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Criterios: Servicios… ¿para quién?

Criterios: Servicios… ¿para quién?

 

Por Graciela Guerrero Garay      Fotos: De la Autora

Las Tunas.- Los servicios parecen estar montados sobre un cachumbambé, con la diferencia de que en ese aparato de entretenimiento uno ve el rostro de quien te hace la contraparte y hasta existe armonía en sus altibajos. La referencia es tan cierta como que resulta muy difícil mantener un equilibrio en los locales que se dedican a satisfacer las necesidades de la población, incluso en el sector privado.

Para finales de año fue muy visible el desabastecimiento, al margen de los problemas objetivos como la falta de harina, los cierres de los presupuestos establecidos para el 2018 y la no asignación inmediata de las cifras correspondientes al presente. En lo que va de enero tampoco puede hablarse de mejorías notables, hecho que corroboran los tuneros al ponerle voz alta a sus inquietudes en el programa radial “Latir del Pueblo”.

Por ejemplo, varios amigos residentes en los repartos Nuevo Sosa y Sosa Oeste (Petrocasas y Sandino) me llamaron sorprendidos porque la Ruta 3 no trabajó durante los días feriados “pues la escuela Rita Longa estaba de receso docente”. Señalaron además que es inestable y pocas veces circula los fines de semana.

La pregunta de quienes residen allí es muy lógica: ¿Es una guagua escolar o de transporte público?, más cuando por ningún lado trae un rótulo que indique pertenecer al MINED. Vecinos del lugar testificaron que volvió a circular el pasado día 7, al reiniciar el calendario académico. Se me ocurre pensar que alguien “piensa” que los moradores de la zona no van al hospital, no trabajan alejados de sus residencias y cuentan con todos los servicios básicos elementales como para no salir de casa,  y no es así.

Similares preocupaciones existen respecto a las farmacias sin la categoría de “pilotos”, pues solo trabajan hasta el mediodía del sábado. Sin embargo, se abrieron para aliviar tensiones en comunidades altamente pobladas, cercanas a áreas de salud con pacientes de grupos etarios  y enfermedades que los limitan de realizar largas caminatas o someterse a angustiosas horas de espera para adquirir los medicamentos, muchos fluctuantes durante el año, incluso los controlados por el conocido “tarjetón”.

Otro detalle del que doy fe personalmente es que determinados fines de semana no trabajan los encargados del almacén en los dispensarios con horarios extendidos y, de coincidir un viernes con la entrada de mercancía, el enfermo corre el riego de irse con “un no hay” y lo que busca puede estar bajo llave, ¡hasta el lunes! La presencia de un solo dependiente es una queja recurrente y cae, de una manera u otra, sobre casi todas las unidades.

Bárbara Marisel Rodríguez tampoco se explica cómo sus historias clínicas en el hospital “Guevara” no aparecen, si el centro cuenta con sistemas digitalizados. Chocó con esa realidad cuando fue, luego de varios años, a una consulta de Neurología. Le hicieron otra (la 723794). Al volver, no la encontraron. Vino la 753229. Se operó de la vista, tampoco estaba y le habilitaron la 755487. Ella espera que esté ahí, pero por si acaso, preparó una libreta y lleva su hoja médica. Archivar tarjeticas no le desvela, pero sí que los especialistas actuales tengan que guiarse por lo que recuerde, sin poder valorar por sí mismos los criterios de sus antecesores, como debe ser.

Tiempo de moscas, mucho aire y polvo por doquier, mientras los cárnicos que expenden los particulares cuelgan horas en ganchos o sobre mostradores oxidados por el tiempo. En las placitas duermen en cubetas enmohecidas las viandas, porque frutas y vegetales ni abundan ni duran mucho a la venta. En carnicerías y bodegas también se violan normas de todo tipo.

En las ferias del domingo pocas veces se mira la higiene. Como el bolsillo duele, las reclamaciones giran hacia el precio y la calidad de los productos. Sobre la tierra, desde la madrugada, pernoctan plátanos, especies, verduras… Las cuartillas se agotan, pero una lista infinita de insatisfacciones sobresalen más allá de carencias, ofertas y demandas. Es indolencia. Existe la Ley de protección al consumidor… y los servicios… ¿para quién?

 

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