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Cubanos y jóvenes

El domador de pozos

El domador de pozos

 

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: De la autora

Conoce todas las bendiciones del agua. En los ojos y las manos guarda el momento primogénito de cuando le robó los secretos a la tierra y ella, sin remedio, le entregó el oro transparente que escondía en sus entrañas. Desde que puso pie en esos montes le cambió la vida. Con el ciclón Flora, en 1963, también llegó su suerte.

Chocolate, Panterita, Negrito y Chuli hacen alardes de guapería cuando llegamos al portón. “Musi” no andaba por ahí. Tampoco Orlando Sarmiento Vidal era el hombre corpulento que imaginé. Salvo las grietas de la piel, encontré al mismo jovenzuelo delgado que con 17 años y una perforadora de catorce toneladas  abrió los pozos que hoy abastecen a la ciudad de Las Tunas.

Gesticula. Era un niño y ni pensaba en el destino, pero aquel día se aferró a la idea de irse con su cuñado, quien llegó a Songo La Maya, en Santiago de Cuba, a buscar a su hermano Arquímedes para llevarlo a trabajar a Recursos Hidráulicos.  

En Bayamo, donde estaba el departamento de Perforación, el funcionario encargado de ponerlo a trabajar le reprocha que es un niño acabado de nacer, pero no eran momentos de titubeos y decidió probar “al recién nacido”. No imaginó que lo uniría para siempre a la historia del Instituto de Recursos Hidráulicos en Cuba y de manera especial a Las Tunas.

Los recuerdos golpean sus palabras, como si el tiempo no fuera para él otra cosa que el lento movimiento de sus manos y las pausas reiterativas de la memoria. Jamás predestinó que esta sería su última parada en el oriente y la zona de Moliné, en el municipio de Puerto Padre, su ancla eterna.

“Estuve de ayudante como dos años y medio por la zona de Granma, hasta que Las Tunas se puso en mi camino”, dice y se quita la gorra. Se balancea…retiene el suspiro que lo transporta de manera inevitable al pasado:

“Yo llegué aquí a Piedra Hueca hoy por la tarde noche, y en unas horas empezaron las ráfagas del ciclón Flora, pero ya me habían mandado a hacer el pozo. Tuve que bajar la torre porque el viento me iba a virar la perforadora. Cuando pasa todo, comencé a montarla de nuevo.

“Este pozo no dio agua suficiente, lo secaba con la cubeta. Informé que allí no daba agua y entonces me orientaron que hiciera uno a 600 metros más adelante. Tampoco dio nada y Prieto, que era quien me atendía, me indica que mientras llegaba el presupuesto de Bayamo, me parara en una lechería pintada de blanco que había aquí y abriera otro a 600 metros del que había hecho.

“Así lo hice. Mi máquina era la mejor de Cuba, pero muy pesada y entonces le puse un camión Gacito 63 que ni podía con ella, pero ahí chirriando fui a donde estaba la lechería y a 20 metros más o menos, por un lado, la dejé porque creí se me fundiría el ´gacito´”.

EL MILAGRO DEL MANTO

Vuelve a quitarse la gorra y se pasa la mano por la cabeza. Todo viene de golpe. “Eran más o menos las 2:00 de la tarde, y hacía un sol como estos que hacen ahora; y estoy sentado ahí  y la máquina estaba trabajando sola, cuando siento un ruido, y me dije, se me cayó la barra, y salí corriendo, desesperado.

“Cuando la paré el agua estaba ahí mismo en la boca y pensé, ay mi madre, me encontré el manto de agua. Y aquello empieza a caer para abajo, y menos mal que me dio por tumbar la torre enseguida. Yo ni lo creía…”

Cincuenta y cuatro años después, Sarmiento vuelve a sentir la emoción que le sacudió el cuerpo aquel día, mientras el brillo intenso del agua borboteaba del pozo. Se lleva las manos a la cara y las detiene en la comisura de los labios. Bebe… como aquella vez. Fue tremendo, reitera, con la misma pasión que entregó sus amores a la única mujer de su vida, Miguelina Reyes.

La gente le ha puesto a este lugar Piedra Hueca – aclara con insistencia- pero no es así, esto es San José II. De aquí a Piedra Hueca hay cinco kilómetros; y de aquí al bombeo más o menos hay uno. Es San José II, le ponen Piedra Hueca pero no es así. De la Estación Central a Piedra Hueca hay cuatro kilómetros, recalca.

LA LUJURIA DEL AGUA

Calla por unos minutos. Los 79 años no le quitan el brillo especial que adorna sus ojos. Negrito, el más malcriado de los cuatro perros, entra a la modesta sala donde conversamos. Lo espanta con ternura. Son sus compañeros sempiternos.

“Por esa época los especialistas rusos vinieron por aquí – relata – y Nelson y Serguei, que eran los que me dirigían, dicen que mueva la máquina para adelante y empezamos a entubar y hacer el pozo. Los pozos más técnicos que se hicieron en Cuba lo hicimos nosotros aquí. Yo no tenía la experiencia aquella, pero era muy disciplinado con todo lo que me orientaban.

“Corrí la máquina 600 metros para allá, otra vez para atrás, en la misma línea donde me encontré el manto e hice el pozo 87; el mejor pozo que hay, el 87.

“Más para atrás hice el 104, después de la línea, y volví a coger el manto de agua. Luego vino la tubería y se empezó a hacer la  estación. Estaba Faure Chomón dirigiendo el territorio y más tarde, Luis Alfonso Zayas, cuando comenzó a construirse la cisterna. Yo probé los pozos”.

Parece jugar con las vivencias que guarda en el alma. Sonríe y repite una y otra vez la conquista del agua:

“Yo hice cuatro pozos y quien encontró el manto de agua de Piedra Hueca fui yo en 1964. En el 63 hice los pozos pero no dieron agua. Recuerdo que una vez vinieron unos chinos con unos equipos ahí, para tirarlos para los pozos porque creían que se habían secado,  y era que le estaban sacando demasiada agua al manto.

“Esto lo que da es más o menos 250 litros por segundo. Si le sacan más se los llevan, los llevan 22 metros, porque esto tiene una cadena de 1, 50 primero, a 18 metros, y otra más chiquita a 22 metros. De ahí para abajo está el azul, que lo que puede dar es agua salada, ahí no da más nada”.

ENSEÑANZA VIVA

Asegura que la gente fantasea con el tiempo la historia, o la confunde. Él no olvida. Está totalmente lúcido, a pesar de sus casi 80 años y pasar la mayoría del tiempo solo. Uno de los siete hijos que le crió a “Guela”, la única mujer de su vida, le ayuda a mantener la finca, marchita por la falta de agua.

“Hay que saber que es un río subterráneo. Cuando vinieron los chinos y le tiraron los equipos se veían los pececitos por ahí abajo nadando, y el agua corriendo. En aquellos tiempos se le estaban sacando trescientos y pico de litros a los pozos, y eso lo que da es para tres, bombeando de forma permanente.

“Lo que pasaba era eso, porque un pozo le roba el agua al otro, es decir, si usted le saca al 104, que es el primero que está, le quita un poco al 101, y si saca del 101, son dos los que les quitan al 87, pero si sacan del 87 acaban con la estación aquí. El primer pozo fue el 172, que es donde está la cisterna hoy, que es la Estación Central, y de aquí parte el sistema del abasto de agua a la ciudad de Las Tunas”.

Cuenta que en otras épocas hubo sequías, como las que tienen en alerta roja a la Dirección provincial de Recursos Hidráulicos. Administró durante diecinueve años la obra que, desde el pasado siglo, permite a los habitantes de esta ciudad Balcón sobrevivir a la ausencia de una primavera abundante. Recorrió, con su perforadora a cuestas, otros veintidós por donde hizo falta. Conoce como la palma de sus manos cada trecho de esta historia.

“Mire por aquí por Moliné todos los pozos bajan. Donde único hay abundante agua es ahí.  Incluso, lo que sobra aquí lo coge Vázquez, esos pozos también los terminé yo. Hay 47 metros de altura de la Estación, la tira hacia arriba y cuando llega al rompe presión,  se va por gravedad. Yo hice el 172, el 87 y el 104, y el 101 hasta la mitad. El manto de piedra hueca lo encontré en el 64”

Su gloria y orgullo en medio del monte, donde se queja de que pocos lo visitan y está satisfecho de haberle dejado estos pozos a Las Tunas, tierra donde la vida le regaló lo mejor que tiene aunque los ciclones le marcan como una suerte de bendición maléfica, “pues Guela estaba enferma y murió en el mismo ciclón del 2008, y con el Flora llegué aquí.”

Las manos… se las pasa por la cara una vez más. Mire – afirma de golpe – si no explotan mucho los pozos y cuidan el manto, hay agua para rato, pero el ahorro es vital y hay que eliminar los salideros. Estos pozos si no los explotan demasiado, no se secan, pero no se sabe cuándo va a llover y la gente tiene que ayudar al ahorro. Ya no se puede botar agua.”

