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Fotos del Huracán Ike

En la fase de Recuperación

En la fase de Recuperación

Proezas de juventud

 

Por Graciela Guerrero Garay

 

La obra humana más bella es la de ser útil al prójimo.

Sófocles

No podían quedarse atrás. No querían. Y apenas empezó la etapa de recuperación en la provincia, tras el azote de Ike, gestaron las ideas. Desde la primera semana están trabajando. Comenzaron con el apoyo en la recogida de escombros, mezclados con todo el pueblo que respondió en masas al llamado del Partido y del Gobierno.

Luego, decidieron formar y abanderar los contingentes 50 Aniversario. Por Jesús Menéndez la tarea cogió fuerzas, era uno de los municipios más desvastados. Le sucedió Puerto Padre, Manatí, Las Tunas, hasta crear uno en cada lugar, más otro integrado por los cuadros del Comité Provincial de la UJC.

Ya hoy 32 mil 319 jóvenes tuneros tienen huellas concretas en esta batalla que libra el territorio por normalizar su estructura económica y social, muy afectada en sus sectores priorizados y con pérdidas estimadas en más de 306 millones de pesos, fundamentalmente en la agricultura.

La producción de alimentos es una de las prioridades de estos nueve contingentes de la UJC. Cada fin de semana, de manera especial, las cooperativas, fincas, huertos estatales, organopónicos y áreas del MINAGRI y el MINAZ se llenan de rostros nuevos, risueños, comprometidos, laboriosos. Es el rostro real del protagonismo generacional que asumen cada vez con mayor responsabilidad y rápida acción.

EL ARTE NO FALTA Y SE AGRADECE

Los hacedores de espíritu, ese ejército potente que libra su batalla defendiendo la identidad nacional y multiplicando el acervo, no falta a esta cita grande de la Juventud. Los Instructores de Arte se suman y llegan a las comunidades afectadas trasmitiendo aliento y dejando constancia, al igual que los miembros de la Asociación Hermanos Saíz, con esos murales que hablarán de estos tiempos de lucha por el futuro, las ideas y la Patria.

COMO EN LOS PRIMEROS AÑOS

Esta generación de ahora está más apegada a los libros, la informática, los adelantos científicos. Parecían viejas historias aquellas de las madrugadas para coger un tren de carga, marcados por las camisas de mangas largas, sombreros de yarey, machetes y cantimploras, para sembrar caña en Manatí, Jobabo, Menéndez, Puerto Padre.

Ahora son camiones, pero los “amanezcos”  son los mismos, la urgencia es igual y la esencia es idéntica: cumplir con la Revolución, la Unión de Jóvenes Comunistas y tener la satisfacción de seguir los caminos del futuro.

Es una leyenda viva la que dejó Ike para contar entre los más jóvenes tuneros. Toneladas de escombros dejaron de entorpecer vías y afear el entorno. Ahora muchas matas de yuca, boniato, caña y hortalizas son cultivadas por ellos y ellos mismos la comerán mañana.

Esa es la virtud del trabajo, lo que cosechas, recoges. 

Los huracanes en Cuba

Los huracanes en Cuba

Bitácoras atmosféricas que demuestran la valía de la Revolución Energética

·        El refrán lo dice: No hay mal que por bien no venga. Esta nación del Tercer Mundo, bloqueada por 50 años por Estados Unidos, sufrió el brutal azote de dos grandes huracanes, Gustav e Ike, y la suerte no ha sido peor, justamente, por tener en sus directrices de desarrollo un programa llamado Revolución Energética

·        Su artífice, el líder cubano Fidel Castro Ruz, lo incluyó entre los  proyectos priorizados de la Batalla de Ideas, una estrategia de lucha política y económica encaminada a fortalecer los principios ideológicos y los frentes fundamentales, necesarios para la continuidad del  socialismo cubano e inherentes al proceso de transformaciones y perfeccionamiento de la sociedad

·        Sin minimizar la complejidad de los incontables problemas que ocasionaron a la estructura general del país el azote de los ciclones, gracias a la Revolución Energética los índices fundamentales de la recuperación marcan porcentajes prácticamente imposibles para naciones pobres y se pudieron ejecutar, en tan corto tiempo, acciones tácticas para enfrentar las emergencias y contingencias a lo largo y ancho de la Isla, sobre todo en las provincias más desvastadas.

Por Graciela Guerrero Garay

No hay mal que por bien no venga es un refrán que escucho prácticamente desde la cuna, en boca de los abuelos y nuestros padres. Una generación que sí sintió el rigor de la miseria que existía en Cuba antes del 59, cuando triunfó la Revolución.

El brutal azote de los huracanes Gustav e Ike, que prácticamente destruyeron la infraestructura general del país en menos de dos meses, saca a flote la sabiduría propia del refranero popular. Nada ha demostrado tan fehacientemente la valía de la Batalla de Ideas y el alcance de garganta profunda de la Revolución Energética como la llegada a la Isla de estos fenómenos atmosféricos.

De no estar creadas estas condiciones estratégicas de lucha en el contexto cubano, hoy los índices de recuperación del país no estuvieran en los niveles que están ni las familias cubanas hubieran recibido mejoras inmediatas en su calidad de vida.

Muy atacada por la prensa y la propaganda mediática – como todo lo que tiene que ver con esta nación Faro de América -, resultó  el nuevo proyecto de transformar lo relacionado con la energía, su consumo y los modos de empleos en las 14 provincias y los 169 municipios que la definen.

Recuerdo el tono burlesco con que se atacó y tergiversó uno de sus aspectos esenciales, dado el carácter humanista de su alcance y lo que reportaba en términos de aprovechamiento de la electricidad doméstica, con su ahorro consiguiente. La entrega de útiles de cocina eléctricos a cada núcleo familiar parecía “una locura”, cuando se hablaba de reducir consumo. Lo mismo que el cambio de bombillas y el resto de los efectos electrodomésticos existentes en la población por otros menos consumidores, de última tecnología y vendidos con facilidades de pagos mediante créditos, incluso hasta para los jubilados.

Lo cierto es que poco a poco, líneas, metros contadores y cuanto aditamento requiere el sistema fue reemplazado, luego de un analítico estudio, a lo largo y ancho del archipiélago y, aún cuando los potentes vientos de Gustav e Ike tiraron todo al suelo y el programa estaba en pleno proceso de ejecución, la Revolución Energética emprendida años atrás facilitó, mediante los grupos electrógenos, crear microcircuitos abastecedores y llevar la luz a los poblados oscuros.

