demográficas que marcarán la región hasta el 2025.

Quizás la aseveración de María Emilia encaje en que cada vez más se concentran en las ciudades una mayor cantidad de personas, hecho que igual constituye otra de las directrices para las próximas décadas, según un estudio realizado por la Oficina provincial de Estadísticas e Información.

Aunque la grey y la juventud matizan con modas, alegrías, travesuras, uniformes escolares y atuendos diversos el colorido de una región multinacional – porque tiene naturales de todas las provincias del país-, el 16 por ciento de sus residentes tiene más de 60 años y esta cifra marca una curva hacia arriba en los años por venir.

Puede que justo este detalle de las canas y el “alma” haga más impaciente a María Emilia y a los tantos que, día a día, esperan en cualquier lugar para resolver sus asuntos domésticos, tomar un ómnibus, cenar fuera de casa o realizar algún trámite de apuros.

O quizás sea que los espacios necesitan multiplicarse y readaptarse a los tiempos que corren pues, a pesar de las estadísticas, percepciones y puntos de vistas para medir las rutinas cotidianas, Las Tunas es una de las pocas de Cuba con cinco ciudades: ¡somos más de 535 mil habitantes!  

Espacios tuneros marcan el siglo XXI

Espacios tuneros marcan el siglo XXI

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: Miguel Díaz  Nápoles

Exactamente no es porque “sean nuevos lugares a donde ir” lo que hace la diferencia del cambio de imagen que regala en los albores del siglo XXI la ciudad capital del Balcón del Oriente Cubano, Las Tunas. Nativos y foráneos iluminan sus rostros cuando la transitan y reconocen que buenas brisas frescas los despeinan y acarician por aquí.

Un conjunto de instalaciones se encargan – no justamente en el casco histórico- de resaltar la sabia intensión estético- cultural de los proyectos constructivos y el equilibrio entre biodiversidad, elegancia, entorno y valores socioeducativos tenidos en cuenta, para que además de la belleza y la aceptación popular reine el ecoambientalismo y el conocimiento.

El Parque Temático, por ejemplo, que en sus primeros momentos de ejecución tenía curiosos a muchos por los detalles anunciados y pocos tuneros entendían “cómo iba a ser eso”, es hoy una realidad ganadora de los aplausos de la mayoría y atrae hacia sus 42 hectáreas a turistas y  nacionales, dada la armonía y propuestas que tiene aún sin haberse concluido en su totalidad.

La inauguración reciente de la parte inicial de la obra con un restaurante especializado, espejos de agua, áreas para picnic y varias ofertas gastronómicas en un ambiente natural y saludable, marca los anales del desarrollo evolutivo de una región y una ciudad que aproximadamente hasta la década de los 70 en el pasado siglo era bautizada como aldea por sus nativos y recién comenzaba su despegue económico-social.

Amado Luis Palma, especialista principal de Gestión Ambiental de la Delegación provincial de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), declaró a la prensa el día de la apertura que el Parque Temático “transforma el entorno de este espacio, tanto desde el punto de vista ambiental como social”, y justo es así: estas poco más de tres hectáreas que abarca lo construido hasta ahora eran tierras subutilizadas, en un enclave donde la naturaleza regala oportunidades tan excelentemente aprovechadas como estas.

En esta “galería” de sitios donde conocimiento y esparcimiento son una pareja ideal para tiempos en los cuales el estrés multiplica la cifra de enfermos, Las Tunas tiene el privilegio de agregar la Casa Insólita, el Lago Azul, el Bosque de la Paz y el Jardín Botánico – por citar algunos- que resaltan la valía de ideas y el empeño de los tuneros y sus organizaciones por alcanzar cada vez más un ocio saludable y crear una sólida cultura en ese sentido, sobre todo en los niños y la juventud.

Mientras, ahora mismo, cuando la luna o sol retozan con el espejo de agua del Parque Temático, los tuneros y foráneos esperan agradecidos por la terminación definitiva de esta bonita obra y poder andar por senderos ecológicos que le besen el alma y el intelecto, como el laberinto natural de plantas, el cual será el más grande del planeta con 20 mil posturas.

Asómese por aquí, a la Ciudad capital iberoamericana de la Décima, y votará seguramente conmigo cuando sugiero que estos espacios tuneros marcan el siglo XXI en Las Tunas y, porqué no, las propuestas constructivas de bien público del mundo actual.

 

Tradiciones: Nadie lo creía, pero los jóvenes van por más

Tradiciones: Nadie lo creía, pero los jóvenes van por más

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora

Descubrí hace bien poco que esa tradición trae escondida las canas de los abuelos, sobre todo en nuestros campos donde la palma es demasiado alta si apenas subes del suelo unos pocos centímetros, y no sabes cómo se llama el instrumento que toca el tío Pablo por las noches recostado al horcón del portal, mientras los cocuyos hieren la oscuridad del monte.