Musi no aparece por ningún lado. Lo busca por los alrededores de su humilde hogar, donde hace cincuenta años llegó de las lomas sin pensar que un día, bajo la calentura del sol, la tierra le enseñó sus entrañas y lo convirtió en el domador de pozos.

Somos un pueblo convencido

Somos un pueblo convencido

 

Por Graciela Guerrero Garay       Foto: De la Autora

Muchos temas andan de boca en boca por estos días entre los tuneros, quienes buscan la mejor manera de evadir el sol y el calor que, a pesar de la lluvia que bañó la ciudad esta última tarde de lunes, se pega a la espalda o la cara y hace más agotador el trajín cotidiano.

Entre las colas para adquirir las “balitas” liberadas de gas licuado, la tensión de los exámenes de fin de curso – que afectan de una manera u otra a todas las familias-, los preparativos de las vacaciones masivas, y  el inicio de la fiesta campesina más popular de Cuba e Iberoamérica, el pueblo no olvida el impacto de las últimas declaraciones de Donald Trump y manifiesta su manera de sentir y asumir el acontecimiento:

“Los tuneros llevamos la estirpe de Vicente García y Fidel, y no traicionaremos a nuestro invicto líder. El discurso de Trump solo hace que pensemos en más unidad, más dignidad y más empeño en consolidar los cambios que necesitamos para ser mejores. Aquí no se rinde nadie”, sentenció Julia La O Zayas, una de las más de 158 mil 300 cubanas que ejercen el trabajo por Cuentapropia, luego de jubilarse del sector de la gastronomía.

Montada en su bicicleta, levanta la mano en tono de victoria y sigue el trayecto, que bien puede ser el kiosco de venta de alimentos ligeros que administra, la escuela del nieto o el consultorio de su hija María de los Ángeles, la cual terminó con las notas más altas su especialidad de Médico General Integral. Julia La O sabe el precio y cuán amargo fue el sabor de “su querida Cuba” antes de la revolución triunfante de enero de 1959.

 

 

 

 

 

Los abriles de Ricardo

Los abriles de Ricardo

 

 

Por Graciela Guerrero Garay         Fotos: De la Autora

Sigue con las cuerdas de su guitarra prendidas en el alma. Ya no es aquel joven menudo que, con uniforme de la enseñanza politécnica, se aferraba a las libretas de contabilidad mientras sus sueños andaban entre las notas de una balada o el solo de un violín. Música…la música fue siempre su ángel perdido.

Las manos se deslizan sobre su novia de madera. Las mueve para atrapar el “mi” con el “re” mayor. Cae la tarde. Las clases en la Universidad Vladímir I. Lenin le roban espacio y tiene que terminar con éxitos su tercer año de la carrera de Ingeniería Industrial. Es otro abril de primavera y juventudes, donde el compromiso es igual y las metas se consolidan. En junio próximo cumplirá 29 años.

Nada le cayó del cielo. Durante  cursos se presentó a los concursos de la Escuela Profesional de Arte El Cucalambé, hasta que por fin ganó su plaza. Se graduó, fue profesor y formó parte de la Orquesta de Guitarra Isacc Nicola, donde se mantiene y ha cosechado lauros que premian su tenacidad y esfuerzos.

Casi siempre una sonrisa es la primera respuesta a mi pregunta. Esta vez tampoco renuncia a regalármela.

-          Sí, abril es el mes de los jóvenes cubanos. Ya ahorita no soy tan joven.

Y los recuerdos galopan. Hay muchos. De acampadas, actos, trabajos voluntarios, estudio para entregar el deber cumplido a la primavera de abril, una suerte de encantamiento doble en estas tierras aunque no llueva y, a veces, sea difícil pintarse el verde en los ojos por los alrededores de vías y caminos.

-            Ahora también toco con el Grupo Contrapunto. Me siento bien conmigo mismo. Me tracé  metas y aproveché las oportunidades, como esta de mi segunda carrera, la cual hago por encuentros. Después, quién sabe, si estudio otra cosa. Me gusta saber.

Ricardo Acosta Gutiérrez es de esos jóvenes que salen tranquilos cada día a cumplir sus deberes por esta ciudad, donde cientos como él se aprestan a celebrar con múltiples actividades el 4 de Abril, ya sea tocando o bailando en una plaza para homenajear el aniversario 55 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), trabajando en los centrales azucareros o de guardia en los cuerpos de urgencia de hospitales y policlínicos.

Esa juventud perdida de la cual tanto se habla. Perdida sí, entre los valores de la virtud del trabajo y el estudio, poniendo ficha a ficha sus sudores cotidianos entre escaseces y desafíos, de sol a sol en el surco, los cortes de caña, el calor de los hornos de acero, el trajín de los mercados, las hojas de los libros. En fin, llenos de fe y oportunidades para ser más cultos y mejores personas. Eso, los abriles de Ricardo y la gente como él. 

Pruebas de ingreso a la Universidad cambia rutinas de jóvenes tuneros

Pruebas de ingreso a  la Universidad cambia rutinas de jóvenes tuneros

 

 

Por Graciela Guerrero Garay       Fotos: Archivos de la Autora

No pasa horas enteras con sus amigos en la jardinera del edificio ni delante de sus juegos preferidos en la computadora. Aprobó con excelentes notas su grado doce y ahora las pruebas de ingreso, los repasos y el sueño de ser médico le cambian las rutinas. Gasby no es el único joven tunero que se ve por estos días con guías de estudios en las manos. Mayo no está tan lejos como parece para el momento decisivo y el rigor de los exámenes.

La noticia del plan de plazas para ingresar a la Educación Superior vuelve a poner fichas emocionales y exigencias al diario familiar. Una información de Juventud Rebelde señala que el MES oferta para el curso 2017- 2018 un total de 83 mil 840, de las cuales 36 mil 705 son para el curso regular diurno, 40 mil 900 para el por encuentro y 6 mil 235 en la modalidad a distancia.

Gasby quiere estar en la lista de las 15 mil 601 que ofrecen las Ciencias Médicas y se prepara fuerte. “Me gusta la Medicina y tengo que estudiar, porque la Legal, ser médico forense, me apasiona más”. Manolo, me cuenta una vecina, era aferrado al fútbol todos los días. Mi hermana está sorprendida del cambio. Ya no hay que mandarlo a estudiar”.  Quiere ser Ingeniero Industrial y tiene experiencias cercanas de que para lograr la meta hay que ejercitar la mente y apretar el lápiz.

Es una etapa intensa donde el sacrificio y los conocimientos son los que darán la matrícula en las 5 mil 526 plazas que vendrán para las ciencias técnicas, las mil 677 de las carreras sociales y humanísticas, mil 614 en las económicas y otras mil 213 en las naturales y matemáticas.  

Aunque los requisitos se mantienen como el año anterior para las tres modalidades, en la enseñanza diurna –  la que aspiran en mayoría los egresados de los preuniversitarios – es obligatorio aprobar las pruebas de ingreso con un mínimo de 60 puntos en Matemática, Historia de Cuba y Español. En el Curso por Encuentro no hay exámenes de ingreso, pero deben vencer los contenidos de las tres asignaturas en el primer año de la carrera.

Para Gasby y cientos de jóvenes tuneros las rutinas cotidianas cambian de color y forma. Ya no se dibujan en los ojos los juegos en red ni las series de Doble Tentación. Hembras y varones van hacia el futuro, y la única manera de tocarlo con el alma y la alegría es estar bien preparados para triunfar en mayo, mes en el comienzan las convocatorias ordinarias a partir del dos, con Matemática, el cinco, Español, y el nueve, Historia de Cuba. En la primera hay que vencer para tener, como dice la mamá del inquieto Gasby, vacaciones, vacaciones y vacaciones. 

(Con información de Juventud Rebelde)

Maikel siempre será un asombro

Maikel siempre será un asombro

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

Ya no es el mismo. Su pequeña e inteligente Adianys  logra hipotecar su tiempo en las tardes, cuando regresa del círculo infantil, a pesar de venir juntos en bicicleta y no darle un minuto de silencio en los más de tres kilómetros del trayecto.  Todo lo quiere saber y a él le tocan las respuestas.

Pero aún así siempre alguna creación le ronda, aunque venga en el filo de una idea postergada “para después del trabajo o las obligaciones familiares”.   Trae esos dones que simulan genes escondidos en generaciones pasadas y, un día, asombran a todos con el alumbramiento.

De tal suerte, el lienzo se llena de colores con la misma facilidad que hojas secas, arena, laticas de cerveza, semillas, chapas, barro, madera, cera y piedras se rinden a sus manos.  Basta dejarse llevar por la corriente de ánimo que lo invade y enfrentarse a el desgano, “porque a veces tengo el deseo ahí, la proyección, y me vence el cansancio”, confiesa con cierta opacidad en la mirada.  