En declaraciones a la colega Maria Julia Mayoral, del periódico Granma, el ingeniero Ricardo González, representante de la Unión Eléctrica (UNE), patentizaba que el Ike dejó a la región oriental sin enlace con el Sistema Electroenergético Nacional (SEN), pero hubo suministro en poco tiempo porque la termoeléctrica de Renté y más de 100 grupos electrógenos funcionaron como una gran isla; antes de iniciarse la Revolución Energética, tampoco era posible una solución de ese tipo, argumentaba el dirigente.

La factibilidad de estos equipos es justamente que se pueden trasladar de un lugar a otro, a la vez que permiten dar el servicio en tanto se trabaja en las averías. Por ello llegó la luz en tiempo record a las zonas desvastadas y se normalizó, dentro del desastre, el mayor número de entidades y servicios esenciales de la población, incluido el doméstico.

Cuando hoy Cuba expone al mundo que el 90 por ciento del servicio eléctrico está restablecido en las provincias fuertemente azotadas por estos huracanes y alguien se detiene, bajo cualquier estado emotivo, ante las imágenes y las realidades que sucedieron a Gustav e Ike, quiera o no, tiene que volver a la única fuerza que hace posible esta milagrosa realidad: Revolución, en todas sus dimensiones objetivas, Energética, Educacional, Social, Sanitaria, Humana.

Y no es cuestión de hacer política, como tratan de hacer ver las campañas mediáticas. Es defender la verdad, tener una ética consecuente con la vivencia cotidiana. Los problemas no están resueltos, todavía en Camagüey,  Pinar del Río, Isla de la Juventud, Holguín y Las Tunas unos 72 mil habitantes carecen de electricidad. Hay muchas líneas de subtransmisión que conectan pueblos al SEN que hay que normalizar, pero ahí están los grupos electrógenos y la vida sigue en las escuelas, hospitales, centros comerciales, instituciones, fábricas, gerencias, comunidades.

En tanto, cientos de hombres y mujeres trabajan noche y día, sin descanso, movilizados lejos de sus familias, durmiendo apuradas  y escasas horas, incluso al lado de los equipos. Es esa fuerza moral que arrastra a los cubanos en los grandes momentos de su historia.

Es la gran diferencia que no todos entienden al momento de medir la escala de valores. La virtud siempre está en los más, tanto en los que dan como en los que esperan. Y no es conformismo ni “lavados de cerebro”, es amor y pertenencia, es solidaridad.

Tal como dice el refrán. Este desastre atmosférico trajo la moraleja: Cuba y los cubanos pueden, tienen y saben multiplicar el oro de las ideas. Esta huracanada tiró por el suelo también esos violines discordantes que trataron de vender una imagen de desunión e inaptitud, de encrucijada al borde del derrumbe. Ahora, como hacia falta, las cosas están en su lugar y hay más claridad en lo que necesitamos para ese mañana irrevocable que seguimos construyendo.

A Gustav y a Ike le debemos este ciclón de corazones que nos salva de la inercia. Tenían razón esos viejos nuestros, no hay mal que por bien no venga. 

Asociación de Amistad Italia – Cuba

Asociación de Amistad Italia – Cuba

Círculos de la región de Lombardía en Las Tunas

·        La visita responde a las acciones de solidaridad con este Balcón de Oriente promovidas ante la catástrofe originada por el ciclón Ike

·        Hasta el jueves 17 visitarán centros afectados por el huracán en los municipios de Jesús Menéndez, Puerto Padre y Las Tunas

·        También estarán en otras provincias cubanas

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: Felicia Duani

LAS TUNAS, CUBA (11 de octubre) - Para llevar a vías de hecho los sentimientos manifestados a través de varios correos electrónicos llegados al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en esta oriental provincia de Cuba, desde los primeros días posteriores al azote del huracán Ike, llegan este sábado a Las Tunas siete amigos italianos pertenecientes a los gremios de solidaridad de la región de Lombardía.

La comitiva realizará varios recorridos, hasta el 17 de octubre, por centros afectados de los municipios Jesús Menéndez, Puerto Padre, Manatí y Las Tunas, recibirán una información general de las afectaciones ocasionadas por el ciclón en el territorio y el país, así como de todas las tareas que se asumen durante la recuperación.

Los centros a visitar abarcan escuelas primarias, secundarias, círculos infantiles y preuniversitarios, así como hospitales, policlínicos, farmacias,  Hogares de Ancianos y  Maternos, y también estarán en el Jardín Botánico, institución muy afectada y que tenía en su reservorio importantes fuentes de materias primas para la elaboración de medicamentos de la llamada medicina verde y tradicional.

El jueves 17 se despedirán de los tuneros y viajarán a otras provincias cubanas, para continuar esta hermosa labor de solidaridad con nuestra Patria y Las Tunas, donde mantienen convenios de hermanamiento hace ya diez años.

 

La foto ilustra momentos anteriores en que llegaron para trabajar, ahora vuelven para coordinar nuevas acciones de colaboración y solidaridad.

 

El carro más esperado en toda Cuba

El carro más esperado en toda Cuba

Por Graciela Guerrero Garay

Desde la última semana de agosto y las primeras de septiembre, en la que los tremendos huracanes Gustav e Ike destrozaron prácticamente a Cuba, hay un carro que casi me atrevo a asegurar en términos absolutos ha sido – y es aún – el más esperado por todos los cubanos por décadas y décadas: el de la Empresa Eléctrica.

También creo fielmente que estos trabajadores, de llevar un cuenta millas en sus piernas, romperían  muchísimos récords en kilómetros andados con el mayor peligro a cuestas, el insomnio perenne y el sacrificio a todo riesgo.  Los tendidos eléctricos cayeron por el suelo a lo largo y ancho de la Isla.

No se trata de que se partiera un cable o rodara por tierra un poste del alumbrado público. El sistema como tal, con sus inmensas torres de alta tensión, fue un simple papelillo para la furia de los vientos.

Solo los cubanos sabemos qué significa poder decirle al mundo que hoy tenemos luz en casi todos los municipios que los demoledores ciclones se encargaron de pisotear a su antojo. El 27 de septiembre todavía medio millón de coterráneos estaban sin el servicio, muchos de ellos de mi querida provincia, que fue severamente atacada por Ike y nadie recuerda algo así en toda su historia.