Todo ocurrió el 31 de diciembre cuando al pasar por la Calle 42, enclavada en el Consejo Popular 5 del Reparto Santos, en esta ciudad, dos jóvenes trataban de sostener la cabeza de un muñeco de trapo, el cual en la distancia parecía un hombre al que prestaban auxilio. Al acercarme, recordé que un colega se había sorprendido con la vivencia de ver por primera vez, en el 2014, cómo quemaban un monigote gigante cuando llegaba el año nuevo.

“Bueno, nosotros nunca lo habíamos hecho solos”, dijeron casi a la vez Alejandro y Oscarito, dos jóvenes estudiantes de la Enseñanza Media Superior, amigos y vecinos desde que nacieron. De los padres de Alex – como le nombran cariñosamente en el barrio- aprendió el arte de cortarlo, cocerlo a mano y luego rellenarlo con pedazos de tiras, algodón o recortería de cartón.

“Hemos pasado mucho trabajo para recoger el material para llenarlo y tratar de que se parezca a un hombre de verdad”, explica Oscarito en tanto intenta sujetarle entre las manos una botella de cerveza, según ellos para hacer notar la alegría de la llegada del 2016. Lo incineran justo para que “todo lo malo se haga cenizas y venga la suerte buena. Así dice mi abuelo, que lo quema allá en Jibarito todos los años”.

Hace unas horas acabo de encontrarlos nuevamente y traen consigo un saco con recortes de cartón. “Mire este año sí vamos a hacer un gigante. Ya empezamos a recolectar el relleno”. Doly Meriño, una de las ancianas de la comunidad, me cuenta entonces que desde pequeñita, por las lomas de la Sierra Maestra donde tiene sus raíces, la bisabuela gustaba de tirar agua por los alrededores de la casa a las 12 de la noche cada 31 de diciembre, mientras los tíos- abuelos se iban a un cocal cercano y quemaban el muñeco para romper cualquier maleficio que viniera a esconderse en el monte y perturbar a la familia.

“Era un muñeco negro, siempre oí decir que tenía que ser negro, como un africano y hasta con sus “partes”. Cuando vine a estas tierras y me casé por acá traje esa tradición. Estos muchachos son buenos y estudiosos y un día se sumaron y ya ve usted, por aquí ya somos dos familias que preservamos esta costumbre y me han dicho que en otros lugares de Las Tunas también los queman”.

La curiosidad me hizo indagar la práctica entre los tuneros y resulta que, en efecto, no son muchos ni tan pocos los que desde el mes de enero empiezan a buscar los materiales y la ropa vieja para armar sus muñecones de fin de año. El metodólogo y Licenciado en Educación Pedro Viera alega, por ejemplo, que vio esta tradición en Venezuela, la encontró curiosa y motivó a sus cederistas a realizarla en diciembre último. Confiesa que la disfrutaron mucho.

Oscarito y Alex no quieren dejar de anotarse el punto de ser los protagonistas en su barrio, pero afirman que sus compañeros del colegio dijeron que se iban a sumar a la tradición y han establecido una suerte de fraterna y sana competencia. Por eso lo queremos hacer bien grande – indica Alex- porque no vamos a perder la apuesta.

Alejen o no los malos presagios, vuelvan cenizas las desgracias pasadas y atraigan la buena suerte, los curiosos, peculiares y llamativos personajes de trapo proliferan en Las Tunas y los jóvenes asumen con entusiasmo este peculiar rito, no como un acto improvisado al calor de los festejos sino como todo un proceso serio y progresivo, que inician desde enero. Tras estos adolescentes que me atraparon con su madurez y perseverancia van muchos más. De hecho, sus familias me mostraron las fotos porque ellos estaban en la escuela.

Ahora mi pregunta sin respuesta es… ¿por qué un muñeco y no una muñeca? Nadie supo responderme, ni la vieja y sabichosa anciana Doly. No tengo de otra que repetir la frase de mi prestigioso y querido colega Taladrí: Saque usted sus propias conclusiones.

Técnicas Gastronómicas: El sabor cubano en la calle

Técnicas Gastronómicas: El sabor cubano en la calle

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

Cuando la tarde insinúa su encuentro con la noche y el crepúsculo es un pálido reflejo de un agitado día de semana, no exactamente ni sábado o domingo, las arterias principales que rodean el centro de la ciudad de Puertas Abiertas traen un olor que atrapa y lleva al éxtasis, como esos perfumes caros que arrancan un suspiro de recuerdos, placeres o esperanzas.

Bonito quizás sea la palabra que ilustre esa primera impresión que causan los eventos cotidianos en el más sencillo de los mortales. Tal vez, para otros, sea un suceso que solo pretende “ganar imagen, hacer ventas y entretener un poco”. De puntos de vistas y colores anda llena el alma de los seres vivos. De cualquier manera la capital del Balcón del Oriente de Cuba no es la de ayer ni será la de mañana.