Maikel Milanés no se toma en serio.  Tal vez sea demasiado modesto o  – como dice su esposa – en rotular o hacer arreglos para cumpleaños está más cómodo, pero nunca falla cuando se necesitan carteles, pancartas o piezas para una efemérides o trabajo comunitario. Ahí destaca su obra y gracia, indicadores perpetuos del buen arte y la bonanza comprometida de su alma.

Es un artesano con desvelos propios. Ese joven de barrio a quien aprecian mucho y señalan como un “mago natural” en el mundo de la plástica, donde nunca buscó tener un nombre y un espacio, “porque no me gusta la competencia y hacer cosas por encargo. Me entra una idea, consigo los materiales y la hago. Claro, soy feliz cuando veo que a la gente le gusta. Quizás más adelante decida hacer algo más estable o específico”.

Por el momento guarda muestras de sus creaciones y empina sobre los talones a su inquieta Adianys, quien estrena sobre papeles blancos una destreza innata para la pintura, como si la genética hubiese decidido no esconderse.  Puede ser como papá, un artista versátil y creativo. Un tunero con estrellas, con manos para el asombro.

 

Idemaro es un regalador de luz

Idemaro es un regalador de luz

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: Cortesía del  Entrevistado

Por estos días las noches se le hacen largas cuando no está de guardia en el CDI. Tiene al barrio, sus padres, la familia, los amigos y la ciudad prendidos de la retina. Acaba de llegar de vacaciones, después de un año de intenso trabajo en Barinas, el Estado donde cumple su misión Barrio Adentro como médico intensivista.

Por la casa todavía anda su perfume y en la comunidad pasea con sano orgullo esa buena onda de los jóvenes que empinan el talón y saltan sobre su juventud, apenas salida de la adolescencia. Idemaro Mailon se extraña. Apenas tuve unos minutos para conversar de prisa, entre el tiempo que pretendió multiplicar durante su descanso.

 No habla mucho, él es de quienes prefieren hacer a decir. Quizás por ello pocas horas antes de partir hace ya dos años, cuando fuimos a buscarlo para esta entrevista en el policlínico Gustavo Aldereguía, donde pertenece,  decidimos no interrumpirlo. El Cuerpo de  Guardia estaba lleno y los cubanos, no dados al silencio, comentaban. Ese día Idemaro se estrenaba como médico. Conversamos con los pacientes que salían de su “primera prueba de fuego”.

Los escogidos al azar coincidieron en algo que le marca su profesionalidad: “Me mandó de todo. Es joven pero se ve que es un buen médico” y una anciana, que llegó acalorada y con una hipertensión severa, al salir de la consulta fue concreta: “me voy satisfecha, hasta electro me hizo y fue allí donde me mandaron a sentar, como dos veces para ver cómo seguía”.

Ahora cumplimos aquel pacto de encontrarnos al venir de vacaciones. “Venezuela ha sido y es una gran experiencia para mí. Lo primero que hice al llegar fue ir al cuartel de la Montaña. Quise ver con ojos propios lo que ya había vivido delante de la televisión.  Es algo muy emocionante. No tengo que decir lo que significa Chávez para nosotros, y lo demás es ejercer lo mejor que pueda, aquí y allá…”

Puede que en el  CDI “Manuel Palacio Fajardo” este galeno tunero tampoco estrene sonrisas demás. Sin embargo el frenesí con que cuenta sus vivencias y se entrega a la profesión no deja dudas de que hace, cada día, el mayor de sus esfuerzos para dignificar a su querida Cuba y aliviar los males de los pacientes. No por gusto terminó  su carrera con Titulo de Oro, mereció el  Diploma de la Vanguardia “Mario Muñoz Monroy” y aprobó, con excelentes notas, el Diplomado de Terapia Intensiva.

Para sus padres, los licenciados en Historia y Ciencias Sociales, Giselda Bárbara Mir e Idemaro Tamayo el sano orgullo de tenerlo le brota como manantiales, en medio de una ausencia que parece infinita y más ahora cuando las vacaciones volvieron a traerlo a casa y toda esa luz de “Idemarito” alumbró cada segundo del mes que estuvo acá.

“Cumplí mis sueños.  El deporte y la Medicina siempre estuvieron en mí. Primero gané la medalla de oro en la IV Olimpiada Juvenil de Karate-do, y después decidí no quedarme ahí y perseguir mi otra meta. Me preparé para los exámenes de ingreso y ya estoy aquí, graduado y con la alegría enorme de estar en la tierra de Chávez.

“Cada día uno pone en práctica todo ese conocimiento adquirido. Hice ayudantía en la especialidad de Medicina Interna con la profesora Isora Sánchez, a quien nunca olvido por su tenacidad, enseñanzas y ejemplaridad en todo.  Tampoco dejé de participar en una campaña de salud ni de cumplir cualquier tarea que me asignen.

“No dejo de practicar deporte ni tampoco donar voluntariamente sangre. Me gusta sentirme bien conmigo mismo y servir a los demás. En mis padres vi siempre ese ejemplo de trabajar conscientes y hacer el bien. Todavía me faltan dos años para terminar mi misión, pero a pesar de todo lo que uno pueda pasar en asuntos de emociones y añoranzas no descansaré hasta cumplirla como me prometí a mí mismo, a mis padres y a la Revolución”.

Nos despedimos ya casi a punto de partir nuevamente a la hermana Venezuela, y sentí que es mucho más hermoso que la joven figura que nos regala su presencia. Es un dador de luz y crece,  en la medida que sus manos hacen milagros de ternura y clínica para ver en los rostros de otros la sonrisa bonita que me regala.

No me es difícil imaginarlo ahora en Caramuca, un poblado del municipio Barinas, tocándole la cabeza a un niño o una niña. O saludando a cualquier habitante del pueblo. Idemaro  es un joven y educado galeno que llena de energías nuevas palabras que serán siempre parte de esta historia… Cuba, médicos cubanos, CDI, Misión Barrio Adentro, Venezuela, Las Tunas… y por eso multiplica el divino poder de la paz y la vida.

 

“Bigote”: 90 por los 90

“Bigote”: 90 por los 90

 

Por Graciela Guerrero Garay          Fotos: De la Autora

Nadie lo conoce. Su nombre no se escucha en los pasillos de su centro de trabajo. Tampoco en el lugar donde vive. Los amigos hacen un gesto de interrogación con ojos, hombros y caras. No existe. Sergio Gilbert González no existe.

Sin embargo dos palabras le ponen voz a la incógnita: el donante… ¡Ese es Bigote! Y hasta lo dicen a coro si estás en el barrio o la Empresa de Servicio al Trabajador (STD), perteneciente al Ministerio de la Construcción, donde trabaja de custodio. La magia de los apodos, capaz de borrar la identidad de quien lleva allí 44 años y tiene casi una centena de reconocimientos y diplomas por ser Mejor Trabajador.

Sencillo, como son los hombres de corazones grandes y fenotipos comunes. Humilde, como la virtud de su clase. Impredecible y hasta desapercibido si no detienes el paso y conversas con él. Modesto, tal cual todos los que entregan sus esencias sin pedir nada. ¡Y muy alegre!, para rematar el regocijo al encontrarle.

Un hombre de estos que al primer golpe de vista una no imagina que acaba de hacer su 90 donación de sangre voluntaria y se la dedicó al cumpleaños de “su Comandante Fidel Castro”. Me parece demasiado escuálido para tanta fortaleza física y espiritual. Anda desde 1972 poniendo el brazo en los bancos de sangre para salvar vidas.

“Bueno empecé cuando estaba en el Servicio Militar – recuerda- y pidieron que ayudáramos al pueblo vietnamita. Desde entonces no he dejado de donar nunca. Ahora, podía hacerla en el mes de noviembre pero no. De pronto me di cuenta de que tenía 89 y que Fidel cumplía 90 años. Ese era mi regalo. Hacer mi donación 90 por él, quien fue el promotor de fundar los CDR y cultivar el internacionalismo. Y así lo hice”.

Para un cubano de pecho abierto es tan natural como encontrar en cualquier jardín una abeja libando un lirio blanco. O el calor en medio de la temporada invernal. Bigote no se vanagloria. Es tan dado al bien público que ir a cualquier parte puede marcar en el reloj mucho más tiempo que el exacto. Gusta conversar y se detiene aquí o allá a saludar al conocido, con la misma sonrisa que se acerca a una anciana y le carga el bolso. O da un empujón al carro parado en el camino. No importa si no conoce al chofer.

Su orgullo es otro, el bonito. Capaz de contagiar y dejarte hasta sin preguntas después de tantos años de oficio. Sacarte el asombro cuando te muestra la pierna y vez un nudo venoso casi a punto de estallar y cuenta que hace 15 días fue a sembrar caña, y no hay que llamarlo para los trabajos de limpieza en la cuadra o el trabajo.

Un tunero que con 64 años la palabra jubilación no anda en sus diccionarios y donará “hasta que me digan que por algo no pueda”. Fanático a leer periódicos, persigue el viernes al Semanario local, “pues es mi tierra, aunque leo mucho. Así también aprovecho el tiempo libre y aprendo de todo”.