Estas cosas me llevan a un viejo camino, la Batalla de Ideas, con sus más de 40 Programas Priorizados, entre los que clasificaba uno y que costó bastante trabajo asimilar por mucha gente, pues reformó desde el modo “operandi” de la cocina doméstica, hasta el pago de la electricidad por escala progresiva a partir del consumo de kilowatt diario, que por supuesto, devino un gasto mayor a la hora de saldar las cuentas mensuales.

La Revolución Energética que gestó Fidel Castro. A ella le debemos este milagro de ahora, desde esos modernos carros bien equipados que por estos días de recuperación parecen cohetes por los barrios, los campos, las ciudades, por doquier, y a toda hora.   Sin ella, nada pudiera ser posible, pues era un sector prácticamente en ruinas por su  vieja tecnología y lo antiquísimo de los tendidos.

Es una verdad sin discusión. Los grupos electrógenos, que tampoco nadie sabía lo que eran ni lo que significaban hasta hoy, pues eran términos ajenos al gracejo común. La posibilidad de crear microcircuitos alimentados por estos equipos, donde todavía es imposible restablecer el sistema normal, permite que hoy, por ejemplo, en el poblado de La Fe, en la Isla de la Juventud, tenga electricidad. Y que los más, en 48 horas, hayan recibido el “alumbrón”, todavía bajo el agua y los vientos que traían consigo esos monstruosos ciclones.

En Las Tunas, que Ike pretendió convertir en la cenicienta que fue en las décadas del 60 y 70, pero no logró a pesar de tanto y todo, unos 15 mil tuneros se benefician directamente de este tipo de generación. Y a buen entendedor no hay que decirle que tampoco ha sido fácil, pues su instalación requiere de un nivel de recursos (camiones, grúas, personal)  que tampoco están en abundancia.

Si Paris vale una misa, muchas habrá que darle a estos trabajadores del sector de la Electricidad, los “eléctricos, la gente de la planta”, como les llamamos todos familiarmente. Y también muchos tendrán que quitarse el sombrero para bendecir lo que un día condenaron, a fuerza de apegos a viejas costumbres o desconocimiento.

Tan cierta es así la Revolución Energética, como que me atrevo a seguir con mi idea de que el carro más esperado por los cubanos es ese, el de la eléctrica. Nadie queda en sus casas, le siguen el rumbo, están ahí al lado de esos hombres que jamás recibirán el pago exacto de su gigante sacrificio.

Y estas son las cosas que Gustav, Ike y todos los que puedan venir no le quitarán al cubano, la alegría de vivir y estar ahí, impacientes, inconformes, somnolientos, agotados, junto a los que traen la esperanza para darle al final de la meta un sano aplauso, espontáneo y sazonado con ese Uhhhhhhhrrrrrrrrrrrrrraaaaaaaaaaaaaa que sabe a indio, congo y carabalí.

Ike: el Caballo Blanco de Las Tunas

Ike: el Caballo Blanco de Las Tunas

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: Lloansy Díaz Guerrero

A un poco más de una semana de cumplirse el mes de que el vampiresco y demoledor huracán Ike azotara a Las Tunas, la leyenda de El Caballo Blanco vuelve a la memoria de sus viejas generaciones.

Ahora ya no dicen que andaba de jinete un indio sin cabeza. Esta vez era el ojo de Ike quien tomaba las bridas y galopaba, sin piedad, por cada centímetro de la comarca de San Gerónimo, devenida con los siglos en una bella ciudad con aires de modernismo y una cultura que la ata fuertemente al punto guajiro y la décima, con su picante repentismo.

El Caballo Blanco, como cualquier unicornio, jamás pidió permiso para anunciar sus tragedias. Si alguna culpa tuvo de la desgracia del pueblo y la propia fue, justamente, servirle de cómplice y secreto amigo a ese nativo enamorado de la doncella de sangre azul. Eran tiempos de la colonia española. Pobre del mestizo o el cacique que tuviera la osadía de mirarla más allá del iris coquetón de sus pupilas.

No hizo caso alguno el embobado indio a las advertencias. Fue decapitado. Desde aquella noche, así como vino Ike, en las primeras horas de un amanecer oscuro, se oía el trotar despiadado de su blanco corcel acabando con todo, aullando como lobos hambrientos y decididos.

La tragedia sobrevendría. El miedo cundía sobre las chozas y la tuna, ese captus verde espinoso que le trajo su nombre definitivo, se colocaba en las puertas de las casas para que no entrara a la familia la maldición de aquel vengativo gallego, quien mandó a la muerte al Casanovas, de plumas y taparrabos, que hizo diana en el alma de su hija.

El huracán Ike, categoría 3, que entró a tierra por el norte de la provincia de Holguín, en Punta Lucrecia, y continuó su trayectoria sobre esta región tunera fue así, brutal y temeroso, como el protagonista de una de las leyendas más populares que se tejen alrededor del surgimiento de la comarca de Cueyba, como bautizaron los nativos a esta tierra, encontrada prácticamente virgen por sus conquistadores españoles.

Ahora la destrucción da lugar a la recuperación, aprisa para tantas contingencias y milagrosa para un país bloqueado durante 50 años por el gobierno de Estados Unidos, hecho que en la práctica se traduce en un constante rompecabezas para mantener los indicadores elementales de vida en la nación. Y Cuba, en igual tiempo, perseverante y vertical, ha logrado mantener las estadísticas de salubridad, educación, alimentación y equilibrio social a la par de muchos países desarrollados y superiores a casi todos los de América Latina.

Por eso duele más el ataque feroz de estos ciclones tropicales, primero Gustav, en occidente, luego Ike en oriente. Porque esta Isla ha trabajado duro, con sus hombre y mujeres en mayoría, pasando percances de todo tipo, para llegar a los niveles alcanzados hasta este verano del 2008. Ahora, en más de un criterio responsable y profesional, escuchas que se ha retrocedido décadas.

Empero, lejos de lo que pudiera creerse o decirse, no hay desespero. Hay mucho trabajo, muchas urgencias y muchas necesidades. No hambre, sino falta, aún mínima, de productos que estaban permanentemente en los agromercados. Todos los cultivos fueron casi desvastados. Lo que dejo en el suelo y se pudo aprovechar, se mueve a la población por los sistemas de ventas habituales, pero habrá necesariamente que esperar a las siembras y las cosechas de viandas de ciclo largo como el plátano, los frutales, el aguacate. Es una realidad que se escapa a la voluntad del hombre.