El sabor cubanísimo de la comida de todos los cubanos está en la calle, gracias a esos llamados Encuentros de Técnicas Gastronómicas que promueven la gracia culinaria más allá de las paredes y los hornos, las sartenes eléctricas o las friolentas neveras. No es menos cierto que el paladar se te hace agua y te turbas ante la decisión de sentarte aquí o allá, tomarte un mojito o una piña colada entre las sombras de la tarde que se va, o seguir tu camino con la cosquilla en el estómago y el “sí o no” en la cabeza.

Mientras, los trabajadores de los principales restaurantes de Las Tunas se esmeran para ganar la preferencia y llevarse el premio de la convocatoria, una iniciativa que ganó espacio con las llamadas Noches Tuneras, el Bulevar de los sábados o la idea de reanimar estos servicios, muy deprimidos en los crudos años del comienzo del Período Especial cuando abastecimientos y economía se fueron al piso en la década de los 90 del pasado siglo.

Aunque la calidad todavía no está para chuparse los dedos, - como invita y te revuelve ver ante tus ojos, una cuadra tras otra, el cerdo asado en púa, a lo criollo, como nos gusta -, la Gastronomía ya no anda de rodillas y calza tacones finos en la mayoría de sus centros, incluidos los especializados, a pesar de que la demora en servir “a la carta” o que los platos más solicitados lleguen hasta el último de los comensales son manchas en ese despertar de los últimos años y el desafío en presente y futuro.

Aún con todo, estos Encuentros ponen en la calle el exquisito sabor de la cocina tunera y el arte que es, un mérito y una motivación que no pueden negarse  al margen de los precios que sacuden el bolsillo o la espera que desespera al más ecuánime de los clientes. Dicho de otro modo, valen por aquello de poner bajo el sol y las estrellas ofertas siempre vitales y demostrar que cuando se quiere, se puede. Entonces, los problemas que generan quejas no son tan objetivos.

Las fiestas de Fin de Año realzan los esmeros para que las familias tuneras y quienes visitan la tierra del primer poeta bucólico de Cuba, El Cucalambé,  puedan cenar sin lamentos si deciden despedir el 2015 fuera del ámbito doméstico. Insumos, locales remozados, empleomanía calificada y opciones existen para que la Gastronomía haga galas y borre los lunares de sus pasillos interiores. Los espacios a cielo abierto y la elaboración “in situ” son testigos.

¡Volvió mi Caballero de París!

¡Volvió mi Caballero de París!

 

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: Norge Santiesteban/WEB

¿¡Volvió!? ¿Mi caballero de París, volvió? Salí a buscarlo, pero no estaba allí. A punto de hacer una mueca, sentarme en un banco como una Penélope o girar 180 grados y tomar cualquier rumbo para olvidar el desencanto de aprisionarlo en la memoria de mi cámara digital, la musa saltarina me confesó bajito: está vivo mujer, cuenta su historia…ya lo verás un día.

Y lo vi, como lo han visto miles de tuneros, con su traje verde olivo y su boina roja, conversando con ese ejército de duendes a quienes ordena ciertamente no se que cosa, pero le obedecen, porque sigue su camino, les saluda y después, como si regresara a chequear el servicio, les vuelve a saludar y sigue de largo, tal vez a otra cueva donde los esconde hasta el día siguiente o les pide que descansen tras el largo combate.

El Comandante, aunque muchos –quizás por cariño- le dicen el “Comandantico”, es todo un personaje de este capitalino Balcón Oriental y una leyenda para siempre, pues nadie podrá sacarlo jamás de las memorias del pueblo ni negar que existió, se quiso- se quiere- y formó parte de la historia de la ciudad en los siglos XX y XXI. Un hombre que no envejece, no cambia su ritual, respeta y es respetado sin miedo, a pesar de que alguna u otra vez alguien sonría con maldad muy cerca o lo imite en tono burlesco e indecente.

No tengo idea exacta del tiempo que no anduvo por los alrededores del parque Vicente García, con su silbato cual lanza quijotesca. Quizás esperaba que su guarda espalda – puede que un Sancho Panza moderno- le informara del estado de la tropa o la posición del enemigo. Algunos vecinos del Reparto Sosa, en esta ciudad, dijeron que estaba en el barrio, recogido por las calles de su casa como a la expectativa de saber el día en que la ciudad acabara de modernizar sus trazos.

Quizás por eso Alberto Álvarez Jaramillo volvió a recorrer sus sagrados caminos, de solemne uniforme, con sus gestos acoplados al temple de caballero, de un Comandante firme. Cuentan que un medicamento en su juventud le afectó el cerebro y regresó así, envuelto en su traje verde olivo, lleno de voces sobre un imaginario escenario de combate o una pradera ancha, infinita, donde el hombre hace su historia y la comparte.

No pude tirarle mis fotos a color ni escuchar sus últimas aventuras cotidianas. No estaba allí para pedirle la entrevista ni espiarle el programa de este martes, pero mi Caballero de París volvió y la musa saltarina me lo dijo: está vivo mujer, está vivo. ¿Acaso existe algo más bello que eso?