Trabajador por excelencia, servicial y solidario. Un donante a quien no hay que tocar la puerta ni convencerlo de lo esencial que es tener en los bancos de sangre y hospitales una reserva de A+ “para quien lo necesite, y si hace falta más, que me busquen”. Un abuelo que disfruta sus nietos  y es feliz con sus hijos Yenny y Alian, ama su hogar y deja el grato sabor de la esperanza: “Soy así porque es mejor portarse bien que portarse mal”.

A Sergio Gilbert González nadie lo conoce, pero a Bigote… a Bigote nadie lo olvida. Y yo volveré a buscarlo cualquier día de estos, a ver si recuerda quién  le borró el nombre y le regaló un mote que nada tenía que ver con su figura, pues apenas hace unos meses decidió no afeitarse para que “le pegara”.

Diálogo más allá de la dermis

Diálogo más allá de la dermis

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora y cortesía del entrevistado.

Alejandro Rajiv González Torres quizás lleva debajo de la dermis más años de los que realmente tiene. La profundidad de sus palabras, el análisis y la entereza ante los retos de la profesión escogida y el andar cotidiano, de no tenerlo delante, harían imaginarte a un hombre más allá de la primera juventud. Sin embargo, su rostro  regala a un muchacho tierno y muy joven, con el cual una entrevista puede ser infinita.

Quiero ser cardiólogo –dice con toda firmeza-. No solo es la influencia de mi padre, el cardiólogo Silvio Antonio, que ahora está de vacaciones de su segunda misión. Está en Tanzania. Al adentrarme en mi carrera comprendí que quería ser como él, que esa es la especialidad que deseo.

Empezar el quinto año de Medicina es un reto “porque son rotaciones cortas y no es fácil retener ese volumen de conocimientos. Me gustarían rotaciones más largas, donde uno pudiera acumular más destreza en los distintos diagnósticos. Me inquieta, por ejemplo, que pueda encontrar a un paciente con una enfermedad poco común y, por lo corto del tiempo en esa especialidad, no aprenda todo lo que debo o malogre mis expectativas. Es decir, no vea la evolución o los resultados de la clínica y el tratamiento”.

Estudiar es vital como el agua. “Lo hago a diario, un médico no puede estar sin estudiar”. Y en sus ojos veo esa chispa de investigador… ¿Te gusta investigar? “Sí, sobre todo en cardiología. Me gustaría algún día lograr algo novedoso en esta especialidad. En Cuba los problemas cardiovasculares  están entre las primeras causas de muerte, y me pongo a meditar si alguna vez hiciera algo que pudiera cambiar eso”.

No lo dudo, pues en sus venas lleva igual el espíritu de su mamá, la licenciada en Laboratorio Clínico Martha Torres Chávez, del policlínico Gustavo Aldereguía, en esta ciudad Balcón del Oriente. Por eso quizás frunce el seño para manifestar su inconformidad con la duración de tres semanas de las rotaciones… y me argumenta:

“La teoría y la práctica son elementos esenciales en la medicina. Aunque ahora no hay cambios en los planes de estudio, en ocasiones se les dedica más horas-clases a asignaturas que te dan una cultura general, pero no son básicas para un buen desempeño. Yo revisaría eso. Y  lo otro es que si me encuentro un día un diagnóstico atípico en esas rotaciones, como son cortas, y en ese tiempo no va a la consulta algún paciente que la padezca, me quedo sin saber, no lo veo. Por ejemplo, ahora roto por Dermatología y aquí hay muchos tipos de enfermedades. Es imposible en ese lapsus verlas todas y menos aprenderlas”.

Desde el punto de vista docente – explica- hay muy buena atención de todos los profesores y nos evalúan mucho. Eso nos obliga a estudiar y sacarle el mejor provecho a cada rotación. Así se le escapan los sueños… “ya médico me gustaría poder participar en alguna convención internacional, para tener experiencia de otras alternativas médicas con otros colegas. Me gusta investigar los problemas de cardiología. Me gusta leer, aunque soy selectivo.”

Prefiere a los perros como mascotas, aunque confiesa que no es conformista y luchará por ser cardiólogo, pues “solo me sentiré realizado el día que tenga mi especialidad y esté dando mi consulta”.

Hablar con Alex – como todos llaman con cariño- me hizo recordar los Consejos de Esculapio para quienes desean ser médicos. Un documento al cual creo deben asomarse chicas y chicos – o hacerlos asomar- desde el momento en que en voz alta confiesan que optarán por esta hermosa y sacrificada profesión.  

Te verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano. Ni siquiera encontrarás apoyo entre los médicos, que se hacen sorda guerra por interés o por orgullo. Únicamente la conciencia de aliviar males podrá sostenerte en tus fatigas. Piensa mientras estás a tiempo; pero si indiferente a la fortuna, a los placeres de la juventud; si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas bien pagado con la dicha de una madre, con una cara que te sonríe porque ya no padece, o con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte; si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino, ¡hazte médico, hijo mío! (Parte de los Consejos de Esculapio. Esculapio para los romanos, fue el dios de la medicina y la curación, venerado en Grecia en varios santuarios. El más importante era el de Epidauro en el Peloponeso donde se desarrolló una verdadera escuela de medicina. Se dice que la familia de Hipócrates descendía de este dios. Sus atributos se representan con serpientes enrolladas en un bastón, piñas, coronas de laurel, una cabra o un perro. El más común es el de la serpiente, animal que, según los antiguos, vivía tanto sobre la tierra como en su interior. Asclepio tenía el don de la curación y conocía muy bien la vegetación y en particular las plantas medicinales. Según nota de Bernard Simonay en su novela "El Templo de Horus", este dios surge como recuerdo y veneración al sabio egipcio Imhotep, que vivió 2.000 años antes.1. Datos de Wikipedia) 

                                                                         SIN LA BATA BLANCA             

Alejandro gusta de reflexionar. La socorrida y tergiversada frase “la juventud está perdida” para él no cuenta. Piensa que algunos adolescentes no se trazan metas y andan con una vocación perdida, “no aprovechan las oportunidades y les falta motivación, ya sea por exigencia familiar, las modas o dejarse llevar por influencias externas. Yo voy a fiestas y me divierto, pero organizo mis prioridades. Algo que me inquieta es ver como desde pequeños algunos padres visten a sus hijos como si fueran jóvenes y, eso, para mí, les va cultivando un gusto estético que trasgrede la infancia. Toda edad tiene sus características”.

Luego ponerles coto más tarde se hace difícil y hasta puede crear problemas de salud, y  en la escuela, agrega. Empero, algo que no aparta de sus inquietudes es que los estudiantes de medicina no rotan por cardiología. “Es una sala con sus complejidades y características, pero se pudiera  tener en cuenta, pienso yo, la incidencia que tiene en la mortalidad y más cuando en Las Tunas, por ejemplo, la población es la más envejecida del país. Al novel hay que darles las herramientas para que esté preparado desde que empiece a ejercer, sin limitación alguna de conocimientos”.

La ternura de sus ojos alumbra las palabras. En ello le fue tal vez la suerte de haber aprobado sin recodos el examen de aptitud, cuando una vez salió de casa, hace cinco años, decidido a ser médico y seguir las huellas de su padre. O puede que sea, a mi decir, que este futuro galeno tunero lleva debajo de la piel más años de los que realmente tiene.

Mesa trae el deporte en el alma

Mesa trae el deporte en el alma

 

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: Cortesía del Entrevistado

Es su segunda misión deportiva por las tierras de Hugo Chávez. Un apasionado sello de amor que lleva consigo y no esconde. Él nació para entregarse al deporte y dotar de eternidad el más mínimo ejercicio corporal. Anda de vacaciones por Las Tunas y cuenta con pasión los momentos vividos en Calabozo, como se conoce al municipio Francisco de Miranda y en el cual trabaja como coordinador de Barrio Adentro Deportivo.

Locuaz, aunque tenga la impronta de un hombre introvertido, disfruta el contacto con su “gente”, sobre todo los niños, allá en Venezuela donde atiende, de alguna manera, los más de 168 mil habitantes que abarca la zona. Habla de las cuatro parroquias, entre las que se destacan Calabozo, El Rastro y Guardatinaja,  y de  cómo agradecen el mejoramiento de sus vidas y las promociones de salud que este programa pone en sus manos, fundamentalmente en las 22 comunidades de pobreza extrema que existen allí.

“Trabajamos en cinco proyectos priorizados – dice – y el referido a la Cultura Física Terapéutica y Profiláctica es uno de los de mayor impacto. Es muy humano, pues centra la atención en el adulto mayor, la bailoterapia, los gimnasios de cultura física, la gimnasia básica para la mujer trabajadora, con el niño y la niña, y las embarazadas. Igual los deportes participativos masivos, el ajedrez en las escuelas y los barrios, y las actividades recreativas.