Las viviendas se levantan con la unión de todos y se le pone una mayor atención en su garantía constructiva. Ya no puede aflorar el empirismo. Hay comisiones especializadas que orientan a los propietarios. Pero el problema no se resuelve de ahora para ahorita, como resolvieron Gustav e Ike burlarse de tanto sacrificio consumado.

La gente de Las Tunas se acuerda de El Caballo Blanco. La niebla llega a los ojos cuando se transita por las calles y ya no están las arboledas, antiquísimas, que vieron crecer la vida en la ciudad. Lo mismo sucede en los municipios de Jesús Menéndez, Puerto Padre y Manatí. Pero la luz le ganó la batalla a la oscuridad, en menos tiempo del que se creía cuando, por todos lados, había cables, postes, transformadores, aislantes. El sistema eléctrico fue desvastado, arrasado, inutilizado.

Ya hoy en Las Tunas el 71,74 por ciento del servicio de electricidad está activo, aunque en la zona norte todavía, a pesar del apoyo de fuerzas de otras provincias, con interminables jornadas, queda mucho por hacer y las cifras están lejos de satisfacer a los necesitados y a las direcciones gubernamentales y políticas. En el país aún existe medio millón de personas que no tienen luz eléctrica. Sin embargo, llegan los grupos electrógenos para auxiliar.

Es la magia que nunca trajo a la región el indio sin cabeza y su blanco corcel. La llamada Revolución Energética es la reparadora de sueños. Gracias a ella se pueden crear microcircuitos alimentados por esos equipos, hasta tanto se restablezca la conexión afectada y se conecte al sistema nacional. En Las Tunas se recibirán 48, que ya vienen en camino.

Como la leyenda tunera, el azote de este monstruo llamado Ike tampoco podrá borrarse para siempre. Se hablará por años de sus vientos y su fuerza, de cómo desdibujó la geografía natural. Se recordará a los amigos que tendieron sus manos bondadosas para paliar las urgencias. Las convocatorias internacionales, los obreros que renunciaron a sus vacaciones y ni se ocuparon de sus tormentos para estar ahí, en sus puestos y trabajando para todos.

Es una tristeza hermosa. Un reto más que humano. Una unidad exclusiva. Puede que sí, que el Caballo Blanco haya vuelto por estas tierras de la tuna brava, pero no encontró ni dejó miedo. Sus hijos confían en la virtud de sus manos, acostumbradas a la lucha diaria, remendar descocidos para seguir la vida, a apretarse todas, sin diferencias, para salvarse de las hecatombes, de los ataques enemigos, de las difamaciones.

Apretadas nuevamente están. No están solas. Hay una mano grande que hace lo imposible porque el bienestar se imponga y esta crisis emocional y material se vuelva nada, lo más pronto posible. Llega lo mismo en camión con tejas encimas, que con pan en carretas o agua en pipa. Lo cierto es que hasta sus reservas recorren carreteras y caminos hace un mes, día y noche.

Es la obra común, que algunos llaman Revolución, otros proyecto socialista, otros comunismo. El nombre no importa, lo que cuenta es el respaldo, la atención y la ocupación que tiene con su gente el Estado Cubano. De no ser así, con tanta nobleza e interés multiplicado, no pudiera escribir estas líneas y la oscuridad llenaría el teclado de mi computadora.

Con lo que dejó en pie el ojo de Ike ni uno mismo se cree que hoy la vida parezca normal, que transiten las guaguas, el ferrocarril, se abran los comercios, las escuelas, las ventanas y la gente haga un cuento “de pepito” en la misma cola que, hace un mes atrás, esperaban el pan como ahora. Por eso cuando a guajiros viejos como Naño uno le oye decir que esta Revolución y Fidel son los más grandes, mientras recoge de manos del cartero su chequera, se da cuenta que el cubano nació para ver milagros. 

En Chaparra, Jesús Menéndez, Ike dejó mucha tristeza

En Chaparra, Jesús Menéndez, Ike dejó mucha tristeza

Por Graciela Guerrero Garay

Todavía el poblado de Chaparra, en el municipio Jesús Menéndez, al norte de Las Tunas, tiene pegada la tristeza y los grises que le incrustó el hambriento huracán Ike, amén de que ya tampoco nada es igual que al día siguiente en que su ojo maligno le vomitó su geografía con vientos superiores a los 300 kilómetros por horas.

Se ha trabajado mucho desde entonces. Ha sido un septiembre lleno de llanto, alegría, decisiones, emociones, espera, incomodidad, confianza. Muchos sentimientos encontrados, entre la certeza de que todo volverá a tomar su cause aunque los colores de las fachadas de las casas no sean los mismos y haya que esperar años para que los árboles emblemáticos del pueblo puedan tener nuevamente ramas y flores, dar sombra o recordar una historia.

Lo cierto es que las imagénes serán siempre exclusivas, del dolor, el reto y el retorno. Son cientos los trabajadores que laboran por recuperar lo perdido. Es mucho lo que apoyan todos para levantar su pueblo de las ruinas. También es hermoso ver el respaldo gubernamental que, casi con magia, aplica alaternativas para multiplicar recursos, escasos y llamados a repartirse ahora no entre una o dos provincias, sino a lo largo y ancho del país. El huracán Gustav todavía tiene huellas imborrables en el occidente. Ike, como novia que persigue ansiosa a su valentín, lo imito en Oriente.

Pero, con tanto y tanto desastre, la vida sigue normal. Los niños están en la escuela, la gente en sus centros de trabajo, sale el sol y coquetea de noche la luna con el mar. Se reparte y comparte todo. La solidaridad es también otro fuerte huracán aquí en el caimán verde del Caribe, Cuba, y su Balcón Oriental, Las Tunas y su litoral norte. 

La foto ilustra el estado en que quedó La Herradura, mayoritariamente dedicada a planes de recreación popular, aunque viven también varias familias tuneras.