Fondo de Bienes Culturales: Gusto, artesanía y arte

Fondo de Bienes Culturales: Gusto, artesanía y arte

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora y WEB

Recuerdo que allí solía comprarme unos conjuntos preciosos, casi siempre con el sello de Telarte. Me gustaba todo lo que había, piezas únicas para todos los gustos, y con el salario de entonces, no era difícil para quienes salíamos de la universidad sin responsabilidades todavía de criar hijos ni sostener un hogar, dice María Antonia, una experimentada ingeniera industrial.

Sus fotos de entonces no eran tampoco únicas. Viejas amigas – entre las cuales me encuentro- vestíamos zayas de arabescos originales y llamativos comprados en el Fondo de Bienes Culturales, un sitio donde gusto, arte y artesanía van de la mano hace una veintena de años en Las Tunas y, como ayer, atrapan a locales y foráneos por la calidad y variedad de sus ofertas. El precio es otro tema.

El Balcón del Oriente de Cuba se distingue por ser cuna de valiosos artistas, incluidos poetas, escritores, decimistas y narradores orales. La artesanía popular, en muchos casos sin estudios académicos, realza tal mérito y la creatividad es un sello real de identidad, conceptos estéticos y propuestas originales muy bien valoradas por el público, quien tiene la posibilidad de adquirir ropa, calzado, bisutería, adornos, carteras, sombreros y útiles para el hogar, entre otros, en moneda nacional y convertible, incluso más subjetivos y duraderos que los de producción industrial.

Ubicado en el corazón de la ciudad, justo frente al único parque solar dedicado en Cuba a José Martí, la Plaza Martiana, es una tentación para quienes buscan la exclusividad de una pieza u obra, sienten predilección por esa gracia especial de la artesanía y lo nacional y desean, como complemento, lucir algún atuendo muy propio. Por demás, para hacer turismo de ciudad, conocer las riquezas de la Isla y apreciar el talento de los tuneros igual vale una misa.

Unos 300 creadores, entre los cuales forman nóminas también los villaclareños, holguineros, camagüeyanos y habaneros,  se encargan de convertir a esta Filial del Fondo Cubano de Bienes Culturales en un punto de referencia en el país. El espacio que mantienen cada año en la Feria Arte en La Rampa, de la capital cubana, lo confirma.

Mi amiga María Antonia y yo volvemos a mirar las fotos de los viejos tiempos. Ahora no podemos darnos aquellos “gustazos” de entonces porque primero están los hijos y los nietos, pero de que nos deleitamos con tanta belleza junta, seguro. Y  no dejamos de reconocer tampoco que el buen arte es caro aquí y en cualquier punto de la tierra. El tunero lo vale. No renuncie a la visita. Al alma también le hace falta pan.  

Los Aztecas del Balcón: Un proyecto a corazón abierto

Los Aztecas del Balcón: Un proyecto a corazón abierto

 

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: De la Autora

Cautivan. Al más indiferente lo atrapa la gracia de la belleza infantil y los timbres de las voces, a veces de una calidad casi perfecta. Cualquier entendido apostaría que egresaron de una prestigiosa escuela de arte. Perderían la apuesta, pues solo tienen la magia del “don” natural que Dios da a los hombres.

Los Aztecas del Balcón, el sueño de lo imposible, es uno de los slogans promocionales con el cual se anuncia esta Compañía Infantil dirigida por el destacado locutor de la radio en Las Tunas Adalberto Garcet Viamonte, un enamorado eterno de la música mexicana, los niños y cultivador hace tres años de este hermoso proyecto.

Con buenas o malas rachas en el sentido de tener más - menos lugar en los programas culturales del territorio y zonas vecinas, la bondadosa y apasionada alma de Adalberto junto a la perseverancia de los padres del grupo y personas como Fidel Barea, Koky, Carlos Montero, Nelson Vega, Martha Pons, amigos y fans permiten a los Aztecas a sortear las piedras del camino y continuar al margen de la poca atención que se le brinda institucionalmente.

La colaboración y la solidaridad, los promotores culturales en varias áreas de la ciudad, y el interés de organismos e instituciones atrapados por la calidad y el público que arrastran en sus presentaciones los mantienen vivos, pues en asuntos de tecnología –para montar los balgraum- audio, transportación, inclusión en eventos de relevancia y el apoyo financiero y moral que requiere cualquier proyecto de este tipo no existen todavía.

Paradoja que sucede con ellos y otros similares, mientras el mejor juez – el pueblo- llena los espacios donde actúan como las populosas tarimas del Tanque de Buena Vista, el Bulevar, las cooperativas, Proyectos Comunitarios y el Carnaval Infantil (a este último fueron por invitación del Restaurante 2007 pues los excluyeron de la programación oficial). A cambio, tienen varias giras por territorios vecinos y municipios tuneros que los buscan por la preferencia ganada en el escenario. Todo de manera voluntaria y gracias al apoyo que reciben de los interesados.