El Estado Guarico, en la región central del país, se me dibuja en sus palabras.  De esas cosas hermosas del paisaje, la rica biodiversidad y como los infantes reciben, junto con los ejercicios físicos y el conocimiento, el amor y la solidaridad de los técnicos y especialistas cubanos, le cuenta a su nieta Claudia, a quien lleva al seminternado Rafael Martínez, de esta ciudad tunera, mientras está a punto de preparar maletas y reincorporarse a la misión.

No con menos pasión habla de la superación y preparación metodológica que reciben los colaboradores, y los talleres de historia sobre Venezuela y esos grandes eternos de la historia que son Simón Bolívar, José Martí y el Comandante Hugo Chávez Frías, además del pensamiento de Fidel. Sano orgullo le mueve al comentar que “el municipio Francisco de Miranda fue el de mejores resultados”, siendo el de mayor población y extensión del Estado.

Certificados, reconocimientos, distinciones de Relevancia y varias medallas destacan en los estímulos que enaltecen la biografía de José Ángel Mesa, quien dentro de un año y algo más terminará su segunda misión por esa nación hermana, de la cual aquilata momentos importantes como la inauguración “de la Base de Misiones Negro Primero, en una comunidad de extrema pobreza y con la presencia del vicepresidente Jorge Arriasa.

El día a día de Mesa puede ser interminable: “Desarrollamos festivales deportivos – recuerda-, caminatas contra el cáncer y vinculamos las actividades con las efemérides, tanto de Venezuela como las nuestras. Nos  esforzamos porque el deporte sea un medio más de fortaleza en las comunidades. De hecho se logra, pues es grande  ver el entusiasmo de los lugareños en los gimnasios rústicos que construimos los cubanos.

“Ahora es más complejo el escenario en que trabajamos, por la situación actual y las acciones de la oposición que intentan obstaculizar nuestra labor con amenazas y atracos, pero tengo que decir que la voluntad de nosotros en las comunidades indígenas, rurales, urbanas, en lugares apartados, difíciles, sobrepasa estas situaciones.  Lo maravilloso de todo es ver cómo la gente que estuvo excluida hasta que llegó la Revolución Bolivariana de Chávez aprecia lo que hacemos y nos quiere.

“Esa es la certeza que llena de oro la misión deportiva y de mis compañeros-destaca-.  La propaganda por restar méritos al trabajo de las misiones y al gobierno bolivariano es constante, por lo que la disciplina y la exigencia nuestra es igual una constante en cada tarea y actividad que desarrollamos y nos hemos ganado la confianza de las comunidades que atendemos”.

En sus ojos un brillo especial acompaña estos principios, los mismos que hoy mantienen altas las banderas de la integración latinoamericana y ponen burbujas de veneno en los enemigos de siempre. Mesa, como miles de colaboradores en cientos de países del mundo, enaltecen los caminos del futuro y la esperanza.

Y, aunque quizás rompa la imparcialidad de las reglas profesionales, siento orgullo de que un tunero como él ande con estas  pasiones al hombro, las trasmita a su nieta y la mía y ponga una hermosa semilla de mostaza en la historia del internacionalismo cubano, de nuestra querida provincia y del deporte nacional, sin contar lo lindo que me hizo la mañana al darme la entrevista y saberlo parte de mi barrio.

Recordé, entonces, esa canción- himno   que tanto tarareamos los cubanos… “un hombre se levanta… temprano en la mañana….se pone la camisa…y abre la ventana…. José Ángel Mesa volverá dentro de poco a llenar de luz los ojillos de la gente de Calabozo y el sol estará feliz.

La voz de la ternura viste tejano

La voz de la ternura viste tejano

 

Por Graciela Guerrero Garay        Fotos: De la Autora

 Tal vez muchos cuando escuchan su voz por las ondas hertzianas de Radio Victoria no imaginan – o puede que lo perciban- que esa fonética clara, cautivante y mágica pertenece a un hombre bueno. Y no digo de esos que simplemente no hacen mal y muestran las virtudes elementales del ser humano. Refiero los otros, quienes se olvidan de sí para ser de los demás.

Adalberto Garcés Viamonte supera las expectativas de la locución en Las Tunas, -región privilegiada desde épocas en montar sobre el éter el arte de la palabra y el cotejo del micrófono-, para convertirse en un excelente y notable director de la Compañía Infantil Los Aztecas del Balcón, populares, favoritos e inolvidables en cualquier lugar donde actúen.

No me gasto adjetivos. La perseverancia de Adalberto es la luz que empuja a los padres y niños a mantenerse contra viento y marea, pues las más de las veces tienen por sí mismos que buscarse hasta el mínimo recurso, el cual puede ser un espacio dentro de la programación de fin de semana, los carnavales y las peñas culturales del Bulevar.

Empero, donde llegan cautivan. Y lo hacen a pie, en guaguas alquiladas y financiadas por ellos, a pleno mediodía, en la noche, bajo lluvia… lo vital es mantener el prestigio alcanzado y que la música mejicana, tan amada por estas tierras, siga viva como el son, la guaracha o el danzón, amén de aflorar cierta voluntad de algunos por desterrarlos ante el reguetón, el rap o la disco al estilo DJ.

Gracias a los amigos, enamorados del proyecto, seguidores, productores independientes, familiares, promotores culturales y la gente común que disfruta y tararea corridos, rancheras y hacen coro al “México lindo y querido…”, los hijos de Adalberto recorren comunidades urbanas y rurales de esta capital, las municipalidades y otras provincias del país.

“Hay un problema serio para hacer cultura en nuestro país – nos dice- y que permita a la vez un sostén económico. Hasta el movimiento de aficionados necesita un apoyo económico. Nosotros, por ejemplo, tenemos audio por la gentileza de personas que desinteresadamente nos ayudan. Alquilar un equipo cuesta muy caro y lo que aportan los padres no alcanza.

No dice las incontables veces en que destina casi el salario entero a ayudar a niñas y niños del grupo, pues tienen problemas familiares y de salud, y son de procedencia obrera.  De este bondadoso desprendimiento nadie me cuenta, soy testigo, como de las horas que deambula por la ciudad después de salir de la emisora, por esperar el ensayo de la tarde y vivir demasiado lejos de la ciudad para poder volver.

EN CASA SIN TOCAR LA PUERTA

Premios, reconocimientos, fans, seguidores incondicionales, brazos dispuestos a quererte, manos abiertas al encuentro, una sonrisa perpetua y un corazón enorme entra a los hogares tuneros bien tempranito. Una voz vital que anima a las almas con su programa “Ecos de México, donde una convocatoria fue la semilla de “Los Aztecas”.

Un día me detuve en la cantidad de cartas que recibía de los niños – recuerda Adalberto- y comprendí que en Las Tunas había talento infantil para crear un grupo de música mexicana. Ya estaban los mariachis, con una aceptación tremenda. Si había adultos que cultivaban el género, pues a convocar a los pequeños.

La idea fue un éxito – continúa-. Fue enorme la cantidad que se presentó y pasamos trabajo para las eliminaciones. Tenemos niños no solo de Las Tunas, sino de Granma, Camagüey, Holguín y hasta solicitudes del occidente, pero es muy difícil mantener la calidad, montar los números…todo se hace por amor y buscando el momento, porque son estudiantes de distintas enseñanzas, algunos viven en los municipios, los padres trabajan, no tenemos local… en fin, nos vamos para donde se pueda y a la hora que sea.

Un primer disco ya tiene cifradas las montañas de hierro y voluntad que rodean a Los Aztecas del Balcón. Un amigo español les dio la mano. Ahora están montando canciones cubanas de Polo Montañez, Celia Cruz, Celina González y otros, con vistas a realizar el segundo CD, mientras van a los barrios, los campos, los centros de trabajo y las plazas que en estas tierras del León de Santa Rita los esperan y solicitan como a los famosos de Hollywood.

Con las realidades encima y los deseos de que el talento que brota como manantiales en esta provincia tenga donde crecer, la voz de “En Casa”, un espacio de orientación para la familia de preferencia popular en la radio tunera, me regala una tarde feliz con su charla amena y su sinceridad infinita.

Un hombre bueno que aman cientos y su “piquete” le llena de besos y más besos en cada encuentro. Nada fantástico, simplemente la ternura viste tejano y la gente linda se nota y jamás se olvida. Más que un locutor de primera tiene un ángel, y ese ángel se llama Adalberto, el regalador de sueños y alegrías.

 

El encantador de perros….ama los caballos

El encantador de perros….ama los caballos

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos de la Autora

Su nombre es… ¿de qué sirve saberlo? Nadie lo conocería. Nacido en aquellos tiempos donde las fiebres de la Y en Cuba simuló el último hipo de moda de las partidas de nacimiento, este muchacho-hombre se vio como millones “bautizado” del mejor apodo que achicara su patronímico o lo familiarizara. Desde entonces Yaikir Fontela Hernández fue exclusivamente su identidad oficial. Un primito le puso Yanqui y así se quedó. 