Fotos de lo que hizo Ike en el litoral norte de Las Tunas

Fotos de lo que hizo Ike en el litoral norte de Las Tunas

Por Graciela Guerrero Garay

Aunque ya, con el paso de los días, la imagen cambia poco a poco con el esfuerzo de cientos de trabajadores y el pueblo del litoral norte de Las Tunas, en el que se enclavan los municipios de Jesús Menéndez y Puerto Padre, estas fotos serán siempre exponentes del desastre que trajo el huracán Ike a la región y los años en que habrá que trabajar muy duro para llegar a los niveles que se habían logrado.

Es una realidad golpeante. Muchas tejas y techos de cinc pasan de mano en mano. Se aprovecha todo lo que es recuperable. Muchas familias, menos cómodas que antes y sin tener lo que les llevo el poderoso ciclón Ike, viven en sus propias casas, ajustando el espacio menos dañado.

De cualquier manera, las imágenes están aquí. Nadie las podrá privar de ser el testimonio vivo de la furia del ciclón más brutal que haya azotado a Cuba y a este territorio en el último medio siglo.

En el umbral de la noticia: Ike y Gustav, y viceversa

En el umbral de la noticia: Ike y Gustav, y viceversa

Por Graciela Guerrero Garay      Foto: Lloansy Díaz Guerrero

Puede que parezca una retórica o el impulso inconciente a seguir sobre lo mojado. Absurda apreciación. El huracán Ike, en Las Tunas; Gustav en Pinar del Río y el municipio especial Isla de la Juventud, y ambos demoníacos ciclones en Cuba serán temas recurrentes por muchos años.

Primero por las magnitudes de sus demoledoras fuerzas al tocar tierra en cada uno de estos territorios. Segundo, porque trastrocaron a la Mayor de las Antillas, Faro de América, su geografía desde Oriente hasta Occidente. Con mayores o menores consecuencias, las provincias cubanas, 14, sufren daños comprometedores para su desempeño habitual.

Ya nada es igual. Esta es la temporada ciclónica que más dolores de cabeza y trabajo ha dado a los cubanos, en las últimas cinco décadas. Es una prueba de fuego doblemente heroica y humana, en la que no caben los lamentos, sino las acciones.

Y gracias a esto dentro de la desolación de los pueblos más dañados, aún cuando los gigantes huracanes estaban presentes con vientos y lluvias, muy pegados todavía al archipiélago,  nada se detuvo, con electricidad y sin ella; con caminos intransitables y con ciudades anegadas en agua, donde solo era posible mantener el equilibrio sujetos de una soga. Así vimos, en los finales de agosto a Ciego de Ávila. 

Hay muchas historias que contar, casi todas tristes. Nunca será fácil a los ojos del hombre ver destruido, por espacio de horas, lo que engendró con sus manos en días y noches, por majestuoso o humilde que sea. Esto sucede aquí, en mi tierra tunera. Eso sacude la historia de mi patria, Cuba.

Sin embargo, para estar más orgullosos de esta voluptuosa identidad que nos distingue, mezcla de lo ateo y lo divino, signada por una perseverancia admirable y una sana picardía, no hay llanto, ni aún en aquellos  a los que Gustav e Ike se lo robaron todo, desde la casa hasta las cosechas. Y no se llevaron más los tentáculos del viento y las manos mojadas de la lluvia porque, en asuntos de Defensa Civil, medidas preventivas y movilización rápida habría que ver quién puede competir con nosotros.

Todo se pone en función de salvar vidas y bienes, y funciona. Hay cooperación, preocupación, unidad, coherencia, interés estatal, presencia gubernamental y se activa y movilizan, al decir de un ocurrente campesino de esta zona, hasta las pulgas. Es la magia de las voluntades y la solidaridad de raza y principios que aflora en los grandes momentos y ante las grandes decisiones. Saltan por encima de cualquier incongruencia cotidiana, de cualquier desacuerdo temporal.

Por eso en Cuba nunca hay pérdidas de vidas humanas. Ese es el secreto, la preparación, la organización y la cohesión, a pie, a caballo, con palomas mensajeras, en carretas tiradas por bueyes, camiones, trenes, helicópteros, avionetas, lanchas y todo lo que se mueva y pueda alcanzar a los más distantes antes del peligro, en peligro y con el peligro.

Es la certeza que tiene el pobre de que le llevarán agua, comida, médicos, ropa y le levantarán un techo, aunque que tenga que estar en un centro de evacuación por varios meses y no sea de lujo el habitad. Incluso, algunos hasta se acomodan, pues lo reciben todo gratis, cobran sus salarios, los hijos siguen en la escuela – allí se habilitan aulas o se insertan en las cercanas-, les dan créditos aunque no trabajen y, al final, vuelven a tener un hogar con lo mínimo indispensable.

No es tramoya política. Es una casa modesta, de madera, cocoa, ladrillos, bloques, techo de zinc, teja, guano, placa, pero un lugar propio donde se levanta con los gallos, cuela un sorbito de café y coge los caminos del conuco o la cooperativa, si es el campo. O al centro de trabajo, que también los hay en las más apartadas regiones rupestres.

En la ciudad cambia la geografía y los estilos de vida, pero no las esencias. Ike ha multiplicado las carencias de estos largos años de Período Especial, rompió casi todos los proyectos que enfilaban hacia una economía más nuestra, participativa y eficaz. Es un desafío mayor en los programas de fomentación de la vivienda, una de las urgencias permanentes del país.

La agricultura es ahora la varita mágica de la sustentabilidad futura. Hay mucho trabajo, muchísimo, hoy y mañana. Hay también mucha preocupación, iniciativas, tácticas y estrategias encaminadas a recuperarnos lo más pronto posible.   Pero ni cubanos ni foráneos podemos engañarnos. Cuba es un país pobre y del Tercer Mundo a pesar de sus innegables logros. Restaurar solamente toda la flora y fauna perdida necesita tiempo.

Alcanzar los rendimientos agrícolas – que estaban muy por debajo de la demanda y las aspiraciones – es cuestión de años. Por eso hoy cuando en mi provincia de Las Tunas siento y veo que ya más del 60 por ciento reestrena la electricidad – porque se ha tenido que montar todo como la primera vez – pienso en lujos propios de millonarios.

Y sin repetirme, digo lo mismo. La tenacidad de los hombres, con vergüenza de trabajo, unidos por el bien y el amor, pueden con todo. Si quisiéramos, desde adentro, como nos levantamos hoy la mayoría de los cubanos y los tuneros, este mundo nuestro fuera mejor.