OTROS SUEÑOS TANGIBLES

Un concurso convocado por el programa radial Ecos de México, con una audiencia multiplicada por años, fue el origen de crear la Compañía. Adalberto, quien es su locutor en los últimos tiempos, le surge la idea al notar que los niños son asiduos radioescuchas del espacio e, incluso, escriben hasta sus propias letras. Fue un éxito y las palmas las llevaron los mejores talentos.

Sin embargo, la Compañía crece porque cada vez que cantan aparecen nuevos chicos interesados, los someten a votación pública y la comisión de evaluación decide, a pesar de que todavía la Dirección de Cultura en Las Tunas no asume como debe ser y el grupo se mantiene con el esfuerzo voluntario y el amor de quienes, a corazón abierto, abren puertas a estas raíces tan nuestras como las cubanas.

Entre estas personas también destacan el cantante Carlos Benítez, ex director del Grupo Mariachi Tunas, un artista de alma grande y gemela a la de Adalberto y quien es el productor musical del primer disco de Los Aztecas del Balcón, actualmente en producción en España a cargo del español Pedro Ocaña.

Mientras, sin ánimos de lucro, otros tuneros trabajan en hacerles el primer video click y los ensayos tienen locaciones tan diversas como manos de admiradores ganan, dispuestas a dar aliento y abrir caminos a una Compañía que ya ganó la popularidad y la admiración del público local y de esta parte del Oriente- Centro de la Isla, en tanto proyecta trabajar la música tradicional cubana y fundir con más amor esos lazos que unieron a Cuba y México desde tiempos de José Martí y los expedicionarios del Yate Granma, liderados por Fidel Castro.

Oírlos es sentir nuestra América en la piel y reafirmar que este archipiélago tiene la bendición de Apolo y el encanto de su lira pues, sin dudas, los Aztecas del Balcón estremecen entre la gracia, el talento y el amor que regalan sobre el escenario. Las Tunas debe estar orgullosa de su cepa de buen arte.

Las huellas del Carnaval

Las huellas del Carnaval

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora

Este fin de semana llovió alegría en Las Tunas y, quizás por primera vez en muchos años, San Pedro no bautizó con agua fresca los festejos más esperados y populares de esta ciudad Balcón del Oriente de Cuba, donde el carnaval es un suceso de multitudes y cada año se diversifican ofertas, iniciativas curiosas y acrecientan las raíces culturales del tunero.

Al amanecer de este lunes uno de los comentarios más escuchados en los lugares de concurrencia pública fue “no llovió ni un solo día”, aunque a decir verdad el miércoles una pertinaz llovizna parecía opacar la noche de pre-carnaval, tradicionalmente concebida en la avenida Camilo Cienfuegos, en el Reparto Santos (Buena Vista, para la mayoría), con un paseo cabalgata que anuncia la llegada de la fiesta. Por suerte, fue solo una broma del dueño de las nubes.

Sin embargo, las sombrillas hicieron galas de su utilidad y adornaron la noche junto a fuegos artificiales, los hombres-carrozas, congas, comparsas y las carrozas mismas, un espectáculo que aprieta en los laterales de la vía a chicos y grandes, sin distinción de edad y gustos, amén que después cada quien opine según preferencias, resalte o subestime algún detalle y ponga su mirada crítica en un hecho que genera continuados esfuerzos de muchas personas y organismos.

El carnaval no necesita siempre de “sondeos periodísticos”, pues los criterios afloran de manera espontánea entre vecinos, colegas, convivientes y hasta desconocidos dispuestos a contar cómo se sintieron o qué notaron mejor o peor que años anteriores. Esta vez la cerveza de termo –no embotellada- se llevó el gato al agua entre las quejas de la población. “Aguada y caliente” fue el término más acusador.

Los precios estuvieron muy similares a las festividades precedentes y, tal parece, “nos vamos adaptando”, como dijo una tunera llamada Isabel mientras caminaba con su esposo Máximo en busca del sitio donde definitivamente pasarían la noche. Otros estiran el bolsillo hasta que les da y coinciden sea la causa principal de que todo sobre y hasta algunos alimentos “tengan olor a recalentados y sean los mismos del primer día, o den esa impresión”.

Criterios aparte, los Carnavales Las Tunas 2015 sacaron de un modo u otro a todos de sus casas, se bailó hasta el amanecer, existieron ofertas para gustos y colores y esta ciudad de Puertas Abiertas acogió esa algarabía contagiosa de la gente de estos lares, donde cualquiera puede buscarse tremendo problema si se dice, hasta en juego, que no habrá carnaval.

PD: A mis queridos seguidores y lectores-amigos en general, pido disculpas por actualizar el blog con artículos y eventos que ya tuvieron lugar durante octubre, pero serios problemas de una gravedad repentina de mi mamá y su hospitalización hasta días recentes me alejaron del trabajo cotidiano.

