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La voz de Cuba en Río+20

La voz de Cuba en Río+20

 

 

Por Graciela Guerrero Garay

Promover la asunción de un nuevo compromiso político renovador que evalúe objetivamente las razones de los incumplimientos de las metas, aprobadas en la cumbre de 1992, es la esencia de las coordenadas en que se mueve la participación de Cuba en Río+20, que comenzó este 20 de junio y aglutina a 150 jefes de Estados  y Gobiernos.

Esta nación caribeña buscará en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable, con sede en Río de Janeiro, Brasil, llamar la atención sobre el hecho de que ahora los problemas son mucho más graves y se han multiplicado.

Bárbara Pesce-Monteiro, coordinadora residente de la ONU en Cuba, aseguró que el país llega a Rio+20  con los objetivos del milenio cumplidos, lo que avala sin dudas la lucha irreversible que sostiene la isla para garantizar un pensamiento ecologista, resumido en el libro de Fidel Castro “El derecho de la humanidad a existir” – una selección de sus Reflexiones sobre desarrollo sostenible-, que se presentó como actividad colateral en la reunión del Comité Preparatorio de la Conferencia.

Aunque algunas agencias internacionales de noticias catalogan de perfil bajo los acuerdos previos del documento final, y otras alertan sobre la nube de críticas con que arrancó la Cumbre, los organizadores coinciden en que la reunión es solo el comienzo de un nuevo proceso para establecer objetivos para el desarrollo global.

Esta jornada inaugural de ayer deja al menos una huella de alerta para que Río+20 no sea un espejismo más de las expectativas humanas, que al decir de Dilma Rousseff, la mandataria brasileña, exige energía y coraje porque las próximas generaciones aguardan las decisiones de los mandatarios allí reunidos.

La posición de esta pequeña isla está clara y reconocida como puntal en los esfuerzos por matar las lacras que impiden el desarrollo sustentable, con enormes diferencias y posibilidades entre la mayoría de las naciones del mundo. Su voz en Río+20 será como es: una bandera más de los pueblos y el hombre. Solo faltan oídos a la escucha.

 

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