Gustav e Ike son un terror de demonios naturales. Ojalá sepamos darles también las categorías que tienen como fuentes de advertencia. El cambio climático es irreversible. La pandemia del hambre tiene cada día más rehenes en la tierra. Podemos ser borrados así, de ahora para ahora mismo, como pueblos y mortales. Y esta señal no es exclusiva para Cuba. No olvide a Haití, República Dominicana, Texas…

Los ciclones no pueden eliminarse, pero sí el desamor de los hombres por su madre tierra. Una respetada astróloga cubana decía hace poco que esta sacudida de Gea no es casual. Y lo más triste es que todos somos vulnerables.  

Tendidos eléctricos: por el piso tras Ike en Las Tunas

Tendidos eléctricos: por el piso tras Ike en Las Tunas

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: Lloansy Díaz Guerrero

Cuando hoy, dieciséis días después de la tragedia, con las bombillas encendidas en las casas, estas fotos recuerdan el trágico amanecer de ese lunes 8 de septiembre, es casi imposible concebir el milagro de la luz.

La zona residencial conocida como Reparto Santos, paralelo a su homólogo Buena Vista, donde reside la mitad de los habitantes de la ciudad capitalina de Las Tunas, a 670 kilómetros al este de La Habana, amaneció así en la víspera del día de la Virgen de la Caridad del Cobre.

A uno y otro lado de la Avenida Camilo Cienfuegos, que empata, también al noroeste con la carretera que lleva al municipio de Puerto Padre, todo estaba en el suelo, desde el más frondoso de los árboles hasta la más débil de las plantas de jardín.

El panorama era desolador. No se podía dar crédito a que añejos y fortísimos eucaliptos, pinos, algarrobas, ceibas, palmeras, cocoteros, junto a los frutales de mango, anoncillo, tamarindo y ciruelas de los patios de las muchas familias que los cultivan y cuidan, estuvieran como torcidos o cortados por furiosos y vengativos machetes.

Pero lo más llamativo y temeroso era contemplar todo el tendido eléctrico partido, en el suelo, con esos gigantes postes de cemento cortados como con una sierra, rajando paredes, doblando techos, deshaciendo el esfuerzo y el amor de muchísimos años de trabajo, sueños, vida.

Hoy, cuando en esta Ciudad de Puertas Abiertas y Balcón del Oriente de Cuba se confirma que el 60 por ciento del sistema eléctrico está restablecido en toda la provincia, donde virtualmente quedaron deshechos los municipios de Jesús Menéndez, Puerto Padre, Manatí y Las Tunas, a los que se suma Majibacoa que también sufrió duros golpes huracanados, pensamos en los milagros.

Ese que los hombres de aquí, los tuneros, y los linieros de provincias como Guantánamo, Cienfuegos y Santi Espíritu que vinieron a ayudar en la recuperación, sin dormir, apenas comer y alejados del calor de los hogares hacen posible porque el amor es el antídoto de la adversidad, la esperanza en el desespero y la certeza en la oscuridad.

Como llegó la luz, volverán las palmas y el verde natural que hace de las tardes cubanas, con sus dorados de sol y la risa de su gente, un afrodisíaco sitio para acunar la vida y una nación que, desde cualquiera de sus puntos cardinales, palpita libertad, deseo de existir y valida el concepto de que realmente es esa tierra hermosa que piropió Cristóbal Colón, al descubrirla en 1492.

Asociación Amistad Italia - Cuba

Asociación Amistad Italia - Cuba

Solidaria respuesta en momentos claves

·        Una vez más los Círculos Amistosos de Lombardia hacen galas de su amor a los cubanos y, especialmente, a los tuneros, ante el desastre ocasionado por el huracán Ike en este territorio

Por Graciela Guerrero Garay      Foto: Lloansy Díaz Guerrero

Queridísimo compañero, al recibir este correo me subí en el corazón una grandísima gana de llorar! Aquí en Italia ya sabemos bien lo que pasó en Cuba, y ya trabajamos para ayudar a ustedes. Creo que el pueblo cubano sabe bien luchar contra los enemigos de cualquier tipo, sea humano o natural, pero creo también que luchar juntos a unos amigos que, aún si lejos, están siempre con ustedes, puede darnos más fuerza.

Al ver las fotos de la ruina total que afectó mi país querido no puedo estar indiferente, y conmigo todos los compañeros de la Asociación. Ahora mismo trabajamos para recuperar ayuda de cualquier tipo, con iniciativas miradas a recoger dinero. Estamos haciendo lo máximo que sea posible.

Esperamos de enviar pronto lo que se puede, para continuar con ustedes el trabajo de recuperación del municipio y toda la provincia. Envío abrazos revolucionarios a todos los compañeros del ICAP. Un grandísimo abrazo de Giovanna.

Con estas hermosas palabras viene el correo electrónico desde Italia, para corroborar aquello que ya muchos sabemos: los verdaderos amigos están en los momentos más duros, los esenciales, los memorables.

Ike ha sido el desastre natural más impactante que hemos vivido los tuneros. Esas cinco horas interminables del amanecer del 8 de septiembre estarán en la memoria de este pueblo por tiempo infinito, como prueba de valor por levantarse prácticamente de la nada y como recuerdo testimonial de la brutalidad de la naturaleza cuando de desafíos a los mortales se trata.

Pero siempre después de la tormenta llega la calma y, aunque son días de andar de prisa, con los mejores amores y sacrificios, gracias a la rápida respuesta de los trabajadores de las Empresas Eléctrica y de las Comunicaciones,  estos mensajes de solidaria hermandad alientan con la nitidez del sentimiento que los mueve.

La elocuencia de Giovanna es la misma que por diez años consecutivos sostiene los lazos y los esfuerzos de los Círculos Amistosos de la Asociación de Amistad Italia – Cuba y el hermanamiento entre la región de Lombardia y Las Tunas.

Y es también ese poder de la justicia social que ilumina a nuestro país allende los mares. No es casual que también la Delegación del ICAP aquí tenga en sus manos otras muestras de apoyo moral y disposición material de amigos de Puerto Rico, Holanda, Alemania, Canadá y las vecinas Islas del Caribe.

Es también la lección que deja Ike en medio de los desastres, las necesidades, el reto y la unidad junto al trabajo, la inteligencia práctica y la eficiencia. El amor puede más que la tristeza. Y de a poco, con los de aquí y los de allá, la esperanza y la vida cubrirán a los tuneros con la misma fuerza que la sacudieron los vientos salvajes del poderoso huracán.