Sin embargo, como tengola "sicomanía" de escribir a diario y no me acepto dejar nada en el cono de silencio, pues ahora les publico mis impresiones sobre el Carnaval, tdo un suceso cultural en mi pueblo y mi querida Cuba. Espero me comprendan.Gracias.

 

Los tuneros mueven bien el último trimestre 2015

Los tuneros mueven bien el último trimestre 2015

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora

Agosto suele ser un mes de amplio movimiento en calles, centros turísticos, cines y espacios comerciales y de ocio en esta ciudad de Puertas Abiertas,  sin embargo una mirada aguda al corazón de Las Tunas lleva a concluir que los habitantes de este Balcón del Oriente de Cuba mantienen un constante y activo desandar por esos mismos sitios, cuando septiembre llena de cruces el almanaque y el último trimestre del 2015 se insinúa por doquier.

Si bien el inicio del año escolar -el día primero del corriente- y la reincorporación de una cifra importante de trabajadores a sus empleos habituales generan un trasiego permanente de personas y tráfico, los tuneros suelen levantarse bien temprano y llenar el ambiente con el colorido de los uniformes escolares y de empresas específicas, al tiempo  que los cuentapropistas vendedores de pan y mantequilla anuncian voz en cuello sus ofertas cuando todavía duerme el sol.

Mucho antes, sobre las cuatro de la madrugada, los encargados de barrer las calles no pueden esconder el rítmico bailar de las escobas por el pavimento, en tanto los mandaderos a domicilio y quienes buscan la leche de la familia igual se notan, como quienes se mueven a sus destinos en bicicleta o son recogidos por algún transporte, para cumplir responsabilidades en los municipios y otras provincias.

El amplio y sólido movimiento cultural, sea aficionado o profesional, propicia que las instituciones de este tipo permanezcan muy activas, como la Casa de la Cultura Tomasa Varona, la biblioteca José Martí, la sede de la UNEAC y la Casa Iberoamericana de la Décima, por citar algunas, pero no son menos influyentes las obras de las galerías de arte, la artesanía popular y las librerías, sean en locales fijos o expuestas en el multifacético y atractivo bulevar de la ciudad.

Ese variado diapasón de alegría y colores se incrusta como tradición propia de este siglo XXI tal como el amplio empuje a la economía, la revitalización de apartadas zonas rurales con el Proyecto Por Nosotros Mismos, la asimilación y consolidación de las altas tecnologías, el uso de los celulares y la preferencia por los helados, el refresco y las pizzas, así como andar de kiosco en kiosco para comprar frutas, vegetales, viandas y carne de cerdo, la cual contra cualquier viento y advertencias clínicas es la más gustada y la de mayor presencia en los puntos de venta.

Los tuneros caminan, sin dudas. No importa que el verano sea la estación de moda y las vacaciones liberen de obligaciones impostergables a la mayoría. Septiembre corre y ellos también para dar vida a una ciudad crecida, remozada y vital que en el último trimestre del 2015 apuntala los éxitos y se prepara para enriquecer su noble y patriótica historia.

Quien lo dude que se llegue acá y respire el palpitar de estas memorias, marcadas en durante esta semana por la visita de Ramón Labañino Salazar, uno de los CINCO antiterroristas cubanos presos durante largos años en cárceles de Estados Unidos, quien departió amplia y agradablemente con mis coterráneos, orgullosos como yo de ser de la tierra del Mayor General Vicente García, cubanos y prestos siempre a mover piedras para seguir adelante.  Este andar cotidiano, vivo, con estilo, sandunga y sudor le pone el cuño.

Café Oquendo: el más tunero de todos

Café Oquendo: el más tunero de todos

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: De la Autora

Es difícil que algún tunero ignore la antiquísima Cafetería Oquendo, un pequeño local enclavado en el centro de la ciudad hace más de 70 años y según cuentan los más viejos moradores este café fue el mejor de todos los tiempos en Las Tunas y en Cuba.

Eduardo Pascual Castillo Ávila, vecino del lugar, rememora que “desde chiquitico estoy oyendo hablar del café Oquendo. De mucha calidad y me da gusto saber que jamás le cambiaron el nombre originario, pues esta cafetería se hizo famosa en el país desde que se abrió por su dueño, el señor Oquendo. Aquí antes del triunfo de la Revolución y en todos estos años posteriores, viene gente de todas partes a tomar café”.

Sus palabras, de llevarse a consenso público, tendrían todas las palmas, más ahora al remodelarse y ponerse a tono con los notables cambios que embellecen a la ciudad Balcón del Oriente de Cuba, donde sin egolatrías paternales se atesoran valores patrimoniales locales y nacionales con sello único, como las notables esculturas de Rita Longa, la artesanía local, las artes plásticas, la Plaza Martiana y, muy reciente, la Casa Insólita, por citar solo algunos de su capital pues en las municipalidades también existen caudales de cubanía dignos de admirar y disfrutar.