Nada que ver con el concepto y esas nauseabundas sensaciones que produce entre los cubanos la palabra de marras. Es simpático, servicial, jovial, sencillo y amante por excelencia de los perros y los caballos. Fanático al campo, trabajar la tierra y andar de romántico bajo el sol y las estrellas encima de un carretón, su “bestia” y un sombrero, sea de yarey o tejano.

Sin embargo, su mérito principal es ser “el encantador de perros” tunero, pues ciertamente no tenemos referencias de algún otro hombre que por estos lares logré domesticar en tiempo records a los canes de raza, sobre todo los Husky Siberianos, y comprobar que esos hermosos animales jamás olvidan su voz y su chiflido. Los juguetones y traviesos Baby y Príncipe son testigos vivos de la conexión infinita que establece con ellos.

Lo mismo puede decir la bella Lía, una hembra que tiene que ver con varios de los Husky que hay en esta ciudad, donde por día crece la preferencia hacia ellos a pesar de lo caro que se comercializan y lo costoso del tratamiento para mantenerlos vacunados, librarlos de pulgas y garrapatas y evitarles las enfermedades de contagio, muchas veces frecuentes por la presencia de los llamados Satos o criollos callejeros que deambulan por doquier.

“Yanqui” es feliz cuando chifla y ve asomarse a los balcones de los edificios con fidelidad y cariño a sus hijos de “cuatro patas”, aún cuando hace años compartieron con él unas pocas semanas.  Ahora, sumergido en el monte, entre vacas y caballos, busca las noches de lunas para conectar su espíritu con los astros y encontrar en las estrellas las miles de formas que también da a los collares, pulsas y aretes que fabrica, en los cuales resalta también ese peculiar misterio de gracia que lo envuelve.

Mi cámara no resistió la tentación de retenerlo para siempre, mientras pasea en su corcel por las calles del barrio y saluda a la gente que lo extraña, incluidos esos Husky Siberianos que lo llevan en el corazón. Esa es la bendición dorada que colma a los hombres que como él llevan una vida sencilla y humana, por el mero placer – o la necesidad- de servir a los demás y ponderar el privilegio de compartir su paso por la tierra con el reino animal.

Bajo un ardiente verano que hace de la isla un paraíso de sol, el encantador de perros de Las Tunas marca la diferencia de las rutinas cotidianas. Jinete y caballo hacen el atractivo, mientras de los barrotes de algunas que otras viviendas unos perros de ojos azules y cabezas de lobo husmean.

“El Chino” abre puertas para bien comunitario

“El Chino” abre puertas para bien comunitario

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: De la Autora

El Mercadito “El Chino” siempre tiene un cliente en el mostrador o delante de la tablilla. Hace dos meses, la población enclavada en los edificios del Distrito Camilo Cienfuegos, perteneciente al Consejo Popular 18, recibió doblemente agradecida sus puertas abiertas, en tanto la mañana despertaba con olores a pintura fresca.

Una construcción elegante, sencilla y moderna, con una amplia variedad de surtidos de primera calidad y precios “para todos los bolsillos”, trajo la novedad para quedarse. Los chorizos con queso, jamón y diferentes formas y precios (de cinco, diez y quince pesos MN) se llevan las palmas, aunque los productos ahumados y las mortadelas no van muy atrás.

Javier Joaquín Vázquez es un joven marcado por el encanto de saber vender y atrapar a sus consumidores, quienes igual caen en la tentación del jamón california (con queso), los jugos de frutas y los dulces, sobre todo por la factibilidad del costo y la flexibilidad de la oferta, adaptada al pedido y posibilidad económica de cada cual. Este detalle distingue a “El Chino” y lo salva de la competencia que en las últimas semanas le hace la venta liberada de carne de pollo, embutidos, picadillo de res, jamonada y jamón en la carnicería estatal, ubicada a escasos metros.

Con 29 años y su primera experiencia en el trabajo por Cuenta Propia,  dice sentirse “cómodo porque el horario es abierto y el salario también me reporta más beneficios”.  La entrada al local de las personas que se vuelven adeptos habituales detiene temporalmente sus palabras. Nadie pude poner en dudas el beneficio de esta alternativa de empleo y aportes económicos al presupuesto local y nacional, y a las comunidades elementalmente.

En Cuba, según datos difundidos recientemente en los Medios del país, ya están vinculados más de medio millón de cubanos a esta actividad, en tanto el portal digital Tiempo21, de la radio en Las Tunas, publicó en febrero último que este territorio, sin ser uno de los de mayor cantidad de patentados, jóvenes como Javier llevan el protagonismo en convertir el cuentapropismo en un beneficio redondo para el barrio y la nación.

Los jóvenes buscan al dorado de la caña

Los jóvenes buscan al dorado de la caña

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: De la Autora

Justo a media mañana cuando el timbre arranca un suspiro de alivio arrastrando las tensiones de tres turnos seguidos de clases, tal parece que surge una cadena telepática: ¡A tomar guarapo! Zenia Hechavarría y Soleydi Gálvez no alcanzan, como tampoco el trapiche.

De lunes a sábado, semana a semana, los rostros solo cambian cuando más jóvenes y estudiantes se suman para saborear una bebida que gana sus preferencias, les ahorra el dinero de la merienda y revive una tradición alimentaria, nacida en Cuba allá por los lejanos siglos de la colonización española.

Esteban Socarrás López, representante de la guarapera “El Crucero” y la cooperativa Niceto Pérez de donde sale la caña, anda contento con eso de que “la juventud busque este sano jugo y, en la medida que lo prueba, deja los refrescos enlatados. Me siento útil, como los trabajadores, de servir un alimento recomendado por los médicos y de muchas calorías. Además, su precio es de un peso en moneda nacional, pero si un alumno trae cincuenta centavos igual se lo vendemos”.

Kenia Díaz, una bonita muchacha que coincide con nuestra visita dice. “Bueno, yo antes de entrar a la secundaria nunca había tomado guarapo. En el aula me invitaron y dijeron que era rico. Me embullé y vine. Después jamás dejo de tomarlo en el receso, sea por la mañana o por la tarde”.

Hasta el CUPET, una cafetería en moneda convertible distante a unas cinco cuadras aproximadamente de la secundaria Máximo Gómez , iba “el piquete” de Alejandro y sus cuatro inseparables amigos: “Hacíamos una colecta y comprábamos dos refrescos y los compartíamos, pero nos quedábamos con hambre pues había que comprar un pan con algo. Casi siempre era croqueta, y también a partirlo. Ahora aquí, con el guarapo y las frituras de maíz (a un peso CUP), cada uno se paga y vamos al aula…”

Arranca carcajadas su cómico gesto de tocarse el estómago, mientras la voz de Carlitos argumenta: “Oiga, y es más cerca; aquí mismito, porque el sol está…”. El gracejo espontáneo de los años mozos sirve esta vez para amenizar la merienda y avalar la calidad del guarapo, que otros optan por acompañarlo con el pan con embutidos que le dan en la secundaria.

                                         A LAS MEMORIAS DE UN MITO

Fueron los emigrantes haitianos quienes le dieron la primacía al guarapo en los siglos XVIII y XIX al llegar a Cuba, donde soportaban las largas jornadas en el corte de caña bebiéndolo junto con las viandas cosechadas en sus conucos.

Con el tiempo, su sabor dulzón y la frescura dada al paladar lo convirtió en el líquido dorado de la caña y no quedó un criollo que no lo buscará para mitigar la sed y el sofocón de los cañaverales. Aunque su índice de sacarosa depende de la variedad de la gramínea y el punto de maduración, tiene un elevado contenido de azucares, proteínas y calorías y está catalogado como una saludable bebida energizante.

La aceptación popular y la facilidad de obtenerlo de manera artesanal lo trajeron a las ciudades. Después, por alguna razón que no pude encontrar, las guaraperas cerraron y para suerte de todos renacieron con las nuevas formas de alternativa económica y el trabajo por cuenta propia, vinculado a las cooperativas agropecuarias y de créditos y servicios.

A esta altura del siglo XXI el jugo de la caña lo degustan en “El Crucero” más de 700 tuneros, entre ellos una generación que solo supo de la existencia del trapiche por los libros de historia y ahora puede verlo, inventivas y agregados modernos al margen, con ojos propios y darle el aval de fabuloso a ese guarapo que tomaron y dieron preferencia sus abuelos.

 

 

 

Tuneros siguen visita de Obama por la radio y la televisión cubanas

Tuneros siguen visita de Obama por la radio y la televisión cubanas

 

Por Graciela Guerrero Garay    Fotos: Cubadebate

Si este domingo fue muy difícil encontrar los televisores y radios apagados en los hogares tuneros, el amanecer de lunes a pesar de ser un día de trabajo y escuela  estuvo marcado por el interés de seguir los acontecimientos del programa de la visita de Barack Obama a Cuba, catalogado como un hecho histórico y sin antecedentes después del triunfo revolucionario de 1959, y muy positivo luego del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Isla y los Estados Unidos.