 

El emblemático Tanque de Buena Vista resistió a Ike

El emblemático Tanque de Buena Vista resistió a Ike

Este enorme tanque elevado de agua no hay tunero que no lo conozca. Más de 40 años lleva ahí, unas veces lleno y otras vacío, como puntal de identidad de Las Tunas y como "marcador" inviolable de la zona residencial que le da suelo.

Su alguien, foráneo o capitalino, viene a visitar el área de mayor concentración poblacional de la ciudad de Las Tunas, esta obra inbsigne de la arquitectura local es la obligada referencia. Mire, eso es por allá, por el tanque de Buena Vista. Usted sabe dónde está el tanque de Buena Vista?, pues a dos cuadras de allí...Esas son dos escuetas señas de las miles que se dan a diario y le nombran.

Con su magistral elegancia desafió y resistió al poderoso huracán Ike, aún cuando en sus contornos no quedó un árbol en pie y se fue abajo todo el tendido eléctrico, que ha costado mucho esfuerzo e infinitas horas de sol y luna para repararlo. Hoy esta zona urbana, catalogada como la segunda de importancia referencial en Las Tunas luego del Casco Histórico y el centro capitalino, ya tiene restablecido el servicio.

Por Graciela Guerrero Garay    Foto: Lloansy Díaz Guerrero. 

Muestras fotográficas de Ike en Las Tunas

Muestras fotográficas de Ike en Las Tunas

Nunca serán pocas las imágenes que delaten las cinco horas de constante agonía vividas por los tuneros al paso del huracán Ike, el más violento en los últimos 50 años y el único que recuerdan con exactitud los más viejos moradores de Las Tunas, quienes confiesan que jamás, ni cuanto el brutal ciclón Flora en la década del 60.

En una de las más populosas barriadas tuneras, los Reparto Santos y Buena Vista, la geografía ha cambiado para siempre. Los árboles que adornaron la infancia de varias generaciones ya no están y se fueron para siempre. Ceibas y Algarrobas de 4 metros de diámetros parecían pajaritos indefensos ante el empuje de las rachas de viento.

Nunca será mucho lo que se cuente ahora ni las lecciones que hay que sacar cuando se llama al hombre a cuidar la naturaleza y preservar el equilibrio ambiental. esta furia puede que tenga que ver con el daño que le hacemos al planeta. Ya son muy pocos que lo dudan y con absoluta razón.

Por Graciela Guerrero Garay      Foto: Lloansy Díaz Guerrero 

Millonarias pérdidas deja Ike en Las Tunas

Millonarias pérdidas deja Ike en Las Tunas

Más de 180 mil viviendas afectadas.

Hasta mediados de esta misma semana, el cómputo de pérdidas ascendía a 306 millones.

Se trabaja arduamente, pero el impacto está aquí.

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: Lloansy Díaz Guerrero

En el triste memorandum del ciclón Ike

En el triste memorandum del ciclón Ike

Así amaneció el lunes 8 de septiembre del 2008 en Las Tunas.

Por Graciela Guerrero Garay   Foto: Lloansy Díaz Guerrero

Fotos en Archivo del huracán Ike en Las Tunas

Fotos en Archivo del huracán Ike en Las Tunas

Cada imagen buscada en archivo demuestra los grandes daños ocasionados por Ike en este oriental territorio de Las Tunas, Cuba.

Ya la imagen de desbastación se borra poco a poco, con mucho esfuerzo y horas incontables de trabajo...Mas, las imágenes quedan viva para recordar la tragedia del amanecer del 8 de septiembre del 2008.

Por Graciela Guerrero Garay     Foto: Lloansy Díaz Guerrero

Fotos en Archivo del huracán Ike en Las Tunas

Fotos en Archivo del huracán Ike en Las Tunas

Cada imagen buscada en archivo demuestra los grandes daños ocasionados por Ike en este oriental territorio de Las Tunas, Cuba.

Ya la imagen de desbastación se borra poco a poco, con mucho esfuerzo y horas incontables de trabajo...Mas, las imágenes quedan viva para recordar la tragedia del amanecer del 8 de septiembre del 2008.

Por Graciela Guerrero Garay     Foto: Lloansy Díaz Guerrero

Ike será noticia por mucho tiempo en Las Tunas y Cuba

Ike será noticia por mucho tiempo en Las Tunas y Cuba

La ciudad de Las Tunas, esa capital de puertas abiertas que se glorifica con ser Balcón del Oriente de Cuba, tiene menos escombros y menos oscuridad que 10 días atrás.

El esfuerzo es innegable. No ha quedado una reserva que no se haya movido para recuperar todo en el menor tiempo posible. Hay muchos trabajadores tuneros que todavía no han podido dormir ni cuatro horas seguidas después del brutal ciclón Ike.

Hoy en mi avenida están recogiendo los escombros. En el reparto residencial Buena Vista, uno de los más poblados de esta capital y el de mayor concentración de población, cada minuto muchos hogares vuelven a recibir el servicio eléctrico y telefónico. El agua está estable hace ya más de una semana.

Pero con todo, cada noticia y cómputo que se hace de la destrucción nos reta más al sacrificio colectivo, al tiempo que nos pone de cara a una verdad: Ike será noticia y tristeza por tiempo. El 40 por ciento de las forestas de la provincia están dañadas.

Y estas imágenes nunca serán viejas, al menos en el corazón de los que amamos el entorno y vivíamos orgullosos de nuestro verde mundo. Ahora es sembrar, esperar que nazca la semilla y pedirle a la naturaleza que sea benévola, que tenga lo que el hombre no ha tenido con ella: piedad.

Por Graciela Guerrero Garay          Foto: Lloansy Díaz Guerrero 

 

Se borran huellas...mas, Ike sigue en la memoria

Se borran huellas...mas, Ike sigue en la memoria

Por Graciela Guerrero Garay          Foto: Lloansy Díaz Guerrero 

Ya Nada será igual por mucho tiempo. La Avenida Primero de Enero, de incontables edificios a ambos lados, ya está limpia del gris de los escombros. Con la propia inestabilidad del sistema, en estos casos de desastre, la luz eléctrica llena sus noches y por el día da un viso de normalidad a la vida familiar.