Ubicada en la calle Francisco Varona, la cafetería Oquendo igual hace retener en la memoria de habitantes y foráneos a empleados como la señora Claudina (cuyo apellido nadie supo decir, por ganar la popularidad con su nombre de pila). Este distingo se lo dio el pueblo por la calidad de la estimulante bebida que elaboraba, y hoy trata siempre de conservarlo Luis Miguel González, quien lleva 30 años haciendo el café que toman los tuneros a cualquier hora del día.

Se mantiene la tradición y nos satisface ver cómo lo degustan los clientes. Ahora vienen muchos turistas y hay más opciones de oferta, porque se le agregó un pequeño salón donde ofertamos café con biscocho, con licor, con crema, con queso y otras maneras que pida el consumidor”, cuenta Luis con el orgullo de vivir una parte de su vida en un sitio que jamás perdió prominencia en Las Tunas, a pesar de que en los crudos años del Período Especial no siempre mantuvo la calidad ni frecuencia de las coladas diarias y el deterioro se adueñó un poco de su imagen.

Por suerte, el espíritu emprendedor de los citadinos y el amor a cuanto huela a nuestro no dejó en el olvido a este recinto legendario, donde el aroma del café cubano, humeante e imprescindible, atrae, atrapa y obliga al retorno de quienes, en las mañanas, las tardes o las noches, hacen del café Oquendo un trago especial para levantar las defensas del cuerpo y el alma, fumar un cigarrillo o compartir la alegría de un reencuentro. 

El canario del bulevar de Las Tunas

El canario del bulevar de Las Tunas

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora

Excepcionalmente bello, el plumaje amarillo me obligó a detener el paso y arriesgarme a tomar un baño de sol, a pesar de que por prescripción médica lo tengo prohibido. En tal “hipnotismo” no caí sola. Muchos coterráneos hicieron lo mismo y los niños no sabían si ir para donde estaba su jaula o quedarse imantados frente a la de los perritos.

Nunca antes vi un ave de ese tipo fuera del contexto de los libros y algún material fílmico, aunque abuela, no se porqué razón, lo asociaba a la India en los cuentos fantásticos que me dormían cada noche. Siempre supe por ella de su canto especial y lo imagine en mi pueril embriaguez como un hada de películas. Ahora estaba ahí, vivo y real, en una de las calles más atractivas y multiculturales del bulevar de Las Tunas. Tenía que disfrutarlo.

Pedí apartarse a los curiosos o embrujados por su trino para tomarle unas fotos, al parecer se asustó y el impaciente vuelo lo sacaba de foco. La jaula, sola, en un lateral del parque, nadie intenta robarla. ¡Y eso que dicen por el mundo que acá la gente está perdida!

Pregunté por el dueño al primer comerciante que encontré en las cercanías y señalaron a un joven, distante a más de dos metros. Papi Perry es el alias de Darién Pérez, un ornitólogo tunero con una enorme pasión por los animales, a los cuales dedica todo el tiempo de su vida y los vende, pero antes debe tener la certeza de que los cuidarán bien.

“Sí huelo que no los valoran aunque me den más de lo que pido, no los vendo”, dice. Basta mirarle a los ojos y conversar un poco con él para saber que no miente. Abogado de profesión y desde los ocho años decidido a convertirlos en su “todo”, persuadió a un veterinario amigo suyo para abrir una clínica donde  puedan atender cualquier mascota e ingresarla, si es la opción de salvarla o aplicarle un tratamiento que requiera vigilancia médica.

Este muchacho es el dueño del canario amarillo, los periquitos y perritos que tanto cautivan y hacen parar en seco al más apurado de los transeúntes, sean paisanos o visitantes. “No siempre me compran, pero disfruto traerlos aquí y que la gente los admire y les demuestren amor. Son caros, porque son especiales”, comenta mientras enseña uno de sus rottweiler a un interesado y le instruye que es una de las razas más antiguas, originaria de Alemania, con gran poder y dulzura, y guardianes por excelencia.

Papi Perry no lleva el mote por gusto. Estudia cada especie al dedillo y enseña el cariño que les tiene, empero su historia es más larga y la contaré después. Solo quiero decir que el canario amarillo hace mucho más singular un espacio que marcará siempre a Las Tunas del Siglo XXI: el bulevar.

Tal vez no sea arquetipo de esa canción que suena… el patio de mi casa no es particular, si llueve se moja como los demás…, empero nadie puede negar que allí la artesanía local es un regalo al espíritu y la creatividad resulta una catarata muy nuestra, aunque existan algunos artículos que rompan reglas.

Oriundo de Islas Canarias, desciende del llamado canario silvestre, similar al que tengo delante pero más rojizo y pequeño –señalan fuentes especializadas -. “Es un ave alegre, muy solicitada –explica Darién – y este canta también como un azulejo y un negrito, además es muy manso. Tengo otros, pero siempre traigo uno. Si alguien se interesa, entonces nos ponemos de acuerdo”.