“Vimos a ambos mandatarios contentos y con mucho respeto. La conferencia de prensa, la ofrenda floral que dedicó Obama a nuestro José Martí y el recibimiento oficial en el Palacio de la Revolución nos emocionó”, dijo la joven doctora María de los Ángeles Gutiérrez  La O.

A su lado, en la sala de su casa a donde regresó después de salir de la guardia médica, su amiga Yisel López quiso también mostrar los sentimientos que la embargan: “Pude solo ver una parte de la Conferencia de Prensa y en verdad todo ha estado muy bonito, en paz y respeto como ya se había anunciado. Es un paso muy importante y yo me siento orgullosa de poder contarle esta historia a los hijos que quisiera tener”. 

El viaje bajo la lluvia por La Habana Vieja – dice Leandro Feria- me encantó. En lo personal creo que un mundo mejor es posible y confío que el bloqueo terminará y nuestros pueblos se unirán para siempre. Cuba es paz y merece tener paz, ser soberana siempre. Lucharemos por eso.

Mientras, en cualquier barrio, una mirada más profunda hacia los corredores del vecindario, por las calles, en los mercados y las esquinas un mensaje común resaltaba en las conversaciones: “esta es una noticia que no nos perdemos. Los tuneros no quedaremos jamás atrás, vamos por Cuba”. Y si bien eso lo dijo con tremendo corazón la investigadora y Psicóloga Leonor Báez, los gestos de quienes compraban en ese momento en el mercado de la zona eran un sí de apoyo y coincidencia.

Al cierre de esta información, cerca de las nueve de la noche de este histórico lunes 21 de marzo, el noticiero nacional de la televisión, por el Canal Cubavisión, lo veían todos  los tuneros.  Raúl y Obama compartían podios donde ofrecieron una declaración conjunta sobre el avance de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

 

Atentos los tuneros a la llegada de Obama

Atentos los tuneros a la llegada de Obama

 

Por Graciela Guerrero Garay        Foto: De la Autora y Cubadebate

Como todos los cubanos, los habitantes de esta región del Mayor General Vicente García, Las Tunas, despertaron este domingo con apurado paso para realizar sus rutinas habituales y estar libres para seguir por los canales televisivos y radiales la llegada del presidente Barack Obama, el segundo mandatario estadounidense que visita a Cuba y el primero que lo hace después del triunfo revolucionario de 1959.

Con el respaldo irrestricto a las declaraciones del Estado Cubano de recibir con los honores, cordialidad y respeto que destacan aquí la llegada de prominentes personalidades de cualquier nación, los tuneros acortarán las distancias que los separan de La Habana a través de los Medios Masivos de Comunicación.

“No me quitaré de la Televisión”, afirma Dolly Almaguer, una anciana que cuenta que sus tatarabuelos están unidos a la lucha mambisa por allá “por las lomas de Buey Arriba, en Granma, donde aprendí a amar la libertad y el decoro de la independencia”.  

No menos expectativa hay entre la gente de mi barrio, donde al decir del logopeda Antonio Manuel “es un acontecimiento histórico, que ningún cubano debe dejar al margen, pero sin negociar un ápice de nuestros principios y voluntad soberana”.

Así están por estas tierras Balcón del Oriente de Cuba las opiniones y sentimientos de su gente obrera, campesina, luchadora y partícipe de un proceso socialista construido con el alma de todos y los mayores desafíos, de ahí que la voluntad popular de que se elimine el cruel y unilateral bloqueo impuesto hace más de 50 años por el Gobierno de los Estados Unidos sea, también, el sentimiento común de un pueblo que , aún lejos de La Habana, estará muy cerca de la visita del mandatario Obama y le brindará sus parabienes sentados en sus casas frente a los televisores y la radio.

Este domingo, bañado de sol por las llanuras tuneras, sabe a libertad, cortesía y ese amor patrio que marca nuestra identidad. Y como dice el octogenario Leonel Jiménez  “seremos cordiales en la distancia. No estamos en La Habana pero seguiremos el acontecimiento con los medios que tenemos y así damos nuestro apoyo a la Revolución y recibimos a Obama”.

Paraíso 672: Con ángeles de buen gusto

Paraíso 672: Con ángeles de buen gusto

Por Graciela Guerrero Garay     Fotos: De la Autora

La Anacahuita ya no duerme entre las luces de los cocuyos que parecen miniaturas de relámpagos de vez en vez. Tampoco las oscuridades del monte le regalan nostalgias a la soledad, y el aburrimiento no es una lágrima entre los sueños de sus habitantes. Paraíso 672 está lleno de luz y tiene un ángel de exquisito buen gusto.

-          Está delicioso

-          Vale la pena la distancia. Todo está divino.

En la mesa, hasta los más pequeños traen ojitos brillantes ante la comida que Alejandro sirve con educación y cortesía. Al catador inexperto no le resultaría difícil determinar por el olor la catadura del plato. Sin preguntas, cualquiera apostaría que allí hay experimentados gastronómicos y cocineros.

Ni lo uno ni lo otro. Son demasiado jóvenes para poder mostrar largos caminos en el arte culinario. El secreto reside en el amor que ponen en “los puntos de sal”, adobados con la voluntad de hacer rentable la meta trazada por la familia y demostrarse a sí mismos que, no importa dónde, el trabajo es la verdadera riqueza de la vida.

El restaurante criollo, impulsado gracias a las nuevas modalidades del trabajo por cuenta propia, desde lo lejos de la carretera, recuerda los castillos de los cuentos clásicos y, aunque todavía nada anuncia su presencia entre las señales de la vía central que lleva de oriente a occidente y viceversa, el juego de luces que bordea su fachada llama la atención a los curiosos viajeros.

Después que llegan, vuelven. Justo en el kilómetro 672 y a unos 30 minutos en auto de la ciudad de Las Tunas, la comida cubana, con sus matices propios y adquiridos de otros lares, es una tentación al paladar. Sabor, presencia y variedad la distinguen, mientras el número de clientes se incrementa.

La fresca brisa de los campos tuneros, entre la arboleda de los alrededores y las ofertas del bar cafetería, hace olvidar los minutos de espera que genera un servicio a la orden, sobre todo cuando las mesas están llenas y sus cinco jóvenes anfitriones deben multiplicarse.

Paraíso 672 es otra estrella a favor de la calidad que tienen estas nuevas oportunidades de empleo en el Balcón del  Oriente Cubano, donde se nota un esmero peculiar en el giro de los servicios gastronómicos. Quizás, por eso, se paga a gusto y  se repite la visita.  El ángel del buen gusto y la sabrosa comida criolla se encargan de atrapar los comensales con el punto en su lugar.

El posible quietismo de La Anacahuita murió para siempre, ante el empeño de este quinteto de jóvenes que borran el mito de que la mujer es la dueña del fogón y la cocina.   

Positivo impacto en Las Tunas de la nueva estrategia para eliminar el Aedes

Positivo impacto en Las Tunas de la nueva estrategia para eliminar el Aedes

 

Por Graciela Guerrero Garay       Fotos: De la Autora

Angelita Jiménez es expresiva y rotunda: “Esa fumigación si es buena. Aquí había una mosquitera horrible. Ayer fumigaron los compañeros de las FAR y por la noche no había ni un mosquito volando. En verdad, creo que es lo mejor que se ha hecho pues hay que evitar más casos y que no entre el zika ese”.

Cubana al fin y oriental de cepa, se persigna y después agradece que se retomen las pesquisas y exista un ciclo de vigilancia y fumigación en cada barrio. Junto a ella, un grupo de vecinos apoya su criterio, mientras esperan los 45 minutos establecidos para abrir las casas.

El sonido de las bazucas por la calle Aquiles Espinosa, del reparto Santos, en esta ciudad, confirma que la decisión del Gobierno Cubano de enfrentar y detener la presencia de los vectores Aedes aegypti y Albopictus es un hecho, recibido con beneplácito por los tuneros, pues la provincia y este municipio en particular están reportados por el Ministerio de Salud Pública entre los 55 del país con altos niveles de infestación.

En lugares céntricos de la ciudad, sin excluir centros de trabajo y servicios, escuelas y comercios, el plan de acción también recibe parabienes entre los residentes, a los que se les ha pedido un apoyo esencial en lo relacionado con la actitud de algunos a negarse a la fumigación, única vía efectiva de acabar con estos insectos trasmisores del dengue, el chikungunya, el zika y la fiebre amarilla, causante esta semana del deceso de 99 personas en Angola.

Destacan en esta ofensiva antivectorial los delegados de los Consejos Populares y los presidentes de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), convocando a la presencia física en sus hogares el día asignado a la higienización de la cuadra o, altoparlante en mano, con los detalles de este intenso combate por la salud y la vida.