Pero nunca será igual..Las palmeras que la adornaban ya no están. Tampoco las atrevidas Buganvilias, los gorriones y hasta los caguayos que venían a simular trapecios entre los barrotes de los múltiples balcones se han ido.

Hoy vi volar una mariposa y pensé que, quizás, era un capullo cuando el Ike estrenó su furiosos vientos por la ciudad.

De a poco, se entregan planchas para los techos, pero todavpia hay cientos de familias en los centros de evacuación. No pueden retornar a casa. Sencillamente, no tienen.

 

Fotos que denuncian un desastre: Ike en Las Tunas

Fotos que denuncian un desastre: Ike en Las Tunas

Así amaneció mi barriada un lunes 8 de septiembre del 2008. Al querido terruño, al barrio de todos los días, con sus colores verdes, su amplia avenida limpia, sus tonos de sol y su algarabía, le ganó la tristeza.

Cuba acababa de ser tocada por la furia de Ike, el más desvatador huracán de los últimos 50 años.

Ya hay otros tonos de grises en el ambiente, pero de estas imágenes se hablará por mucho tiempo.

Por Graciela Guerrero Garay       Fotos: Lloansy Díaz Guerrero

Las Tunas sigue el desafío dejado por Ike

Las Tunas sigue el desafío dejado por Ike

·        Ya ha pasado una semana del azote brutal del huracán más potente que ha tocado tierras cubanas y la vida, aunque vuelve a la normalidad, poco a poco, no es igual

·        Todavía no se han podido habilitar los sistemas eléctricos y la telefonía en su totalidad, sobre todo en los municipios de Puerto Padre, Jesús Menéndez y Manatí, los más desvastados por los fuertes vientos

·        Esta ciudad capital del Balcón del Oriente de Cuba tiene aún muchos circuitos sin el necesario fluido de luz eléctrica. Se le entregan materiales a quienes perdieron sus hogares o los techos, pero no se puede hablar de grandes cifras. Se dañaron unas 350 mil viviendas y por primera vez en la historia de esta provincia se evacuó el 33 por ciento de su población

·        El laboreo de recuperación en los centros de trabajo es intenso, pero todo está lejos de sentir el pulso normal de la cotidianidad. Por los cuatro puntos cardinales hay que recordar a Ike…árboles, espacios vacíos, paredes y techos dañados, oscuridad al caer la noche, gente cargando agua...

·        Es una dura batalla por el porvenir, que se ganará con la participación de todos y ya es tangible de varias maneras, como el inicio del curso escolar en casi todas las enseñanzas, aunque muchos centros no estén a plena capacidad y se busquen alternativas inteligentes y prácticas para aprovechar el tiempo

Por Graciela Guerrero Garay  Fotos: Lloansy Díaz Guerrero

Ningún tunero – léase cubano – es hoy el mismo. La naturaleza le ha incrustado en la retina una imagen que nada tiene que ver con los grandes espacios verdes que le adornaban, cual coqueta hada, toda su geografía, desde oriente hasta occidente, desde Punta Maisí hasta el Cabo de San Antonio.

Los verdes árboles de cuantas especies distinguen al trópico, los erguidos palmares, los inquietos cañaverales, las flores silvestres, y esas largas plantaciones de plátano, tamarindo, aguacates, mangos, eucalipto, júpito, framboyán... todas alfombradas, como diamantes, con las dulces florecillas del romerillo y  las abejas zumbándoles enrededor, no están.

Los intranquilos gorriones tampoco sobrevuelan los parques, las calles, las avenidas. Ya no vienen a mi balcón a picar las migajas de pan que le poníamos en las mañanas mi nieta y yo. Ya no puedo entretenerla ni callarle el mutis del llanto con “mira, mima, mira, un pajarito”. Ahora mi barriada está llena de destrozos de lo que fue su natural ornamentación hasta el domingo 7 de septiembre del 2008.

Este día marcará un antes y después para la vida en mi terruño y mi nación. Nueve días después puedo hablar de esperanzas y hasta de milagros, por la agilidad que aflora la vida ante la cuantiosa magnitud de las afectaciones. Los chicos de mi barrio ya van a sus escuelas desde este lunes. Muchas personas, a lo largo del país, han cedido su casa para dar clases ante el derrumbe de los centros escolares de la comunidad.

Se comparten los fogones, la comida, los materiales que pueden ser útiles y salvadores para colocar un techo, una puerta, remendar una ventana, levantar los escombros… El alma se alienta entre la adversidad con un recorrido que hace por toda Cuba una brigada artística. Los moradores del municipio de Jesús Menéndez, con todo su patrimonio social y natural deshecho, lo agradecieron mucho. En unos cuantos días afloró por primera vez la cantarina risa de los tuneros.

Hay mucho trabajo. Se trabaja de sol a sol. No descansan ni duermen los trabajadores de los Grupos Electrógenos, que son los que en la práctica están abasteciendo de electricidad sus pueblos y las empresas y fábricas en que están ubicados – montados en el país a raíz de la Revolución Energética, uno de los Programas Priorizados de la Batalla de Ideas fomentada por Fidel Castro- y que ahora revalidan las esencias previsoras que sustentaron su nacimiento. Sin ellos, creo que pasaríamos muchos, muchos días sin una bombilla encendida. Todo el tendido en la Isla estaba en el suelo.

Los de la Telefonía, ETECSA, tampoco tienen dos minutos de tranquilidad. Sólo en mi país con estos fenómenos tan violentos se logra que no se interrumpieran totalmente las comunicaciones, que el hambre no marcara el desespero, que se volviera pronto al trabajo, que no faltara la leche en las bodegas para los niños, aunque llegara tarde uno que otro día.

Hay tantas maravillas en medio del desastre que cuando oigo decir a un amigo, esos cientos de cientos que ahora mismo colectan de corazón y se quitan lo suyo para enviarlo a mi Cuba desde las más disímiles geografías y naciones…cuando les oigo decir que la aman, les agradezco tanto pero, más, siento el orgullo plena de estar acá, ser cubana y saber que los míos, mis hermanos patrios, los cubanos todos, son guerreros por naturaleza viva y llenaremos de verde, cantos de pajaritos, luz y prosperidad cada pedazo destruido.

No será muy pronto ni tan rápido como queremos, pero será ahora mismo ya está pariendo una semilla el helecho de mi balcón y allá, en la cera del frente, veo parpadear varias macetas de esas flores malvas, las 10 del día.