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Mi guerrera eterna… estás aquí

Mi guerrera eterna… estás aquí

 

Por Graciela Guerrero Garay       Footmontaje: Yo

Hoy volverían los cakes, las flores, los besos y los regalos a sacarte esa sonrisa que me alivió tantos pesares de mi vida. Estarías con tu elegancia perenne y ese donaire tuyo de no dejarte caer nunca, ni cuando estuviste tantas veces en el hospital. Nunca dejarás de ser mi “María Felix”, como te decían todos en tu juventud y tu natal Cascorro.

Tus 88 años serían como siempre, entre tus hijos y tus nietos, tus nueras y yernos, tus amigas de la iglesia, el calor de los vecinos…el tío Ricardo y quienes llegaran de imprevisto a la casa. O tú declamando los poemas de José Ángel Buesa, que aprendí de memoria y era inevitable que hiciéramos el dueto… ¡tengo tanto de ti por todas partes…!

…¡Hasta esta fortaleza de ahora de escribirte estas líneas!… Cada minuto siento que te nos fuiste pronto… a pesar de quedarte eternamente… en mi piel, en mis balances, en las cartas que nos escribimos cuando estuve lejos, en tus aretes que adoro… en todo mi guerrera amiga, mi cómplice asombrada de cada una de mis rebeldías, de mis decisiones y de ese desafío prematuro de no ser doméstica ni dócil…

Mi mano tibia cuando me estrujó el llanto… mi fe en Dios y mis padrenuestros… Mami mía… mi vieja linda… mi fuerza viva…porque hoy sé que caminas conmigo, con mis hermanos, con tus nietos. No es la imaginación que tanto me admiraste…  es la certeza de sentir tu espíritu, ahí con papi, desde esas estrellas que me hacen guiños cuando doy las Gracias cada noche y te cuento… como siempre… y me dices… y yo hago.

Mami caramba. Hoy 8 de octubre tuvieras 88 años… pero estás con EL y lucho doblemente protegida. Gracias mi ángel. Gracias. Soy una prolongación de ti a mi manera. Estás aquí tocaya brava, y en la danza bendita del universo único volvemos a ser el dueto…

“Este domingo triste pienso en ti dulcemente
y mi vieja mentira de olvido, ya no miente. /La soledad, a veces, es el peor castigo…
Pero, ¡ qué alegre todo, si estuvieras conmigo !/Entonces no querría mirar las nubes grises,
formando extraños mapas de imposibles países;/y el monótono ruido del agua no sería
un motivo secreto de mi melancolía./Este domingo triste nace de algo que es mío,
que quizás es tu ausencia y quizás es mi hastío,/mientras corren las aguas por la calle en declive, y el corazón se muere de un ensueño que vive./La tarde pide un poco de sol, como un mendigo, y acaso hubiera sol si estuvieras conmigo;/y tendría la tarde, fragantemente muda,
el ingenio impudor de una niña desnuda./Si estuvieras conmigo, amor que no volviste,
¡ qué alegre me sería este domingo triste!”

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