En breves intervalos de tiempo la jaula del canario amarillo obliga a detener el paso a quienes, en las tardes de este verano 2015, buscan el centro de la ciudad para recrearse, ir de compras, tomar helado, visitar los restaurantes o, simplemente, atravesarlo en sus rutinas cotidianas.

Papi Perry  siempre está ahí y sus colecciones de animales devienen un atractivo singular. Las ventas son lentas, sin embargo disfruta de los piropos continuos que reciben sus mascotas. El brillo de los ojos al sacarlas de la jaula y dejar que los niños las acaricien, el modo cómo las cuida allí y su vehemencia dan crédito a las palabras del comerciante de al lado: “A este no le importa el dinero, creo que hasta se pone triste cuando alguien le compra un perro o un pajarito”.

Tal vez fue casualidad, pero el canario cantó y el sharpei que tenía cargado le llenó el rostro de babosos besos. 

El arco iris viene de tarde al veraneo

El arco iris viene de tarde al veraneo

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora

Este verano no solo trae sombrillas, abanicos, gorras, viseras, pañuelos, pamelas y cuanto use el ingenio humano- digo tuneros- para protegerse del intenso sol y el calor insoportable que golpea la cotidianidad por estas tierras del oriente de Cuba, donde múltiples opciones se enfocan con el ánimo de que la familia tenga espacio para un ocio sano y divertido.

La lluvia se encarga igual de ser otro “gancho” que mueve la opinión pública, a pesar de que Las Tunas es una de las provincias más secas del país y las fuentes de abasto están virtualmente vacías, si partimos de sus capacidades y la cantidad de agua que acumulan por culpa de la ausencia del líquido sostenedor de la  vida.

Explico. Primero, junto a la frase más sonada de esta temporada ¡Qué calor!, viene detrás el reclamo a San Pedro: ¡Qué falta hace un aguacero para que refresque! No hace mucho el santo complació a tantas peticiones juntas con el regalo de una buena granizada. Entonces se formó la algarabía.  “A comer granizos” se escuchó por doquier y los más prudentes miraron atónitos  la caída de las peloticas de hielo, del tamaño de una moneda de cinco centavos, por las rendijas de ventanas y puertas.

¡En solo 25 minutos cayeron 20,5 milímetros de lluvia, estremecieron las descargas eléctricas y las rachas máximas de viento de 117 kilómetros por hora!, según la nota difundida por el Departamento de Pronósticos de la provincia. Ese día, el sábado 25 de julio, no salió el arco iris que también llamó mucho la atención a los residentes de esta capital, donde el bautizo de “ciudad mágica” se incrusta en sus habitantes.

Muchos alegan la validez del término a la recién abierta Casa antigravitacional o Insólita y a eventos internacionales como el Festival Ánfora, en el cual comparten dones prestigiosos magos latinoamericanos, nacionales y tuneros. Los más viejos rememoran la leyenda del Caballo Blanco y el indio sin cabeza para relacionar sucesos pocos comunes, vistos por estos lares. Ah, y no olviden al hombre pararrayos, las frutas extrañas y las medidas descomunales de boniatos, yucas y calabazas.

En fin, que un gran arco iris adornó la tarde de este miércoles el este de la ciudad de Las Tunas y no cayó ni una gota de agua, mientras hizo un calor horrible que traía a todo el mundo vuelto loco literalmente. Pensé en Aristóteles, quien fue el primero en hablar de la teoría sobre la formación de ese bonito y espectacular fenómeno de la naturaleza, el cual asoció con una reflexión especial de la luz sobre las nubes, formando un ángulo fijo, cuyo medidor inicial fue Roger Bacon.

Tal vez, como dijo mi vecino mientras miraba con los chicos del barrio el arco multicolor, llovió cerca y la luz blanca al descomponerse en sus colores rojo, naranja, amarillo, verde, azul y añil hasta llegar al violeta – como demostró con un prisma hace más de tres siglos Isacc Newton – permitió que los tuneros pudiéramos disfrutar del hermoso momento, al menos para olvidarnos un instante del persistente calor y concentrarnos en un acto divino, jamás ajeno al ser humano y bien recibido en cualquier sitio de la tierra.

Ante el alboroto de los chiquillos del barrio y la persistencia de mi nieta de tirarle una foto, solo se me ocurrió decirles que el arco iris era una diosa mensajera entre el cielo y la tierra llamada Iris, hija de Taumante y la oceánida  Electra, como dice la mitología griega. Y pasé el resto de la tarde con el “tía tata cuenta cuentos”. No tuve de otra hasta que desapareció el mágico arco iris sin apenas notarlo y pudimos entrar a la casa.

Esa fue la nota veraniega de una ciudad de puertas abiertas donde el séptimo mes tiene historia propia y está lleno de eventos importantes. Quizás sea la magia de una ciudad constantemente cambiada en sí misma. O la cándida avidez de su pueblo para disfrutar cada momento de la vida y sentir el asombro por lo bello con toda trascendencia. Lo garantizo.