Al decir del pueblo, consciente de que es real la amenaza del zika por su cercanía en el área caribeña y América Latina y en especial de la expresiva Angelita Jiménez, “hay que apoyar a estos miembros de las FAR y responder con responsabilidad al llamado de que no quede una vivienda sin fumigar, porque el mosquito no se mata con aplausos y si te pica te enferma y podemos morirnos. Nadie debe olvidar esto”.

 

¡Marita llegó de Sabaneta!

¡Marita llegó de Sabaneta!

Por Graciela Guerrero Garay  Foto: Cortesía de la entrevistada

La calurosa despedida que le dieron sus estudiantes antes de partir al aeropuerto para tomar el avión que la traería a Cuba es la primera vivencia que cuenta, con el mismo énfasis, a cuantas personas van a saludarla. La joven doctora María de los Ángeles Gutiérrez La O nunca podrá separarse de Sabaneta.

Allá, en el pueblo del Comandante Hugo Chávez Frías, tampoco olvidó su isla querida y al terruño donde nació y realizó sus sueños: ser médico y salir para esas hermanas tierras a formar parte de la Misión Barrio Adentro. No pondera éxitos ni se vanagloria de sí misma. Sabe cuánto significa para los colaboradores cubanos, estén donde estén, afrontar la vida lejos de la familia y más quienes, como ella, salieron pocos meses después de graduados a enfrentarse a nuevas experiencias, costumbres y contextos diferentes.

“He llegado muy motivada. Después de tres años de conocer y convivir en los mismos lugares donde vivió el Comandante Chávez, trabajar como intensivista en el CDI de Sabaneta, ser profesora de Medicina y sentir en la gente del pueblo, los amigos, sus seguidores y compañeros de lucha y de trabajo la admiración por Hugo y Fidel me marcaron para siempre, puede estar segura.

“Ahora comencé mi especialidad en Medicina General Integral (MGI) y empezaré pronto a trabajar en un consultorio médico o el policlínico Gustavo Aldereguía, en el Reparto Santos de esta ciudad, donde pertenezco. Es una población amplía porque abarca también a los pacientes de Buena Vista, pero una aprende que salvar vidas humanas, aliviar la pena de quienes enferman, sobre todo niños y ancianos, es una labor noble y necesaria. En mi caso, honestamente, descubro cada día que amo mi profesión y me da placer entregarme a ella.”

Su vida en Las Tunas es tranquila y llena de esas enormes y pequeñas alegrías que llenan el espíritu al encontrar un amigo o a los vecinos, quienes llegan con un traguito de café o un dulce para demostrarle que su regreso definitivo les proporciona placer y seguridad pues, de necesitarlo, con tocarle la puerta basta para que Marita les recomiende un estudio, le chequeé la presión arterial o examine la garganta.

Así es esta “negrita” como le dice cariñosamente Julia, su mamá. Una tunera que llegó de cumplir con una evaluación excelente su misión y enseña por el barrio, con testimonios y recuerdos, a sentir muy cerca al Comandante de América, algo tan vital y amoroso en ella como hacer bien público y dignificar su profesión.

No es raro, entonces, escuchar por los alrededores de su casa… ¡Marita llegó de Sabaneta! e instantes después esos sonados besos que damos los cubanos, mezclados con las algarabías y los abrazos, la voz de los pregones de pan y los chillidos de los más pequeños del barrio, muchas veces tan estridentes como la música de moda que sale de alguna reproductora cercana.

¿Deporte o Medicina?: Una ecuación resuelta por Idemaro Mailon

¿Deporte o Medicina?: Una ecuación resuelta por Idemaro Mailon

 

Por Graciela Guerrero Garay     Foto: Cortesía del Entrevistado

De algún modo vi crecer a este chico que hoy me besa al filo de la acera. Viene de hacer ejercicios “porque estoy muy gordo” y se seca el fuerte sudor que se pierde allá en la comisura de sus labios, abiertos para expresar ahora: “Estoy feliz, ya soy médico”.

La alegría no es solamente suya. Sus padres Giselda Bárbara Mir e Idemaro Tamayo, ambos graduados de Historia y Ciencias Sociales,  les brota desde los ojos como un torrente interminable, tal como sucedió con los vecinos cuando llegó Idemaro Mailon de la graduación, vestido de médico y su Título de Oro. Nada de extrañar en una región donde la familiaridad barrial nace espontánea, además de ser una relación afectiva medular entre los cubanos en cualquier lugar del archipiélago.

Desde que estaba el joven galeno en el Círculo Infantil Campanitas de Cristal le gustaba el deporte, cuya preferencia mostró en el Seminternado Rafael Martínez durante la enseñanza primaria y lo atrapó igual en la secundaria básica. Tal pasión lo llevó, en el preuniversitario, a la escuela deportiva Aníbal Aponte y ganó la medalla de oro en la IV Olimpiada Juvenil en Karate- do. “Ser campeón nacional fue mi sueño y lo logré, pero no quería quedarme ahí, deseaba tener estudios superiores y me preparé para los exámenes de ingreso”, afirma.

“La Medicina también fue una inquietud en él – cuenta su mamá -. Aprobó las pruebas de ingreso con excelentes notas y en el curso 2009-2010 ingresó a la Universidad de Ciencias Médicas Zoilo Marinello, de Las Tunas. Idemaro siempre ha sido muy estudioso y responsable. Verlo graduar con Título de Oro y merecer el Diploma de la Vanguardia “Mario Muñoz Monroy” es algo muy grande. Pronto partirá a Venezuela, pues se preparó en el Diplomado de Terapia Intensiva en pacientes adultos mayores. Estamos muy orgullosos de nuestro hijo”.

Idemaro se gana el cariño y el respeto de cuantos le conocen. Dispuesto a atender una duda, gestionar una receta, ayudar… cultiva virtudes que un médico jamás debe poner a un lado y las fortalece con su actitud solidaria y profesional, lo cual avala su excelente curriculum y el desempeño por cuatro años consecutivos como secretario del comité de base, gracias a ese ejemplo que le permitió ingresar en las filas de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) desde el 2005.

“Hice ayudantía en la especialidad de Medicina Interna con la profesora y Doctora Isora Sánchez, a quien valoro por su tenacidad, enseñanzas y ejemplaridad en todo. Bueno, nunca dejé de estar en una campaña de salud ni de cumplir ninguno de mis deberes. No olvidé practicar deporte y soy donante voluntario de Sangre”, dice. Si bien se ve feliz por cuanto logró con amor y sacrificio, tampoco se jacta. 

Idemaro es uno de los 703 nuevos médicos tuneros y extranjeros graduados en el curso escolar 2014-2015. Un joven que ahora mismo está abrazado a la idea de   salvar una vida en el barrio, el hospital o cualquier sitio del mundo que lo necesite. Esa es y será siempre su estrella y el camino. Con apenas una veintena de años lo demuestra. Agradecerlo a sus padres, profesores y la Revolución no es un cumplido. Es dar a Dios lo que es de Dios, y a César lo que es del César.

José Antonio: En el corazón de los universitarios tuneros

José Antonio: En el corazón de los universitarios tuneros

 

Por Graciela Guerrero Garay   Fotos: Naomi Cortés Pérez

Fueron a encontrase, en plena tarde, con la memoria de los tiempos y llevaban en el corazón las ideas de luchas por una Cuba mejor, tal como aquel grupo de jóvenes liderado por José Antonio Echeverría, quien atacó el Palacio Presidencial y la emisora Radio Reloj el 13 de marzo de 1957, donde perdió la vida y dejó para siempre una estela de luz en la historia de la Patria.

Los universitarios de Las Tunas este viernes recordaron uno de los momentos cumbres de los episodios revolucionarios de entonces, en una etapa donde el enfrentamiento al gobierno de Fulgencio Batista marcaba el ideal de las generaciones que soñaban con una nación libre y en el cual el Directorio Revolucionario, fundado como brazo derecho de la FEU, organizó guerrillas en el centro del país para apoyar al movimiento que peleaba desde la Sierra Maestra.   

En marchas patrióticas hasta la ya también histórica Plaza Martiana, en el corazón de esta capital Balcón de Oriente, llegaron los estudiantes de la “Vladimir Ilich Lenin”, la “Zoilo Marinello” y la “Pepito Tey”, los tres centros de la Educación Superior en este territorio, donde se forman los profesionales de las ciencias técnicas, sociales, económicas, humanísticas, médicas y pedagógicas de la provincia, incluidos los de Cultura Física.

Un momento propio, de jóvenes y los cubanos del futuro, quienes caminan libres sin el miedo a la persecución y la muerte por sus ideas y sueños. Muchachas y muchachos que entre risas, bajo sombrillas para protegerse del verano que ya cobija la Isla y consignas nacidas de los valores morales y éticos con que crecieron y disfrutan su juventud van allí, donde José Antonio y sus compañeros de lucha no están muertos, sino multiplicados.

Por eso y por los caídos, esta tarde de viernes fue un libro abierto a la vida y José Antonio Echeverría y sus compañeros fueron guías para que este sábado sea igualmente de paz y gloria, de trabajo y estudio.