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¿Mascotas anti-ambientales?

¿Mascotas anti-ambientales?

 

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: Tomada de Red

Luisa salió despavorida de su gallinero. Apostaba que era un gavilán quien robaba sus polluelos día a día. Nada que ver con la veintena de gatos que, sobre la media noche, se le hicieron monstruos en los ojos cuando, linterna en mano, decidió “dormir” con sus gallinas y cazar al ladrón.

Aunque quizás parezca un cuento chistoso, sorprende a muchos la noticia de que en Las Tunas los felinos y perros jíbaros son una seria amenaza para las especies silvestres y la fauna  nativa. Sin embargo, es una realidad que estos animales representan un peligro mortal para el equilibrio ecológico en el territorio, debido al crecimiento descontrolado de sus poblaciones.

En el caso específico de los gatos y los canes todo parece indicar, en las zonas rurales fundamentalmente, –aunque tampoco es ajena la concurrencia en las ciudades y pueblos- , que el origen parte de la irresponsabilidad de sus propietarios, quienes no les brindan las debidas atenciones y, en consecuencia, estos buscan la alternativa de sobrevivencia de modo salvaje.

Encabezado por especialistas del Instituto de Medicina Veterinaria, con la colaboración de quienes trabajan en las áreas protegidas, el territorio lleva a vías de hecho un programa de manejo y control sobre estas especies depredadoras, cuyos blancos principales suelen ser las aves y los lagartos, sin descartar los nidos terrestres de otros animales.

Vale apuntar que estas amenazas a la biodiversidad en Cuba tienen eco también en el ratón, la rata negra, la mangosta y la rata parda, entre otros mamíferos carnívoros de una lista que cifra alrededor de unas treinta especies invasoras.

Unido a las acciones concretas para enfrentar estos ataques fatales al medio ambiente que ocasionan los gatos y perros jíbaros, las autoridades sanitarias llaman a una actitud responsable y cívica de los ciudadanos que posean estas mascotas domésticas porque, lamentablemente, el gallinero de Luisa no es el único afectado.  Y, por demás, está en juego el equilibrio ecológico y la fauna natural de la provincia

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